Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamórame por Fullbuster

[Reviews - 576]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Jellal Fernándes POV

 

No podía creerme que había sido Jackal el culpable de que estuviera aquí, pero así era. Desde luego tenía que reconocer una cosa… ¡Qué maldita puntería tenía! Si lo hubiera aprovechado para algo bueno en lugar de para algo malo, habría sido genial.

Jackal no se atrevió a quitarme las esposas en toda la noche por miedo a que le matara y no iba muy desencaminado, porque si me las hubiera quitado me habría lanzado contra él sin dudarlo un segundo. Así que él acabó durmiendo en su cuarto del piso superior y yo tuve que conformarme con un cojín apoyando la cabeza en los peldaños de la escalera. Dormí bastante incómodo con el brazo agarrado a la balaustrada de las escaleras, porque no podía moverme mucho y encima, las esposas me estaban haciendo daño en la muñeca.

No podía dormirme aunque me moría de sueño y todo por culpa del dolor y de lo incómodo que estaba. Al final, a mitad noche bajó Jackal y me miró acercándose un poco a mí.

~ ¿Estás bien? – me preguntó.

~ Claro – le dije – en las escaleras se duerme de lujo – le comenté con ironía y él sonrió.

~ Si prometes portarte bien y no agredirme, te dejo subir conmigo a la cama.

~ ¿Ahora que soy? ¿Un perro? ¿me dejas subir a la cama?

~ No quería decirlo así… ¿Quieres dormir en la cama o no? – me preguntó al final con un tono más serio.

~ Sí – le dije – pero no contigo.

~ ¿Conmigo o con las escaleras, que prefieres? – me preguntó.

~ Eres un cabrón

~ Lo soy ¿Y?

~ Contigo – le dije al final.

~ Ven aquí – me dijo acercándose y quitándome las esposas aunque seguía bloqueándome las manos sin fiarse de que pudiera hacerle algo.

Miraba a Jackal mientras me conducía hacia la habitación y no tenía buena cara, quizá le había hecho sentir algo, quizá, se sentía culpable ahora y por eso no podía dormir con su habitual tranquilidad, seguramente… ese era el motivo de que hubiera venido a buscarme, no podía dormir pensando que yo estaba incómodo en esa escalera.

Su habitación era una pasada, con mucho lujo aunque no tenía apenas muebles, era bonita y elegante, algo que me extrañó, aún así, Jackal me acompañó hasta la cama de matrimonio y me obligó a tumbarme mientras agarraba mi brazo sano al cabezal de la cama bloqueando así que pudiera hacerle daño mientras él dormía. Me dolía el brazo aún de su disparo y no podía quitármelo de la cabeza, había sido él, él me había destrozado la vida y sin embargo, ahora parecía sentirse tan culpable de lo hecho, que ni siquiera podía conciliar el sueño.

Me giré de lado dándole la espalda y es que no quería verle, no quería saber nada de él, no quería tener que soportarle más, sólo deseaba dormir cómodo mi última noche, porque mañana vendrían los de la mafia a por mí y no m esperaba nada bueno. No sé las llamadas perdidas que le hice a Loke y realmente… no sabía si él entendería lo que quería decirle, pero le necesitaba.

Cuando estaba a punto de dormirme, sentí un brazo en mi cintura agarrándome con fuerza, pero no podía moverme más para apartarme sin caerme de la cama. Notaba la cabeza de Jackal apoyada en mi espalda y creo que estaba llorando, de todas formas, sólo podía escucharle pedirme perdón y algo dentro de mí, quería girarse y consolarle, decirle que estaba todo bien, pero otra parte, me decía que era el desgraciado que me había arruinado la vida ¡Total… mañana estaría muerto! Que más me daba ya lo que pudieran pensar de mí, ya no servía de nada.

Me quedé dormido con el  brazo de Jackal sobre mí, pero cuando me desperté, los de la mafia ya estaban allí y aunque hablaban mucho de qué hacer conmigo, creo que Jackal intentaba convencerles de que no me hicieran daño, al menos que no me matasen. De todas formas y aunque agradecí que lo intentara, sabía que no servía de nada.

Otro chico de los que estaba allí me quitó las esposas que me apresaban al cabecero y me hizo levantarme para que les acompañase. Jackal intentó decir algo, pero yo sabía que no había nada que hacer, así que les acompañé. Sentía mi móvil en el bolsillo y cuando llegamos al coche, aproveché para meter una mano y por lo menos, activar el GPS y que Loke supiera donde encontrarme, si es que había pillado mis llamadas perdidas.

