Los días seguían pasando, el curso estaba por terminar, los exámenes y trabajos iban en aumento y por si todo eso no fuera suficiente David y Fernanda seguían igual y todo indicaba que eso no cambiaría pronto. Para terminar de empeorarlo los rumores sobre el fin de su noviazgo, de una posible infidelidad y otros más rondaban la escuela y eran muy pocos quienes aún no se enteraban.
Gabriel pasaba cada vez menos tiempo con él cuando estaban juntos pues era el principal motivo de disgusto de la chica y por obvias razones quien más provocaba sus peleas. Eran menos las clases a las que asistía y cuando lo hacía se sentaba apartado de ellos en compañía de Valentina y sus amigas o de Araceli y Angélica.
En una ocasión justo antes de que la clase comenzara se encontraba con el par de chicas fuera del salón conversando hasta que vio a su pareja y la chica en otra de sus discusiones y como de costumbre era él quien llevaba la peor parte.
-Hay veces en las que simplemente no soporto a Fernanda-fue lo que dijo sin siquiera pensarlo, por más que intentara controlarse había veces en que simplemente no podía evitarlo.
-¿Y por qué?-la más baja preguntó totalmente sorprendida.
-No sé, me cae mal-no sabía que inventar para justificar lo que había dicho.
No podía simplemente decir: "Por su culpa no puedo estar tranquilo con mi pareja, por su forma tan impulsiva de actuar todos creyeron que están saliendo y no se le ocurrió otra solución más que seguir con esa farsa hasta que ella se cansara, por sus dudas e inseguridades no lo deja tranquilo y ahora lo tiene hecho una bola de nervios y no puede soportar esto ¿Necesito más razones para que me caiga mal?"
La conversación terminó ahí y mientras las chicas entraban al salón de clases él se alejaba lo más posible para aclarar sus sentimientos y despejar su mente. Tantas cosas estaban pendientes por resolver que simplemente no tenía siquiera intenciones de estar en un lugar que sólo le causaba más problemas.
Las canchas volvieron a ser su lugar favorito para pasar el día con todo lo ocurrido y ese no sería la excepción. Tras encontrar la posición perfecta para pasar varias horas y sacar su libro de la mochila se dispuso a olvidarse del mundo entre esas palabras y no preocuparse por nada más que seguir la trama de la historia y así habría sido de no ser por un pequeño grupo de chicas que llegaron a los pocos minutos y no dejaban de cuchichear entre ellas.
-No te creas, con todo el drama que trae su amigo ni han tenido tiempo de hablar pero Andy no pierde el tiempo, si hasta aprovecha que ya no están todo el día juntos para andar con él.
-Yo que ella ni me ilusionaba-comentó otra chica provocando que el resto la miraran con curiosidad-En serio, dicen por ahí que el chico que le gusta a Andrea es quien presentó al novio de Fer y la chica con quien la está engañando. Por lo que tengo entendido conoce bastantes chicas y es más que probable que le haya presentado alguna y le gustara.
-¿De verdad? No me puedo creer que eso pasara, no conozco al chico pero hacer eso me parece algo tan cruel.
-Pruebas concretas no hay pero hablé con ella hace un tiempo y por lo que me contó al principio él era tan dulce, tierno y la procuraba tanto que ni siquiera se sentía tranquila a su lado pero después de un tiempo se volvió indiferente y ya casi no estaba con ella y casualmente siempre se la pasaba con su amigo. Cuando menos se dio cuenta y ya no los deja solos.
-¿Así de grave son las cosas?-otra de las chicas preguntó sorprendida-Que bueno que ya no los deje solos, si va a engañarla mínimo que le cueste un poco.
-Como quiera que sea me parece horrible la actitud de los tres. Su novio sabe como fueron las cosas con el ex y aún así le hace esto, el amigo sabe que él tiene novia y ni siquiera le importo y la otra seguro está enterada de todo pero le dio lo mismo...
Se cansó de escuchar tantas tonterías, tomó sus cosas y se dispuso a partir. No podía creer que sin siquiera saber como eran realmente las cosas se pusieran a hablar del tema.
