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-Casado con el mismo hombre- por Monnyca16

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Notas del capitulo:

No tengo perdón. Bueno, este cap es como el proceso o la viencia de Nico con los bebés y eso. Tiene algo importante al último, que comienza con algo simple, pero que realmente significa más que 'pechos'

Capítulo 21


“Curiosidad”


Llevaba apenas siete minutos amamantando y la espalda le dolía brutalmente. Se mantenía sentado y con el cojín de lactancia, pero aun así, dolía mucho. Y qué decir de sus pezones. Estos habían aumentado de tamaño, pero no se miraban oscuros, más bien eran rosa pálido; parecían chupetas y eran estupendos para amamantar a los bebés, pero dolían también. Desde esa madrugada supo que tenía los pezones heridos y estaban a punto de sangrarle. Ardían demasiado, pero todavía faltaba para que los bebés le vaciaran los pechos.


No había duda. Sus hijos comían demasiado, en exageración para Noah. Y aunque Nicolás sabía que los tenía que alimentar cada tres horas, algunas veces los bebés le vaciaban los pechos y se quedaban con hambre, era por eso que tenía que preparar biberón. Quizá no estaba produciendo mucha leche, aunque por lo que sabía, eso nunca sería verdad; incluso teniendo dos bebés, los pechos producían mucha leche para ambos. Luego pensó que se debía a que era intersexual ¿tenía que ver? Revolvió la cabeza y siguió con su labor, quitándose esos pensamientos y aceptando que estaba exagerando y que debía relajarse.


Ser madre-padre no era fácil. No lo era. Tenía su grado de dificultad y más a los dieciséis años, pero luego, en sus ratos libres, Nicolás se la pasaba mirándolos y disfrutando verlos sonreír mientras dormían. Porque dormían demasiado. Algunas veces quería ser ellos y dormir mucho, relajarse y dejarle toda la ocupación a Oliver, pero luego se motivaba y realizaba la parte que le tocaba. En todo caso, no trabajaba solo; su esposo le ayudaba demasiado.


Cada vez que los bebés lloraban en las madrugadas al estar hambrientos,  Oliver también se levantaba y se la pasaba un rato despierto, cuidando ahora de sus tres bebés, porque Nicolás no dejaba de ser su bebé, y además éste casi no dormía. Noah no dormía bien y todos se daban cuenta, pero no decían nada porque sabían que sería así. Lo bueno era que Olivia había llegado a tiempo para ayudar a su cuñado a bañar y a vestir a los bebés cuando se necesitaba en los primeros diez días, eso era lo importante. Al menos Nicolás no estaba totalmente solo en aquel entonces, pero ahora que Olivia se había marchado de nuevo por circunstancias serias,  las únicas personas que llegaban a casa eran Kelle y Tomás.


Y ¿qué decir de Oliver? Él también ayudaba mucho, durmiendo a los bebés y bañándolos. Pocas veces les cambió el pañal, pero dos veces lo había hecho y habían sido después de llegar del trabajo. Kelle también ayudaba, más que nada con el ambiente, calmándolo y llevando todas sus ocurrencias para animar a toda la familia.


Pero ahora eran las tres de la mañana y aunque Nicolás amenazaba con dormirse, Oliver le toqueteó el hombro, avisándole que estaba ahí también. Esa semana había sido muy dura en lo que correspondía a las nuevas actividades, y también muy animosa porque tener a dos angelitos era precioso.  Los primeros días en casa después de la cesárea, Nicolás no paraba de sonreír mientras veía a sus bebés dormidos en su enorme cuna. Les acariciaba las mejillas y le agarraba las manitas, dejando que las pequeñísimas manos de los recién nacidos le apretaran un dedo. Y era hermoso. Era maravilloso verlos sonreír y gemir mientras dormían. Eso no tenía precio y Nico lo sabía, era por eso que no se desesperaba por las cargas y nuevas actividades.


—Ya no están comiendo —Oliver murmuró en su oído, besándolo en la mejilla. Era verdad que ya no le mamaban los pechos, pero era una trampa. Sus bebés se hacían los dormidos y cuando los retiraban de los pechos, comenzaban a llorar. Era por eso que Nico debía esperar a que se medio  durmieran para poder apartarlos y hacerlos repetir.


—Es una trampa —espetó, bostezando.


—Que ya están dormidos —siguió insistiendo.


—No, van a llorar si los separas.


—Son puras chiflazones —comentó, viendo que su pequeño ladeaba la cabeza, interrogante—. Sólo dámelos.


