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Strings & Piano por andherezu_rosui

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Notas del capitulo:

Hola hace mas de un año que no me asomaba por aqui pero bueno he pasado por algunos problemas de salud un tanto feos. Literalmente me infarte, casi muero en un descuido de mi salud, aun sigo delicada pero mucho mejor que hace medio año.

Espero que este capitulo les guste y me apoyen en este intento de regreso. Espero continuar con mi señora inspiracion que vuelve descansada y recargada.

No les distraigo mas lean y disfrute!!

 

 ***

 

Los nervios lo estaban consumiendo, por algún motivo no quería llegar a la escuela y al mismo tiempo deseaba apresurarse para llegar de una vez, un sentimiento inquieto y cálido embargaba su pecho con cada paso que daba. Se preguntaba si acaso algo cambiaria ahora que finalmente había aceptado sus sentimientos, ¿Qué cara debía poner cuando se vieran? ¿Qué debía decir? ¿Qué haría si le sonreía? ¿Debía sonreírle de vuelta? ¿Correr hacia él y lanzarse a sus brazos en cuanto le viera? ¡Dios no me permitas hacer eso! ¡Sería muy vergonzoso! ¡Por favor, solo permite que me calme!

Tan metido iba en sus pensamientos que sin notarlo había alcanzado la entrada de la escuela donde un creciente grupo de estudiantes se reunían alrededor de la persona que había ocupado sus pensamientos desde la tarde anterior, observó el grupo sin saber qué hacer, un pequeño dolor se sintió en su pecho al ver aquella escena, no era la primera vez que pasaba aquello, pero a diferencia de antes cuando solo podía pensar en lo presumido y falso que se veía con su sonrisa endeble y su actitud complaciente, ahora lo único que podía pensar para aliviar aquella inquietud en su pecho, era lo mucho que deseaba que se diera cuenta de su presencia ahí…

¡Mírame! ¡Mírame! ¡Mírame! ¡Mírame! ¡Mírame! …..

Aquel pensamiento sonaba atronador en su mente y en su corazón que latía desbocado por la simple idea de que sus ojos se encuentren en aquel mar de estudiantes, mientras que en la realidad se mantenía silencioso y alejado aun de esa escena cotidiana. Pensó que era un tanto patético no poder tomar la iniciativa y acudir junto a SU príncipe, ser valiente y lanzarse sobre aquella marabunta de estudiantes para llegar hasta el, pero era alguien cobarde y vergonzoso de sí mismo y jamás se atrevería a hacer eso, no podría soportar la vergüenza si Kakashi se reía de él, sacudió la cabeza al escuchar una voz en su mente que le advertía que Kakashi no haría Y tal cosa, y suspiro cansado de sí mismo y su actitud negativista.

¡Ya se habían besado! ¡Por amor a Dios! ¡Era oficialmente su novio! ¡Era natural que el tomara la iniciativa de vez en cuando y lo saludara! ... ¿Cierto?

Pero al mirar aquel ritual mañanero de sus compañeros supo que nunca se atrevería a interrumpirlo, no tenía las agallas como para siquiera intentarlo. Sabía que toda aquella atención hacia su príncipe era inevitable, y era algo a lo que debía acostumbrarse si deseaba más, era probable que su príncipe le encontrara odioso si supiera de sus pensamientos egoísta y deseos de querer monopolizarlo. Además, todos esos chicos y chicas que lo rodeaban en ese momento simplemente deseaban que aquel par de obsidianas oscuras que su príncipe tenía como ojos se fijaran en ellos y les prestaran al menos un segundo de atención…

-Igual que yo… -Susurro algo abatido, soltó un suspiro y se obligó a ignorar la escena como si fuera normal, como había hecho cada mañana antes de conocer a Kakashi personalmente, como si la tarde anterior no hubiera cambiado nada... Como si jamás le hubiese besado y todo fuera un simple sueño que tuvo y se alejó de ahí a paso decidido pasando de largo la escena frente a él, sin notar la mirada decepcionada que cubrió la cara de su príncipe, al verle alejarse sin regresarle la sonrisa y dejándole ahí con la mano levantada hacia el en un saludo que no vio…

