Hogwarts 1978.
Era una mañana de lo más normal en Hogwarts; en el Gran Comedor se escuchaban las charlas y risas de los alumnos de las cuatro casas.
Los Slytherin intercalaban el tiempo al hablar y comer, los Gryffindor más que hablar, gritaban, los Hufflepuff reían mientras que los Ravenclaw mantenían una amena plática.
Este era un buen día, el sol había salido y las clases se habían suspendió por mandato del director Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, o para acortar, el viejo loco.
Por lo que en estos momentos, todos los alumnos, maestros y trabajadores de Hogwarts, se encontraban disfrutando del día libre. O eso habían pensado. Era de suponerse que un día normal en Hogwarts no iba a ser posible ¡NUNCA! y eso fue afirmado en ese preciso instante.
Una luz blanca, apareció dejando ciegos momentáneamente a todos los presentes. Para cuando había pasado el efecto de la luz, todos ahí presentes quedaron muy impresionados.
En el centro del Gran Comedor se encontraban unas personas y por el aspecto que traigan, pareciera que habían estado cerca de una explosión. Cabellos negros en punta, ropa llena de ceniza, sus caras con manchas de color negro y gris. ¿Qué les había pasado? era los que todos pensaban, y ¿Quiénes eran esos tipos?
El Gran Comedor se encontraba en total silencio, pero no por mucho tiempo ya que un grito en conjunto a un improperio se escuchó por todo el lugar.
-ERES UN MALDITO IDIOTA, BLAY.- una pequeña figura se le lanzaba encima a otra no tan pequeña.- TODO ESTO ES TÚ CULPA, A QUIEN SE LE OCURRE ESTAR MEZCLANDO UN SINFÍN DE INGREDIENTES Y PARA COLMO HABERTE ROBADO Y UTILIZADO ESE MALDITO APARATO QUE QUIEN SABE QUE HACE.
-Ay no es para tanto hur…-no termino de decir lo que pretendía porque el otro se le arrojo encima.
Otra figura apareció en escena para detener al chico que gritaba y trataba de pegarle al otro (o matarlo) .- ¡Ya basta ustedes dos!.- por su voz, supieron que era una chica.- No es el momento de estar armando un jaleo. Tenemos que idear una forma en que tu papa y el director Dumbledore no se enteren de…
-¿Qué es de lo que no me debo enterar, jovencita?.- decía un sonriente Dumbledore.
Todos los chicos desconocidos voltearon al oír la voz del director y por las caras que pusieron, eso no era nada bueno.
-¡ESTAMOS ACABADOS!, NOS MANDARAN A AZKABAN, O PEOR, NOS ENJUICIARAN Y NOS CONDENARAN AL BESO DEL DEMENTOR.- decía un chico de constitución alta y de buen cuerpo, aunque no se le notaba totalmente el cabello por culpa de la cenizas que traía encima, pero los presentes supieron que era pelirrojo.
-¡CÁLLATE RONALD!.- la misma chica de hace rato hablo.
-Pero Mione….- decía el pelirrojo.
-Profesor, nosotros podemos explicar esto.- intervino un chico muy alto, casi media unos dos metros como mínimo.
-Primero que nada, me encantaría que me dijeran ¿cómo es que aparecieron y quiénes son? Porque por lo visto son alumnos de Hogwarts, pero nunca los había visto.
-¿Quiénes somos? ¿Por qué nos pregunta eso, director? Si usted nos conoce muy bien.- decía una pequeña chica de cabello marrón y cara manchada de negro, saliendo detrás del gigante de dos metros.
-Perdóname jovencita, pero yo nunca los había visto.- decía un sonriente director.- pero más de uno se me hace conocido.
-Esto es muy raro.- decía un chico moreno con aires de gigoló.
-¿Cómo es posible que no nos reconozca? Si somos lo mejor de la escuela, bueno menos esos de allá.- señalaba una chica de cabello negro y mirada altanera, a unos chicos del fondo.
-¡Cállate, Pansy!.- decía la chica a la que el pelirrojo llamo “Mione”.- este no es el momento de tus cosas. Esto es muy importante, que el director no sepa quiénes somos es muy raro.
-Granger tiene razón.-decía un chico alto de cabello negro con aire sereno.- No es por ser prepotente, pero que el director no sepa quiénes somos, es sin duda algo muy raro.
-Oigan chicos.- llamaba un chico de ojos verdes. Era lo único que notaban los presentes, ya que el susodicho se encontraba en muy mal estado. Su cabello estaba en punta y todo su cuerpo cubierto por ceniza.- Chicos, oigan, chicos.
-¿Qué quieres cuatro ojos? No ves que estamos analizando y tratando de entender porque el director está padeciendo de pérdida de memoria. Sabemos que ya es un viejo senil y con un paso a la tumba, pero no…
-No es eso Pansy.- decía el ojiverde interrumpiendo a la pelinegro.
-Entonces ¿Qué?.- decía la ceñuda pelinegra.
Todos los chicos que habían llegado con el ojiverde voltearon a ver lo que este señalaba. No sabían porque el ojiverde tenía cara de querer correr lo más lejos posible. Pero no tardaron mucho en entender el porqué.
-Esto no es posible.- decía la chica llamada Mione
-Es un sueño.- decía una chica de estatura pequeña y cabello negro.
-Estamos muertos y esto es el limbo.- decía el pelirrojo.
-È…è…él es de.- decía el chico gritón.
-¿Cómo paso esto?.- decía el gigante de dos metros.
-¿Qu…q…que año es este?.- decía el chico con aire sereno.
El director Dumbledore sonrió y dijo.- es el año de 1978, jovencito.
Otra vez el gran comedor quedo en silencio total, nadie decía nada y menos al ver la cara de horror, asombro y espanto de los recién llegados. Hasta que se escuchó un grito proveniente de todos los recién llegados.
-¡ESTAMOS EN EL PASADO!.- dijeron al unísono, para asombro de todos los presente, menos del director.
Continuara...