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-Casado con el mismo hombre- por Monnyca16

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Notas del capitulo:

No tengo ningún perdón, sólo digo que la internet me ha estado fallando, que me da tristeza ir llegando al final de esta historia y que bueno...Ayer me la pasé en una fiesta familiar, me puse ebria y eso...eso también incluyó a que no subiera nada.

Lo lamento, sé que he sido gacha, pero de verdad quiero que me llegue el tiempo y la imaginación para poder tener 28 capítulos en esta historia. Siento que debo terminarla para editarla y tenerla en documento, quizá tenerla lista para publicarla en libro o al menos un intento.

Los amo.

Capítulo 24


“En familia”


Ese día habían quedado en no salir de casa, pero en casa se estaba sintiendo demasiado aburrido y era por eso que Nicolás había aceptado salir un rato. Mientras las manos de Nicolás temblaban, Oliver se encontraba poniéndole los calcetines a Dominik. Jordy estaba lista, pero el que estaba haciendo guerra era el pequeño y mientras Oliver hacía lo posible por tener todo bajo control, Noah pensaba en si hacerse la prueba de embarazo o no.


¿Era posible que estuviera embarazado? Sí. Pero no quería embarazarse, no ahora. Nico amaba a los niños, a sus hijos y  a los que vinieran, pero el problema era que Nico no era mujer y que tendría problemas para que sus hijos aceptaran que tenían dos papás y no una mamá y un papá como los demás niños. Nicolás sabía que si educaba bien a sus hijos, éstos no se fijarían mucho en las palabras de los otros, pero aun así era muy riesgoso.


Y, sinceramente, Oliver no perdía tanto como él. Oliver podía ser un buen padre porque era un hombre hecho y derecho, pero Nico no. Porque Nicolás tenía cambios de humor,  tenía rostro de mujer y una polla…tenía un bonito culo y le gustaba a muchos hombres a pesar de ser mitad de uno. Nicolás podía pasar desapercibido y fingir que era una mujer como otras, pero en el fondo se sentía como hombre a pesar de su lado materno. Nicolás amaba su pene, sus testículos y sus pocas curvas. Amaba su lado masculino, y también le agradaba su lado femenino, pero en el futuro no quería lucir cien por ciento como una mujer para darle gusto a los demás.


Pero demonios ¿Cómo les diría a sus hijos que los había albergado en su vientre? ¿Era creíble? Sería un problema durante la etapa de sus estudios.  Era difícil, más no imposible. Y aunque Nico tuviera mucho miedo, no se dejaría vencer, aunque a decir verdad…no se sentía embarazado. ¿Y si sólo el ciclo de su menstruación se había cerrado por su estado? Nicolás compartía dos sexos y quizá ese era el problema para que su ciclo menstrual se terminara. A lo mejor era eso, sí, lo más probable era eso a estar embarazado. Otra posibilidad era por amamantar, pero luego recordaba que había dejado de dar pecho muchas semanas atrás.  


Luego de pensar como los locos, fue a buscar un poco de ropa a su closet para de ese modo salir. Buscó entre todo, localizando unos bonitos pantalones y un suéter muy hermoso. Se agachó para buscar unas botas de frío, fijó su vista en una caja de costura y luego recordó que ahí Kelle le había dejado algunas pruebas de embarazo por si acaso. Dudándolo un poco, abrió la caja y encontró una, la única. Antes de agarrarla, miró a su alrededor para que Oliver no estuviese presente y cuando supo que nadie podía verlo, la tomó, dirigiéndose al baño.  


Ya dentro, por nervios le entraron ganas de orinar, facilitando todo para poder hacerse la prueba. Al principio no quería hacérsela, pero luego fue tanta su curiosidad que orinó y esperó la respuesta. Durante la espera sintió un escalofrío, recordando lo bonito que era estar embarazado. Extrañaba tener una mega barriga y tener sexo con mucho cuidado, también sonreía al recordar que Oliver era mucho más cuidadoso y exagerado. ¿Y si estaba embarazado? ¿Qué sería? ¿Niño o niña? Si estaba embarazado tenía que buscar nombres, hacer otro baby shower, tendería que ir al ginecólogo y sería hermoso ver y escuchar los latidos del corazón de su feto. O… ¿serían dos? Sonrió como tonto, negándose después varias veces, evitando hacerse ilusiones. ¿Y si no estaba embarazado? ¿Cómo se sentía saber que no se estaba embarazado?  Nicolás no quería sentir eso, no quería saber lo que se sentía darse cuenta que al final no estaba esperando un hijo


