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X-Carly-Victorius por minima

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Notas del capitulo: Nos llueve sobre mojado, vivo en BCS y los que sepan paso un huracan de nombre ODILE, estoy sana y bien pero no tengo internet
*4.- :/

-Veo con mi ojito fisgón algo verde-

-Árbol-

-Exacto, ahora mmmm veo, veo con mi ojito fisgón mmm algo alto y café-

-El tronco de un árbol-

-Rayos chicos, ustedes son buenos-

-Gibby, todo lo que nos rodea o son árboles o arbustos y piedras y tierra, no es tan difícil adivinar-

-¿Por qué no jugamos otro juego mejor? ¿Adivinanzas pero en 21 preguntas?- sujirio el mayor de los Shay antes de que probablemente Sam explotara contra Gibby.

-Okey, con tal que no sea “lo que veo con el ojito fisgón de Gibby”- acepto la rubia astiada, ya ni recordaba quien había sugerido el juego pero realmente había sido una mala idea si lo jugabas con el chico aficionado a quitarse la camisa.

-Yo primero, yo primero-

-Okey Gibby, tu primero-

-A ver mmm listo, ya pueden preguntar-

-¿Es verde?-

-Si-

-¿Es café?-

-Si-

-Árbol-

-Rayos, a veces pienso que pueden leer la mente-

Los demás solo se le quedaron mirando un poco exasperados y cansados, a veces se preguntaban seriamente cómo funcionaba el cerebro de su compañero.

-Estoy empezando a odiar realmente mucho, pero mucho este bosque-

-Ya, ya Sam, saldremos pronto, en algún momento, aunque yo también lo estoy empezando a detestar- dijo Carly pasando un brazo por los hombros de su amiga, no tenia en contra de la naturaleza pero en esta clase de situaciones odiabas estar perdido en un bosque y al final cualquiera terminaría odiando el mismo bosque.

-Bueno, ahora lo intentare yo, pregúntenme- ofreció Spencer, no quería ver desanimados a su hermanita o a sus amigos.

-De acuerdo-

~*~*~*~

Miro el firmamento sin verlo en realidad, su mente estaba plagada de memorias cada vez más dolorosas al remembrarlas consciente o inconscientemente, aun sentía que no estaba preparado para volver a la mansión de Xavier, siendo un constante detonante de sus recuerdos.

Jean, debería estar buscando a Jean, ya había pasado casi un año y no la había podido encontrar desde el día en que hubo ese misterioso ataque a la escuela, si tan solo el profesor saliera de su coma y usara a cerebro para hallarla esta tortura acabaría.

-No creo que estés disfrutando la vista tanto como parece-

Alzó la vista para encontrarse con Frost, la rubia psíquica que se había ofrecido a ayudarlos a encontrar al profesor y a su novia Jean, tuvo éxito con el primero en poco tiempo, no así con Jean.

-¿Qué es lo que quieres?-

-No es lo que yo quiero, sino lo que tú quieres- dice de forma enigmática para luego sentarse a su lado en el banco al lado del risco de la escuela.

-¿Qué es lo que quieres decir?-

-No tengo que ser psíquica para saber que estas sufriendo, prometí ayudar al equipo a encontrar al profesor y a Jean Grey, y la ausencia de Grey es lo que te atormenta- como no hubo respuesta o queja a lo que dijo la rubia lo tomo como una señal para continuar –sabes que me he esforzado por cumplir el resto de mi promesa, en teoría con cerebro debería ser relativamente sencillo encontrar a Grey… el hecho que no la haya podido encontrar aún puede ser…-

-¡No te atrevas a decirlo!-

Era una plática que ya había tenido con Hank e incluso Logan, debía estar preparado para las peores posibilidades cuales fueran que estas fueran en la búsqueda de Jean, pero pensar en aquella posibilidad, jamás volver a ver a Jean, no poder pedirle disculpas por una pelea estúpida, por sus tontos celos, que su ultima vez uno frente a otro estuvieran ambos descontentos jamás le traerían paz.