-¿Cómo pueden tomarlo tan a la ligera?-se preguntaba molesto mientras se dejaba llevar por sus pasos sin importarle el lugar-Acusan a David de infiel y lo ven como la peor persona del mundo sin siquiera saber todo lo que está aguantando por culpa de alguien quien presume quererlo. Además es ella quien llegó a interferir, nosotros estábamos muy bien hasta que se le ocurrió venir a imponer sus sentimientos-se recargó sobre una de las columnas reflexionando sus palabras.
-No creí encontrarte aquí-una voz lo sacó de sus pensamientos-Por lo que he visto no acostumbras venir por aquí-Andrea se acercó y lo besó a manera de saludo-¿Todavía tienen clase? Hace nada vi a David... Sabes, está muy mal y me duele verlo así-su expresión cambió a una que reflejaba suma tristeza-Hablamos muy poco pero de nuevo peleo con Fernanda y se nota que no puede con esto. Entiendo que no quieras involucrarte en este asunto pero habla con él, por favor. Nunca me lo ha dicho pero es obvio que eres en quien más confía y de quien más necesita apoyo...
Sólo asintió en silencio, se sentía la peor persona del mundo por abandonar a quien tanto quería en los momentos que más lo necesitaba porque así es como lo sentía, que lo había dejado solo pese a prometerle que lo que pasara lo afrontarían juntos y aunque entendía que el chico no siempre estaba en la mejor condición para hablar no dejaba de pensar que desde mucho antes debió encontrar la manera de seguir juntos.
Apenas llegó la hora en que su última clase terminaba fue hasta el salón y entre la multitud apenas pudo encontrarlo. Tal como su amiga había dicho se veía en pésimo estado, ni siquiera parecía él. Hizo una seña con su mano para captar su atención y pudo notar como tras verlo su rostro se iluminó y por unos segundos parecía que la tristeza había desaparecido.
-Ya veo que Andrea no mentía-lo recibió intentando controlar sus ganas de esconderlo entre sus brazos ahí mismo mientras la prometía que haría lo necesario para protegerlo.
-Se preocupa demasiado...-le respondió intentando mostrar una sonrisa-Aunque no lo crea estoy mejor de lo que parece.
-Vámonos-lo tomó del hombro para dirigirlo a donde quería ir.
Hacía tanto que la oportunidad de estar con él a solas no se presentaba que se sentía ansioso pese a no mostrarlo; eso sin mencionar que no creía en las palabras de su pareja pues se contradecían con su aspecto.
Llegaron al invernadero y fue hasta ese momento que la tranquilidad desapareció y apenas estuvieron lo suficientemente lejos de la entrada se arrojó a los brazos del más alto sin importarle nada más.
-Tranquilo...-le susurró suavemente mientras su agarre se hacía más fuerte-Aquí estoy, no voy a ir a ningún lugar-tomó su mentón y besó suavemente sus labios-¿Ya estás mejor?
-En verdad lo lamento, intento que esto no me afecte pero es tan difícil mantenerme al margen-lo rodeó por el cuello-Y lo que me duele es que no puedo estar contigo, todos creen que lo que me tiene así es pelear con ella ¡Incluso Andrea!-hundió su rostro en el cuello de su pareja-Ya no me importa nada, seguramente cuando llegue va a estar esperándome y voy a aprovechar para terminar con ella y decirle que estoy saliendo contigo.
-No puedes simplemente hacer eso y esperar que se quede tranquila-lo alejó de si para poder mirarlo a los ojos-Si el sólo pensar que la engañas la tiene en ese estado no quiero ni imaginar como reaccionaría si le dices que sales conmigo, piensa en el escándalo que eso provocaría... ¿Has escuchado todo lo que se dice de ti? Todos piensan que eres tú el culpable, que tus acciones sólo lastiman a Fernanda y la única afectada es ella. Lo que menos quiero es que esto te traiga problemas, no me perdonarla algo así.
