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Enamórame por Fullbuster

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Rogue Cheney POV


Hoy me levanté algo más tranquilo, principalmente porque tenían los compañeros de Loke los resultados de las pruebas de narcóticos. Ya tenía ganas de saber qué decían los análisis de la sustancia que mi primo Zeref le estaba poniendo en la bebida a mi novio, porque desde luego… yo me cargaba a mi primo.


A veces incluso me reñía a mí mismo por no haberme dado cuenta de lo que le pasaba a Sting, perdía la memoria y no me di cuenta, debí haber sospechado algo pronto, se comportaba muy extraño con mi primo y las últimas semanas no quería hacer nada si Zeref iba a venir.


Me duché y no podía dejar de pensar en cuanto echaba de menos por las mañanas a Sting, porque siempre me daba los buenos días con aquella sonrisa que tenía, me besaba o se venía a la ducha conmigo, echaba de menos hacerle el amor, tocarle, sentirle, probar sus besos. Sonreí al recordar nuestro primer beso y es que me encantó, con sus mejillas sonrojadas porque se había equivocado de frase.


Echaba de menos que se confundiese de frase y me pidiera besos, quería verle, quería abrazarle y es que no aguantaba más tiempo separado de él. Cuando desayuné, leí el periódico y salí rápido tras arreglarme y lavarme los dientes hacia el trabajo.


Loke ya me esperaba allí con los resultados de las pruebas y no parecían ser buenos por la cara que tenía. Me explicó en detalle todos los efectos que tenía y me concordaba todo perfectamente con lo que le había pasado a Sting, dolores de cabeza, olvidar cosas, perder entusiasmo en las relaciones sexuales, sentir excitación por mi primo, todo lo tenía Sting y estaba en sus resultados de las pruebas médicas, se podía confirmar que había tomado esa sustancia y la bolsa de droga, tenía las huellas de mi primo ¡iba a pillarle!


Lo que más me extrañó aquel día del trabajo, es que cuando entré al vestuario a cambiarme, escuché gemidos de la ducha. Pensé en Natsu, porque últimamente estaba que no paraba con Gray y cuando me acerqué para decirle que lo dejase ya, me quedé paralizado al ver a Loke metiéndole su miembro a un Jellal encorvado contra la pared y gimiendo como un loco.


¡Todos en este escuadrón estaban salidos! Y es que encima a mí, me faltaba Sting. Con las ganas que tenía yo de verle y ya me aguantaba todo lo que podía y me pasaba esto, encontrarme a todos follando como conejos por todos los rincones. El mundo estaba contra mí.


Aunque diría que aquello fue lo más sorprendente del trabajo, mentiría, porque cuando vi a Jellal ponerse su uniforme, me quedó claro que volvía a trabajar, al menos a entrenar, porque no le dejarían ir de francotirador hasta que asegurasen que su brazo estaba perfecto, pero por lo que vi en el entrenamiento, no tardaría mucho en volver a su puesto, al menos ya estaba en el equipo de nuevo en plena forma.


Salí de trabajar y me dispuse a irme a casa, pero no quería ir a casa, no a ver a mi primo, yo sólo quería ver a Sting y entonces, caí en algo que quería hacer con él desde hacía un tiempo. Sonreí, cogí la moto y me fui a una empresa de adopción. La recepcionista me atendió con gran amabilidad y me dio los papeles a firmar para poder llevármelo. En cuanto lo tuve conmigo, me fui a casa de Sting.


Antes de subir, aproveché para llamar a mi primo Zeref y comentarle… que ya podía recoger sus cosas y marcharse a otro sitio, porque tenía las pruebas contra él y estaban ya en proceso de que un tribunal las revisara, así que le quería bien lejos de Sting y de mi casa. Pareció entenderlo, porque le dije que no volvería hasta mañana y cuando volviera, quería que hubiera desaparecido.


Toqué el timbre y cuando abrió, se extrañó de verme allí, supongo que era lo lógico, pero veía sus ojos con un brillo especial y sé que me quería, lo supe desde el primer beso, yo estaba completamente seguro de hacer esto con él, quería estar con él y si teníamos que adoptar lo que fuera, lo haría, quería verle feliz, era mi rubio.


~ ¿Qué haces aquí Rogue? – me preguntó.


~ Las pruebas contra mi primo están en proceso ya, es más, de hecho he llamado a mi primo hace un rato, se marcha de mi casa.


~ Pero… es tú primo –me dijo Sting


~ Sí, y tú mi novio – le aclaré – en mi casa sólo hay sitio para un chico y ese eres tú, te quiero a ti y te he echado de menos Sting.


~ Yo también te echo de menos – me dijo llorando.


~ Ven aquí – me lancé a abrazarle y se agarró tan fuerte a mí que creo, me rompería, porque no quería soltarme. – quiero que vengas a vivir conmigo – le dije de golpe y ahí sí me soltó para mirarme asustado.


~ ¿A qué viene eso tan de golpe? – me preguntó.


~ ¿Eso es un no? – le pregunté sonriendo y él se paralizó intentando negarlo – me he dado cuenta, de que te quiero demasiado Sting, necesito despertar contigo todas las mañanas, quiero ser el primero en ver tus sonrisas, en poder besarte, quiero ser todo para ti Sting y si tengo que adoptar lo haré.


~ ¿Adoptar? – me preguntó – dijiste eso el día de la playa –me comentó.


~ Sí y ya he hecho los papeles – le dije mientras él se asustaba


~ ¿Qué has hecho qué? – me preguntó asustado – Rogue que yo no puedo ser padre a esta edad – me dijo – por dios que tú vale, estás en esa edad proteccionista y paternalista, pero yo no.