No quiere admitir que la razón por la que no han podido encontrar a Jean es que ya no está presente en este mundo, aunque sea la respuesta más lógica en este mundo y sus compañeros, aunque su recuerdo le torture en lugar de traerle paz.

-No vine para discutir, pero tú también sabes que esa puede llegar a ser una posibilidad, y mientras que no sepas que es lo que ha pasado a Grey sus recuerdos te torturan, es por eso que he venido aquí, para ofrecerte una solución-

-La única solución es encontrar a Jean-

-Y mientras eso ocurra te derrumbas poco a poco a cada día, yo podría hacer que esos recuerdos sean… menos dolorosos, menos tortuosos- su voz trata de ser lo más amable y humilde posible, la miel en su voz es tentadora en los oídos de su compañero.

Es una oferta tentadora para un hombre torturado por su mente, una que solo una persona con poderes psíquicos puede cumplir, no quiere olvidar a Jean, pero no quiere que su recuerdo lo torture cada día que pase sin poder hacer nada para evitarlo, cierta parte de él quiere aceptar, otra dice que esta es una salida cobarde y lastimera, una que el antiguo Scott negaría inmediatamente, pero el hombre demacrado que es ahora duda en aceptarla.

-¡Oigan! ¡Scott, srta. Emma, Logan nos está llamando!- Kitty les grita acercándose a ellos sacando de sus cavilaciones a Scott quien se reprocha mentalmente en tan siquiera haber pensado en aceptar la oferta de Emma Frost.

-¿Qué es lo que pasa?- Emma es quien pregunta cuando la chica que puede atravesar paredes se encuentra lo suficientemente cerca.

-Al parecer algo serio, el profesor se contactó de nuevo con Logan-

Eso no sonaba muy alentador, desde que encontraron al profesor en un aparente estado de coma pensaron que todo estaba perdido, jamás sabrían que es lo que paso en realidad y las posibilidades de verdad encontrar a la X-Men faltante eran menos que mínimas, pero luego llego la sorpresa que a pesar de su condición este aun podía comunicarse con ellos, o al menos el profesor de unos años en el futuro, un futuro en que había despertado y que no parecía para nada prometedor para nadie, humanos o mutantes por igual.

Y así con mensajes esporádicos desde el futuro llegaban fragmentos de lo que pudo haber pasado para que las cosas terminaran así con misiones que se encargaban de tratar de evitarlo.

¿Qué clase de misión les esperaba ahora?

*+*+*

Salir en la búsqueda de los recientemente fugitivos de AIM no ha sido una tarea tan sencilla con toda la tecnología de esta institución como se hubiera esperado, en realidad el modelo en que se fueron fue en parte un robo de la misma institución de un modelo de las fuerzas aéreas del ejército con algunas modificaciones de esta misma institución delincuente, por lo que su potencial y capacidad fueron aumentadas considerablemente, especialmente su capacidad para pasar inadvertido para cualquier radar, incluso los propios.

Esto era motivo de orgullo como de frustración para todos los científicos de esta institución, el científico supremo estaba de un humor insoportable por que el espécimen, el señor Shay, había logrado escapar retrasando de esta manera el último proyecto al que estaba encargado MODOK.

AIM era una de las más grandiosas instituciones científicas del mundo, pero no estaba al servicio de ningún gobierno sino del mejor postor, era principalmente conocido por proporcionar servicios a los criminales que pudieran pagar por sus inventos o incluso alteraciones de sus cuerpos, sus métodos para adquirir todos esos conocimientos para hacer lo que hacían los habían adquirido por métodos poco éticos, que iban desde el robo hasta la experimentación en sujetos de pruebas humanas cosa que era algo ilegal y sancionado en todos los gobiernos del mundo.