-Ya no me importa nada, lo digo en serio. Me da igual si todos me odian y no quieren saber más de mí, si me ven como un traidor o lo que se les ocurra...-desvió su mirada unos segundos-Si necesito ganarme el odio de todos por estar contigo lo haré-aseguró sin dar tiempo a más.
-No creo ser suficiente como para que cargues con el rechazo de todos quienes te importan-acarició suavemente su mejilla pensando en lo que varios días atrás había escuchado de Andrea-Y no creo que terminar con ella en este punto ayude mucho incluso si no mencionas que hay alguien más o si le explicas que ella es quien se entrometió en tu relación actual.
-No tiene caso seguir con esto-se sentía herido, esperaba que le dijera que todo estaría bien y que encontrarían como resolverlo juntos y no todo ese sermón sobre lo que más le conviene-No sé ni porqué te digo esto-se dió la vuelta dispuesto a irse.
-De nuevo me estás malentendiendo-lo detuvo tomándolo del brazo-¿Por qué crees que no vale la pena? ¿Acaso no te he dicho que estoy aquí para apoyarte?-su voz se elevó, esa conversación no sólo lastimaba a David si no que provocaba en Gabriel un sentimiento de frustración que apenas podía controlar-¿Qué necesitas que haga o diga para que confíes en mí?-su tono se suavizó y lo tomó por los hombros para verlo de frente-Aunque estemos lejos siempre puedes contar conmigo, no dudes de lo que te digo... Y disculpa que haya reaccionado así, es sólo que...-guardó silencio, se sentía incapaz de decirle como se sentía realmente.
-No necesitas disculparte, me dejé llevar por mis emociones sin detenerme a pensar en lo que sientes tú-se abrazó al cuerpo del chico-Suficiente tengo con el tema de Fernanda como para discutir también contigo. Te quiero tanto que sin ti no sabría que hacer...-las palabras llegaron hasta lo más profundo de sus sentimientos, él tampoco quería perderlo y seguro no sabría que hacer para asimilarlo si eso pasara.
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Sólo un mes quedaba de clases y si bien la situación seguía siendo sumamente tensa al menos había logrado estabilizarse y no pasar a mayores haciendo que la pareja pudiera estar al menos dos veces por semana a solas haciéndoles pensar que quizá aún tenían oportunidad sin pensar en lo que el destino les tenía preparado.
Todo ocurrió un miércoles por la tarde mientras esperaban que el profesor de su última clase llegara. Estaban sentados fuera del salón conversando de trivialidades hasta que Fernanda llegó a paso acelerado hasta donde se encontraban.
Reclamaba cosas que no tenían sentido a los oídos de David al borde de las lágrimas provocando que quienes estaban cerca voltearan al escuchar el alboroto.
-No hagas tanto ruido...-David intentó calmar a la chica-¿Y de qué hablas? No puedes llegar a pedirme explicaciones si ni siquiera sé de que. Tranquilízate, explícame que pasa y hablemos de esto-intentó tomarla de los brazos para alejarla y no llamar más la atención pero ella se lo impidió.
-Eres de lo peor-estuvo a punto de darle una bofetada hasta que el otro chico tomó su muñeca con fuerza impidiendo el golpe.
-No quiero meterme en los asuntos de los demás pero no creo que esta sea la manera de solucionar los problemas-bajó la mano de la chica ante su mirada sorprendida-Si tienes algo que decirle no llegues reclamando y espera a escuchar lo que dice.
-Eres el menos indicado para hablarme de esto-se zafó del agarre con dificultad-Llegas a su vida y apareces y desapareces cada que te da la gana, se preocupa más por ti que por mí y parece darte lo mismo-quienes estaban observando la escena prefirieron alejarse antes de que el problema se saliera de control mientras el más alto intentaba reponerse del impacto de las palabras de la chica.
-Fernanda, no lo metas en esto-pidió intentando aligerar el ambiente-Son dos temas totalmente diferentes tú y él. Deja de ver cosas que no son.
