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Enamórame por Fullbuster

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Loke Heartfilia POV


 


Esa noche intenté dormir, pero no lo conseguí. Tenía a Gray a mi lado y dormía tranquilamente, pero yo no podía dejar de pensar en la manera en que se comportaba Jellal, había insultado a mi padre prácticamente ¡De forma elegante sí… pero le había humillado! Y por muy enfadado que estaba con él, no había podido controlarle, ni había podido saber nada de su pasado y sé que algo ocultaba.


Estaba enfadado, ahora me había enfadado, estaba harto de ir al ritmo de Jellal, ahora marcaría mi propio ritmo, si tenía que investigarle lo haría y si tenía que remover el mismo cubo de basura en el que estaba el pasado de Jellal, lo haría con tal de encontrar por qué era así, por encontrar por qué se negaba a soltar las riendas de su vida y dar a conocer un mínimo de ella, por qué se negaba a conocer a gente, por qué no tenía sentimientos hacia nadie, por qué se estaba follando al Sargento una y otra vez si no sentía nada por él.


Para colmo… tenía el asunto de Gray, porque ya era muy extraño que tanto Natsu como Gray hubieran ido al baño y de repente… Natsu se largaba enfadado y Gray volví a la mesa veinte minutos después de haberse ido ¡o le costaba mucho mear o estaba claro que había pasado algo entre ellos! Y desde luego tras las palabras de Jellal de que yo no sería capaz de hacer olvidar a Gray todo lo que sentía por Natsu… me había afectado.


Esa mañana entré por la base y directamente me metí en el ordenador de mi oficina para ver el expediente de Jellal. De él no se podía esperar otra cosa… un expediente perfecto, pasó las pruebas psicológicas con la mayor puntuación para ser francotirador, a los dieciocho años estuvo en el ejército y a los veintiuno hizo las pruebas a la policía. Era francotirador desde el ejército y cuando ingresó en la policía, se metió al departamento de malos tratos infantiles, luego sacó la prueba con la puntuación más alta para la élite y aquí estaba desde entonces pero de su pasado… nada.


Miré en sus datos personales y entonces caí en algo… aunque aquel día estaba borracho… el tipo con el que habló dijo algo de que tenía un hermano, pero por más que lo busqué en el expediente, no encontré nada.


Salí de la oficina con rapidez y busqué a Erza, ella conocía a Jellal desde niño, algo de él sabría. En cuanto la localicé en el gimnasio con el resto de los  que estaban entrenando, la cogí del brazo y la aparté del resto entrando a una de las oficinas vacías.


~ ¿Qué pasa? – me preguntó Erza.


~ Tú conocías a Jellal desde niño… ¿Tenía un hermano? – le pregunté y ella me mandó callar de golpe.


~ Ni lo nombres – me dijo


~ ¿por qué?


~ Ni se te ocurra decir nada de eso y menos a Jellal.


~ ¿por qué tanto secretismo con ese chico? – le pregunté – venga ya… ¿Sabes que se está follando a nuestro Sargento? Si les pillan nuestro equipo será disuelto – le dije y Erza me tapó la boca de golpe.


~ Cállate – me dijo y entonces me di cuenta de algo… ella lo sabía.


~ ¿Qué sabes de eso Erza? Dímelo


Erza se apresuró a cerrar todas las persianas y revisó todos los rincones de la oficina desconectando incluso el teléfono ¡que poco se fiaba esta chica de la gente de la base! Luego se acercó a mí para empezar a hablar y me senté encima de la mesa del escritorio.


~ Mystogan – me dijo – era el nombre de su hermano, eran gemelos. Jellal siempre ha sido muy introvertido, su hermano era mucho más sociable que él, no sé el motivo – me dijo – pero todo ocurrió hace dos años. Mystogan estaba saliendo con Laxus desde hacía un par de años, incluso se habían ido a vivir juntos. Laxus trabajaba aquí, a Jellal lo destinaron a su unidad y Mystogan era abogado. No sé exactamente lo que sucedió, porque yo entré un año después de lo sucedido… pero comentaron que hubo un altercado en la ciudad, llamaron a su unidad y fueron allí, Jellal era el francotirador. Al parecer, habían cogido a Mystogan de rehén, alguien del clan Yakuza por lo que dijeron. Cuando Laxus ya no fue capaz de negociar más, dio la orden de disparar, pero el otro fue más rápido, le pego un tiro a Mystogan antes de que Jellal lo derribase.