Este era uno de esos casos, y el señor Shay para su desgracia seria la clave para una de esas experimentaciones.

Como no podían rastrear la nave habían enviado a buscarla con otros modelos y grupos de búsqueda, también estaban empezando a buscarla por imagen satelital pero no tenían mucha suerte, parecía que se la había tragado la tierra, y realmente esperaban que eso no hubiera pasado.

Ellos mismos sabían que cosas muy extrañas y locas podían pasar en este mundo, algunas de ellas ellos mismos las hacían o estudiaban después de todo.

AIM no eren los únicos que estaban buscando al Spencer Shay más al elenco de ICarly, no, esto sería más fácil si fuera así, pero no es así, y no estoy hablando de la señora Benson, que por cierto había ya roto algunos límites de velocidad y los pobres patrulleros no pudieron hacer nada para alcanzarla porque su manera de conducir que rayaba en lo desquiciado había sido suficiente para amedrentar hasta el patrullero más experimentado, hablamos de otro sujeto con dotes también científicos pero no perteneciente a ninguna institución como AIM o algo por el estilo.

Los hermanos Shay junto a sus amigos no la tendrían nada fácil, eso al menos era algo seguro.

*+*+*+*

Horas de caminata después, y un increíble juego de 21 preguntas en que nadie pudo adivinar qué era lo que pensaba Spencer, porque claro, era Spencer y solo Spencer podía pensar algo tan loco como un mono en un monociclo haciendo malabares con mangos y teniendo puesto un tutú con lentejuelas plateadas que al menos les había un par de sonrisas y había vuelto menos tedioso el viaje, ninguno podía caminar más y decidieron descansar en un pequeño claro.

-¿Qué tan grande puede ser un bosque?-

-Muy grande-

-Oigan chicos, hay que empezar seriamente-

-¿Sam?-

-Tal vez no salgamos pronto de este bosque- dijo con tono solemne, demasiado atípico de parte de la rubia, eso estaba empezando a poner nerviosos a sus amigos –incluso pudiéramos quedar por días aquí… yo propongo comernos a Gibby-

-¡¿Qué?!-

-¡Sam!-

-Es una sugerencia, una posibilidad, y Gibby tiene suficiente carne al menos para mí-

-Yo no quiero que me coman-

-Nadie se comerá a nadie-

-Chicos, chicos, mantengan la calma, saldremos de este bosque y cuando lo hagamos buscaremos algo de comer para que Sam no se coma a Gibby y buscaremos ayuda- trato de calmar la situación Spens, realmente a nadie le sorprendía tanto esa clase de comentarios de la joven Puckett pero si la manera tan seria en que lo dijo.

-Pues más vale que sea una vaca entera, me estoy cansando de las nueces y vallas silvestres-

-No lo parecía hace rato, incluso espantaste a varias ardillas para robarles sus nueces-

-En realidad estaba tratando de atrapar alguna para comer-

-¡Sam!-

-Pero luego pensé que eran puro pelo y me quede con sus nueces-

-Esa es una buena señal, las cortas capacidades de razonamiento de Sam aun no son afectadas por su hambre ¡auch!- una piña de pino directo en su frente lo golpeo justo en la frente una vez al acabar de hablar, ya se imaginaran quien fue quien la lanzo.

-Y no olvides la puntería Freddo-

-Bien, tal vez si encontramos un rio o algo así podamos encontrar civilización, o eso es lo que normalmente dicen en las películas- sugirió Carly, era una buena idea, solo que no habían tenido la suerte en todo ese tiempo de haber visto alguna formación de agua en ese bosque.

