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-Casado con el mismo hombre- por Monnyca16

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Capítulo 20


“Cesárea”


Los minutos se convirtieron en dos horas. El pelirrojo ni siquiera entendía cómo el tiempo pasaba muy rápido, pero estaba ansioso y lo único que deseaba en esos momentos era que sus bebés estuvieran fuera para poderlos tocar y besar. Lo ansiaba mucho, al igual que Oliver. Por suerte, Oliver logró tranquilizarlo, estabilizarlo para que no estuviera estresado. Lo mimó por gran tiempo y lo cuidó, esperando a que Frank hiciera la intervención. 


En la espera, Oliver lo entretuvo con muchas pláticas, hablándole del trabajo, de sus nuevos proyectos, y por supuesto, diciéndole lo hermoso que se veía con lo que traía puesto. Nicolás no hizo nada más que escuchar, sintiendo el cuerpo y la voz de Oliver muy profundamente, oliéndolo y besándolo de a momentos. Kelle los había dejado hablar, dejando en manos de Oliver el bienestar del adolescente; porque aunque fuera difícil de aceptar, Oliver era la única persona que podía hacerlo sentir muy relajado durante su embarazo.  Oliver era la única persona que soportaba todos sus berrinches y estados de humor cambiantes, y más que nada, era su pareja. Salomón también ayudaba, pero no lograba entrar en la esfera de Oliver y Noah. Era muy difícil querer interrumpirlos, ya que tenían una conexión única. Incluso Frank lo notaba. Y era sorprendente que ellos se amaran de todas las formas, sin importar las diferencias o deficiencias. Oliver siempre estaría con Nicolás y viceversa. No más, no menos. No había, no existía alguien que pudiese romper su burbuja.


Fuera de las conversaciones, la situación de la cirugía iba bien. Por suerte, Frank logró localizar a sus colegas de trabajo para que intervinieran en la cesárea. Lo más seguro era que ningún desconocido se enterara que un intersexual estaba a punto de recibir a sus hijos. No sería bueno para nadie, y Frank había vaciado su confianza en personas cercanas que cuidaban la integridad de sus pacientes. Otro de los aspectos importantes era que durante la cesárea, dos personas podían estar presentes. Frank lo quiso de esa forma para darle apoyo a Nico, y sabía que Kelle y Oliver serían perfectos.


La habitación se encontraba perfectamente inmaculada, cuidadosamente iluminada, y era gigantesca, lo esencial para que todo el equipo médico y familiares estuvieran presenciando el gran momento. Frank se encontraba totalmente aseado, listo y ansioso por la atención que brindaría. No todos los días llegaba un intersexual embarazado, no, de hecho era muy difícil que los intersexuales se embarazaran y estuvieran a punto de tener gemelos fraternos. Así que se sentía especial, Frank se sentía muy afortunado y merecedor por la confianza que estaban depositando en él. Y no iba a defraudar a la familia de Nicolás ni a la de Oliver. Haría todo lo que estuviese en sus manos para que los dos mellizos nacieran bien.


El proceso fue con calma y sin miedo.  En primera instancia, a Nicolás le colocaron un gotero para equilibrar su tensión arterial, rasuraron su zona alta de vello púbico, y limpiaron la piel de su abdomen para después recurrir a la anestesia. Cuando ésta hizo efecto, colocaron una sonda de drenaje vesical para mantener vacía su vejiga. Entre todo ese proceso, Nicolás logró tranquilizarse mucho más; sentía la llegada de sus bebés y sólo deseaba verlos para luego pensar en sus nombres y ver a quién se parecían más. Durante el embarazo había pensado en nombres, pero tenía miedo de ilusionarse y prefería dejarlo para el final, cuando las cosas fueran más sencillas. Confiaba en que podría dar pecho y poderles cambiar los pañales. Se encontraba muy entusiasmado por ejercer sus labores en compañía de Oliver y sus amigos, ese sería su mayor reto y más a su corta edad, aunque pronto cumpliría 17 años y aunque siguiera siendo muy pequeño, Oliver se miraba más maduro y confiaba mucho en él también.


Oliver se encargó de avisarle a Salomón, quien se encontraba ya en el hospital, esperando las noticias. Tomás también estaba ahí en compañía de Caroline, y Olivia y Ana no tardarían en llegar de su vuelo. Estaban todos listos, y Oliver mucho más; su sueño estaba a punto de hacerse realidad y deseaba tener a los gemelos en sus brazos, verlos y acariciarlos, en compañía de Nicolás. No pedía más, sólo el fruto de todo el esfuerzo y del amor, por supuesto.