Después de todo, la situación tenía sus pros y sus contras. Aunque lo mejor siempre era saber la verdad. Era mejor saber si estaba embarazado o no. Así que con muchos nervios y los ojos cerrados, agarró la prueba y después de contar hasta tres, abrió lentamente los ojos, viendo borroso al principio, pero enfocando después, viendo que su prueba se mostraba negativa.


Miró unos segundos más y terminó por suspirar con cansancio. Antes sentía que el corazón se le saldría del pecho, pero esta vez esos latidos iban disminuyendo, haciéndolo calmar un poco. Se sentía extraño, decepcionado, triste. Era cierto que al principio pensaba en que no sería bueno tener otro hijo, pero de igual modo estaba muy ansioso por ver la cara de Oliver y volver a repetir la historia de su cuidado prenatal. 


Un embarazo siempre entusiasmaba y era algo excelente, pero ahora en vez de sentirse más relajado por no tener que pasar por el doble de miedo al hablar con sus hijos el día de mañana, estaba decepcionado. ¿Entones si no estaba embarazado, qué era? Lo más probable era que su menstruación se extinguiera por las hormonas. Y se sentía tan horrible envolver la prueba negativa en papel sanitario y tirarla al basurero. Era jodidamente terrible respirar profundo y salir del cuarto de baño y dirigirse hasta la sala para encontrarse con Oliver, cambiar el semblante y fingir que nada pasaba. Porque no le contaría lo de la prueba negativa ahora, quizá se lo comentaría mañana o pasado…o nunca. Aunque debía contárselo para irse a revisar y para que Frank le diera el posible diagnóstico de incapacidad para procrear por su falta de ciclo menstrual.


—¿Vas a querer que vayamos de compras? Sé que Dominik está enfermo, pero si lo abrigamos bien nada le pasará —habló Oliver, sacando de sus pensamientos a Nico, quien dio un salto.


—Sería bueno ir de compras —examinó, pensando en que sería mejor distraerse y ya no pensar en el resultado de la prueba y en que tal vez sería imposible que volviera a tener hijos. Era terrible imaginar que jamás tendría la posibilidad de salir embarazado nuevamente. ¿Y si Oliver quería más hijos? ¿Y si Nicolás también quería más? Ese día Nicolás se sentía demasiado irritado y no podría quitarse ese peso  de encima al menos que fuera  con Frank para  que tratara su caso.


Luego de ponerle una gorrita a ambos bebés, Nicolás se puso la suya y terminó por abrochase los pantalones. Iba guapo ese día al igual que Oliver. Dodo y Berit también iban guapos, de hecho se miraban muy bien ese día. Aunque a decir verdad, estaban igualitos a Oliver, lo que significaba que siempre serían guapos. A Kellen ya se le estaba comenzando a marcar la barbilla partida y a diferencia de Jordy, su cabello estaba mucho más claro. Jordy, en cambio tenía el cabello más dorado oscuro, sin embargo, los ojos de ambos eran entre azules y grises, muy brillosos y profundos.


Un suspiro salió de entre los labios de Nicolás cuando apenas pisó el estacionamiento de su tienda favorita. Estaba heladísimo. Oliver llevaba cargando a sus hijos y se veía muy sexy, aunque no tanto cuando varias mujeres se le acercaban para felicitarlo por lo bonitos que estaban sus bebés. Nicolás veía todo desde lejos, desde la entrada del supermercado. Y aunque no debía sentirse celoso, lo hacía. Estaba celoso porque Oliver era suyo y no quería que ninguna otra persona lo tocara o lo mirara con insistencia y menos con sus hijos en presencia. A una velocidad inexplicable llevó consigo un carrito de compras, fue hasta su esposo y le apartó ambos bebés para sentarlos en la parte frontal del carrito.