-Gibber quiere un baño de espumas-

-Gibby apesta, en serio, una de las primeras cosas que deberíamos hacer si encontramos agua es arrojarlo, creo que la poca comida para gato que le quedo en la piel se le fermento-

-En realidad creo que tengo un poco aun en el hombligo-

-Ihugg que asco-

-Auch-

-¿Qué pasa Freddie?-

-Me duele la cabeza-

-Hay no seas tan llorón, no te lance una roca, solo una de esas cosas raras de los arboles-

-Piña de pino Sam, se llaman piñas de pino-

-Como sea-

-No es eso, es otra cosa, como si algo me empezara a zumbar en la cabeza-

-No es como si fueras una computadora haciendo corto circuito-

-¡Eso es!-

-¿Qué pasa Spencer? ¿Por qué gritas?-

-Japón, cabeza, secuestro, Japón, señal- el mayor del grupo empezó a gesticular con las manos y brazos y decir palabras al azar que en un principio para ninguno de ellos tenía algún sentido.

-¿Qué?-

-No puede ser Carly, tu hermano ya se volvió loco-

-No, es Japón y Freddie, su mamá-

-Spencer, Spencer, más despacio, no te logramos entender nada-

-¿Recuerdan aquel concurso en Japón el año pasado?-

-Sí, especialmente el viaje de regreso, no puedo creer que hayamos cruzado el mar en ese barquito- contesto con una mueca Sam recordando las no tan gratas experiencias de su viaje.

-Ya dije que lo sentía, además en ese viaje logramos comer atún recién fresco-

-Crudo, no fresco, crudo Spencer-

-Si bueno, era como sushi, pero eso no es lo que quiero decir, ¿recuerdan cuando esos hermanos japoneses los abandonaron en medio de la nada?-

-Cómo olvidarlo, fue una completa pesadilla, pensamos que ya no lograríamos llegar al concurso- esta vez fue Carly la que respondió, esa vez pensaron que se quedarían en medio de quien sabe dónde y sin poder regresar al hotel tan siquiera.

-¿Y cómo los encontramos?-

-Mi mamá y tú llegaron en un taxi… después de habernos rastreado por el chip en ¡mi cabeza!-

-Exacto, seguramente la mamá de Freddie a de estar con su aparatito tratando de localizarlo-

-¡Sí! Nos encontraran, todo gracias a la loca mamá de Freddie- salto en su lugar Sam ante esta revelación.

-Hey, pero si, esta vez la sobreprotección de mi mamá nos ayudara a salir de esta-

-Esperen, ¿Qué hiso la señora Benson para que nos encuentren?- pregunto extrañado el amigo descamisado sin saber de lo que hablaban sus compañeros.

-La mamá de Freddie le puso un chip en la cabeza en Venezuela cuando era un bebé para poderlo rastrear, si estamos en lo cierto su mamá ya debe estar rastreándolo y eso significa…- Carly hiso una pausa esperando a que Gibby terminara de decir lo que iba a decir para ver que lo había comprendido.

-Lo… Freddie es ¿un cyborg? ¿Mitad computadora?-

Carly solo suspiro y negó con la cabeza, con todo ese tiempo conociéndose a todos ellos no debía esperar más de lo que podía esperar de las capacidades de deducción de su amigo.

-No, significa que la mamá de Freddie lo buscara y encontrara, y cuando lo haga nos encontrara a nosotros también-

-Eso es genial-

-Solo tenemos que sobrevivir hasta que nos encuentren-

-Sí, sencillo-

-Cuando llegue la señora Benson seguramente estará muy preocupada-

-Yo diría más bien histérica-

-Hasta me da un poco de miedo saber cómo reaccionara la mamá de Freddie cuando la encontremos-

-Opino que no le digamos eso de que nos secuestró una cabezota, nunca, en la vida, si mi mamá lo sabe seguramente nos hará vivir a ella y a mí en uno de esos bunquers anti bombas nucleares-

-No creo que llegue a ese extremo-

-¿La mamá de Freddie? No lo dudaría, esa señora está loca-

-¡Sam!-

-No, tiene razón, hasta yo sé que mi madre es algo desquiciada-

Conocer el lado malo de la señora Benson no era una experiencia bonita, y tenerla como progenitora era algo asfixiante y desesperante, para Freddie pasar tiempo junto a sus amigos era algo realmente agradecido para su cordura, incluso agradecía en algunas ocasiones pasar tiempo con Sam y eso que en un principio no se soportaban y aun en muchas ocasiones seguía siendo de esa manera.