Noah asintió, apartándose a los bebés y pasándoselos a Oliver, notando que habían empezado a llorar. Oliver tomó a ambos con cuidado y los puso sobre su pecho para hacerlos repetir, dándoles toquecitos en la espalda, y caminando hasta la gran cuna. Nico se quedó perplejo, percibiendo lo admirable que era su esposo. En cuestión de segundos, los bebés habían dejado de llorar y repitieron a tiempo, cayendo en un profundo sueño que dejó al pelirrojo más relajado.


A comparación de Nico, Oliver sabía demasiado. ¿Era su edad? ¿Su gran deseo de ser padre? Nico no sabía, pero estaba agradecido. En todo caso, Nico  estaba aprendiendo para poder ser una buena madre-padre para sus hijos y más que sorprender a todos, sorprenderse a sí mismo.


Antes de dormir, Nicolás se apretó cada pecho y al salir leche, se la esparció por cada pezón, recordando que Kelle se lo había recomendado para curar las rosaduras. Se puso de pie, tronó todo su cuerpo y suspiro, casi gimiendo, sintiendo una enorme picazón en la espalda.  Posteriormente se dirigió a la cama y se dejó caer, sintiendo un poco de dolor en su herida de cesárea. Ronroneó y se quedó dormido de ese modo, tan rápido que Oliver se impactó.


A la mañana siguiente, los bebés se encontraban con los ojos pelones, mirando todo su alrededor y manoteando para que Oliver los cargara. Se movían demasiado. Eran unos monstruos algunas veces. Pero no. Oliver tenía que ir a trabajar y sólo se encontraba despidiéndose de ellos,  besándolos muchas veces en la cabeza.


—¿Me traes pay de fresa para la cena? —Interrogó Nicolás, corriendo hacia la cuna para ver a sus pequeños y encontrarse con Oliver. Éste asintió, acercándolo y plantándole un casto beso en los labios —. Hoy los bebés cumplen 15 días de nacidos. Tenemos que celebrarlo. —Sonrió.


—Lo sé, necesitas un premio por haberte portado tan bien. —Rió—. No te olvides de los nombres de los bebés ¿has pensado en algo?  —La interrogante de Oliver dejó boquiabierta a Nico.


—Tengo algunos, ¿Y has visto cuánto han crecido? —Esta vez miró a los bebés, tocándolos y haciéndolos moverse mucho.


—Mucho. Han crecido mucho. Lo estás haciendo bien —premió, mirándolo seriamente.


—Tú también lo estás haciendo bien. —Nicolás se mordió el labio al contestar, manteniendo una distancia considerable. Cuando Oliver lo miraba así, debía huir lo más pronto posible. Últimamente Oliver disfrutaba de ver a Noah con los pechos en total uso y eso había causado mucha excitación desde el primer día después de volver del hospital. Y se suponía que debían evitar tener sexo; Nico sangraba del pene y además no tenía apetito sexual. No fantaseaba y de lo único que se ocupaba era de atender a los bebés. Oliver lo entendía, pero no era aceptable para su pene, que se ponía duro como una piedra todas las noches e incluso cuando lo veía amamantar. Y no era incesto como muchos dirían. Oliver se ponía duro al ver solamente a Nicolás, verlo en una pose común y con sus senos al aire. Eso olía muy bien. Nicolás olía muy bien y eso era demasiado para Oliver. Incluso era natural que Nicolás se excitara al sentir que le mamaban los pezones, no siempre, pero no debía sentirse culpable si sentía pleno gusto y esa excitación que podía catalogarse como sana. Tampoco era que se pusiera completamente duro al sentir que sus bebés comían de él, pero sentía bien, sentía pleno y aunque no se sentía culpable, lo había buscado por internet y luego preguntado a profesionales y estaba bien, porque era una reacción del cuerpo y a cualquiera le podía suceder, además estaba fuera de lo incesto. Nicolás disfrutaba mucho amamantar porque lo hacía feliz saber que podía mantener con la barriga llena a dos hermosas criaturas.


En todo casom  el sexo había pasado a segundo término porque por más que Oliver lo mirara de esa forma tan lujuriosa, Nicolás pintaba su raya, ignorándolo o yéndose de la habitación antes de que acabara sobre la cama y con un Oliver muy desesperado y apasionado sobre su delgaducho cuerpo. Esa mañana, Nicolás simplemente se había alejado unos dos metros de él, poniéndose inmediatamente una enorme camiseta para cubrirse desde el cuello hasta las rodillas. Eso la mayoría del tiempo funcionaba, y sí que había funcionado por milésima ocasión al sentir que Oliver se despedía con un beso y le decía que más tarde le traería su pay y que lo ayudaría a bañar a los bebés.


