Por Amor
Prefacio
Solo Tu
Jardines del Palacion Real, Shin Makoku, Pacto de Sangre, Años del reinado de Cecile Von Spilverg
-¡Atrás!, paso corto defiende, siguiente, ¡Adelante!, paso largo ¡ataca!, ¡bien! Otra vez Conrad, ahora con más firmeza decía Dan Hiri Weller mientras observaba a su joven hijo entrenar con gran dedicación –Excelente, por hoy es todo -dijo al notar que su chico empezaba a respirar con dificultad
-uf, aun puedo un rato más padre, respondió con una sonrisa con la cual quería demostrar a su padre que estaba haciendo algo que él le gustaba y no quería dejar de hacer
-Conrad, hijo, sé que si por ti fuera entrenarías hasta desfallecer, sin embargo, mañana cuando quieras volver a la carga no podrás siquiera levantar tu cinto, así que mejor vete a dar un baño y acompañaremos a tu madre en el almuerzo, hoy llegan tus hermanos de su viaje, es más justo a tiempo, tu pequeño gato ya está aquí-menciono con una jolgoriosa risa al ver como un regordete niño corría hacia su hijo con brazos extendidos como clara orden de que se le abrazara.
A la mención de esto Conrad de inmediato amplio aún más su sonrisa ya que sabía que ese divertido apodo solo podría pertenecer a su pequeño tesoro de cabello dorados que era de alguna forma su calma y tormento, he de ahí el porqué de “gato” puesto que wólfram en todo momento exigía su constante atención y aunque él se la daba gustosamente la cambiante personalidad de su hermanito le podría dar esos grandiosos momentos de paz (ya sea cuando el pequeño se dormía en su regazo mientras el mayor le acariciaba pausadamente la sedosa cabellera) o difíciles momentos (como cuando debía salvar al carpintero, momento cuando el petizo estaba dispuesto a quemarlo cuando este le entrego una espada de madera que el mismo Conrad le había encargado, pero no, el niño nunca escucho eso y decidió tomársela contra el hombre por la ofensa contra su alta y pequeña persona, el por su puesto podría lidiar con una espada verdadera) el niño podría ser en su vida un caos total.
Sin embargo, el moreno joven nunca se había sentido tan vivo (ni siquiera con su espada) que cuando tenía en sus brazos a esa hermosa criatura que ya se encontraba sujetándolo del cuello con sus ojos fuerte mente cerrados por la emoción de a verlo encontrado después de una larga carrera por el castillo, para después lentamente soltarlo y darle el honor de ser espectador de las esmeraldas que tenía por ojos, los cuales para finalizar iba abriendo acompañando a un pequeño sonrojo y decirle con lentitud
-Te extrañe mucho, te quiero conichan.
Conrad solo respondió con un beso en su mejilla y una mirada de felicidad que su padre vio, notando con ella que su hijo no sentiría nunca esa misma felicidad y emoción si no estaba con ese niño, él sabía que si su conclusión a esa escena tan conmovedora que estaba presenciando era acertada abrían muchos obstáculos para ellos en el futuro pero el solo podría rezar a Shinou que los bendijera con un final benevolente, ya que como padre el solo podría sonreírles y no decir nada para mantener el tiempo pausado, así su hijo podría disfrutar más tiempo de su instante felicidad, el cual podría recordar en el futuro y servirle de apoyo en eso momentos oscuros que le espera en un futuro si deseaba proseguir con su querer.