-¿Cómo puedes decirme que no lo meta si fuiste tú quien lo hizo?-las lágrimas escurrieron sobre su rostro-Todo iba bien hasta que decidiste que era más importante estar con él que conmigo... Si no está cubriendo tu infidelidad al menos te aleja de mí y sigue surtiendo el mismo efecto. Dejame sola, necesito pensar-y tras decir eso corrió por el pasillo alejándose del lugar.
Los murmullos no se hicieron esperar, aunque no lo hubieran querido la discusión que el par había tenido pudo escucharse claramente dejando expuestos todos sus problemas.
-Oye...-le extendió la mano al más bajo intentando demostrarle su apoyo.
-Tranquilo, estoy bien-rechazó lo que le ofrecía mientras ingresaba al aula con el ánimo por los suelos, las palabras que ella había soltado lo hicieron sentir culpable por involucrar al chico en todo el tema de su "noviazgo" y sobre todo por haberlo iniciado siendo que salía con él.
El más alto se sintió devastado por lo que veía, quería estar a su lado y mostrarle que contaba con él sin importar de que se tratara pero en ese momento sintió que por más que estuvieran juntos las cosas no serían mejores. Suspiró pesadamente y se alejó del salón para regresar a las canchas.
Al llegar se encontró con Andrea y decidió hablar un poco con ella para distraerse de todo lo que había pasado y poder llegar a un resultado en cuanto pensara de manera objetiva.
-¿Crees que sea lo mejor que David y Fernanda terminen...?-preguntó tan de repente que la chica no supo que decir-No quiero meterme en su relación pero él no se ve feliz, seguir juntos no le está haciendo bien a ninguno.
-No lo sé, pienso que deben arreglar sus problemas antes de tomar ese tipo de decisión. Huir de ellos no es bueno...
-¡Pero seguir juntos con las cosas como están les hace daño!-quería mantenerse neutral pero cuando del chico se trataba le era casi imposible.
-Y tienes razón pero terminar sin arreglar nada tampoco es lo más sano...-respondió intentando hacerlo entrar en razón-Fer ha hecho muchas cosas mal pero David no ha puesto mucho de sí para solucionarlo, no digo que se disculpe por algo que no hizo o que se someta a lo que ella diga pero deben llegar a un acuerdo, de otra manera no puede ser.
-Él hace lo posible, habla con ella y le explica la situación pero se niega a escucharlo sin discutir, si las cosas están así no es culpa suya.
-Entiendo que es tu amigo pero no deberías cegarte a los hechos, tiene que entender la situación de la que viene ella y que aún está herida y no es tan fácil confiar así como así.
El chico no dijo más, todos sus argumentos debían quedarse guardados para evitar otro escándalo.
-No me malinterpretes pero creo con todas mis fuerzas que David debe corregir sus errores, hasta ese momento va a estar tranquilo-le sugirió antes de irse.
Suspiró con pesadez, quizá hablar de eso con la chica no había sido ni de lejos buena idea pues sólo le había creado más dudas y preguntas sobre lo que es correcto y lo que no. Tecleó un rápido mensaje para su pareja citándolo en el invernadero en cuanto su última clase terminara.
En cuanto terminó de hacerlo fue al lugar de su cita y se recostó sobre la banca mirando al cielo, tenía tantas cosas en las que pensar antes de que él llegara que se perdió en sus pensamientos.
-¿Qué pasa? Me sorprendió tu mensaje-fue lo primero que dijo al llegar-Generalmente habrías ido a buscarme...
-Todo está bien-le respondió levantándose y dejando un espacio para que se sentara-Quería verte, sólo eso-siguió sin verlo a los ojos.
-¿Me extrañaste tanto?-lo abrazó con una sonrisa-Porque yo sí, te extrañé mucho, no es divertido estar solo.
-Tampoco es divertido estar sin ti-respondió mientras correspondía su abrazo-No tengo con quien hablar-el más bajo no dijo más y sólo se acercó a besarlo, se sentía tan feliz al escucharlo.
-Que sorpresa verte tan sincero-dijo antes de besarlo otra vez-¿Seguro que te sientes bien?-siguió entre risas esperando lo que su pareja dijera.