Ya completamente solo y a punto de entrar a la cocina para calentar las tetas,  que tenían dentro leche materna que Nicolás se sacaba a diario, Kelle llegó, dirigiéndose al cuarto de Nicolás para ir a ver a los bebés antes que a él. Eso siempre pasaba. Nico también pasaba a segundo término con Kelle y no importaba, con que amara a sus hijos estaba bien. Ya con la hora exacta, los bebés hicieron puchero, queriendo llorar, avisando que era hora de alimentarlos. Parecían un reloj y Nico ya se había aprendido el horario de todas sus comidas.


Ya sin dolor en la espalda, cargó a un bebé mientras que Kelle cargaba el otro para alimentarlos al mismo tiempo.


—Como que te están creciendo mucho ¿No crees? Creo que tienes más que yo. —Kelle se refería a los senos. Nicolás miró sus pechos y asintió, confundido. La verdad era que sí, se le veían los pechos más levantados, más…más sexys. Eran sexys, Nicolás por ello cuidaba sus senos.


—Y también ya estoy más delgado, supongo que estaba hinchado solamente, ahora ya no tengo mucha panza.


—Pero tienes que comer, recuerda que estás alimentando a los bebés y eso te quita mucha energía. Tienes que comer mucho, por eso te guisaré mucha carne para que comiences a agarrar más forma.


Nico dijo que sí con la cabeza, terminando de alimentar al varón, caminando por la habitación para hacerlo repetir.


Esa tarde cambió pañales y comió mucha carne de res y verduras. Kelle se había lucido con la comida y mientras esperaban a Oliver y veían a los bebés dormidos, ambos se concentraron en unos vídeos muy raros de youtube. Kelle había buscado demasiadas tonterías últimamente, pero en esos momentos se encontraban viendo a una entrevistadora ‘cagada’. Por lo que se miraba en el vídeo, la chica traía un problemita y en medio de su grabación se había hecho popó sin consideración, y para colmo traía pantalón blanco y se le miraba la mancha café. Eso sí que había sido vergonzoso. Nicolás la compadecía, él jamás querría estar en una situación como esa. Kelle también se sintió mal por ella, pero luego sacó una risilla, confesando que una vez a ella le pasó y que había sido realmente gracioso. ¿Sólo Kelle podía ver gracioso eso? Tener diarrea era algo común, pero Noah suponía que Kelle luego le veía el lado bueno de cagarse en los pantalones.


Otros vídeos fueron semejantes, graciosos, de situaciones chistosas, de reporteros que se caían o la regaban en vivo. Eran muchos vídeos y la risa de Kelle había sido tan alta que Nicolás no dudó en contagiarse, cayendo en el piso y soportando el cosquilleo de su estómago, sin pensar si quiera que Oliver lo veía. Y lo veía con seriedad. Nicolás se encontraba literalmente rodando en el suelo, riéndose sin parar. Eso sí  había sido muy sobrepasado, pero Nico ya se conocía y no se avergonzó al sentir que su marido lo miraba con ojo crítico. Esa había sido la primera vez después de su regreso a la casa, que Nico se reía de esa forma tan natural.  Y a Oliver lo ponía muy feliz.


—Eso sí que ha sido demasiado pasado de lanza —Kelle espetó, cerrando las ventanas de la computadora y dirigiéndose hasta la cuna para ver si los bebés estaban bien. 


Oliver se acercó para ver de cerca a Nico, tocándole la barriga cuando inmediatamente éste se levantó del suelo.


—¿Qué comiste? —Inquirió, preocupado por el peso de Nico. Se veía muy delgado y quería que comiera bien. Nico sonrió.


—Mucha carne y cosas verdes…


—¿Muchas verduras? —Siguió con su cuestionario de todos los días


Nico asintió, complementando:


—Mucho de eso, ¿y tú? ¿Trajiste mi pay?


—Comí un poco de pescado. Sí, está abajo. ¿Sigues muy cansado? ¿Qué has estado haciendo toda la tarde? ¿Reír mucho?


—Me duelen la espalda, pero estoy bien. ¿Reír? —Se negó varias veces—. He reído, pero no toda la tarde, sólo un rato. —Automáticamente se abrazó del brazo de Oliver, oliendo su perfume. Le encantaba como olía. Ese grandioso perfume y el aroma a bebé lo enamoraban mucho.


Kelle carraspeó.


