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Enamórame por Fullbuster

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Daphne POV


Aquel día me desperté como todos los demás, frustrada y deseando venganza por la muerte de mí hermano. Me vestí y cuando bajé a desayunar, me di cuenta que mi padre tenía una reunión con otros clanes, porque por la ventana, podía ver al abuelo de Mirajane allí reunido.


No sé de qué estarían hablando, pero tenía que ser algo importante. Me sorprendió ver a Silver también allí, porque aunque pertenecía a nuestro clan, hacía bastante que se había ido a Estados Unidos exiliado, así que no sé muy bien qué hacía por Japón de nuevo, aunque tampoco lo pensé mucho, era uno de los nuestros, uno de los mejores que teníamos en nuestra organización, así que era todo un lujo contar con él de nuevo.


Me marché a la cocina a desayunar y cuando estaba prácticamente acabando, Silver entró por detrás de mí y se sentó en la silla de enfrente mirándome con una sonrisa mientras cogía una de las galletas de la mesa empezando a comérsela.


~ ¿Qué tal ha estado la pequeña Daphne? – me preguntó.


~ Como siempre –le dije – clamando venganza por lo que le sucedió a mí hermano.


~ Lo sé – me dijo con una sonrisa – por eso vengo a ofrecerte un trato – me dijo sonriendo – porque yo sé quien mató a tú hermano.


Aquello sí captó mi total atención e interés. ¿Quién era el mal nacido que le había disparado? Quería saberlo, quería matarle, lo haría yo misma.


~ Sígueme… tenemos mucho de que hablar – me dijo levantándose y caminando hacia el jardín.


Le seguí por el jardín hasta llegar a la calle y de allí, a un bar no muy lejos de mi casa donde nos esperaba un chico de cabello blanco muy bien vestido con un elegante traje tomando un café.


¿Qué tenía que ver ese chico con algo de mi familia? Ni siquiera era de los nuestros ¿por qué estaba allí?, supongo que eso es precisamente lo que iba a descubrir y teniendo en cuenta que era Silver quien nos había convocado, debía ser un plan brillante de los suyos, porque Silver… siempre conseguía todo lo que se proponía.


Nos sentamos a la mesa y Silver me presentó, se llamaba Lyon y era el hermanastro de un tal Gray ¡no conocía a ninguno! No sé que tenían que ver conmigo mi deseo de asesinar al causante de mi sufrimiento. Aun así, decidí escuchar todo lo que Silver tenía que decirnos.


Silver se sentó con toda la tranquilidad del mundo, pidió su café y habló con nosotros de tonterías, pero yo no estaba para escuchar tonterías, quería saber quien era al que tenía que matar, así que fui directamente al grano.


~ ¿Quién mató a mi hermano? – le pregunté


~ Todo a su debido tiempo – me contestó Silver – la verdad es que vosotros dos tenéis mucho en común, tú quieres que vuelva Gray contigo – le dijo hacia Lyon – y tú quieres vengarte por la muerte de tu hermano, ambos debéis quitar de en medio a la misma persona si queréis conseguir vuestros objetivos – nos comentó.


~ ¿Hablas de tu hijo? – preguntó Lyon


~ Exactamente, pero Daphne… no quiero que le mates, vamos a hacerle sufrir – dijo hacia mí - ¿no suena mejor eso?


~ La verdad… es que sí.


~ Esto es lo que haremos – empezó Silver – Estoy convencido de que mi hijo quiere pedir la custodia de Gray y eso no podemos permitirlo si queremos que él regrese, así que vamos a destruirle, haremos que no pueda pedir la custodia.


~ ¿Cómo haremos eso? – preguntó Lyon – es muy fácil… hay que romper la seguridad de su vida, sin ingresos no le darán la custodia, si sacamos su precioso pasado… tampoco se la darán.


~ Suena muy fácil, pero… ¿Cómo vamos a quitarle sus ingresos? Es policía.


~ Con un certero disparo – les dije – dejarle inválido para que no pueda seguir en el cuerpo, será expulsado, sin ingresos y sin nada para poder sostener a su hermano, ningún juez le daría la custodia. – Silver sonrió al ver que lo estaba entendiendo - ¿pero que pinto yo en todo esto?


~ Pintas mucho… porque fue mi hijo quien mató a tu hermano, te ofrezco la posibilidad de hundirle, de destrozarle, de torturarle tanto como te de la gana.


~ ¿Qué ganas tú a cambio de todo esto?


~ ¿Yo? yo sólo quiero follarle – dijo sonriendo – mientras me permitas hacerlo, me da igual lo que hagas con él en tu tiempo libre.


~ Trato hecho – le dije


~ Os olvidáis de un detalle… - dijo Lyon – Jellal no es el único que está en medio, ¿Qué hacemos con Natsu? Porque es el novio de Gray, le protegerá aunque no esté su hermano.


~ Le disparé también – le dije – puedo dejarles inválidos a los dos y ya he visto como afecta eso a una relación… no querrá ser un impedimento para su novio, se enfadará por no poder caminar y acabará dejándolo, así es como funciona la depresión después de que se entere – les dije sonriendo.


~ Me gusta – dijo Lyon sonriendo.


~ ¿Tienes algún problema en que deje a tu hijo inválido? – le pregunté a Silver.


~ Mientras sirva para follar, me da igual como esté, mi única condición, es que esté vivo, quiero ver su cara y escuchar sus gemidos.


~ ¿Estáis seguros de que funcionará? – preguntó Lyon – porque no quiero dejar ninguna posibilidad abierta de que Jellal pueda arrebatarme la custodia de ese bastardo.