-Te quiero David, lo sabes ¿Verdad?-seguía sin mirarlo pero esta vez lo abrazó rodeando sus hombros y manteniéndolo cerca-Eso no va a cambiar.
-¡Claro que lo sé!-fue lo que respondió hundiéndose más en el abrazo-Yo también te quiero y mucho, te lo he dicho varias veces.
-Lo sé muy bien...-acarició su mejilla suavemente siguiendo su recorrido hasta su mentón con un rastro de tristeza en sus palabras.
-Tú tienes algo raro...-se giró para verlo de frente con evidente preocupación-¿Qué me estás ocultando?-preguntó intentando entenderlo.
-Nada, de verdad-mantuvo su expresión seria para tranquilizarlo-Si no quieres que diga que te quiero no lo haré y ya.
-Nunca dije eso, me gusta escucharlo-lo rodeó por el cuello y le dio un rápido beso sobre los labios-Es sólo que mientras estamos juntos casi no lo dices, es más común cuando hablamos por teléfono.
-Necesitaba decírtelo, no quiero arrepentirme después por no haberlo hecho aunque aún hay un montón de cosas que me gustaría hacer contigo-tomó su mano apretándola con suavidad.
-No lo digas de esa manera-pidió acariciando su mejilla-Lo haces sonar como si fuera una despedida, aún nos queda mucho por hacer juntos.
-Perdón, no se ni que estoy diciendo...-agachó la mirada-Creo que el estrés me está volviendo loco-lo abrazó con fuerza ocultando su rostro.
-¿Cuál estrés?-David rio con lo que su pareja decía-Cuando llegué te veías bastante tranquilo.
-Estaba pensando no descansando, y no estaba tranquilo sino concentrado...
-Eres un mentiroso, poco faltaba para que te quedaras dormido...
Y así su platica se extendió un par de horas entre bromas, risas, caricias, besos y temas sin sentido. Antes de que cayera la noche se despidieron para ir a casa.
-Te quiero David, nunca lo olvides-dijo deteniéndolo antes de salir-No importa que pase te voy a seguir seguir queriendo.
-Ya no digas cosas extrañas-se acercó a él y le dio un fugaz beso en los labios-No podría olvidar algo tan importante.
-Recuerdalo siempre incluso si no estoy junto a ti, aunque parezca lo contrario y todo indique que las cosas son diferentes-pidió viéndolo directo a los ojos y él sólo asintió.
Siguieron el resto del camino en silencio y al separarse se despidieron sacudiendo la mano.
-Perdóname pero esto será lo mejor...-decía Gabriel mientras regresaba sin dejar de mirar por la ventana.
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Un nuevo día llegó y David no había visto ni una sola vez a su pareja y sólo había estado con Fernanda todo ese tiempo.
-Parece que tu amiga está bastante feliz...-dijo refiriéndose a Andrea.
-No lo sé, desde hace varios días no he podido hablar con ella-respondió sin mucho interés-¿Por qué lo dices?
-No la conozco bien pero mi mejor amiga está en el mismo grupo que ella y dice que la ha visto muy seguido con el chico que le gusta y desborda felicidad.
-Me alegro por ella, debe ser la más feliz por eso-permaneció como de costumbre ocultando el daño que esas palabras le hacían.
-Me imagino que sí, no hay nada mejor que estar al lado de la persona que amas...-lo tomó por el brazo y sonrió.
No dijo más, sabía quien le gustaba a su amiga y los celos podían contra él, no soportaba la idea de que ellos estuvieran juntos mientras él apenas podía compartir unos minutos a su lado.
El día acabó y no había tenido ni una sola señal del más alto, quería saber que estaba pasando con él y su amiga y necesitaba respuestas pronto. Y casi como por arte de magia el chico llegó.
-Necesitamos hablar-dijo empezando a caminar esperando que el otro lo siguiera.
Caminaron hasta un lugar alejado de la escuela al que nunca habían ido, el más bajo se sorprendió sin saber que pasaba.
-¿Qué pasa? Desde ayer actúas extraño y no quieres decirme porque.