~ Saluda a tu nuevo hijo – le solté de golpe sacando de la caja de cartón de abajo al perro que acababa de adoptar. Sting al verlo… primero se paralizó y luego suspiró aliviado.


~ Que susto me has dado – me dijo Sting golpeándome el hombro mientras yo sonreía.


~ Adoptaremos un niño más adelante – le dije – conformémonos primero con este – le comenté aunque Sting tras coger al cachorro en sus brazos y meterlo en casa, cogió el cuello de mi camiseta y me impulsó hacia dentro cerrando la puerta tras de mí y besándome.


Desde luego echaba mucho de menos sus besos, no podía saber cuánto hasta que volví a sentir sus labios en los míos. Cada vez estaba más y más convencido, de que Sting era mi chico, porque era mío, le quería a él y sólo a él.


Le tiré al sofá quitándole la camiseta con rapidez mientras él me desabrochaba y es que creo… él tenía las mismas o más ganas que yo de estar juntos. Me moría por demostrarle de nuevo, que era conmigo con quien él se excitaba, porque ya no quedaba droga en su cuerpo, ahora era él mismo y cuando metí la mano bajo su pantalón y vi su miembro ya duro, estaba claro que me deseaba.


~ ¿Estás excitado Sting? – le pregunté burlón


~ Sí – me dijo casi aliviado de aclarar sus dudas – eres tú quien me excita Rogue, sólo tú, te quiero a ti


~ Lo sé, siempre lo he sabido, somos el uno para el otro, por eso quiero que vengas a vivir conmigo.


Le besé con pasión mientras tocaba todo su abdomen, rocé simplemente sus pezones con las yemas de mis manos y se erizaron buscando mi contacto, por lo que acabé lamiéndolos y mordisqueando mientras le escuchaba gemir. Cuánto tiempo había deseado escucharle así, tenerle así, bajo mí cuerpo, suplicándome que siguiera mientras cerraba sus ojos y jadeaba una y otra vez.


Bajé sus pantalones del pijama y aunque él intentó bajar para meterse mi miembro en su boca, yo se lo impedí, porque ya estaba cansado de hacer lo que él quería, hoy sería él quien tendría que dejarse dominar, porque sería su castigo por intentar romper conmigo aquella vez.


~ Ni se te ocurra bajar – le dije cogiendo las esposas de detrás y atándole una mano a la pata de la mesa.


~ ¿Qué narices…? – preguntó confuso al ver su brazo enganchado sin poder moverlo.


~ Hoy eres mío Sting, ya te dije que probaríamos las esposas y además… tenía que darte un castigo por intentar romper conmigo.


~ ¿Vas a follarme? – me preguntó con picardía


~ Sí – le dije sonriendo – voy a hacerte totalmente mío Sting, voy a dejarte claro, que soy al único al que deseas, acabarás gritando por más.


~ ¿Esto es lo que le quieres enseñar a nuestro niño? – me preguntó con burla y me giré al ver al perro mirándonos ¡Sería cotilla! Pero a mí ahora mismo no me paraba ni un perro mirón.


~ Así aprenderá para cuando crezca – le dije besándole con fuerza mientras empezaba a masajear su miembro ya erecto.


Bajé hasta su miembro metiéndolo en mi boca y estuve dándole placer y escuchándole gritar, gemir y curvar su espalda hasta que se corrió. Ni siquiera me aparté, echaba de menos hasta su sabor en este momento, así que me tragué todo y luego le volví a besar demostrándole que era yo quien estaba al mando ahora.


Empecé a meter un dedo en su interior mientras seguía besándole intentando relajarle el dolor y es que hacía bastante tiempo que no había tenido relaciones, así que me daba miedo hacerle daño, tanto… que hasta tuve que preguntarle si tenía lubricante e ir a buscarlo, porque no quería hacerlo sin él.


Le lubriqué entero antes de volver a meter los dedos dilatándole todo lo que pude, pero cuando casi me gritó del placer que entrase en él, no pude remediarlo y lo hice. Estaba demasiado estrecho, seguramente por el tiempo que había pasado sin tener relaciones, pero me encantó su estrechez.


~ Joder Sting – me quejé con un gemido mientras entraba.


~ ¿Te gusta? – me preguntó aunque su cara hacía aún algún gesto de dolor.


~ Sí – le dije – no recordaba lo estrecho que estabas


~ Disfruta Rogue – me dijo – fóllame, soy tuyo.


~ Sí Sting, eres mío – le recalqué.


Empecé a moverme y a cada movimiento, le recordé que era mío. Acabó gritando mi nombre cuando le preguntaba de quién era. Gemía y gritaba, era música para mis oídos y es que encima con su estrechez, no sé cuanto aguantaría, porque me volvía loco. Acabé dentro de él y aunque paré un poco para recuperarme por la velocidad que había cogido, cuando salí, sonreí al ver cómo salía de su orificio algo de mi líquido. Ahora sí era mío.


Le quité las esposas de su brazo y me tumbé a su lado sonriendo mientras acariciaba su pecho, aunque acabó pasando su brazo por mi cintura, su pierna por encima de la mía y apoyando su cabeza en mi pecho con intención de quedarse dormido escuchando el latido de mi ahora desenfrenado corazón, sintiendo el calor que emanaba de mi piel desnuda.


~ No me has contestado aún – le dije acariciándole la espalda.


~ Contigo Rogue, iría hasta el fin del mundo – me dijo


~ Me alegro Sting, porque quería vivir contigo.


~ A mí también me apetecía vivir contigo Rogue.


 


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