—Es mucha cursilería por hoy —dijo, despidiéndose de los bebés —. Me voy, pero regresaré mañana. Yo prepararé la cena, así que mañana cenaremos en familia, para que llegues a tiempo, Oliver —Éste movió la cabeza para decir que sí. Entonces Kelle sonrió, se despidió con la mano y salió dirigiéndose a casa para terminar con su gran tejido.


—Ni siquiera nos da tiempo de ofrecerle dormir en la casa —Oliver frunció el entrecejo. Nicolás le golpeó el brazo.


—Tenía que seguir con su tejido y le gusta que le den privacidad con eso —la justificó.


Luego se eso cenaron brevemente algo dulce e inmediatamente bañaron a los bebés. Los bañaron de uno por uno porque eran inexpertos y además lloraban si Oliver no los tocaba para hacerlos sentir protegidos. Se suponía que la madre tendría ese lazo, pero Oliver lo llevaba. Usualmente los bebés buscaban a Nicolás para comer, comer…comer….comer. Y sí, para comer. En cambio, a Oliver lo buscaban siempre. Con Oliver dejaban de llorar, con Oliver se dormían como angelitos… y cientos de cosas más. En conclusión: los bebés por el momento sólo querían a Nicolás para comer  porque les agradaba  sentir sus pechos, ahí se dormían, ahí sonreían, ahí agarraban todo lo que podían. Y se sentía bien, pero el mando lo llevaba Oliver.


Y en cierto modo Nico se sentía triste.  A pesar de que Oliver se la pasara trabajando y viendo a los bebés cuando podía, los bebés seguían prefiriéndolo. ¿Y cómo no, si estaban idénticos a él? No había dudas. Los bebés se parecían a Oliver, completamente. Pero en este caso, eran Oliver’s versión rubia porque ya se les comenzaba a ver lo rubios que eran, uno más dorado que otro, pero rubios al fin. Otra diferencia eran los ojos, porque mientras Oliver los tenía grises, los bebés los tenían azules, pero también se les miraban agrisados al mismo tiempo.  No tenían nada de Nicolás. Nada a pesar de poseer ojos azules.           A simple vista se parecían a Oliver, o quizá faltaba ver ya de grandes para ver si tenían algunas manías, pero por el momento nada.


Después de bañar cuidadosamente a cada bebé, terminando con la niña, Nicolás se metió a bañar primero, sintiendo que Oliver entraba a la regadera ya cuando se enjuagaba. De esa forma era como lo hacían. Siempre se bañaban así porque Noah quería seguir manteniendo distancia. Para esa noche Nicolás se puso una pijama muy cómoda, se trataba de unos pantalones tibios de tela gruesa y una playera blanca que dejaba mucho a la imaginación, de hecho se le veía el suave sostén que se había puesto. Aquella prenda íntima no tenía varillas y era perfecto para dormir, por ello amaba ponérselo.  


—¿Qué es todo eso? —Oliver señaló una bolsa de ropa. Justo en esos momentos había salido de la regadera y traía el cabello jodidamente mojado y sexy…e iba desnudo por la parte de arriba mientras que sólo un bóxer cubría la hermosa forma de su entrepierna.


—Son sostenes, Kelle los ha traído. ¿Quieres verlos? —Oh no. Eso había sido mala idea al recordar que algunos eran de encaje. Pero de acuerdo, eran sostenes ¿qué había de malo? Algunas veces Oliver lo ayudaba a ponérselos. Tampoco era para exagerar.


En pocos segundos ya se encontraban viendo la lencería. Eran muy bonitos, muy sexys. Oliver agarró uno de encaje negro, lo vio y se lo entregó.


—Quiero vértelo puesto.


Noah realmente no se lo esperaba. ¿Vérselo? ¿Ahora? ¿Por qué? ¿Qué pasaría después? No. No debían tener sexo. Nico ya había dejado de reglar, pero no tenía ganas.


—¿Ahora? —Tartamudeó, agarrando la prenda—. ¿Para qué?


—Para verte.


—Pero ¿para qué me quieres ver?


—¿No puedo? Sólo quiero verte. Quiero verte los pechos —se sinceró, acercándose más.


Nico entornó los ojos. No había nada de malo con que Oliver viera sus pechos, pero… ¿qué significaban los pechos para Oliver? ¿Le gustaban mucho los pechos? Nico se negó. Se suponía que a Oliver le gustaría Nicolás como hombre, pero ahora que tenía cuerpo de mujer los pechos se habían vuelto importantes. ¿Y si después de unos años Nicolás prefería seguir como hombre y optaría por ejercitar más su cuerpo? ¿Oliver no pensaba en eso? ¿O era que pensaba que Nicolás se quedaría con ese cuerpo y que había preferido verse como mujer? A Nico le gustaba tener pechos, una vagina y un útero, pero le gustaba mucho más ser hombre, vestir como hombre, sentirse como hombre a la hora del sexo.  ¿Cómo lo veía Oliver exactamente?


