-¿Sehun? ¿Qué haces? – Sehun volteó rápidamente y tapó la boca de Suho.
-Nada, nada y cállate imbécil-.
-Suéltame – dijo Suho –. No me dejas respirar-.
-¿Qué quieres? – preguntó susurrando.
-¿Por qué hablas así? – preguntó de vuelta.
-Qué importa, ahora dime qué quieres-.
-¿Qué sucede? - dijo Luhan saliendo de su habitación.
-Nada que te importe, Suho anda de metiche – dijo Sehun cruzando los brazos.
-Solo vine decirles que Lay y yo saldremos a cenar a fuera ¿podrán quedarse solos?-.
-No te preocupes Suho, yo me encargo de la casa – dijo Luhan mirando con aire de superioridad a Sehun.
-Gracias Luhan. Sé que todo estará bien aquí-.
Suho volvió a su habitación para buscar a Lay. Su cena iba a ser perfecta, improvisada pero perfecta. Suho quería que desde ahora todo fuera más especial que antes, más perfecto, más de todo entre ellos. Ahora más que nunca quería estar con Lay, más que antes. Ahora lo amaba doble. Lo amaba porque él daría vida a su primer hijo, fruto de ese amor incondicional que sentían mutuamente.
Salieron de la casa, pero antes de salir Suho dió órdenes y puso reglas, porque lo más probable es que llegaran muy tarde o quizá al día siguiente. Las reglas y ordenes no iban directamente a ambos, más bien eran para Sehun. “No hacer fiestas”. “No comer basura”. “No desordenar la casa”. “No música fuerte”. “No, no, no y no”. Sehun miraba a su hermano haciendo morisquetas, prácticamente se estaba burlando de él en su cara, pero nada podía amargar la noche de Suho así que, después de hablar, se despidió y subió al auto junto a su novio.
-¿Quieres comer algo? – dijo Luhan.
-SÍ, tengo hambre – dijo Sehun entrando a la casa.
-¿Qué quieres comer?-.
-¿Cocinarás lo que quiera?-.
-Sí, estamos…- hizo una pausa para mirar a Sehun – solos-.
-Tienes razón – dijo Sehun sonriendo –. Cocinemos juntos-.
-¿Quieres cocinar?-.
-Sí – dijo aun sonriendo –. Quiero cocinar contigo –. Se acercó a Luhan lentamente y posó su mano derecha en la cintura del chico - ¿Te parece?-.
La respiración de Luhan estaba entrecortada –: Claro y ¿qué comeremos? – preguntó Luhan alejándose de Sehun.
-¿Qué tal lasaña?-.
-¿Lasaña?-.
-Sí ¿tiene algo de malo?-.
-No, lasaña está bien – dijo sonriendo el chico de tiernos ojos.
-Bien y luego veremos una película a tu gusto, yo escogí la comida así que luego escoges tú-.
-Vale, me gusta la idea – dijo dándole un empujón al menor quien sonreía amablemente.
Eran muy pocos los momentos en los que ambos eran así, tranquilos entre pequeños golpes y muchas sonrisas, incluso a veces demasiado cerca sus cuerpos, demasiado cerca sus bocas, demasiado cerca entre ellos.
Hacía frío afuera y para suerte de los chicos en casa estaba todo lo necesario para una deliciosa lasaña.
Luhan sacó una fuente de cristal, unas sartenes y frotó sus manos diciendo “manos a la obra” y Sehun rió con eso, la verdad ambos reían. Comenzaron a sacar todas las cosas necesarias para una lasaña deliciosa como las que Suho hacía en invierno para Sehun mientras veían películas.
Luhan encendió la cocina y se puso manos a la obra, preparo con mucho cuidado la comida aunque el desastroso de Sehun, de vez en cuando le tiraba comida a Luhan. De seguro quería jugar con el ya que estaban solos y nada impedía que fueran más cariñosos como solían serlo cuando nadie los veía, cuando estudiaban en ocasiones Sehun se concentraba solo cuando Luhan le acariciaba el cabello o estaban tomados de las manos. En fin, Luhan seguía cocinando y dándole pequeños golpes a Sehun en el brazo. La lasaña estaba casi lista, solo faltaba ordenar las verduras, la carne y las masas en la fuente de cristal. Luhan le pidió al menor que le trajera el jamón, queso y las láminas de masas.
-Aquí tienes – le dijo extendiendo sus manos hacia Luhan.