—¿Entonces estás en una relación? —Una de las mujeres le preguntó a Oliver, sobresaltándose al  encontrarse con Nicolás de frente. El chiquillo rodó los ojos y sacó una sonrisa sarcástica. ¿Qué se creía? Por supuesto que Oliver estaba casado y se dirigían para su segundo año de aniversario. 


Era cierto que Nico no tenía maquillaje puesto y que sus labios estaban muy rojos por una pomada que se había puesto, pero eso no significaba que se veía feo. ¿O sí? Tampoco iba mal vestido como para no encajar con Oliver…


—De hecho, está casado —Nico resopló al contestar, mirando esta vez fijamente los bonitos ojos verdes de la mujer. Esa señorita era demasiado guapa y bajita, quizá tenía unos veintitrés años, tenía bastante busto y unas nalgas muy bonitas, pero era una puta. Sí, una zorra…


—¿Contigo? —Su pregunta sonó demasiado drástica y chillona.


 ¿Qué? ¿Le preguntaba que si con él? Por supuesto que con él. ¿Qué se creía? Nicolás era mil veces más guapo que ella y todas sus amigas juntas. Además era pelirrojo…y los pelirrojos eran muy sexys.


Oliver levantó el brazo para tocar el hombro derecho de Nicolás, tratando de tranquilizarlo. No era cotidiano que Nico se pusiera celoso, pero se notaba bastante cuando estaba cabreado por culpa de los celos. 


—¡Por supuesto que conmigo, porque contigo nunca se casaría! —Explayó, quitándose a Oliver de encima y caminando muy decido, llevando a sus hijos con él en el carrito. Se dirigió hasta la zona de frutas y verduras, explorando todo ya con más calma, viendo que las manzanas estaban en oferta y que no había plátanos a la vista. Luego fijó la vista en los champiñones y se negó, sintiendo mucho asco…demasiadas ganas de vomitar al oler el perfume de una de las mujeres que pasaba por su lado. 


Aquello lo hizo recordar a algunos ascos que le llegaban cuando estaba embarazado. Oliver se puso a un lado de él, haciéndolo voltear para hablar sobre lo anterior, sin embargo, Nicolás se tapó la boca con ambas manos y no dudó en vomitar sobre el bote de limpieza que justo estaba a su lado, sacando todo en varios segundos.


Todos los ahí presentes se quedaron viendo, otros se voltearon, pero Oliver simplemente se quedó en blanco. Nicolás nunca vomitaba al menos que algo le cayera mal al estómago. Ya viendo que había terminado de expulsar todo, Oliver sacó de la pañalera toallitas húmedas, una mini toalla seca y se las entregó, acariciándole la espalda de arriba abajo, con calma.


Nico se limpió la boca, buscando un poco de agua para terminar por quitarse el sabor a vómito. 


—¿Estás bien? —Nico asintió, tomando una pastilla de menta de su bolso para masticarla —. ¿Es por el enojo de antes o es porque estás…?


Nicolás sabía a lo que se refería, pero no sabía qué decirle. 


—Fue el perfume de una señora —comentó, viendo a sus hijos y luego sonriéndole tímidamente a la señora de limpieza, que se llevaba el bote. Nico jamás había vomitado en un lugar público, y se sentía extraño, pero aliviado a la vez.


—¿Estás esperando…? —Insistió, ignorado lo anterior.


Noah entornó los ojos, sintiendo cómo estos se llenaban de lágrimas. Y  sabía por qué, era porque no estaba embarazado y además andaba muy  sensible desde días atrás.


—No lo sé, no lo creo. —Se negó, confundido —. No lo estoy —agregó, recordando lo de la prueba.  Lo que más le preocupaba era que su embarazo estuviera expresándose como psicológico, si eso pasaba, entonces sería lo más terrible del mundo.  


Oliver se le quedó viendo muy seriamente, contestando:


—¿Por qué no lo crees?


—Sólo…sólo no tenía malestares, pero ahora…ahora. —No sabía cómo explicarlo.


Demonios, era muy extraño hablar de un posible embarazo en medio de frutas y verduras, y más incómodo se sentía al saber que en el fondo no estaba embarazado  y que mucha gente los veía y escuchaba, inclusive Domi y Berit estaban poniendo toda su atención.   


