—Más… ¡Más! —los gritos, suplicas y jadeos se escuchaban claramente en la sala, amortiguando los sonidos que provocaban los choques de piel entre ambos. Los gemidos se hacían cada vez más fuertes e incontrolables y Baekhyun sentía que estaba alcanzo el cielo.
Sus largos y finos dedos arañaban sin cuidado la piel del contrario, mientras los labios ajenos dejaban marcas violáceas en cada parte de su cuello y torso, sin detener las embestidas en ningún momento.
El punto dulce del menor fue tocado en esos instantes y, desde ese momento, toda la cordura se fue por la ventana. Baekhyun gritaba por el placer, casi desesperado, buscando más y más, jadeando, sintiendo e imaginando, su acompañante era todo un experto y vaya que se lo estaba demostrando.
—Más rápido, por favor —suplico ya sintiéndose cerca de acabar, en una situación normal hubiese sido demasiado inaceptable el siquiera suplicar, pero en aquel momento era lo que menos importaba, el estaba disfrutando y aquello era todo lo que necesitaba.
Sus suplicas fueron aceptadas y las embestidas fueron en aumento, mientras una de las grandes manos se posaban en su erección, dándole aun más placer del que ya pudiese estar sintiendo. No pudo evitar correrse tan solo unos segundos después, aún así siguió disfrutando de las embestidas ajenas, hasta que este término dentro suyo un rato después.
El hombre salió de Baekhyun sin ningún tipo de delicadeza o cuidado, y Baekhyun no pudo evitar que un jadeo de dolor saliera de sus labios, aun así, no podía negar que verdaderamente había disfrutado aquello.
Se recostó tranquilamente en aquel sofá, mientras realizaba un escáner al hombre que estaba a su lado. Era casi igual de alto que el otro, con manos igual de gruesas y firmes, pero con rasgos más fuertes, menos infantiles o cariñosos. ¿Acaso estaba buscando algún tipo de reemplazo? ¿Un reemplazo con quien no pudiese encariñarse? No podía decirlo con exactitud, pero era evidente que ese hombre en muchos sentidos le recordó a Chanyeol… que inevitable.
Su padre había decidido abandonarlo cuando recién cumplió los 14 años, dejado prácticamente a su suerte, ya que su madre no representaba una verdadera figura de apoyo y ayuda, lo cual lo ayudo a caer en una fuerte depresión. Tal vez el no tenía la mejor relación con su padre, pero si era el único apoyo que poseía y la única persona en la que el muchacho, en aquel entonces, había creído que podía confiar.
Con la ayuda de Kai, quien siempre estuvo a su lado, iniciaron una búsqueda por casi toda la ciudad, o al menos lo que podrían abarcar dos menores; él necesitaba a su padre, él no podía permitir que aquel hombre se fuera de su vida así, simplemente y sin dejar rastro. No, él lo necesitaba, él en verdad lo amaba. Tan negra puede ser la vida en algunas ocasiones…
La búsqueda duro dos años, dos largos años en vano, en los que no tuvo ni una sola pista de su padre. Por lo que, en su cumpleaños número dieciséis mientras era felicitado por su mejor amigo y la familia de este, y sin saber si quiera donde podría estar su madre o su padre, se prometió que jamás volvería a buscar a Chanyeol, se prometió que iba a seguir sus propias reglas de ahora en adelante. Y eso, para un adolescente que no tenía que lidiar con los enojos y los actos morales de sus padres, sonaba verdaderamente prometedor.
De eso había pasado poco más de un año, en los que los actos sacados de contexto, y algunos incluso fuera de la legalidad, habían llenado su vida. Al principio inconscientemente busco este tipo de actos ya que sabía que si se mantenía por los rumbos de lo ilegal se encontraría rápidamente con Chanyeol. Pero eso no ocurrió y, poco a poco, realmente dejo de importar, sin darse cuenta se había vuelto adicto a la adrenalina y a lo prohibido. Nada lo podría sacar de allí ahora…
—Ya deberías haberte ido —la voz fría de su acompañante lo saco de sus pensamientos, había divagado lo suficiente como para olvidarse con quien estaba.
Lentamente y con dificultad, debido a la rudeza de los actos anteriores, se levanto buscando su ropa y empezando a vestirse lo más rápido que había podido. Mientras observaba al mayor, quien ni siquiera le prestaba atención, mientras se hallaba distraído en su celular de última generación.
—No vemos pronto, profesor Wu —dijo por último, con una sonrisa picara, mientras su profesor levantaba la mirada y le sonreía de forma cínica y lujuriosa.
—Espero que mejore su rendimiento escolar pronto, sería una pena tener que volver a castigarle, joven Byun —y Baekhyun simplemente sonrío, aquella frase junto a aquella sonrisa eran una clara invitación, invitación que Baek no estaba dispuesto a desaprovechar.