-Gracias – dijo Luhan
-Se ve delicioso – dijo abrazando por la cintura a Luhan y dándole un beso en la cabeza, Luhan preparaba la lasaña y Sehun se aferró más a Luhan – Lu, veamos una buena película ¿sí?-.
-Escogeré la mejor – dijo girándose un poco para ver a Sehun, pero no percató la distancia y cuando sus ojos se toparon con los de él, había poca distancia entre ellos. El aire apenas pasaba entre sus labios. De pronto parecía que no hubiera nadie más en el mundo que ellos, ellos tan juntos, abrazados y a punto de besarse –. Sehun – susurró Luhan y este se acercó más pero, Luhan se removió incómodo y el menor frunció el ceño.
-No frunzas el ceño – dijo Luhan posando un dedo en la frente del menor.
-Yo hago lo que quiero – dijo Sehun avanzando hacia Luhan.
-Y qué es lo que quieres – dijo Luhan coqueteando.
-Te quiero a ti – dijo mirando a Luhan.
-Déjate de juegos Sehun – dijo sonriendo y girándose para seguir preparando su cena.
-No es un juego Luhan – dijo Sehun tomando por la cintura a Luhan y luego recorrer con su frías manos las caderas del ciervo.
-Aaah, Se-Sehun – dijo gimiendo al contacto de las manos del más alto con su cuerpo.
-Dime Lu – dijo susurrando en el oído de Luhan.
-Quítate. Me-me pones nervioso-.
-¿Por qué?-.
-Porque estás molestándome-.
-Luhan me encanta tu cuerpo-.
-Sehun basta-.
-Luhan se mío solo por esta noche-.
-Ya basta, lo digo enserio – Luhan reía, el aliento de Sehun rosaba con su cuello y eso lo excitaba.
-Luhan – susurró Sehun y mordió la oreja del más bajo.
-No, Sehun – dijo riendo.
-Vamos Luhan sé que también quieres – Luhan se giró para quedar frente a frente con Sehun, lo miró a los ojos, con su mano derecha recorrió lentamente el cuerpo de Sehun.
-Aléjate de mí idiota – le dijo sensualmente a centímetros de la boca de Sehun y luego se alejó riendo y moviendo sus caderas coquetamente provocando a Sehun.
-¡Dios! Ese cuerpo debe ser mío – dijo Sehun para sí mismo.
La noche pasaba, y las miradas y risas eran evidentes, la lasaña no estaba lista aún así que Luhan dejó el encendido y fue en busca de una buena película para después de cenar. Luhan sabía perfectamente que Sehun podía hacerse el duro pero le daban pesadillas las películas de terror y el no iba a perder la oportunidad de molestar a Sehun.
Luhan miraba las películas con mucha cautela, y también pensaba en el poco tiempo que le había dado a los estudios de Sehun, habían muchas películas que deseaba ver inclusive algunas que ya había visto deseaba verlas nuevamente, pero a medida que leía más películas más pensaba en lo feliz que se veía Sehun. Cuando entendía cada palabra, cada ejercicio, cada cosa que Luhan le explicaba y sonreía recordando a Sehun diciendo “Lu, mira lo hice bien” o “Luhan, podemos hacer más cosas” “Gracias Luhan, esto me hace feliz”.
- Que haces sonriendo como idiota – dijo entrando en la habitación. Luhan se asustó.
-¡Idiota! No puedes avisar que entrarás – Sehun reía a carcajadas por lo que su abdomen comenzó a doler.
-Perdón – dijo entre risa –. El horno sonó, solo venía avisarte-.
-Gracias – dijo –. Sehun, deberíamos estudiar hoy. Será mejor que ver una película ¿vale? – Sehun lo miraba confundido pero al final asintió y Luhan sonrió.
-Bien como quieras, pero te agradecería que terminaras la comida – dijo en un tono serio y Luhan salió del lugar dirigiéndose a la cocina –. Arruinas todos mis malditos planes Luhan – se dijo para sí mismo. Sehun estaba algo molesto.
Luhan sirvió la comida para ambos, la mesa estaba perfectamente arreglada con flores rojas, con lindos cubiertos, todo se veía realmente elegante y tenía su toque romántico gracias a las velas que adornaban la mesa. La cena fue algo incomoda, Sehun fruncía el ceño.
-Sehun ¿pasa algo? - preguntó Luhan en un tono preocupado
-No, no pasa nada – dijo en un tono serio.