*

Esa mañana para Kakashi de alguna manera parecía diferente de las anteriores, a el Londres no le agradaba, era a su parecer una ciudad ruidosa, húmeda y gris. Odiaba despertar en un lugar asi a diario, añorando los paisajes más familiares de Japón que atesoraba pues en ellos era donde mas recuerdos de su madre tenía. Pero…

A diferencia de su sentir anterior, el clima se le antojaba agradable, el aire se sentía fresco y el sol le mostraba una radiante mañana, estaba de buen humor y era tan evidente que incluso sus tíos lo notaron, no le importo las miradas curiosas de su primo ni sus tíos y salió tarareando de casa listo para subirse al coche que lo llevaba a la escuela todos los días. Todos los días le habían parecido tediosos en comparación con esa mañana, donde todo era igual, pero se sentía diferente.

Se mantuvo distraído en el paisaje de la ventana tarareando mientras sentía que un montón de mariposas jugueteaban con su estómago, su ritmo cardiaco comenzó a incrementarse en cuanto diviso la entrada de la escuela y con premura busco entre la multitud de la entrada una cabellera castaña inconscientemente. Ya quería bajar del auto y correr de inmediato hacia aquel niño que había dado color a su mundo y lo había cambiado tanto con un simple beso…

Aunque no contaba con la aparente frialdad con la que aquel par de almendras que poseía Iruka por ojos le habían dedicado, para después ignorarle el saludo. Fue casi inevitable que frunciera el ceño y se preocupara.

- ¿Iruka?

Por la marabunta de compañeras que lo rodeaban, era algo normal para el saberse rodeado en cuanto pisara el recinto escolar, pero tal vez eso mismo había irritado a Iruka ¿Quizás lo odiara ahora? No se dijo con seguridad aquel beso no era tan ligero como para demostrar poco amor por él. Era mas probable que solo no le hubiese visto saludarle.

Iruka era un chico torpe y tímido, lo sabia por las reacciones tan lindas que tuvo después de aquel beso. Pero, aunque era lindo y le gustaba, no permitiría que su primera mañana como pareja terminara asi.

-Lo siento chicas, necesito alcanzar a mi novio -Dijo con una sonrisa casi angelical que curiosamente a diferencia de otras mañanas donde la mayoría de chicas terminaba arrobadas y satisfechas, habían terminado congeladas. No es que a el le importara mucho aquellas reacciones de sus compañeras, pero sonrió una vez mas y aprovecho a escapar de su cerco matinal, con la mirada fija en la espalda esbelta de su novio.

*

Había decidido abandonar sus expectativas anteriores, se dijo que había sido muy estúpido de su parte estar tan nervioso por nada, y acepto con pesar que sus mañanas no cambiarían solo porque ellos estuviesen saliendo ahora. Estaba totalmente autoconvencido de que esa era la única verdad irrefutable, hasta que de pronto los gritos emocionados y las risitas nerviosas de sus compañeras se detuvieron abruptamente causando un silencio anormal para las mañanas de su escuela. Quiso mirar que había pasado casi dudando en continuar su camino, pero negó su curiosidad y logro avanzar un par de pasos más antes de sentir la calidez de una mano tomar la suya. Giró esta vez su rostro con sorpresa solo para encontrarse con una sonrisa gentil y un par de perlas negras que le miraban con ternura y calidez, un rostro blanco sonrojado, lograron en conjunto calentar en segundos su corazón y tiñeron de un tono rosa a la par sus propias mejillas que se pronunció hasta cubrir sus orejas, cuando finalmente comprendió que sus ojos se habían encontrado con los suyos y que sus manos mantenían presa la suya.

-kka-k- Bu-bue-nos días…- Dijo avergonzándose a mas no poder al tartamudear frente a el seguro de que ahora su príncipe pensaría que era alguna clase de rarito. Y cerro los ojos desesperado y nervioso.