Una vez fuera del departamento saco su celular y marco un número de teléfono, no estaba en condiciones para ir caminando a casa.
—Halo, Baek… ¿Qué ocurre? Son las tres de la mañana. ¿Por qué llamas a esta hora? —La voz de su amigo sonaba entre soñolienta y molesta, y en verdad se sintió mal por interrumpirle en aquellos momentos.
—Lo lamento, pero es que… necesito que me recojas, no puedo llegar a casa…
—¿Dónde estás? —Ok, esa era la pregunta temida. Baekhyun sabía que a Kai no le gustaría esa respuesta.
—En la casa del profesor Wu.
—¡¿Qué carajo haces ahí?! —La voz de su amigo sonó tan alterada, que el mayor pensó que Kai colgaría el teléfono y lo dejaría abandonado a su suerte. —Espera, eso mejor lo hablamos en persona. No te muevas de ahí, ya voy para allá.
Y antes de Baekhyun pudiera reaccionar su amigo ya le había colgado y por algún motivo, en ese instante, se sintió verdaderamente vacio.
Kai no podía dejar de observar el cuerpo maltratado de su amigo, no llevaba nada de haber salido del hospital y, en lugar de estar guardando reposo, como era debido, tuvo que recogerlo de la casa de Wu Yi Fan. Quien no solo era uno de sus profesores, de los más temidos debía decir, sino que también era de las peores personas que el moreno había tenido el gusto de conocer.
Antes de que Wu fuera su profesor había sido novio de su madre, las cosas aparentaban ser buenas, parecían tener una bonita relación, además de que solían ser en extremo pasionales. Pero todo aquello no era más que una fachada, Wu no era verdaderamente un hombre amoroso, no al menos en lo que JongIn había logrado conocer, el maldito había utilizado a su madre como una fuente de sexo momentánea y después la había tirado como si de un trapo viejo se tratara.
Duro mucho tiempo sin verle, hasta ese año en el que había decidido entrar como profesor al mismo instituto donde ellos estaban estudiando y Baekhyun no pudo evitar sentirse inmediatamente interesado en el joven profesor. Y ahora, aun después de conocer perfectamente toda la historia, Baekhyun quería seguir aferrándose a su deseo por ese hombre y, a juzgar por las marcas que tenía esparcidas en su cuerpo, sin mencionar la manera en que lo encontró la noche anterior, no dudaba de que Wu ya se hubiera encargado de tomar lo que deseaba, de manera cruel, salvaje y despreocupada, como evidentemente estaba acostumbrado.
Un pequeño ruidito lo saco de sus pensamientos, por lo que pudo observar a su amigo restregándose los ojos de manera tierna, mientras un puchero adornaba sus labios, aun somnoliento. Kai no podía evitar adorar esos pequeños momentos en que el verdadero Baekhyun salía a la luz, dejando de lado a aquel chiquillo en el que, a la fuerza, se había convertido su amigo.
—Buenos días, pequeño —susurro de manera tierna, mientras el más bajo de estatura fruncía el ceño levemente. —Mi madre nos dejo desayuno. ¿Tienes hambre?
—No soy pequeño, soy mayor que tú, idiota —dijo intentando sonar amenazante, fallando patéticamente debido al sueño. —Y vaya que tengo hambre, deberías consentirme y traerme el desayuno hasta acá.
Y el moreno no pudo evitar reír con dulzura, mientras acariciaba suavemente los cabellos de su compañero. Para Kai, Baekhyun era como un pequeño hermano, uno que había sufrido demasiado y que necesitaba ser protegido, sin importar que. Solo por esta razón era que el menor se permitía en participar en cada locura del castaño, aunque realmente no disfrutara ninguna de aquellas cosas.
De vuelta en el mundo real, JongIn se levanto de la cama perezosamente dispuesto a ir por el desayuno para el mayor, quien si tenía que seguir esperando demasiado tiempo iba a empezar a hacer un berrinche, el moreno lo conocía lo suficiente como para afirmarlo.
—Kai… —la voz del castaño lo detuvo a segundos de que pudiese salir por la puerta. —Acerca de lo del profesor Wu…
—Olvídalo —el aludido lo corto casi inmediatamente, impresionando un poco al contrario. —No quiero saber nada respecto a eso, ya no vale la pena.
Y era verdad, ya suficiente era el odio que el menor tenía por Yi Fan, para además sumarle lo que fuera que le hubiese hecho a su amigo; no, el debía intentar mantener la cordura, al menos si quería graduarse sin ningún inconveniente. Por lo que, sin más salió de la habitación sin darse cuenta que detrás de si dejo a un castaño con la mirada verdaderamente dolida y el corazón rompiéndose un poco más de lo que ya estaba.
