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Enamórame por Fullbuster

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Jellal Fernándes POV


 


Me desperté a las cuatro de la mañana, algo habitual en mí, porque nunca podía dormir. Me coloqué el pantalón corto de deporte y una sudadera para salir a correr, como solía hacer cuando no podía dormir, que era casi siempre.


Salí a correr en dirección al parque y lo crucé alejándome del centro de la ciudad porque lo odiaba. Sé que quizá ir hacia el otro lado donde había menos bullicio podía ser incluso más peligroso, pero odiaba el centro, no había forma de correr por allí. Cuando me di cuenta, estaba frente a la casa de Loke y recordé la primera vez que me había pasado esto, ni siquiera teníamos nada pero involuntariamente había venido hasta esta casa, buscando a Loke que llegaba en aquel momento con una chica con la que acababa de ligar. Ahora había cambiado tanto la cosa, para empezar estaba en casa en vez de en algún club ligando con alguna desconocida con la que tendría sexo esta noche, y por otro lado… ni siquiera le gustaban ahora mismo las chicas.


En realidad, aunque estábamos juntos desde hacía meses, no sabía si debía molestarle o no, una cosa es que yo no pudiera dormir y otra era despertarle a él porque yo no pudiera, quizá debería marcharme y dejar que uno de los dos descansase. Ya iba a marcharme cuando escuché la voz de Loke.


~ ¿Dónde vas? – me preguntó y le busqué.


Miré a todos lados sin verle, hasta que miré hacia arriba para encontrarle en el balcón de su habitación mirándome con una sonrisa.


~ Como sabía que acabarías viniendo ¿No puedes dormir sin mí o qué? – me preguntó y sonreí.


~ Algo así – le dije – quizá me faltaba mi ración de sexo antes de dormir


~ Entonces será mejor que pases, porque no quiero que te la de otro que no sea yo – sonrió y sonreí por la broma.


Se metió dentro de la habitación y escuché el ruido de la puerta de fuera abriéndose, así que la empujé y entré. Crucé el pequeño jardín delantero y para cuando llegué a la puerta principal de la casa, ya estaba Loke abriéndome la puerta. Fui a entrar en la casa cuando Loke colocó su mano en mi pecho empujándome suavemente hacia fuera evitando que entrase.


~ ¿Qué sucede? – le pregunté.


~ Que estás sudado, así no entras a mi casa – me dijo y me cogió de la muñeca guiándome hacia algún sitio de su lujosa casa.


Cuando llegamos a una especie de invernadero me sorprendí, porque no sabía que Loke tenía un invernadero, aunque cuando entré y vi la piscina climatizada, empecé a entender las cosas. Tampoco me dio mucho tiempo de preguntar algo, porque me empujó y me tiró dentro de la piscina sin siquiera avisarme.


Iba a quejarme cuando saqué la cabeza cuando vi que Loke también se tiraba incluso vestido. No me dio tiempo a decirle mucho porque me empotró contra uno de los laterales de la piscina y empezó a besarme como si le fuera la vida en ello. Sus manos se colaron por dentro del pantalón y cogió mi miembro con fuerza masajeándolo, haciéndome gemir como un loco mientras me agarraba al borde de la piscina para no hundirme.


~ ¿Qué pasa Jellal? ¿Nunca lo has hecho en una piscina? – me preguntó divertido.


~ No – le dije – la verdad es que no.


~ Pues ya iba siendo hora – me dijo volviendo a besarme.


~ ¿Intentas controlarme? – le pregunté sonriendo al verme empotrado contra el borde.


~ ¿Lo consigo?


~ Jamás – le dije cogiéndole de la nuca con la mano y besándole yo con mucha más fuerza con la que lo hizo él.


Giré sobre él dejándole en el borde y por suerte… tocaba el suelo. Agarré su trasero con fuerza y lo subí encima del borde bajándole el pantalón y metiéndome su miembro en la boca haciéndole gemir ahora a él. Loke agarró con sus dedos mi cabello y me movió la cabeza hasta el fondo haciendo que me tragase todo su miembro mientras jadeaba. Prácticamente él movía mi cabeza al ritmo que quería, al que le gustaba y sinceramente, a mí me gustaba escuchar como gemía cuando le daba placer.


Loke se bajó del borde y me empujó hasta la escalera metálica de salida. No sabía muy bien que pretendía hacer, pero me puso de frente a ella y me hizo agacharme un poco apoyando mi pecho en el último peldaño mientras dejaba mi trasero prácticamente a su alcance.


Me hizo agarrarme con las manos a las barandillas de la escalera y metió sus dedos en mi boca obligándome a lamerlos para lubricarlos.


- Que obediente estamos Jellal – me dijo irónico.


- Vete a paseo – le dije


- No me voy a ir precisamente de paseo, me voy a ir dentro de ti Jellal – me dijo susurrándome mientras me metía uno de sus dedos y yo gemía - ¿O no quieres? – me preguntó.