Oh si, ya podía imaginar a su madre sufriendo pequeños ataques de histeria entre su mar de preocupación, pobre de aquellos que la sacaran de quicio en ese estado, aunque realmente Freddie en esos momentos estaba también preocupado por ella, esperaba que no se metiera en problemas y que no se estuviera muriendo tanto de la mortificación como seguramente lo estaba haciendo.

Y la verdad eso no estaba tan lejos de la realidad.

De hecho el que más estaba sufriendo de esta situación era el pobre abuelo Shay.

-¡Señora por favor deje de conducir de esa manera!- en estos momentos el abuelo Shay agradecía de gozar de buena salud, si no fuera por eso seguramente ya le hubiera dado un paro cardiaco por la manera de conducir de la señora Benson en esos momentos.

Hacía poco juraba que algunas patrullas trataron de detenerlos por la manera tan rápida de conducir, incluso habían pasado las vías de un tren antes de que el mismo tren pasara por unos escasos segundos, esta había sido la última vez que había escuchado las patrullas, no sabía con exactitud si la señora Benson se había dado cuenta de todo lo que pasaba afuera del carro o había hecho todo a propósito, se arrepentía un poco de haberse subido a esta camioneta pero siendo la manera más rápida de localizar a sus nietos entonces debía de aguantarse cada espanto.

Había tratado de comunicarse con su hijo, pero con el trabajo de este siempre había sido difícil localizarlo y menos comunicarse, había dejado cerca de dos docenas de mensajes en la base militar para que le pasaran el mensaje de que Carly y Spencer habían desaparecido pero no había tenido suerte en que tan siquiera le regresaran una respuesta, lo que siempre le decían era que estaba en una misión secreta y no podían localizarlo por poner en riesgo la misión, esperaba que tan pronto se desocupara le llamara, o que tan pronto se desocupara él ya hubiera encontrado a sus nietos.

Aun había veces en que pensaba que no fue la mejor opción dejar vivir a sus nietos ellos solos en un departamento de la ciudad de Seattle, pero ellos no querían seguir viviendo igualmente solos en los complejos de casas de las familias de los militares, por lo que cuando Spencer solicito hacerse cargo de su hermana y él mismo en un departamento de la ciudad, su padre, su hijo, aunque dudoso, acepto dejarlos ir con la condición que Spencer fuera completamente responsable de su hermana y la cuidara, aunque bien sabían que muchas veces era Carly la más responsable de los dos invirtiendo los roles de hermanos mayores y menores, otra de las condiciones fue que si en algún caso el abuelo Shay consideraba que Spencer no era completamente responsable y ponía en peligro a la menor de los Shay se la llevaría a Yakima con él, cosa que se estaba replanteando de nuevo.

Sabía que estaba siendo algo injusto en esos momentos con su nieto mayor, esta situación obviamente no era su culpa, y aunque le sorprendía Spencer era muy responsable y cuidadoso con su hermanita siéndole incapaz de ponerla en peligro conscientemente, era atento y cuidadoso con ella, y también aunque le pesara y a veces le costara admitir, era la figura paterna tan ausente que era su padre para su hermanita y estaba ahí siempre que le necesitaba.

Amaba a su hijo y estaba orgulloso por él, quizás no siguió sus pasos en la abogacía pero hiso su propio camino en la armada de los E.U.A. convirtiendo en toda una figura ejemplar e importante, quizás su mayor defecto era su dedicación a su trabajo, dedicación que aumento una vez que su mujer murió y no encontró mejor manera de sobrellevar la perdida que dedicar la casi totalidad de sus fuerzas a su trabajo para no dejarse ahogar por la perdida.

