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Rather Be por Sharpei Yamil

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Notas del capitulo:

Aquí está el segundo capítulo, seguimos con el punto de vista de Edward.

No sé si se entiende bien la idea. Por favor, revisen las notas del final.

Vamos al fic.

No sabía que me había dormido, que el recuerdo se había transformado en un sueño hasta que escuché unos pasos rápidos viniendo hacia mí y los escuché, dos golpes en la puerta que me hicieron levantarme presuroso y correr. Se acabó el descanso y no esperaré que esa puerta –que por suerte no es la del pasillo carnicero, hay muchas puertas acá, el lugar es grande- se abra.

 

 ‘¿Ahora por donde?’ pienso. ‘De prisa, Ed. ¿Por donde, por dónde? Solo hice esto una vez y no tengo más remedio… Detin marin de do pingüe, cucaramacara… por aquí me voy.’ Escojo una puerta al azar con esa molesta tonadita en la cabeza y la abro, encontrando un laberinto de puertas y pasillos tras ella. Sigo corriendo, hasta que solo escucho mis propios pasos, que se vuelven más lentos y descubro un lugar que me llama la atención por sobre los demás. Lleva por título: Cardiología. Al entrar veo una simple habitación de hospital –ya lo viejo y sucio de este lugar no me asombra. Que, no importa donde esté, es tenebroso y da asco- y luego de media hora que me paso examinando el lugar sin encontrar nada útil, escucho una puerta lateral abrirse, un señor alto y de rostro amable se me acerca y sonríe, en su cabeza brillan las canas y hay dos brazos fuertes bajo su bata de médico.

 

 ‘Reconozco esa niebla, la he visto antes, en el sótano’ pienso aterrado viendo la cosa que el cuerpo de este hombre exhala, luego sospecho que es algo diferente y me calmo un poco, pero sin bajar la guardia. ‘La de “Nina” era verde y parecía tóxica, pero esta es celeste. ¿Qué significa?¿Que no me hará daño? Bueno, definitivamente odio esta simbología de colores’ termino, dándome cuenta de que, en algún punto de mi precipitada carrera –quizá fue en el sótano mismo- he perdido la liga que me sujeta la trenza y mis cabellos se desparraman a los lados, algunos mechones caen sobre la frente.

 

 El señor me toma entre sus brazos y me levanta, como si yo fuera una muñeca de trapo. Intento bajarme, pero él tiene una fuerza inexplicablemente sorprendente. En sus ojos y su sonrisa –casi demente- hay algo que no encaja con este lugar, que observo con cuidado mientras estoy dando vueltas en el aire, demasiado confundido para sentirme vulnerable.

 

Alegría, es esa la emoción que le llena y me pregunto el porqué. Yo no lo conozco, en mi vida lo he visto, pero él sí parece conocerme… y además muy bien, ya que me baja en una camilla y sin perder la sonrisa, me hace cosquillas en el cuello, riendo como un niño al ver que hago mis mejores esfuerzos por no reír y fallo miserablemente, al ser ese mi punto débil. Si, hasta yo.

 

-Rose, ¡Rose querida! ¡Estás a salvo!- dice encantado y yo me pregunto quién será la tal Rose, ya que no la veo por ningún lado -¡Sabía que tu muerte era fingida, que era una treta para sacarte de sus garras!

 

-Perdone, ¿Con quién está hablando?

 

Digo, estoy bastante confundido y él parece no entenderme porque está asombrado por el timbre de mi voz. Se lleva una mano al mentón y entrecierra los ojos, luego se levanta y da una vuelta a mi alrededor, mirándome como un ornitólogo ante un ave desconocida. La duda sustituye a la alegría en su voz cuando me pregunta.

-¿Tú no eres Rose, verdad? ¡Pero si eres clavado a ella! En tal caso, ¿Quién eres? ¿Algún pariente suyo? ¿Hermano, tal vez? ¿Qué estás haciendo en Aokigahara? Pero no lo tienes, no.