Entonces, Kellen comenzó a decir “papá”, interrumpiéndolos. Jordy también le siguió el juego y ahora los mellizos eran chuleados por todos los oyentes, quienes se reían al escuchar que pronunciaban muy bien “papá”


—¿Te llegó la regla este mes? —Cuestionó, viendo muy seriamente al chiquillo, que además se sintió mucho más enano que antes. ¿Oliver había crecido unos centímetros más o eran sus nervios?  Luego Nico se culpaba porque siempre era muy cuidadoso con lo de su ciclo menstrual  y además Oliver nunca se acercaba al tocador y miraba su calendario.


—¡Oliver! —Regañó, sintiéndose muy rojo al ver que mucha gente lo veía, esperando también la respuesta. Ese tipo de preguntas no se podían espetar así como así… eso era demasiado íntimo. 


—¿Cuándo te toca? ¿No te ha llegado? —Persistió, levantando el mentón al ver que la carilla de Nico se elevaba para verlo a los ojos.


—¿Creciste más? —Interrogó, pensando en que de nuevo la altura de Oliver era el factor de sus nervios —. No me veas así…—rogó, ignorando a su esposo y dando vueltas en círculos. 


—Entonces…estás… ¿Estás esperando?


—No —terminó por decir —. Me hice la prueba y salió negativa —añadió, viendo que la masa de gente ya dejaba de verlos y se iba a hacer sus respectivas compras —. Tengo un retraso de 19 días, pero me hice una prueba y no estoy —perfeccionó, esta vez más relajado y respirando hondo, sintiendo que su cuerpo ya no daba para más. Decirlo se sentía tan triste.


—¿Cuándo pensabas decírmelo?


—No lo sé, hoy…mañana…


No terminó de hablar. Fue esta vez Oliver quien lo interrumpió con un abrazo, agarrándolo fuerte y besándole el pelo:


—Está bien. —Acarició su espalda con sumo cuidado, diciéndole de esa forma que se tranquilizara. Conocía a Noah y sabía que estaba herido y demasiado sentido por enterarse de un resultado negativo. Y no sólo la desdicha iba por ese lado, más bien se acentuaba en una parte importante, que era la falta del periodo de Nico, lo cual podía significar incapacidad para volver a procrear.


Dos hijos eran un buen regalo, pero no estaba de más tener uno más, o dos, tal vez tres. El único problema de hacer la familia más grande sería el bienestar de Nico y las posibles negatividades que los niños adquirieran de la sociedad. Sin embargo, Oliver prefería no adelantarse a lo negativo y vivir el aquí y el ahora, sin pensar de más y armarse historias estresantes. No era que no se preocupaba nunca, más bien se lo tomaba con más calma, algo que Nico había aprendido, pero que no quitaba dejar de ser un preocupón de lo peor.


Era normal que se preocuparan, pero no era el momento de preocuparse demasiado.


—Más tarde hablamos con Frank —agregó, separando al chiquillo y viéndolo con mucho empeño para ver si realmente estaba bien o no.


—Sería mejor hacer la cita con él en enero —modificó, pensando en que sería mejor después de tanto festejo navideño, además no se sentía mal ni nada —. Me siento bien, de verdad.


—¿Y esos vómitos? ¿Entonces qué son?


—Es sólo que estoy sensible, y además molesto por el montón de zorras que estaban persiguiéndote. El estómago se me revolvió con eso y luego el olor del asqueroso perfume de la gente —gruñó, sonriendo al recordar la escenita que le había hecho a Oliver. Se veía tan patético actuando así…


—No le faltes al respeto a la gente, ya te lo he dicho…—Vio a Nico disculparse con una carita sugerente, ya más entusiasmado —. Aunque, regresando al otro tema, no te sientas mal, arreglaremos eso y sabrás lo que está pasando. Tómalo con calma, no te preocupes  ¿De acuerdo? —Levantó el rostro de Nico con ayuda de sus manos, recibiendo un asentimiento de cabeza.