Una risita suave salió de los labios rosados de Kakashi antes de que el sostuviera su mano hasta llevarla a esos mismos labios y depositar un beso casto en el dorso de su mano, dejándole con un gesto que nada tenia que ver con la vergüenza y más bien lo habían impedido procesar cualquier cosa excepto que acababa de recibir su segundo beso de Kakashi -aunque en la mano- ¡Era su segundo beso!

-Buenos días Iruka- La sonrisa radiante en su rostro prefecto habían dejado al aludido delfín boqueando como pez fuera del agua sin oportunidad de recuperarse. - ¿Iruka? ¿Estás bien? -Inquirió su príncipe sin darle tregua al verle agachar la mirada de su rostro y acercándose a él lo suficiente como para sentir su aroma.

¿Qué si estaba bien? ¡Estaba en el cielo! ¡Demonios! El aroma de su príncipe era delicioso, hoy se veía tan guapo como siempre. ¡Por dios! ¡Está acariciando mi mano!

- ¿Iruka? ¿Qué sucede? – Cuestionó su príncipe acercándose mas a su rostro si era posible, sintió un hormigueo en su estómago ante la cercanía y sus mejillas sonrojadas tomaron un nuevo tono de rojo, pero no se alejó de él, admirando embobado las largas pestañas de su príncipe que abanicaban sobre sus mejillas haciéndole preguntarse ¿Cuántas chicas matarían por tenerlas igual?

- ¿Iruka de verdad planeas ignorarme así? – Finalmente sus ojos volvieron a chocar entre ellos y le hicieron sentir un escalofrió en la columna, casi como si su instinto de supervivencia se hubiera activado al mil por ciento ¿Qué había sido eso? Se pregunto asustado, pero no contaba con que Kakashi no le permitiría seguir ese pensamiento mucho tiempo pues su acercamiento había tomado una vez más impulso confundiéndolo al instante sintiéndose indefenso sin saber que responder le.

-N-no es eso… No te ignoro… p-para nada… - ¡Rayos seguía tartamudeando!

La voz de Kakashi al pronunciar su nombre escondía un matiz que no alcazaba a reconocer del todo, su tono encantador y juguetón estaba en su voz, pero, no era como antes, no parecía falso o sínico, se sentía cálido… Especial… La mirada preocupada que le estaba dando también parecía genuina y la forma en la que se había acercado a él, lo hizo parecer tan natural e íntimo que su corazón palpito engañosamente agitado.

-Si no vas a hablarme apropiadamente no me dejaras más opción que castigarte Iruka-kun…

- ¿Q-que? ¿Castigo? ¿Por qué? ¡De verdad no estoy ignorándote ni nada!

- ¿En serio? - Inquirió dudoso la peli plata mirándole con incredulidad sin dejar de invadir el espacio vital del castaño.

- ¡En serio! -Afirmo efusivo moviendo la cabeza repetidamente con énfasis. Kakashi dibujo una sonrisa satisfecha al final y le sostuvo la mano de nuevo entrelazando sus dedos en un agarre más íntimo. Haciendo que sus orejas volvieran a calentarse en su vergüenza.

-Siendo ese el caso ¿Me permites escoltarte tu salón?

- ¡Por supuesto que sí! Si no es mucha molestia… -Dijo embelesado por la sonrisa de su príncipe, fue entonces que cayó en cuenta del lugar donde estaban actualmente y de lo que pasaba a su alrededor.

¡Oh, por dios! ¡No puede ser! ¡Todos nos están mirando! ¡Peor! ¡Se veían enfados! ¿Qué estarán pensado?

-……- Sin decir nada aún, observó con incredulidad como Kakashi tiraba de su mano y escucho el chillido de sorpresa (horror)de todos los estudiantes a su alrededor. Su instinto volvió a sonar las alarmas de advertencia en su cabeza al escuchar aquel quejido insatisfecho colectivo de sus compañeros. Ni siquiera quería girar su mirada alrededor entrando en un completo estado de pánico

Al sentir sobre él los sentimientos de desaprobación mal disimulados entre la muchedumbre de estudiantes que los rodeaban. Las miradas frías y envidiosas de la mayoría lo habían hecho sudar frio, casi podía escucharlos gritar en sus corazones enfadados “¡No lo monopolices!” Trago en seco algo asustado por las miradas e intimidado intento arrebatar su mano del agarre de Kakashi mientras alterado le decía.