Sin dudarlo, Nico sintió miedo de que algún día Oliver se fuera a fijar en una mujer, una mujer en su total esencia. Y aunque estuviera bien seguro de lo que quería para sí mismo, no pudo evitar preguntar lo que necesitaba saber:


—Sé que meses antes dijiste que me querías y te gustaba por lo que era, por ser hombre, pero ahora ¿Cómo te gusto más, como mujer o como hombre?


Oliver levantó una ceja.


—Me gustas por cómo te sientas mejor. Si tú te sientes bien con algún sexo en particular, me gustarás por eso. Me gusta cuando te sientes sexy, cuando te sientes cómodo contigo mismo.


—Siento que actualmente te gusto más por mi físico. Y me gusta mi físico, pero…


Esta vez, Oliver supo a qué se refería. Y necesitaba aclararlo, no tenía ningún problema con eso, es más, sentía que ya era hora tocar ese tema porque era difícil ser intersexual. Quizá el problema comenzaba con ‘tener pechos’, pero al final se enfocaba en que Nicolás escogiera la sexualidad que más le gustara, porque no por tener hijos se dedicaría a ser mujer. De hecho podía ser hombre y vestir como hombre después de darles pecho por unos meses más si es que quería seguir plano, como antes.


—Lo estás malinterpretando. Que tengas pechos no te hace sentir mujer ni ser mujer. Es tu cuerpo y todos tenemos entendido que las mujeres siempre tendrán pechos mientras que los hombres no, pero tú eres una combinación de ambos y siento que debes aprovechar y sentirte bien con tus atributos. Personalmente, me gustaría verte los pechos porque tienes linda figura, porque me gustaría ser cercano a tu cuerpo actual, porque me gustas. Me gustas sin pechos y con pechos, me gustas delgado o con kilos de más. Pero me gustaría conocerte de todas formas, eso es todo. Me gustaría conocer tus nuevos cambios y complementarme de esa forma contigo. Y tampoco importa si me gustan mucho los pechos o las caderas…yo simplemente tengo ojos para ti, sólo para ti. Puedo mirar a otras personas, pero a la única que le voy a prestar toda la atención es a ti, por eso quiero conocerte en todas las facetas. Me sigues dando curiosidad, me sigues incitando a amarte. No porque ahora tengas este cuerpo significa que tendrás que transformarte físicamente. Los hombres y las mujeres pueden hacer las mismas cosas y eso no los hace mejor o peor, así que no te preocupes. —Levantó la mano para acariciarle la mejilla—. Te amo tal y como eres ahora y como eras antes. Y no pienses en el qué dirán, no…sólo confía en ti mismo y en mí.   ¿Eso no es suficiente?


Nicolás parpadeó locamente, asintiendo levemente con la cabeza. Sí. Eso era suficiente. Todas sus dudas habían sido resueltas y lo cierto era que no sabía cómo preguntar todo aquello, pero Oliver lo conocía  a la perfección y sabía sus miedos, sus habilidades y sus deseos. Sabía todo de él. No importaba cuántas dudas tuviera el pequeño pelirrojo, Oliver siempre buscaría resolver sus cuestionamientos externos e internos. A pesar de todo, Oliver seguía pensando en él y en sus preocupaciones. Seguía haciéndolo sentir único. Ahora era Nicolás quien sentía que se había enamorado de Oliver una vez más.

Notas finales:

Mañana subo otro cap. Y ya el fin de semana actualizo como se debe.

¿Qué más? Pues nada, que esto no tiene nada de drama, más bien vamos a ver algunos datos curiosos de lo que pasan algunas personas que tienen bebés. En este cap vimos eso de la excitación cuandose amamanta,en Nicolás sobre lo de su pensamiento a ser hombre por siempre y el qué dirán después al ver que es mamá también. Eso es mega difícil. ¿Se imagina cuando los niños vayan a la escuela  y comiencen a tener problemas porque realmente tengan 2 papás? eso es muy interesante.

Esta historia no va a durar mucho, es algo simple, pero con temas ciertos. Como pueden ver no hay drama ni un tríangulo amoroso, ni nada cliché, es sólo la ida de estos dos, que está llena de pensamientos y cambios constantes.

Gracias por leer y por esperar mucho.


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