-¿Estás seguro? – insitió Luhan.
-Puedes por favor dejarme comer en paz – dijo mirándolo a los ojos.
-¿Qué demonios te pasa? – gritó Luhan muy enfadado
-Y a ti qué demonios te importa-.
-¡Me importas!– dijo levantándose y golpeando la mesa – Me importas Sehun – dijo bajando el tono de su voz y volviéndose a sentar.
Luhan miraba su comida y la picaba con uno de los cubiertos. Sehun lo miraba con atención.
¿Qué estaba sucediendo ahora con Luhan?
-Lo lamento – dijo Sehun - ¿Luhan? – dijo intentando tocar la mano del chico, pero este se levantó de la mesa sin decir palabra alguna. Sehun no sabía que hacer ¿Qué estaba pasando entre ellos? ¿Por qué le importaba tanto Luhan?
-Déjame solo-.
-Debemos estudiar ¿lo recuerdas? – Sehun se quedó en silencio y pensó “que estupidez acabo de decir”.
-Sí, supongo que debes terminar tu comida y luego sub…- Luhan no pudo terminar lo que estaba por decir.
Fue interrumpido por Sehun.
Fue interrumpido por los labios de Sehun.
A solo pasos de la mesa, sus platos inconclusos y sus labios unidos.
Se estaban besando.
Era un beso necesitado, era un beso lleno de lujuría y quién sabe, quizá hasta con amor. Sehun tomó de la cintura a Luhan y este se aferró envolviéndolo en sus brazos, se besaban con pasión, entre ellos ardía un fuego inexistente, un fuego que solo ellos podían sentir envolviendo sus cuerpos cargados de un “te necesito”. Aferrados el uno con el otro movían sus labios y sus lenguas danzaban. Luhan deshacía el beso de a momentos para mirar a Sehun con los ojos cerrados, era toda una obra de arte para Luhan mirar de esa manera a Sehun, mirarlo con los ojos cerrados sintiendo todo siendo nada.
-Por favor, terminemos de comer – dijo Sehun con los ojos aún cerrados y casi como un susurro.
-Está bien – dijo Luhan sonriendo y dio un beso corto y tierno a Sehun antes de volver a sentarse.
-¿Luhan? – dijo Sehun sentándose para terminar de comer-.
- ¿Dime?-.
-¿Luego vamos a estudiar?-.
-Sí, Sehun. Ahora come tranquilo-.
-Sí, Luhan – dijo tomando la mano del chico para besarla. Luhan se sonrojó.
Terminaron de comer calmadamente, Luhan recogió los platos sucios para dejar todo limpio antes de comenzar con las clases de Sehun.
Pero creo que había algo más caliente que el horno en ese momento.
Luhan era inteligente y sabía perfectamente como provocar a alguien, sobre todo a Sehun que, después de aquel beso pudo sentir un bulto entre las piernas del chico. Movía sus caderas con gran fascinación, mordía sus labios y soltaba pequeños gemidos. Sehun estaba enloqueciendo, pero ¡Dios! era un chico, como era posible que un chico como Luhan pudiera provocan tantas sensaciones en el, en su cuerpo y revolucionar sus hormonas.
-¿Luhan? – dijo el chico sentado en la mesa mientras miraba con gran atención a Luhan.
-Dime-.
-Cuéntame sobre tus experiencias sexuales-.
-No tengo muchas ¿para qué quieres saber?-.
-Curiosidad, simple curiosidad – dijo levantándose de la silla y caminando hacia Luhan –. Y dime ¿lo has hecho en la cocina?-.
-No, nunca en la cocina – dijo coqueteando.
-Y… - Sehun tomando de la cintura a Luhan y un escalofríos recorrió el cuerpo tentador del mayor - ¿Te gustaría que eso pasara?-.
-Para ser sincero – dijo volteándose para quedar frente a frente, se acercó al oído del chico y lentamente susurró –, me encantaría – y lamió su cuello para después morderlo causando que Sehun gimiera de placer.
-Luhan, eso me enloquece-.
-Quiero que me desees Sehun-.
-Yo quiero que tus piernas tiemblen y los vecinos sepan mi nombre – dijo antes de besarlo y atraerlo más a su cuerpo.
-¡Dios! – dijo Luhan riendo. Se acercó más a Sehun para besarlo, lamió sus labios. Los mordió y prosiguió a invadir la boca de quien pronto le daría más placer que cualquiera.