Aquella tarde había sido relativamente tranquila, había pasado todo el día con Kai, aprovechando la ausencia de sus padres en casa, jugando videojuegos, viendo películas y realizando juegos más adultos. Poco a poco, el vacio que había sentido antes había desaparecido, siendo reemplazado por la calidez de JongIn y sus tratos, por la calidez de no sentirse solo, de sentirse querido.
El moreno estaba preparando algo para comer cuando el celular de Baekhyun sonó por la estancia, no fue más que un pequeño intercambio de palabras, ninguna reacción importante de su parte y el sonido de la llamada siendo cortada. El mayor no pudo evitar soltar una pequeña risilla irónica una vez la llamada estuvo finalizada.
—¿Ocurrió algo? —Kai saco la cabeza de las ollas para observarle unos segundos, mientras el pequeño todavía seguía mirando el celular en su mano, como si fuera lo más maravilloso del mundo.
Y es que, después de todo, para Baekhyun las cosas eran cada vas más irrisorias, llevaba días sin saber de su madre, claro que eso no le importaba, además, eso era algo simplemente cotidiano. Normalmente no se veían durante varios días, ya fuera porque ella pasaba las noches en los bares, o en las calles, o porque el pasaba el mayor tiempo posible en la casa del moreno. Sin mencionar que, cuando estaban ambos en casa, normalmente cada uno se encontraba en su habitación, sin ganas o necesidad de hablar con el otro.
Sin embargo, aquella noticia, aunque bastante lógica si se pensaba con claridad, le había tomado por sorpresa.
—Realmente nada importante, solo… no sé, no lo esperaba, supongo… —Kai lo miro interrogante debido a la respuesta, por lo que Baekhyun no dudo en continuar. —Llamaron del hospital, ya sabes donde estuve hace unos días… parece que descubrieron que la mujer que firmo los papeles no era verdaderamente mi madre.
—¿Qué? ¿Cómo pudieron darse cuenta?
—Acaban de llamar, mi madre fue encontrada inconsciente en un callejón, la llevaron al hospital pero parece que no sobrevivió… Una sobredosis, supongo…
—¿Y cómo te sientes al respecto, Baek? —a pesar de que conocía el poco aprecio de su amigo por su progenitora, la pregunta fue lanzada cuidadosamente… por si las dudas.
—Estoy bien Kai, es una boca menos de que preocuparme.
—Tampoco es que te preocuparas mucho por ella mientras vivía, Baek —dijo el menor un poco más tranquilo, causando una inevitable carcajada por parte del contrario.
—Maldito seas, Kai. Siempre le arruinas el dramatismo al asunto –dijo mientras se levantaba y cogía rápidamente su chaqueta.
—¿A dónde vas ahora?
—Tengo que ir a reconocer el cadáver, ya sabes… todos esos procedimientos legales.
—Creí que eso sería lo que menos te importaría.
—De algún modo me siento en la obligación de hacerlo…
—Te acompaño entonces —dijo el moreno mientras apagaba la estufa y tomaba su chaqueta.
—Gracias, Kai.
—Todo sea por mi querido hermano.
El camino al hospital no fue realmente largo y, entre risas y estupideces, llegaron más rápido de lo que hubiesen imaginado. Al entrar al edificio con el primero que se encontraron fue con el Doctor Do, quien inmediatamente los reconoció y les dio una mala mirada.
—Byun… —Baekhyun le devolvió una mirada igual, cargada casi con el mismo veneno; aunque no lo entendía completamente, por algún motivo, aquel doctorcito le daba muy mala espina. — Usted es el hijo de Park Shin Hye.
No era una pregunta, aun así Baekhyun asintió, sin pronunciar ni una sola palabra.
—Me gustaría saber en cuanto más le ha mentido a este hospital… claro, del hijo de una drogadicta no se puede esperar mucho más.
La voz de Kyungsoo destilo un veneno tan profundo que Baekhyun no pudo evitar retroceder un paso, más por la impresión que por miedo o dolor. No lo mismo Kai, quien casi se lanza encima del adulto, dispuesto a darle algunos cuantos golpes, de no ser porque el mayor alcanzo a reaccionar a tiempo, evitando que su mejor amigo cometiera una locura.
—¿Dónde se encuentra el cadáver? —la voz le salió monótona y casi sin energía, y Do pudo darse cuenta de que, verdaderamente, se había sobrepasado, aunque no se arrepintió realmente de ello.
—Síganme, a ver si pueden verlo antes de que tengan que llevárselo.
Y el silencio gobernó durante el resto del recorrido, incluso cuando Baekhyun reconoció el cadáver lo único que hizo fue asentir con la cabeza, antes de salir de la habitación bajo la atenta mirada de los otros dos y siendo seguido, casi instantáneamente por su amigo, quien le concedió el silencio hasta que llegaron a la casa del menor.