Ya con el efecto de la epidural raquídea, la cirugía comenzó. Nicolás estaba en sus cinco sentidos, y mientras Oliver veía perfectamente la abertura que le estaban haciendo, en forma horizontal, Kelle grababa. Por suerte, la mujer captó todo desde un principio, cuidando la calidad y haciendo las mejores tomas.


Los cortes eran muy precisos y fuera de ese dolor que Oliver sentía con tan solo verlo, Nicolás no paraba de sonreír, emocionado. Oliver pensaba que si Nicolás veía lo que le hacían, lo más probable era que se desmayara, y era mejor que no lo viera, aunque sabía que Kelle pondría la grabación en casa cuando dieran de alta a Nico y regresaran a ya ejercer la labor de verdaderos padres. No fueron demasiados minutos los que pasaron cuando Frank sacó al primer bebé, la niña, la cual habían sacado con cuidado, cortando el cordón enredado en su cuello para librarla sin ningún daño. La niña había comenzado a llorar mucho y eso fue la señal que hizo estallar en alegría a Nicolás. Sus hermosos ojos azules se llenaron de llanto y su garganta había acumulado bastante saliva, que tragó segundos después. Oliver, apresuradamente, lo besó en la frente, acariciándole las mejillas con los pulgares, tocándolo muy lentamente, temiendo que se rompiera, totalmente agradecido por el regalo que su esposo le daba. La piel de Nicolás reaccionó ante el toque del más grande, logrando sentirse totalmente fuerte y agradecido también.


Al revisar a la nena con cuidado, Frank la acercó hasta Nicolás para que el vínculo se creara. Era demasiado importante el amor madre-hijo, porque a pesar de todo, Nicolás era madre. La criatura se tranquilizó apenas la acercaron con el pelirrojo, y sin pensarlo, Nico le besó la cabecita, sintiendo la grasita de la  recién nacida, que aún no era limpiada y  que olía realmente agradable. Oliver se acercó también, besándola en la mejilla, y a Nicolás se vuelta, felicitándolo así, una y otra vez, sin cansancio. Las enfermeras felicitaron a los padres y sin importar tener la cámara en la mano, Kelle también le fue a dar un beso al bebé, grabando poco después la llegada del otro, del varón. Y mientras limpiaban a la nena, checando sus medidas y el peso, el segundo lloraba. Frank cortó el cordón y tras verlo, lo llevó con Nicolás. El niño, al igual que la niña, dejó de llorar al estar con Nicolás, sintiendo el besito en la cabeza y el otro por parte de Oliver. La tercera en besar el otro recién nacido fue Kelle, y no dejó de grabar hasta el final, incluso el tierno beso que los dos padres se daban para felicitarse mutuamente, sin cansarse.


Una enorme sensación de tranquilidad y emoción invadió a Noah. Había esperado mucho por ese momento, y era sorprendente que de la noche a la mañana le hicieran cirugía, pero lo necesitaba. Ya ansiaba ver a sus bebés, ya ansiaba poner en práctica todo lo que había leído. Y con Oliver a un lado, acariciándolo, el sentimiento de felicidad aumentaba. Tenía miedo a muchas cosas, pero por el momento todo aquello se le había olvidado, sólo pensaba en tener a sus bebés cerca, cargarlos, darles de comer, y besar a Oliver, besarlo mucho y agradecerle también.


Era incomparable. El rostro complacido de Nicolás no podía compararse con ningún otro. No existía nada que pudiese asemejarse al sentimiento completo y a la emoción de ser madre. Que además parecía estar al doble porque eran dos bebés. Se sentía orgulloso de sí mismo, se sentía feliz por poder disfrutar ver el semblante entusiasmado de Oliver, que ya  éste se sentía con el deseo de ser padre y cuidar de sus hijos. No había nada que pudiese describir lo maravillosos que se encontraban todos los de la sala de cirugía.