Jackal también vino con nosotros y le veía en el asiento de delante mirándome con ojos tristes, pero yo aparté mi vista de la de él, no quería verle, estaba enfadado, más con él que con los demás, porque creía que tenía algo bueno ese chico y realmente, descubrir que fue él quien había destruido todo lo que construí con esfuerzo para llegar a ser policía, me hacía daño.

No pude dejar de pensar en Loke todo el camino y es que ahora mismo, necesitaba dos cosas para salir vivo de aquí, o que Jackal consiguiera algo que me liberase o que Loke se diera cuenta y viniera a por mí. Que irónico estar en las manos de las dos personas que me traicionaron, una un criminal, el otro un policía.

Me llevaron hacia una sala que estaba poco iluminada y me dejaron allí sólo un tiempo. Yo sólo podía sentir el dolor del brazo, porque hacía días que ni siquiera me estaba tomando la medicación que me mandaron o simplemente algo para el dolor, sé que estaba fastidiándome más el brazo de lo que ya estaba, pero no podía hacer nada al respecto, de todas formas… muerto ya no me serviría de nada así que daba igual.

Uno de los hombres, un tal Tempesta por lo que pude escuchar, se acercó hacia mí colocándome en el cuello un collar ¡Si soy sincero… creo que era un collar de perro! Pero bueno, tampoco iba a decirles nada, ya me daba un poco igual todo, no podían humillarme más de lo que ya habían hecho con anterioridad ¡o me equivocaba y sí podían! Porque al poner la correa y tirar de mi haciéndome caminar a cuatro patas tras él, era bastante humillante, pero sacarme fuera al jardín de ellos y bajarme la bragueta cogiendo mi miembro para que mease en un árbol, era peor ¡Creo que sí me trataban directamente como a un perro! Pero tal cual.

Jackal apareció por detrás diciéndole algo a Tempesta, creo que estaba enfadado y le quitó la correa de las manos soltándome para ayudarme a ponerme en pie. Me aparté un poco cuando les escuché gritarse y es que creo… que el ambiente se estaba caldeando tanto que acabarían pegándose.

Tempesta acabó por marcharse y creo que era porque Jackal venía de una familia importante y no quería discutir con él. Miré a Jackal y éste se acercó a mí quitando la correa de que estaba sujeta al collar.

~ ¿Estás bien? – me preguntó.

~ No – le dije muy serio caminando hacia dentro.

~ ¿Qué quieres de mí Jellal? – Me preguntó – no puedo volver atrás y evitar ese disparo, por lo menos déjame ayudarte ahora.

~ No puedes ayudarme – le comenté – porque si me ayudas te matarán a ti.

~ Me da igual, no quiero que estés así conmigo.

~ ¿Por qué? – le pregunté gritándole – solo era un puto policía para ti, de esos que se pueden matar, a los que podéis humillar y destrozar, somos completamente opuestos ¿Por qué querrías ayudarme cuando todos quieren matarme?

~ Porque te quiero – me gritó - ¿No te das cuenta de lo que me has hecho? Estoy colado por un puto policía y si se enteran aquí estamos muertos los dos.

~ Entonces empieza a actuar como ellos y deja de intentar salvarme.

~ No puedo, ¿Qué narices me hiciste Jellal? ¿Por qué no puedo evitar pensar en ti todo el tiempo? Eras sólo un policía.

~ ¿Quieres ayudarme? – le pregunté.

~ Claro

~ Entonces ayuda a Loke – le dije – no dejes que le pase nada cuando me maten a mí, porque vendrá a por ellos.

~ No van a matarte…

~ Prométemelo – le grité – protegerás a Loke cueste lo que cueste, no dejes que le maten a él – Jackal se quedó atónito ante mis palabras y al final aceptó.

Volví a entrar sin dejarle a Jackal decir nada más, era un buen chico eso lo sabía, pero no necesitaba que me protegiera a mí, no podía hacerlo sin ponerse en peligro él, pero sí podía ayudar a Loke, impedirle que cometiera una locura cuando yo muriese, impedirle entrar aquí él sólo con pistola en mano y que acabase igual que yo.

Aquel día no volví a ver a Jackal, no sé donde fue ni qué hizo, pero lo que sí sé, es que aquella tarde me humillaron todo lo que pudieron y un poco más, al fin y al cabo, sólo era para ellos un policía más al que podían hacer lo que les diera la gana.

Silver no estuvo esta tarde, pero me dijeron que vendría por la noche. En parte lo agradecí y en parte no, porque cuando llegó la noche, yo ya no podía moverme de la paliza que me habían dado, de las violaciones que me habían hecho ya, de las humillaciones que me ofrecieron. Ni siquiera podía moverme del suelo, creo que no podía mover ni un dedo y sentía tanto dolor, que creo… que me estaba muriendo en silencio, pero a nadie le importó.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).