Fue así que pasaron la tarde, comprando la despensa y luego un poco de zapatos para Nico. Los niños ya tenían suficiente ropa, pero no escatimaron y les compraron más. A la nena alcanzaron a comprarle unos moñitos muy lindos, y artículos femeninos, mientras que al niño le consiguieron unas gorritas planas muy bonitas. Oliver no quiso nada, más sin embargo, Nico terminó escogiéndole ropa interior.


Esa tarde fue muy especial y graciosa, aunque cansada también, más después de jugar con los niños y de cenar; Dominik amenazaba con pararse y caminar, haciendo que Jordy le siguiera el juego, pero todavía era muy pronto para Nico, quien los vigilaba y se tiraba en el suelo para perseguirlos mientras gateaban o simplemente para soportar que sus niños tiraran de sus cabellos  y le apachurraran los cachetes. Oliver también jugaba con ellos, y se veía demasiado sexy porque al verlo nadie podría imaginárselo cuidando a mellizos. Parecía imposible, pero al verlo se sentía hermoso, se sentía demasiado ardiente, tanto, que Nico se excitó, poniéndose endemoniadamente duro al instante.


Para llamar la atención de su marido, aprovechó que los niños gateaban por algún lugar del sillón, dirigiéndose lentamente hasta él, gateando, hasta subirse a su cuerpo y disfrutar de tenerlo acostado en la alfombra. Oliver se incorporó un poco, hasta sentarse en el suelo con Nicolás sobre sus piernas y abrazándolo por el cuello.


En cuanto sus ojos se encontraron, Nico se acercó, abriendo la boca para atrapar sus labios, besándolo, explorando su boca, regalando su aliento a mentol y la suavidad de su lengua. Durante el contacto no dudó en frotarse un poco, de jadear sin consideración, haciendo notar lo excitado que se encontraba. Hacía bastante tiempo que no hacía el amor con Oliver, y lo necesitaba.


—Tócame —pidió, incitando a Oliver un poco más. Inmediatamente al escucharlo, Oliver tocó su trasero, envolviéndolo entre sus manos, pasando dos dedos entre sus nalgas sin importar que todavía tuviese el pantalón puesto.


La situación era que Nico se veía dispuesto y cachondo, y aunque Oliver no quisiera parar, los niños no hacían ruido y estaban en la sala. Pidiéndole parar con un beso más lento y a forma de despedida, Oliver lo agarró de los hombros y lo alejó un poco.


—Primero llevamos a los niños al corral y luego vamos al cuarto —propuso, mirando a su alrededor para detectar a sus hijos, quienes los veían con mucha atención y se reían. Nico movió la cabeza de arriba abajo, apartándose de su esposo hasta pararse, cargar a la princesa y esperar a que Oliver llevara a Domi y después lo siguiera hasta la recámara.  


Esa noche sería jodidamente inolvidable y llena de compensaciones, simplemente era lo que Nico necesitaba para olvidarse un poco de todo lo preocupante y triste que había pasado ese día.

Notas finales:

No estoy segura en cuándo vuelva a subir. Quiero subir fielmente los fines de semana, pero necesito mucho tiempo e inspiración. Daré lo mejor de mí y terminaré esta historia cuanto antes, porque siento que ya es hora. Tengo que dejar descansar a estos personajes, tengo que dejar descansar a todos aquí, porque sinceramente esta historia podría tener una tercera parte, donde narraría posiblemente la vida de los hijos y con enfrentamientos en la sociedad, en sus gustos sexuales y en su aceptación para su familia con dos padres. Se me han ocurrido ideas muy locas para un tercer "libro" por así decirlo,  y JODER, se que se me van a enojar, pero no todo lo que brilla es oro y ya verán lo que les tengo preparado para los capítulos finales de esta historia. 

 

Muchas personas tal vez vean esta historia sin sentido, pero ni hablar. De mi no pueden esperar un drama de amores. Vendrán muchas reflexiones salidas de mis experiencias y de mi corazón para todos ustedes en los últimos capítulos.

¿Qué es lo que pasará después?

Sólo les digo que tengo un final muy lindo, lo tengo en la jodida cabeza y ¿saben? Iba a ser el final de la primera parte, pero luego pasó todo esto y bueno, esta vez sí pondré ese final. Saludos y mucho amor. Sean felices y piensen positivo.


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