—Entonces, ¿cómo se supone que lo debo tomar, eh? —
Broly curvo la boca en una sonrisa— ¿De verdad eres una cosita tan ingenua? Me sorprendes… eres tan paranoico—
— ¡No digas eso! ¡En primer lugar, eres tú el que me clavado en el suelo! —
—Vaya, vaya... cuanta hostilidad en su voz—
Raditz estaba bastante cansado de la actitud del hombre y de sus comentarios sarcásticos. La parte desafortunada es que, él estaba seguro de que en realidad no tiene una gran cantidad de opciones que no sean simplemente tumbarte allí, y por ello lo dejó hablar. En retrospectiva, mientras más hable Broly, menos tiempo hará cosas indebidas y perjudiciales a su cuerpo… en otras palabras; poner las partes de su cuerpo en partes del cuerpo de Raditz, el cual, no quiere que lo haga.
Por desgracia para el Sayán atado, hablar es obviamente algo que no está en la mente del otro cuando finalmente se desnuda para quedar igualmente desnudos. Raditz le queda mirando un momento antes de que sus vista viaje por el cuerpo del otro, antes de detenerse justo ALLÍ. Un sonido de un grito de histeria ahogado en su garganta se le escapa. —T-tú... No estás pensando en poner eso en mí —
—Sí, —Responde— Lo pensé, y lo hare.
Eso, por supuesto, trae otra ronda de inútil lucha por salir de las restricciones que los anillos, además, le otorgaban en esa sensación, cada vez más poderosa, de impotencia, porque no había manera de que iba a simplemente tumbarte allí y someter a tener esa monstruosidad entre sus piernas. Empujó, y empujo para intentar liberarse. Por desgracia, todo lo que termina haciendo de él es agotador y dejándolo mucho más vulnerable e incapaz de defenderse que antes. Cerrando los ojos y sentir aún más cerca de un ataque de pánico, el de pelo largo lucha para calmarse un poco porque es bastante seguro de que si no lo hace, sólo va a empeorar la situación.
Por desgracia, la sensación de sus caderas se levantaron hace su tensión peor—N-no... —, al parecer nadie estaba escuchando porque Broly si lo hace. Y la sensación de que una fuerza se está introduciendo en el sin preparación, con él tan tenso, casi gritando de agonía y tratando de retirarse de él; Sin suerte.
El caso es que Broly, realmente lo estaba haciendo. El único alivio de Raditz era saber que eso tardaba menos para terminar con ese sufrimiento carnal. El sentía lo que es ser dividido a la mitad gracias a una gracias a la gruesa carne palpitante empalándolo. Lágrimas se forma y se derraman. Muerde con la fuerza su labio, luchando para evitar hacer sonidos más lamentables. Temblando y bastante seguro de que no había manera de hacer esto menos de un simple encuentro doloroso, Raditz lucha para prepararse para cuando los movimientos masculinos comenzaran en su interior, que lamentablemente, parecía ser más pronto de lo que esperaba.
Nada podía prepararlo para el dolor ardiente que siente su cuerpo y un gran y sonoro grito escapa estrangulado sin importar lo mucho que lo intentaba ocultar. ‘Oh dios... oh dios... POR FAVOR, ' piensa, ' Por favor, ayúdame… hermano… padre… ¡Príncipe Vegeta, por favor! ¡Ayudarme! “…l duda, nadie sería capaz de todos modos en este punto de siquiera encontrarlo, teniendo en cuenta que todo el mundo en el maldito planeta temía el Saiyajin que, actualmente, estaba dentro de él.
Unos cuantos movimientos de caderas de Broly y una nueva sensación se une al dolor, como un pequeño ajuste, un cambio de engranes en su interior, algo que se siente... casi bien. Los ojos de Raditz se abren de golpe y un sonido bajo y grave emite. En el momento en que lo hace, Broly retrocede y empuja, en ese ángulo casi curioso, en cuanto a la reacción de Raditz, en grito ronco se derrama fuera de su cadera. Eso era todo lo que sus emociones crispadas necesitaban; para disfrutar de ser aprovechado.
Sin embargo, él encuentra que Broly se mueve más en contra de ese punto que deja de sentir que él estaba siendo destrozado, y lo hacía sentir otro tipo de emociones, era una ventaja. La situación pasaba de ir horriblemente mal, hasta llegar a un punto que se podría decir, con temo a no equivocarse, era agradable para el más pequeño de los dos, el solo deja ir esas sensaciones por su cuerpo libremente. No valía la pena preocuparse en este momento.
Sentir el cuerpo estremeciéndose del hombre, da Raditz sólo unos segundos de advertencia antes de que un cegadora etapa de dolor pase través de su hombro mientras el semen del macho se derrama en la profundidad de él. Sus emociones finalmente golpea el punto de ruptura y la emoción como si fuera una de las más fieras guerras, finalmente se corrompé, su cuerpo hace lo ÚNICO que podría en un momento como este; se desconecta por completo como lo reclama la inconsciencia.