En ese tiempo Carly tendría unos seis o siete, y Spencer unos diecisiete o dieciocho, fue un duro golpe para ambos chicos, para cualquier niño o adolecente perder a su madre es un golpe duro, él trato de estar presente en todo momento del duro duelo y comprendió el preceder de su unigénito, el mismo llego a comportarse de la misma manera cuando su esposa murió.

Tal vez no era la mejor forma de proceder cuando se tiene un hijo pequeño, ni tampoco cuando este es mayor, pero es una forma para lidiar con el dolor.

Su nuera era la que siempre había traído sonrisas y alegría a la casa de su hijo, era risas y brillo, podía ver tanto de ella en Carly y también algo en Spencer, Claire Shay era una gran y hermosa mujer, amaba con todo su corazón y era igualmente amada, de hecho así decía su epitafio, fue algo completamente inesperado lo de su muerte, un día estaba ahí, sonriéndole a sus hijos, peinando el largo cabello lacio a su niña, despidiendo a su marido con amoroso beso antes de ir al trabajo, ayudando a Spencer en alguna de sus obras de arte, y al siguiente solo había llanto en la casa en la que alguna vez vivió con su familia.

Un accidente de coche, un camionero que no había hecho la correcta revisión a su vehículo, los frenos no funcionaron a tiempo en medio de la calle transitada, el carro de Claire estaba justo enfrente del camión, había ido hacer unos mandados, el choque fue ya algo inevitable, el carro de Claire no fue el único, el camión se llevó a otros tres, pero ella fue fatal, una muerte instantánea.

¿Cómo explicarle a una niñita tan pequeña que su mami no iba a regresar jamás? Y Spencer, el muchacho prácticamente se marchitaba frente a sus ojos en medio del funeral, parecía como si no saliera de ese estado tan depresivo dentro de poco habría un segundo funeral.

Para su sorpresa, aunque era de esperarse siempre una sorpresa de Spencer siendo quien era, no fue ni su padre, ni él quien lo saco de su estado depresivo, sino él mismo al ver a su hermanita llorando varios días después preguntando por su mami, y quien la peinaría, quien le haría su panques favoritos para el desayuno y quien le ayudaría a atar sus agujetas de sus teniss de princesita, Spencer se levantó y abrazo, él y su hijo estaban aún ocupados con varios trámites del funeral, el seguro y saber que hacer de ahora adelante ahora que la matriarca de la familia se había ido, y cuando se dieron cuenta Spencer estaba en el comedor sirviéndole a Carly sus panques favoritos mientras peinaba su cabellera negra en una trenza como su madre.

Desde ese día Spencer se había encargado de Carly tan bien como podía, aun siendo de carácter algo inmaduro y poco serio, pero tan amoroso y amable como él solo podía ser.

Rezaba al cielo, a su difunta nuera y mujer que sus nietos estuvieran bien y que los pudiera encontrar pronto. También que la manera de conducir de la señora Benson no los terminara de matar antes de encontrarlos.

Regresando al bosque la suerte de los muchachos parecía mejorar un poco.

-¡Civilización!- el grito de júbilo de Sam fue contagioso, después de otras cuantas horas de caminata habían encontrado una vieja cabaña en medio del bosque.

Sin dudarlo se acercaron a la edificación de madera, esperando encontrar ayuda, a alguien que pudiera decirles donde estaban, quien pudiera brindarles un medio de comunicación y de transporte, algo más sustancioso que nueces y vallas silvestres, la vieja casa de madera seguramente hecha de la misma madera de la región, de cerca se veía vieja y desgastada y con una clara capa de polvo en las ventanas y porche.

Era una cabaña abandonada.

Pero eso no los desanimo por completo, habían encontrado un poco de civilización en medio de ese lugar en medio de la nada y las esperanzas se revitalizaron en cada uno de ellos.