- Hazlo – le dije.


- ¿Perdona qué? – me preguntó burlándose de mí porque nunca le dejaba controlar nada ni le pedía nada.


- Quiero que te corras dentro de mí pedazo de imbécil – le dije


- Bueno, habrá que mejorar la forma en que pides las cosas – me dijo - ¿Qué tal si me llamas señor?


- Vete al cuerno Loke – le dije mientras él sonreía


- De verdad que eres cabezón –me dijo  metiéndome ahora dos dedos y haciendo que me cogiera esta vez del borde de la piscina mientras gemía aún más. - ¿Qué habías dicho que querías?


- Que entres – le dije.


- ¿Perdona? – me preguntó y me estaba cansando él y sus malditas ganas de dominarme.


- Quiero que me folles, que la metas hasta el fondo, que te corras dentro de mí, quiero escucharte jadear como un loco Loke – le dije – vamos… hazme tuyo – le susurré y pareció excitarle más porque entró de golpe en mí.


Se esperó unos segundos y es que un poco más y me mata del dolor, el agua para esto no era nada bueno. Me quejé y tras hacerlo, Loke se detuvo esperando a que me recuperase un poco, hasta que le avisé que ya podía moverse. Se movió, notaba como salía y entraba de mí y me gustaba, cada vez gemía más y me agarraba con mayor fuerza al borde. Loke también estaba gimiendo mientras agarraba mis caderas con fuerza. Decidí por una vez en mi vida… satisfacer sus deseos, aunque no creo que volviera a repetirlo, porque odiaba que me dominasen a mí.


- Vamos Loke – le dije – correte, lléname entero


- ¿Te gusta Jellal? – me preguntó burlón.


- Sí, señor – le dije y creo que por la sonrisa que puso, entendió claramente que le estaba siguiendo la broma.


Loke se corrió prácticamente al momento y es que eso de que le llamase señor, creo que le había excitado, supongo que a él también le gustaba dominar y con eso tendríamos un problema, porque ninguno de los dos, era precisamente un buen sumiso. Esta vez cedí yo, pero la próxima, cedería él, de eso me ocuparía yo.


Cuando salimos del agua, yo estaba exhausto. Loke me pasó una toalla y me secó con ella mientras entrábamos ahora en el edificio. Esa noche me quedé a dormir con él y desde luego… ahora podía afirmar, que sólo dormía bien cuando los brazos de Loke me abrazaban de esa forma protectora que él tenía.


Por la mañana, nos despertó el teléfono, al parecer Gray había llamado a mi casa, pero como no contesté, decidió llamar a Loke. Habían encontrado al hijo de Ultear o eso es lo que comentaron, así que quedamos ese mismo día en una cafetería del centro. Vaya mala suerte, porque Ultear se había ido a por unos documentos precisamente… referentes a su hijo, así que no vendría hasta dentro de un par de días, quizá por eso me había pedido Gray que no le dijera nada, para no ponerla más nerviosa de lo debido.


Loke decidió acompañarme aunque claro… mientras yo me vestía, Loke me desvestía queriendo la última ración de sexo antes de ir a ver a mi hermano. ¡Acabé aceptando! Aunque lo hicimos esta vez encima de la encimera de la cocina y me sorprendió cuando Loke, llegó a meterse todo mi miembro en la boca, porque pocas veces lo hacía, aún así, hasta se tragó parte de mi líquido. Me excitó tanto verle hacerlo, que le besé como nunca antes, con tanta pasión y fuerza como pude y es que Loke… me excitaba y me completaba, él era todo lo que yo quería en mi vida, aunque aún no me había atrevido a repetirle las palabras que le dije mientras me moría.


Sé que las sabía, él entendía que le quería aunque no se lo dijera y es que me daba mucha vergüenza decir esas palabras, no podía, era algo superior a mí, era casi como entregarme a él y realmente… no sé si estaba preparado para eso, yo era muy independiente, el sexo era genial, pero me gustaba esa independencia mía, el saber que nadie me dominaba ni me controlaba, aunque luego acabase durmiendo en su casa porque no podía dormir si él no me abrazaba… ¡no había quién me entendiese! Ni yo mismo me entendía.


En el bar me presentaron a mi hermano pequeño Romeo y como su madre no estaba y Gray y Natsu parecían demasiado desesperados por tener sexo, acabamos decidiendo que se vendría unos días a mi casa. Total… yo con Loke podía tener sexo en las duchas del trabajo sin que Romeo se enterase, así que no me suponía tanto esfuerzo como a ellos, aunque esperaba que su madre llegara pronto, porque yo tenía una vida sexual demasiado activa y no quería renunciar a ella, menos cuando tenía a Loke comiendo de la palma de mi mano.


 


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