 

Niega con la cabeza, sin dejar de caminar, aunque ahora lo hace en círculos. Yo me pregunto lo mismo: ¿Qué hago aquí? Y algo más urgente ¿Quién es este extraño ser que me confunde con una niña? Debe ser culpa del cabello, sí, eso es.

 

-No lo tienes- repite, lanzándose sobre mí y examinando mis ojos. Lanza un suspiro de alivio al verlos… aunque no sé porqué. –Nunca lo has tenido, nunca te atrapó. Eso es bueno.

 

-¿Qué es bueno? Espere ahí un segundo, que las preguntas debo hacerlas yo- replico confuso, él se detiene expectante, sí que es raro este tipo, al menos no parece un loco. –Dígame quién es y lo que sabe. Todo. Lo que hace en este sitio y quién es la Rose de la que tanto habla, y qué es lo que no tengo. Termino de hablar y el hombre está quieto, se podría decir de él que es una estatua y luego de unos minutos vuelve en sí, bastante serio.

 

-Hagamos algo- me dice con una voz profesional, el aire de médico asoma a su rostro y yo me pongo en guardia. –Tú preguntas, yo contesto. Luego pregunto yo, y contestas. ¿Bien?

 

-Bien-respondo, ¿qué más me queda? Comienzo a preguntarle lo básico, deseando por dentro que no me mienta. -¿Quién es usted?

 

-Soy Brandon White, médico cardiólogo de este hospital. Morí en el incendio del mismo hace veinte años, pero Berthold no terminó bien su trabajo y ahora vago por aquí y por allá, buscando una forma de salir de este limbo.

 

Arquea una ceja al ver mi cara y le doy la razón, porque estoy en shock. Y le miro. Y le miro. Y me quedo mirándole fijamente por varios minutos hasta que termino de procesar la información y mis nervios –escasos de por sí- estallan en un grito. Mis manos se mueven tan rápido que apenas soy consciente, la voz que me sale es de pura histeria, e igual de rápida que las manos.

 

-¿QUÉ? Espera… entonces tú eres un fantasma. Pero eso es científicamente imposible, es algo que no tiene pies ni cabeza. Y si moriste hace veinte años, entonces yo también estoy muerto… Al también debe, pero eso no puede ser… No, yo no estoy muerto, de lo contrario no estaría hablando ni respirando pero tú –le apunto con el dedo, el levanta los hombros y los baja, en un gesto que da a entender una total ignorancia en mis asuntos- Tu sí hablas, te mueves… ¿Eso significa que estoy muerto? ¿Que todos estamos muertos? No. ¡Me niego!... Pero dijiste que estás en un limbo, que todos estamos en un limbo, que este hospital existió hace veinte años, que estamos en el Aokigahara de hace veinte años. El círculo nos trajo… sí, pero alguien de mi tiempo tuvo que diseñarlo, y esa persona tendría que estar enterada de todo o tendría que haberlo hecho hace muchísimo tiempo y para hoy debe ya estar muerta…  ¿Qué voy a hacer? ¿Ahora qué debo hacer? ¿Donde está Al…? no sé, no sé –algo me detiene, es el doctor que me toma por los hombros y agarra aire. Voy a decir algo, pero White levanta el dedo índice y me pide que lo espere. Dos segundos después, me grita.

 

-¡CÁLLATE! Niño, ¿Tienes idea de cómo me irrita escucharte hablar? No sé si a la gente con la que vives le agrada eso. Estás histérico y tu ceño fruncido no se ve bien. Escucha con calma: No estás muerto. ¿Captas? Tienes sangre circulando por las venas, tienes un corazón que está a punto de dejarme sordo con tanto golpeteo. Yo no tengo eso e ignoro el porqué, así como ignoro mi razón de estar en este sitio, de ser un espíritu que habla y puede mover cosas –sigue, ahora su voz es más suave- Estás bien, tranquilo que no pasa nada. ¿Buscas a alguien? Te ayudo, lo encontraremos. ¿Ves? Eres realmente lindo cuando estás calmado, aunque eres lindo de todas formas. Me recuerdas mucho a Rose, ella también solía ponerse histérica con las cosas y era poco paciente, pero a la vez era muy dulce.