El primer chequeo de los gemelos fraternos fue exitoso. La nena pesó 3 kilos, mientras que el niño 3 kilos con cuatrocientos gramos. Ambos medían lo mismo, 42 centímetros, y al quitarles los restos de placenta, vieron que eran del mismo tono de piel y que estaban pelones. Ninguno tenía cabello, pero ambos una marca en la nuca color roja, que Oliver explicó que era una marca de nacimiento y que él y su gemela también la tenían al nacer y que con el tiempo se quitaba. Era la marca de la familia Wolff y al igual que los gemelos, Ana cuando nació también la poseía.


Mientras que los bebés seguían en revisión, a Nicolás le retiraron las bolsas y los restos, cociéndole el útero y cerrándole la herida con grapas. Y no pasó mucho tiempo, de hecho menos de una hora para que le llevaran a los bebés y los alimentara.


Cuando los tuvo en sus brazos, los tocó como si tuviese miedo de hacerles daño, pero al sentir el contacto, agarró confianza, viéndolos, escaneándolos, llenándolos de besitos en las cabecitas pelonas. Se sentían muy suaves y tibios, además de percibirlos rojos del rostro, pero Kelle le dijo que era normal, ya que pronto tomarían su color.


Por suerte, Kelle había llevado un cojín de lactancia y era perfecto para Nicolás, quien se sentó en la cama, se abrió la bata y con el cojín sobre las piernas y lo suficientemente alto, acomodó a cada bebé a un costado mientras Kelle le ayudaba a que los bebés se metieran todo su pezón a la boca, para que mamaran bien. Y no fue difícil, los bebés mamaron muy fuerte e inmediatamente, dejando en claro que tenían mucha hambre. Durante su primera vez amamantando, Nicolás los vio con más calma, ignorando que Oliver había entrado a la habitación. Sus bebés tenían los ojos abiertos, y lo miraban mientras absorbían sus pechos. Nicolás no podía decir con exactitud a quién se parecían porque estaban muy pequeños aún, pero sentía que estaban igualitos a Oliver. El color de ojos de ambos era extraño, por el momento se les miraba azul turquesa muy oscuro, pero había visto que los bebés nacían a así, entonces debía esperar un poco más. Cuidándolos para que no se movieran mucho, Nicolás les pasó los pulgares por las mejillas, sintiendo la suavidad de su piel nueva, que, al crear contacto, se estremeció.


Y si le preguntaban qué se sentía amamantar, no sabría, sólo diría que era maravilloso, que era lo más hermoso que había ofrecido, porque lo hacía sentir útil y orgulloso poder alimentar a sus hijos.


—Te vez fantástico —Oliver le susurró en el oído, besándolo en la mejilla y sacándolo de sus pensamientos. Nicolás sonrió, devolviéndole el beso, sorprendiéndose por lo natural que se comportaba al tener a Oliver viendo sus pechos al descubierto mientras amamantaba. Antes pensó que sería difícil, pero ahora era lo más natural del mundo. Y parecía ser muy increíble que Oliver tampoco se cohibiera cuando al ver que los bebés se desprendían del pezón, Oliver los guiaba, acariciándolos y recibiendo jadeos satisfactorios por parte de los bebés.


—Oliver —Nicolás respiró hondo antes de seguir hablando —: Gracias por siempre estar conmigo, en todo momento… muchas gracias. Yo sé que soy difícil, y que me falta mucho por aprender, pero me tranquiliza que sea contigo, porque tú tienes todo lo que me hace falta. Te amo, te amo mucho. Me prometo esforzarme mucho…


—Shh —Oliver siseó, callándolo con un beso —. Estaremos bien, hay mucho de qué hablar, pero… esos asuntos se tratarán con el paso de los días. No te fuerces, yo sé que podrás, que podremos con dos bebés. No te dejaré solo. —Sujetó su rostro con ambas manos, besándolo con tenuidad —. Gracias a ti por esto, gracias por darme dos bebés ¿mh? Es lo más maravilloso que me han dado. Te amo.


—¿Mucho mucho?


—Mucho mucho —aseguró con una sonrisa,  besando a sus hijos en la frente.


Kelle rió al grabar la cursi declaración, tomando a Nicolás por sorpresa.


Esa noche, Nicolás amamantó y durmió con sus bebés, cuidándolos a cada rato, disfrutando incluso de verlos dormir y quejarse a veces. Pero antes hizo caso de Kelle y se untó de su propia leche en los pezones para que no se le rosaran.  Oliver se quedó toda la noche también, cuidando de su esposo y sus hijos, tomando esa como la mejor experiencia. Todo había resultado sorpresivo, al principio aterrante, pero al fin y al cabo todo resultó bien. Y era impresionante tener a las dos criaturas que por meses acarició por sobre la piel de su pequeño pecoso. Era totalmente, absolutamente indescriptible. No tenía palabras para describir ese momento, esa oportunidad, esa situación poco común. Si antes amaba a Nicolás, ahora lo amaba más que antes, y se sentía agradecido y afortunado por tener a una familia completa.