-La puerta esa está cerrada- Spencer fue el primero en tratar de abrir la puerta pero no pudo, seria demasiada suerte encontrarla sin seguro.

-No por mucho tiempo- sin pensarlo y sin darle oportunidad a sus compañeros para sugerir algo como buscar una llave alrededor escondida, o buscar otra entrada como una ventana abierta, Sam agarro algo de impulso y pateo con todas sus fuerzas la puerta hasta romper su cerradura y abrirla -¡listo!-

Nadie se quejó o dijo nada, suponían que al final si no encontraban una manera de entrar a la cabaña ellos mismos hubieran pedido a la rubia que lo abriera, además estaban lo suficientemente cansados como para compadecerse del pobre dueño de la edificación de madera y que seguramente no estaría feliz de encontrarla en ese estado su puerta cuando volviera, si es que volviera.

Entraron a la vieja cabaña encontrándola polvorienta y tan aparentemente abandonada como en el exterior, no encontraron interruptores de luz o electrodomésticos en la entrada, pero eso no los desanimo, simplemente decidieron buscar y explorar más a fondo en este lugar.

El lugar no era muy grande, contaba con una pequeña sala, cocina, un par de pequeñas habitaciones, quizás era una de esas chozas de cazador cuando había temporada de caza, la carne seca de venado que Sam encontró en uno de los estantes de la cocina parecía afirmar esas sospechas, a nadie le sorprendió que Sam fuera la primera en encontrar algo parecido a comestibles.

-Que delicia-

-Sam, no sabes por cuanto tiempo esa carne estuvo por ahí-

-Que importa, es carne, o la como o pongo el plan de emergencia de comer a Gibby-

-Déjenla, no quiero ser la cena de nadie-

La dejaron comer, sabían que una Sam hambrienta no era una Sam feliz, y podía ser potencialmente peligrosa para terceros.

Siguieron buscando, cualquier cosa, algo que les ayudara a salir de ahí, no encontraron teléfonos, ni televisores, ni radios, pero si una caja de herramientas, algunos viejos cuchillos de caza, una puerta al sótano oscuro y con aroma a humedad, gracias a una vieja vela pudieron iluminarlo un poco para encontrar que ahí guardaban algunas trampas para oso, madera y comida enlatada, eso les alegro, no tendrían que comer la dudosa carne seca de venado para saciar sus estómagos, pero se zona en donde estaban.

Abrieron algunas latas de fruta y atún enlatado, se comían lo que podían con las manos y no les importaba hacer desorden, colocaron el mapa sobre el piso de la sala después de despejarla y se lo pusieron a estudiar, o al menos eso es lo que hacía Freddie, Spencer y Carly, Sam estaba más concentrada en acabar con una gran lata de coctel de fruta y Gibby, Gibby no tenía la menor ida de cómo usar o leer un mapa, no es que los otros tres fueran expertos, pero podían hacerse mejor de una idea.

-Hey miren, hay un nombre en una de las esquines- Spencer señalo unas viejas letras destintadas en una de las esquinas del papel llamando la atención de los muchachos.

-Quebec, eso… ¿eso no está en Canadá?- el nombre parecía extranjero, francés o algo así, y no recordaba en ninguna clase de geografía que alguno de los bosques de E.U.A. sonara así.

Los chicos miraron a Freddie y luego el mapa.

-¿Qué tan lejos nos llevaron esos tipos?-

-También recorrimos quien sabe cuánta distancia con la nave que robamos-

-¡Miren! Eso parece un camino-

-No parece estar tan lejos del puntito marcado-

-Si suponemos que el puntito es la cabaña y eso es un camino, podremos regresar a la civilización dentro de poco-

Animados, esperanzados, sentía que su suerte comenzaba a mejorar más y más y ese buen humor parecía que no se opacaría fácilmente. Regresarían a casa, pero quizás no tan pronto como quisieran.

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