—¿Puedo quedarme acá hoy? —la voz de Baekhyun no salió dolida, ni enojada, ni molesta, simplemente era la misma voz de siempre, era su amigo en un día normal, pidiendo quedarse.
—Sabes que siempre eres bienvenido a quedarte —y Baekhyun formo la misma sonrisa de siempre, mientras se acercaba a su moreno amigo y le daba un beso fuerte y rudo en los labios.
Y Kai no pudo evitar sonreír mientras tomaba a su amigo en brazos y lo acercaba más a su cuerpo, posesivo, porque el moreno ya sabía a dónde se dirigía el asunto y él, definitivamente, no podía decirle que no a una tentación como la que era Byun Baekhyun.
Semanas pasaron después de aquella tarde y, realmente, nada había cambiado en la vida de Byun Baekhyun, excepto tal vez que ahora Kai le veía sonreír más sinceramente y menos sus sonrisas torcidas o forzadas. Era como si la muerte de Shin Hye le hubiese devuelto la vida a él. Y bueno, al moreno aquello no le molestaba en absoluto.
—Kai, la noche es joven… ¿No quieres salir a divertirte conmigo? —El menor le miro de arriba abajo, confundido, a pesar de qué él conocía perfectamente la implicación de esa frase. Parece que saco conclusiones apresuradas.
—¿Qué tienes en mente?
—Necesito un celular nuevo y, no es que reniegue contra la generosidad de tu madre al darme una mensualidad, pero esa plata apenas y alcanza para sostenerme.
Kai entendió inmediatamente lo que el mayor quería… No, eso ya era ir demasiado lejos.
—Olvídalo, Byun. No voy a permitirte cometer semejante locura.
—Vamos, Kai. Hemos hecho cosas peores —Baekhyun poso un pequeño puchero mientras observaba fijamente a su mejor amigo.
—No voy a robar a nadie nada más porque tienes un capricho, Baekhyun.
—De acuerdo, lo hare yo solo. Gracias, igualmente.
—Baek… —y aunque el castaño no paso desapercibido el tono amenazador de su amigo, prefirió ignorarlo.
—Nos vemos mañana, dile a tu madre que quise ir a las casa de mi infancia, no sé, cualquier cursilería sobre la muerte de mi madre. Tú sabes cómo hacerlo.
—Baekhyun…
—Hasta luego —dijo al fin saliendo de la habitación, haciendo que Kai no pudiera evitar suspirar, entre molesto y divertido por la situación. Tomo su chaqueta y, rápidamente, salió detrás de su amigo, no podía permitir que cometiera semejante locura solo.
Caminaron por varias calles, hasta que encontraron a la presa perfecta… dos muchachas jóvenes y medio borrachas, totalmente solas y al parecer buscando con quien acostarse aquella noche, sin duda, una presa más que perfecta para la ocasión.
Sin embargo, por una razón extraña que ni el mismo entendió, Baekhyun decidió que no quería aprovecharse de su borrachera, no intentaría ligar, ni acotarse con ellas. Simplemente iría por el botín y saldría lo más rápido posible de allí.
Se acerco sigilosamente a las chicas y, sin que pudiesen reaccionar a tiempo, rapo ambos bolsos y salió corriendo rápidamente del lugar, siendo seguido por un aun bastante confundido Kai, que espero cualquier tipo de robo menos algo como aquello.
Las chicas empezaron a gritar casi inmediatamente, mientras Baekhyun rápidamente sacaba objetos al azar del bolso y los guardaba en sus bolsillos. Mientras escuchaba ya, las voces de algunos policías siguiéndoles en la gran carrera y ordenando que se detuvieran con fuertes gritos, cada vez más cercanos. Y Baekhyun no pudo evitar carcajearse por la adrenalina que estaba sintiendo en aquel instante.
Lastimosamente, Baekhyun aun estaba demasiado resentido por el incidente en la moto, por lo que sus fuerzas rápidamente se acabaron y su velocidad se hizo cada vez menor, y antes de que Kai pudiese cargarlo para que pudieran escapar, los policías los alcanzaron y agarraron con fuerza antes de que pudiesen hacer cualquier otro movimiento.
JongIn estaba a punto de maldecir a los malditos hombres, hasta que vio la cara de uno de ellos y no pudo evitar quedar totalmente paralizado de la impresión. Pero este no lo miraba a él, estaba observando fijamente a su amigo con una evidente cara de sorpresa, mientras Baekhyun simplemente le devolvía una mirada neutra, sin ser capaz de despegar los ojos de aquel hombre.
Y es que todo había cruzado por la mente de los chicos en el momento en que decidieron salir a cometer semejante desfachatez, claro, todo menos que ese día los atraparía nada más y menos que la persona que estuvieron buscando por más de dos años. Nunca esperaron encontrarse cara a cara, de nuevo, con Park Chanyeol.