- ¡Kakashi! ¡Nos están viendo! ¡Suelta mi mano por favor! ¡Estoy perfectamente no necesitas ser tan empalagoso! –Se quejo alterado y se quedó tieso al sentir que el aura de los demás chicos se intensificaba. Lo miraban como preguntando le ¿Quién demonios se creía para hablarle en ese tono a Kakashi? ¡Quien los entiende! Lloró para sus adentros en pleno ataque de pánico. ¿Qué haría si después le hacían bullying?

*

Kakashi le observaba meticuloso sin entender de pronto el comportamiento de su delfín, lucia inquieto y parecía algo pálido, se preguntó algo preocupado si continuaba enfermo, pero la mirada nerviosa que lanzaba a sus alrededores le dio una idea del motivo de su comportamiento al notar las miradas sobre ellos en cuestión de segundos percatándose del evidente descontento que todos. Particularmente parecían enviar malas vibras hacia su delfín por ser objeto de su atención... Le preocupo que pudieran hacerle daño, por su culpa y pensó en soltarle y darle algo de espacio, pero al ver que Iruka se atrevió a suspirar aliviado cuando sintió que su mano se aflojaba sobre la suya decidió que no quería privarse de nada, aun si a su delfín le daba otro ataque de pánico al sentir como su agarre se transformaba y se hacía más firme al entrelazar sus brazos en una pinza haciendo más íntimo su agarre.

- ¿Q-que haces? -Pregunto nervioso el moreno a su lado.

Una sonrisa irónica se dibujó en su cara al contemplar la expresión en el rostro contrario, no es que no entendiera el miedo de Iruka, de hecho, le preocupaba, pero no podía evitar creer que se veía adorable, todo sonrojado mirando alrededor nervioso. Le había herido el que pasara de él y que además rechazara sus buenas intenciones al preocuparse por su salud, por eso decidió que una pequeña venganza no estaría mal… Y si de paso podía evitar que los demás molestaran a su delfín mejor.

- ¿Qué te parece que hago? – Le dijo juguetón. – Le sostengo la mano a mi novio ¿Acaso está mal? -Pregunto finalizando con un beso rápido sobre su mejilla que lo dejo alterado a mas no poder.

Hasta que de pronto mientras el perfecto rostro de Kakashi estaba a escasos centímetros del suyo robándole su tercer beso comprendió y se cuestionó ¿Acaso había dicho novio? Por acto reflejo cerro los ojos saboreando aquella palabra de los labios de su príncipe, mirando sus labios con tanto afán que a Kakashi le pareció como si su delfín esperara algo más, consintiendo que solo faltaba un beso en sus labios para que el momento fuera memorable, y el miedo al futuro cercano bajo la amenazante mirada de sus compañeros se esfumara sin más. Pero la espera del Iruka solo llegó como una risita juguetona que le incito a mirar de nuevo esta vez con seriedad y algo de ofensa a su nombrado novio.

- ¿Qué te parece tan gracioso? - Le reclamo en voz baja sin perder el tono disgustado.

-Lo siento, pero no quiero que te arranquen el pelo si llego a besarte en un lugar tan público como la entrada de la escuela… Tendrás que esperar para cuando tengamos más privacidad…- Le susurro con complicidad avergonzándole en el acto. Pero al ver la mirada esquiva de su delfín y sentir las frías miradas que los demás decidió que un poco no era malo. Así que soltando la mano entrelazada con su delfín y tomando sus mejillas deposito un beso en su frente. Iruka le miro sorprendido por la acción. – Por ahora tendré que conformarme con esto… No te preocupes, todo estará bien. No permitiré que nada malo te pase…

-Kakashi… -Una sonrisa risueña fue lo que acompaño el gesto conciliador de su príncipe, haciendo que las mejillas de Iruka se tornaran rojas de nuevo, intento tapar su propio rostro al sentirlo arder de vergüenza sin atreverse a mirar a su príncipe a los ojos o a ninguno de los presentes que habían soltado un gemido conmocionado en sinfonía. Ya no le importaba que le arrancaran el pelo, le hicieran bullying o le dijeran cosas desagradables, nada cambiaria el hecho de que su príncipe le estaba demostrando cuanto le adoraba.