~ ¿perdió a su hermano?


~ Sí – me dijo Erza – todas las mañanas creo que va al cementerio, pero no estoy segura. Se siente culpable de aquello desde entonces. Laxus se hundió igual que él y el equipo estuvo a punto de ser disuelto – me dijo y me sorprendí – en aquel entonces entré yo y Jellal ya estaba en esos encuentros con Laxus. Me callé porque Laxus levantó cabeza y Jellal también, así que no disolvieron el equipo.


Entonces caí en por qué Laxus nunca le llevaba la contraria a Jellal, intentaba protegerle ya que no pudo proteger a su hermano. Por eso acababa haciendo lo que él quería siempre. Debía ser duro estar con alguien que te recordaba a tu novio constantemente, porque eran gemelos, debían ser idénticos. Laxus no sentía nada por Jellal, sólo follaba con él porque le recordaba a su novio y Jellal se estaba aprovechando de eso para intentar no sentirse tan culpable por lo que pasó. ¿Era por eso por lo que siempre decía que no podía enamorarse? ¿Qué no podía sentir nada por nadie?


Falló el disparo… eso es lo que tenía claro… se sentía culpable porque había fallado un tiro, uno sólo en toda su vida y eso es lo que ocurría… mataban a su hermano. Por eso no se permitía fallar ahora, por eso le era tan importante lo de la confianza, no quería volver a cometer ningún error que supusiera ver morir a algún inocente más. Por eso estaba tan enfadado conmigo, porque creía que era yo quien estaba cometiendo un error que podía hacer que el equipo fallase y perder vidas y es que… nuestro lema siempre fue “salvar vidas” y ahora él veía como podíamos fallar si no recuperábamos la confianza de nuevo en todos nosotros. ¡Yo le estaba fallando a él!


Aquel día volví a casa más preocupado de lo normal aunque me callé todo el asunto, no iba a permitir que les pillasen a esos dos y que disolvieran el equipo. Eran buenos los dos en su trabajo y su relación o lo que se supone que tuvieran… no influía en nada en su trabajo. Me encontré a Gray en casa cocinando y me extrañó verle hacerlo, porque tenía pánico al fuego, supongo que se había cansado de huir de las cosas y ahora quería afrontarlas. Pensé en lo que me dijo Jellal sobre él…


~ Gray – le dije sentándome en una silla alta de la barra americana - ¿Aún sientes algo por Natsu? – le pregunté.


Él dudó unos segundos, unos segundos que se hacían interminables y supe que era un sí. Gray siempre querría a Natsu, era un hecho, Jellal tenía razón, yo era el que estaba ciego por no verlo. Y entonces me vino a la cabeza el beso que Jellal me dio aquella vez, aquel beso que me gustó y me removió algo, que me hizo descubrir que no estaba conforme con mi vida, que me gustaban los chicos. Me centré mucho en Gray, pero ahora no sé si en realidad… era Jellal quien movía mi mundo.


Había sido mi primer amigo en el equipo, me encantaba bromear con él por las sonrisas que ponía, me encantaba cuando venía con los cascos de música y me acercaba a quitárselos de las orejas, me encantaba estar cerca de él, me gustaba su sinceridad aunque en ocasiones resultase borde. ¡Había llegado incluso a investigarle por descubrir su pasado! Eso tenía que significar algo… me preocupaba por él, quería saberlo todo sobre él ¿Y si me estaba confundiendo? ¿Y si no era Gray? ¿Y si era Jellal? ¿Y si siempre fue Jellal y no supe ver lo que tenía delante de mí? Tenía que comprobar esto antes de cometer más errores.


~ Yo quiero estar contigo – me dijo Gray y yo sonreí.


~ Esta bien, olvida lo que he dicho – le dije.


Cené con Gray y cocinaba bien, si hubiera superado su miedo al fuego mucho antes, hubiéramos disfrutado mucho más de su cocina, porque realmente… era exquisita. Esa noche dormí con él y le abracé, le encantaba que le abrazasen, pero puse el despertador muy pronto, a las cuatro de la madrugada ya me estaba vistiendo y cogí el coche para ir al cementerio. Cuando llegué allí, eran las cinco de la madrugada y busqué entre las tumbas, al final… tuve que preguntarle al encargado por la de Mystogan Fernándes y me indicó donde encontrarla.