Nunca se maginó que Nicolás era intersexual, pero se sentía elegido por tenerlo cerca. Jamás había molestado a Noah ni le reprochaba porque era hombre y era imposible embarazarse, de hecho pensaba fríamente sin saber que Nico en verdad era perfecto para darle a dos bebés sanos y fuertes, porque lo estaban. Los chequeos decían que los bebés estaban estables y que no poseían ninguna deformación además. El periodo de gestación fue duro y Oliver no estuvo en los momentos de la primera menstruación, pero sí presente en su segunda, y estaba satisfecho porque Nicolás tenía la mejor recompensa también. Todos los meses con mal humor, valieron la pena. Todas las noches de insomnio también.


A la mañana siguiente, Nicolás se cambió de toalla sanitaria. Debido a que estaba recién ‘aliviado’, su menstruación llegó y aunque era incómodo, usaba toalla femenina, una grande que acobijara a su pene hasta que la regla terminara. Y también, sin dudarlo, caminaba ágilmente por su cuarto. Oliver seguía dormido en el sillón y los bebés todavía no despertaban.  A lo mejor lo daban de alta ese mismo día porque sinceramente se sentía muy bien, le dolía un poco la herida, pero Kelle le había llevado ropa y fajas para mantenerlo apretado. El cuerpo de Nicolás estaba con kilos de más, más o menos llevaba como 7 kilos de sobrepeso, pero no se le notaba demasiado si usaba una camiseta holgada. Tenía estrías, un poco, pero estaba bien con eso.


—Mi bebé —Salomón lo abrazó por la espalda, besándolo en la mejilla, meciéndolo como a un niño chiquito —. Felicidades, ayer por la noche los vi dormir y se parecen bastante a ti.


—¿A mí? Yo diría que a Oliver, yo no les veo parecido a mí —se sinceró, entendiendo que algunas veces la gente veía lo que quería ver. En todo caso, los bebés se parecían  mucho a Oliver, incluso tenían la marca de nacimiento. Pero por el momento faltaba verles el cabello y las cejas, y quizá serían pelirrojos o tal vez rubios —. Lo que me tiene preocupado ahora es cómo se van a llamar, no he pensado en nada.


Salomón soltó un gemido de angustia, pero luego decidió decir lo que tanto deseaba repetir:


—Estoy muy orgulloso de ti —confesó, manipulándolo para ponerlo de frente y verlo a los ojos —. Soy abuelo —murmuró, besándolo en la frente.


Kelle entró a la habitación, carraspeando y abrazando como loca  a Nico, yendo con los bebés para darles un besito también. De ese modo pasaron la mañana, hasta que al pelirrojo y a los bebés los dieran de alta al siguiente día para mayor precaución.


Durante esos dos días en el hospital, Nico aprendió a cambiar pañales y a lactar, también a cambiarlos para cuando salieran y los llevaran a casa. Tomás le ayudó a cambiar a los bebés para hacerse cercano también, y Caroline también ayudó a ciertas cosas, dejando descansar a Oliver en algunos ratos.


Pero lo que Nicolás no sabía era que cuidar a dos bebés no era nada fácil estando en casa. No sabía que sería cansado levantarse en las madrugadas a alimentarlos y que cuando Oliver estuviera trabajando tendría que mantener todo bajo control, con o sin la ayuda de Kelle. Pensar en los nombres de los bebés tampoco era tarea fácil. Pero eso era lo mínimo; todavía faltaba mucho por recorrer.  


Por lo pronto, el comienzo ya estaba andando, y dependería de muchas cosas seguir caminando día a día. ¿Qué aprendería? ¿Cómo educaría? ¿Cómo se organizaría? Quería encontrar la respuesta a todo eso.

Notas finales:

Quizá muchos piensen que de aquí no hay nada interesante. Pero tenemos a un adolescente que cuidará a bebés. Y es ahí donde manejaré el embarazo a temprana edad y varios problemas. Los siguientes caps serán bonitos... :P

 


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