-Terminamos-dijo dándole la espalda sin más explicaciones.
-¿Qué dijiste?-abrió los ojos sin saber que decir.
-Terminamos, es lo que dije. Ya no puedo con esto, me cansé.
-Es... Es broma ¿Verdad?-esperaba una respuesta rápida-No digas ese tipo de cosas, como broma es demasiado.
-No bromeo, ya no tiene caso que sigamos juntos...-iba a seguir con sus argumentos pero el chico lo detuvo.
-Si es por Fernanda no te preocupes, la voy a terminar porque ya no soporto seguir con esta farsa, salir contigo y estar enamorado de ti y tener que estar a su lado.
-¿Crees que es por ella?-lo miró molesto-No tiene nada que ver, simplemente me cansé de fingir algo que no es-el otro chico no sabía de que hablaba-¿Si recuerdas lo que te dije antes de que empezaramos a salir? Yo no sabía si estoy enamorado de ti o no y fui muy claro desde el principio.
-Lo sé y acepté que fuera así, nunca me queje de eso ni te obligué a enamorarte, lo decidirías por ti pero no entiendo eso que tiene que ver-lo miró confundido.
-Pues lo intenté pero por más cosas que pasaron entre nosotros no pude enamorarme de ti. No le veo caso a que sigamos con algo que no tiene futuro-dijo con seriedad y viéndolo por primera vez.
-No puedes hablar en serio...-las fuerzas estaban abandobando su cuerpo con cada palabra-No puede ser real, no puedes venir a decirme esto después de todo lo que hemos pasado...-se acercó a él y lo tomó del rostro-¿Qué pasa con todas esas veces que dijiste que me quieres, con todos los besos que nos dimos, con todos los abrazos y las veces que dijiste que estarías a mi lado sin importar lo que pasara?-lo miró a los ojos intentando descifrar que ocultaba-¿Nada de eso importa?
-Tú y yo sabíamos que esto no iba a acabar bien-se soltó del agarre y retrocedió unos cuantos pasos para no tenerlo tan cerca-¿Qué esperabas de la relación de dos chicos donde sólo uno está enamorado? No es por arruinarte lo que creías que son las relaciones pero aquello de que con el tiempo la otra persona llega a quererte no son más que cuentos. La vida real es algo muy diferente.
-No lo digas así...-sus ojos se ensombrecieron por la tristeza, las palabras llegaban hasta el fondo de sus oídos y hacían que cada vez sus sentimientos resultaran más heridos-Parece como si ni siquiera tuvieras algún recuerdo agradable de lo que pasó-se sentía horrible haciendo eso pero no podía creer y mucho menos aceptar que todo eso fuera real-¿O es que el primer beso que me diste y esa vez que estuvimos solos en tu casa no fueron más que parte del juego? ¿Qué pasara con nuestros planes de estar un fin de semana juntos y de llevarte a conocer a mi mamá?
-Por favor David-sus palabras eran tan frías que incluso a él le dolían y sobre todo porque le habría encantado poder hacer todo eso-No somos adolescentes enamoradas, dejarnos llevar por un argumento barato como ese no nos queda.
-¿Llamas argumento barato a los planes que teníamos? Simplemente no puedo creer que el mismo Gabriel que me abrazaba con fuerza y me mantenía pegado a su pecho diciéndome que siempre estaría a mi lado y que me apoyaría ahora esté aquí diciendo que nada de eso tiene algún significado...
-Pues creelo porque así es, la verdad es lo que estás viendo y si no te agrada...
-Gabriel, por favor...-su voz quebrada interrumpió lo que el otro tuviera por decir-Ya no digas más, tantas veces dije que estaba dispuesto a perderlo todo sólo por tenerte conmigo y vienes a decirme esto... No bromeo cuando lo digo, en verdad estoy dispuesto a cambiar todo por ti.
-Que lástima porque yo no-ni siquiera lo vio tras decir eso, no podría resisitir ver su expresión al escucharlo-Hasta aquí llegamos, no hay más que decir y nada de lo que digas puede cambiarlo-caminó lejos del lugar dispuesto a irse intentando ignorar las palabras confundidas de quien hasta ese momento fue su pareja.