Jellal estaba ya allí, sentado frente a la tumba mirándola y me acerqué hacia él por la espalda. ¡Tampoco quería molestarle! Me acerqué lo que pude y no se enteró de que estaba tras él, seguí allí sentado en el suelo mirando la lápida y yo también la miré. La fotografía que salía, si realmente era su hermano… eran idénticos y pude sentir el dolor que tenía que llevar por dentro este chico, perder a tu hermano gemelo por un fallo tuyo, por una milésima de segundo.


Le coloqué la mano en el hombro y se asustó un poco al sentirme allí, se giró tan rápido para ver de quien se trataba, que se sorprendió al verme a mí. Supongo que si esperase a alguien en este lugar, sería a Laxus, porque son los únicos que venían aquí a dejarle flores todas las mañanas a Mystogan.


~ ¿Qué haces tú aquí? – me preguntó casi enfadándose y levantándose para quedar a mi altura - ¿Cómo lo has sabido?


~ Te he espiado – le dije muy claro – nunca cuentas nada y me tenías preocupado, la única solución contigo es espiarte.


~ No tienes derecho a espiarme, ni a meterte en mi vida – empezó de nuevo con su rollo y antes de que siguiera… le besé.


Se revolvió enseguida y no tuve más remedio que separarme. Él siempre era así, tenía que hacerse las cosas como él quería y cuando el quería, pero yo me había cansado de ir a su ritmo, ahora mandaría yo le gustase o no le gustase. Intentó golpearme y me aparté antes de que me diera cogiendo su brazo y reteniéndolo. Con tanto movimiento intentando soltarse de mi agarre, al final acabamos en el suelo, pero no solté sus manos, las coloqué encima de su cabeza y sin siquiera hablar con él volví a besarle, esta vez con mayor rudeza que la de antes.


Forcejeó los primeros segundos intentando apartarme de encima suyo, luego su cuerpo se quedó quieto, sus manos dejaron de intentar soltarse de las mías y cuando sintió mi lengua, acabó él mismo dándome paso para que saborease su boca. Ahora me daba cuenta… de que me gustaba Jellal, me gustaba su fuerza, me gustaba que fuera indomable porque suponía un reto para mí, me gustaba su carácter, su fiereza, su actitud, me gustaba su cuerpo, sus ojos azul oscuros y la forma en que intentaba aguantarse los gemidos para que no escuchase su debilidad. Cuando me separé de él, me di cuenta que sus ojos estaban vidriosos como si fuera a llorar, pero no lo hizo.


~ Vaya… si el hombre sin corazón parece que tiene sentimientos – le dije – por lo menos puede disfrutar de un beso – le comenté.


~ Suéltame – me gritó - ¿Cómo te atreves a hacerme esto?


~ ¿A qué Jellal? ¿A dominarte en un simple beso? No has visto nada aún – le dije – me he cansado de estar recibiendo tus puñetazos, de estar recibiendo tus palabras ofensivas y de tener que estar haciendo lo que tú digas y como tu digas, ahora… serás tú quien me siga a mí – le dije muy claro.


~ De eso nada – me desafió - no soy tan fácil, además… no vuelvas a tocarme – me dijo y me sorprendí – tienes a Gray ¿No le querías tanto? ¿Qué haces besándome a mí entonces? Vete con él.


~ Jellal – le amenacé ahora y él me miró sorprendido – te besaré las veces que me de la gana y no podrás impedirlo, lo haré una y otra vez hasta que seas tú mismo quien me cuente que te ocurrió en el pasado, haré que reduzcas ese mal carácter que siempre pareces tener, porque igual que tú, yo también odio que estés intentando controlarme siempre – le dije levantándome de encima suyo dándole antes otro beso del cual intentó apartarme la cara, aunque no lo consiguió a tiempo. - ¿Te ha quedado claro?


~ Lárgate – me gritó – te he dicho que no me beses.


Le quise ayudar a levantarse, pero cuando le tendí la mano, él rehusó cogerla ¡Desde luego era cabezón! Sin embargo… yo tenía mi duda solventada… Gray estaba enamorado de Natsu y yo… lo estaba de este cabezón dominante de aquí. Sonreí ¡Conquistar a Jellal sería el reto más complicado al que jamás me había enfrentado!


 


 


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