- ¡Kakashi! ¡Iruka! ¡Buenos días! – Escucharon de repente una dulce voz venir a sus espaldas, en inercia ambos giraron su rostro a tiempo para ver a un feliz y ajeno Francis correr hacia ellos con la mano alzada en un saludo efusivo, hasta detenerse frente a ellos. - ¿Qué hacen parados aquí? Vamos a llegar tarde si no nos apuramos. – Comento el rubio mirando alrededor como si no entendiera lo que miraban con tanto rencor los demás. - ¿Qué les pasa a todos? Pareciera que quieren arrancarle el pelo a alguien… -Comento distraídamente el doncel sin malicia, lleno de confusión.

Cuando Iruka escucho lo que Francis había dicho y lo que implicaba, no pudo evitar llevar su mano libre hacia su cabeza, en un intento de proteger su cabello de que alguno de los presentes en verdad quisiera arrancarlo, pues las quejas no se hicieron esperar, junto a las demandas de dejarlo solo y soltar la mano de su príncipe que paciente miraba en su dirección únicamente ignorando al resto. Si Kakashi estaba dispuesto a darle su lugar, que se creían ellos de intentar retractarlo, la mano que sostenía la suya con firmeza le pedía silenciosa que no la soltara y con decisión decidió hacer eso y sostuvo con fuerza aquella delicada mano para infundirse confianza que no tenía.

-Es mejor ir a clases antes de que suene la campana. -Dijo Kakashi a Francis que asintió comenzando a caminar junto a ellos, con dirección a su edificio.

Los dejo en la entrada del salón, y antes de despedirse de su delfín y su amigo Francis, un curioso Robert se acerco a ellos saludándole. En cuanto cruzaron palabras, supo que podía confiar en el chico, así que sin dudar se atrevió a confiarle la seguridad de su Iruka.

- Buenos días, Robert. ¿Puedo pedirte un favor? De ser posible a ti también Francis.

- ¿Qué pasa Kakashi? -Inquirió inquieto Francis, al sentir las manos de Robert sobre sus hombros.

-Podrían no dejar que Iruka este solo en ningún momento? -Preguntó, las caras de ambos ingleses quedaron mas confundidas si se podía y Kakashi les explico lo que pasaba a grandes rasgos y les transmitió la preocupación que sentía por su delfín.

-No te preocupes Kakashi, te ayudaremos a cuidarlo. Creo que todos aquí piensan igual. – Dijo Robert mirando a los demás compañeros de clases de Iruka dentro del salón que disimuladamente habían estado escuchando lo que Kakashi es había confiado a Francis y Robert.

- ¿Qué dicen chicos? ¿Alguno de ustedes le guarda rencor a Iruka por ser el novio de Kakashi? - Pregunto Robert y los demás negaron agregando frases como “Iruka es un buen chico” “Es nuestro amigo” “Lo cuidaremos de las demás clases”

De alguna manera sintió un peso menos en su corazón al escuchar lo contentos que estaba de que les confiara la seguridad de su delfín, eran buena gente todos esos chicos y confiaba en que mantendrían su promesa. Iruka parecía impresionado de que sus compañeros de clases le apoyaran tanto y no se mostrasen reacios con su nuevo estatus de novio de Kakashi. Agradeció gratamente que todos ellos fueran sus compañeros de clases.

-Sera mejor que vayas a tu clase la campana debe estar por sonar… -Le dijo soltando su mano a regañadientes. Kakashi le miro con ternura y con una sonrisa asintió para despedirse de los demás con un saludo de mano. Prometiendo volver ahí para ir a comer juntos. Dejándole con el corazón acelerado y miles de mariposas anidando en su estómago...  Sintiendo que en verdad tenía a su príncipe enamorado solo para el…

 

Continuara….

 

 

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer y por aquellas que decidan dejar un RR sepan que me encantara leerles.

Nos vemos en la proxima...


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