No podía mirarlo, seguro tendría una expresión tan devastadora que sus sentimientos, hasta ahora contenidos por esa máscara de indiferencia, saldrían a la luz y terminaría ofreciéndole disculpas y prometiendo que nunca más volvería a pasar y de ahora en adelante nada ni nadie podría interferir con ellos.
-Perdóname David pero seguir conmigo sólo te habría hecho más daño, no soy quien debe estar siempre a tu lado por más que nos queramos y que nos hagamos falta. Recuerda que pese a todo lo que dije hoy siempre te voy a querer y que hubo muchas cosas que quería hacer contigo pero por tu propio bien es mejor que olvides lo que sientes por mí-se decía mientras caminaba a casa intentando olvidar lo que ocurrió.
De nuevo tenía el celular apagado y de ninguna manera se aparecería por sus redes sociales, era seguro que si tenía contacto con el chico las cosas no saldrían como lo planeaba.
Varios días pasaron y el más alto no había ido a clases y las veces en que fue a la escuela no hizo más que estar en las canchas alejado de todo y encontrándose de vez en cuando con Andrea.
-Parece que están saliendo-fue lo que el más bajo escuchó de una de las amigas de la chica cuando fue a preguntar por ella-Desde hace unas semanas parecen muy unidos.
-Imagino que está más feliz que nunca-sonrió sintiendo que su pecho se oprimía- Sólo quisiera que me lo diga, si por fin está saliendo con él quiero escucharlo. Cuando la veas dile que quiero hablar con ella ¿Sí?-la chica asintió y después de eso se despidieron.
Su amiga no lo había contactado pero no hizo falta, un día mientras hacía tiempo antes de entrar a su clase encontró a la chica y su ahora ex pareja hablando juntos y pudo notar como ella lo besó y él no se negó.
-¿Entonces era verdad...?-susurró al ver esa escena-En serio estabas harto de salir conmigo y no podías seguir con la farsa... -desvió su mirada mientras caminaba hacia otro lugar, no podia seguir viendo aquello- Pero bueno, si al menos ahora podrás ser feliz y estar tranquilo por mí está bien, al menos disfruté esos meses que estuvimos juntos-sonrió recordando todo lo que compartieron.
El ciclo escolar llegó a su fin y David y Fernanda llevaban casi dos semanas separados, después de ver al chico de quien estaba enamorado tan tranquilo decidió era momento de poner orden en su vida y acabar con los pendientes que tenía.
Había vuelto a hablar con el chico fingiendo que nada había pasado entre ellos, si no podía tenerlo como pareja al menos quería seguir siendo su amigo. Lo felicitó por el noviazgo con Andrea que había dejado de ser especulaciones y era más real que nunca.
La preparatoria llegó a su fin y aunque las cosas no volvieron a ser iguales al menos pudieron seguir hablando de vez en cuando y salir una que otra ocasión.
"¿Qué tan tonto se necesita ser para cambiar a quien más amas por lo que crees que es mejor para él?" Era la pregunta que se hacía Gabriel día tras día, pensando en todas las posibles soluciones que existían para lo que sucedía entre ellos aunque sin llegar a nada.
"¿Qué más puedes hacer si la persona que quieres es feliz con alguien que no eres tú si no dejarlo libre por más que eso duela?" Era lo que no dejaba de rondar la mente de David desde que terminaron.
Y lo único en que ambos coincidían "¿Por qué no pude ser yo el indicado para estar contigo?" Querían haber podido pasar más tiempo con el otro sin importar lo que estuviera en contra.
Actualmente siguen saliendo de vez en cuando como amigos y se podía ver que su relación se mantenía bastante bien pero en realidad ambos seguían sintiéndose frustrados por la manera en que terminaron. Existía un acuerdo tácito respecto a no arrepentirse por ello aunque en varias ocasiones, sobre todo cuando iban a algún lugar juntos, deseaban olvidarse de eso y tener una nueva oportunidad para estar juntos.