~ Estoy convencido de que no le darán la custodio – dijo Silver – tiene demasiados trapos sucios en su pasado, sólo hay que sacarlos y cuando salgan, ni siquiera Laxus ni ese chaval con el que parece llevarse tan bien, querrán saber nada de él – sonrió – Además… necesitaré a Jellal para unos negocios que tengo pendientes. Así que tranquilo Lyon, tendrás a Gray de vuelta en poco tiempo.


Jellal… que quedé con aquel nombre y me daba igual si era o no hijo de Silver, porque aún quería matarle, pero la idea de Silver de hacerle sufrir antes, me gustó. Primero sufriría por haber matado a mi hermano, yo misma me ocuparía de eso y tenía a mis secuaces para ayudarme y cuando me aburriese de torturarle… sólo tenía que matarle. Claro que para seguir con el plan, primero tendría que esperar un poco a que Silver terminara sus negocios, pero al menos… ya tenía un nombre y una cara de quien era.


Planeamos todo nuestro perfecto plan en los siguientes pocos días, hasta que todo quedó perfectamente planificado. Mientras Iván y Silver decidieron ir a la base de aquellos a inspeccionar el terreno y avisarnos de cuando salieran para poder dispararles, yo me agrupé con los secuaces de mi clan, entre ellos, Tempesta que dispararía a uno de los dos, Olga que conduciría, Jenny que estaría de copiloto y por último, Jackal que nos acompañaría por si las cosas se ponían feas, porque era la mano derecha de mi padre y tenía obligado por él seguirme a todos lados y protegerme. ¡Las cosas de la mafia!


La verdad es que Jackal se había convertido en uno de mis mejores amigos y era básicamente, porque llevábamos siendo amigos desde muy pequeños. Su padre trabajaba para mi padre y era cuestión de tiempo que él acabase trabajando para mí. Jackal era muy atractivo, tenía mucha gente rendida a sus pies pero nunca le vi interesado en nadie en particular, era hasta demasiado sádico para estar con alguien, le gustaba divertirse con todos y nunca encontraba a alguien que le satisficiera por completo. De él a mi me encantaba su cabello rubio y ese aspecto casi zorruno o gatuno que tenía, además de su sonrisa, aunque a veces diera un poco de miedo al ser algo sádica.


Jackal se sentó aquel día en la limusina y no se movió del asiento mientras con una sonrisa tocaba todo lo que veía. ¡De verdad que no podía estarse quieto!


~ ¿A quien hay que disparar? – preguntó Jackal con su sonrisa sádica.


~ Tú a nadie – le dijo Tempesta – yo dispararé.


~ Que aburrimiento – se quejó Jackal - ¿No habían dos?


~ Sí, pero al otro, le dispararé yo – le dije – Jellal es sólo mío, mató a mi hermano y yo le destrozaré a él.


Esperamos aparcados en una de las esquinas de la calle que se dirigía a la base la señal que debía darnos Silver e Iván. ¡la verdad es que era aburrido esperar! Tempesta era el único que se mantenía más o menos sereno, porque Jackal se estaba durmiendo y yo me estaba desesperando.


El móvil sonó y en el mensaje estaba claramente la señal de que estaban saliendo. Según nos informaban, uno se encontraba en el bar de enfrente y el otro saldría en unos pocos segundos. Tempesta volvió a mirar la imagen en su teléfono del chico al que tenía que disparar y yo miré el de mi objetivo, aunque Jackal asomó la cabeza por encima de mi hombro en un intento de cotillear.


~ ¿Ese es el chico? – me preguntó mientras se ponía en marcha el vehículo.


~ Sí – le dije.


~ No le hagas mucho daño ¿quieres? – me dijo con una sonrisa sádica – al menos no antes de que pueda probarlo.


~ ¿Qué pasa? ¿Te ha gustado?


~ Está bueno, sí – me dijo sonriendo.


~ No tienes remedio – le dije sonriendo y es que conocía perfectamente como se portaba él con todo aquel con el que se acostaba.


El coche giró por la calle de los objetivos y bajamos las ventanillas traseras, Tempesta por la izquierda apuntando hacia el bar y yo por la derecha apuntando a Jellal. Le vi bajando las escaleras de la base dirección a la calle y me vio, al menos estoy segura de que vio el arma cuando nos colocamos frente a él, aún así no le dio tiempo a reaccionar. Disparé dos veces pero no vi sangre aunque estaba cayendo ¡no lo entendí! Hasta que Jackal me quitó la pistola y disparó el tercero al hombro para después volver a darme el arma.


~ Nunca apuntes a un policía de élite al pecho – me riñó como si fuera novata – apunta donde no lleven chaleco antibalas – me dijo.


~ ¿Quedará lo suficientemente herido? – le pregunté por su disparo


~ Sí – me dijo sonriendo – yo nunca fallo un tiro, ese chaval tendrá suerte si consigue mover el brazo como antes.


Escuché los siguientes disparos de mi compañero y nos informó que había dado al objetivo, así que el vehículo aceleró para irnos. Cuando me metía ya de la ventanilla, observé a ese chico del que hablaba Silver, el que últimamente estaba siempre cerca de su hijo. Me vio, pero aún así pasó de mí para dirigirse hacia su compañero tirado en el suelo sangrando. De todas formas… aunque me identificase daría igual, nadie en este país se metería con los Yakuza, ni siquiera la policía, por muy de asalto que fueran ¡La ciudad era nuestra!


 


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