 

Un suspiro, seguido de más palabras que, ahora que estoy un poco tranquilo, me dispongo a escuchar. White debe tener razón, yo sé que suelo estallar en momentos de crisis, pero esta vez ha sido diferente. No estuve pasando por un acceso de ira como siempre, sino por la desesperación de no conocer la situación, de estar a oscuras en un asunto tan importante.

 

-Ahora, quiero que me digas quién eres tú ¿Bien?- Me pregunta y asiento, respiro hondo antes de hablar.

 

-Soy Edward Elric, un alquimista estatal del Amestris actual, en el que este hospital es sólo ruinas. Un círculo de transmutación me transportó hasta aquí y ahora estoy buscando como regresar a mi tiempo, además de encontrar a los que cayeron conmigo (Menos al coronel idiota, por mí que se pudra) ¿Qué pasa, White?

 

Le miro extrañado porque ha vuelto a hacerlo, eso de quedarse como una estatua. Luego de un tiempo bastante largo –como media hora en la más absoluta inmovilidad- reacciona y se pasa los dedos por el puente de la nariz, veo como una nube negra se cierne sobre su rostro y yo me pregunto si al final será bueno que le haya contado. Cuando habla, casi escupiendo las palabras, me queda muy claro que no ha sido buena idea en lo absoluto.

 

-Alquimista. Año actual. Transportado desde una línea del tiempo y espacio a –precisamente- otra línea del tiempo y el espacio, una línea muerta.

 

 Él calla y después pone sus ojos muy abiertos y sus manos temblorosas sobre mis hombros. En un susurro, escucho su palabra.

 

-Escapa.

 

-¿Qué?

 

-Escapa, huye. ¡No puedes quedarte aquí, Edward!- Me levanta con brusquedad de la cama y me empuja al piso, la amabilidad ha sido reemplazada por la alarma. -¡Van a matarte! ¡Tienes que salir de este lugar lo antes posible!

 

-¿Pero qué estás diciendo? ¡No entiendo nada! ¿Quiénes van a matarme? ¿Por qué lo harían?

 

“¿Porqué intentas protegerme?” me pregunto por dentro sin obtener una buena respuesta.

...

Notas finales:

*Se preguntarán que demonios pinta el bosque de Aokigahara aquí. Bueno, entonces dejaremos que se presente. (Cortesía de Wikipedia ;)

 

Aokigahara (青木ヶ原?), conocido como Mar de Árboles (樹海 Jukai?). Es un bosque de 35 km2 ubicado al noroeste de la base del Monte Fuji entre la prefectura de Yamanashi y ShizuokaJapón. El bosque tiene una asociación histórica con demonios de la mitología japonesa, habiendo poemas de 1000 años indicando que el bosque está maldito. El turismo ha sido limitado únicamente a zonas vigiladas, y aunque no está prohibido adentrarse al bosque, se colocan numerosas señales de advertencia en otros idiomas para ayudar a personas que piensan en suicidarse a buscar ayuda.2

 

El bosque es conocido por ser un lugar popular para suicidarse. Es el lugar en el que más gente se ha suicidado en Japón y el segundo en el mundo, después del puente Golden Gate ubicado en San FranciscoEstados Unidos.7 8

El gobierno local declara que desde la década de 1950 se han hallado alrededor de 500 cadáveres. La causa principal de la muerte de estas personas es el suicidio. Muchos de los cadáveres tenían alrededor de 30 años de edad en el momento de la defunción.8 La cantidad de suicidas ha aumentando desde 1988, aumentando hasta casi 100 muertes al año.

 

Así que... al tener este lugar una nota 'maldita' y tenebrosa, me pareció adecuado desarrollar la historia acá. Digamos que el bosque existe en mas de una dimensión, esa sería la idea base.

Muchas gracias a Jade y Luxray-lover por sus comentarios <3

Recuerden que cualquier comentario o crítica será bien recibida =)


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