Capítulo 1
De alguna forma, de fácil deducción, de tan solo una idea... yo sabía lo que en verdad quería. Lo que necesitaba hacer. Tal vez lo llegué a querer, no fue nada en realidad, simplemente lo quería como sí fuese mi hermano.
Pensé que él tenía la misma imagen que yo, e incluso creí que me veía un poco menos a un hermano... como alguien responsable por mi, pero que en verdad saliera de sus casillas cuando yo hacia cada una de mis tantas tonterías. Como sí fuese un amigo que te dice las cosas verdaderas que te hacen molestar, tus imperfecciones y defectos... pero aún así permanece contigo... cuidandote por gusto.
¿Quién diría que me equivoqué?.
¿Quién pensaría que acabaría así?.
Y muy apesar de lo que siento ahora... quiere que lo odie. Lo tiene presente y por eso lo hace; y yo aún sigo queriendo respuestas, cada vez más complejas y directas. Sin una buena reacción, pero que sean verdaderas.
Solo saber el punto detonante que llevó a esta situación. Un deseo que quiero cumplir por que es difícil tenerlo así de cerca... es difíci mirarlo y decirle lo que pienso. No quiero odiarlo. No es justo terminar con ese sentimiento que siempre eh tenido. Una preocupación que jamás cambiara, que no quiero que se pierda.
Las cosas no van bien, mi mente quiere un escape sin siquiera asimilar las cosas... esto... esto es difícil. Es un laberinto de ideas en las que puedes quedar atrapado, las que no tienen remordimiento.
Observó fuera de su ventana, y en realidad no miraba algo... solo perdido en pensamientos. Solo rectificando sus ideas... solo deseando las respuestas que durarían poco y no serían capaces de devolverle algo del pasado.
—¿Matt?. —la voz detrás de la puerta de madera, lo volvió a su realidad. El último inhalo de su cigarro y termino por tirar el restante por la ventana.
Cambio su expresión por que en ese momento, solo quería estar solo sin ganas de ver a gente. Sin saber de conocidos... sin saber de nada.
—Sabes que esta abierto. —sentenció acomodandose entre el sillón, dejando el aparato de juegos a su lado.
Se escucho el crujir de la madera, los pasos que daba y la perilla al moverse... como sí aquello fuera lo único que se escuchara al rededor de la casa.
—¿Ese humor es por Mello?. —la puerta fue abierta con normalidad. Dejando a la vista la mirada proponente de aquel castaño, de ese meticuloso y arrogante ser.
—Tú sarcasmo no ayuda en nada, Light. —apartó la mirada molesto, después de todo, su "amigo" no era muy expresivo que digamos.
—Pues tú ignorancia no me deja otra opción. —encogio sus hombros sonriendo. Deseando molestarlo, queriendo sacarle alguna risa para no verlo tan callado.
—¿Y has viendo por que...? —miro sin ánimos al castaño que se sentó a su lado. Haciendo larga una pausa para saber aquel motivo de su visita.
Una sonrisa como respuesta. Sonrisa que no era más que un gesto para no verse tan hostil, sin motivos por su propia voluntad.
—Mello quería que hablara contigo. —echo la cabeza hacia tras, cerrando los ojos.— Me amenazó diciendo que iría a mi casa con un arma, y me meteria una bala en la frente. —río con burla.
—Lo creo capaz. —dio una pausa al ver como el castaño lo miraba confundido.— ¿Que?. —se encogió de hombros haciendo dudar al de ojos claros.
—¿Sabes que creo Matt?. Creo que te molesta que se tiré a cada chica que ande con él. Es decir... que yo sepa, va por la número 21. —atacó con burla, argumento de venganza por el susto que logro implantarle anteriormente.
—¿Y tú vas por la 32?. —alzó una ceja sin más. Ganando su mirada de desprecio.— Supongo que Casanova quiere llegar al 33, ¿no?.
—Que gracioso. —exclamó sin indicios de felicidad. Era una controversia demasiado tonta... no discutiría con Matt ahora.— Por lo menos yo no actuó como Christian Grey.
—Touché. —susurro divertido.
Un silencio que dejaba calma, transmitia al fin algo de paz... o al menos eso se sentía.
—¿Que tal esta Ryuuzaki?. —pregunto el castaño dando un ligero suspiro.
—Igual que siempre. —negó con la cabeza burlandosé.— Tal vez algo molesto contigo... pero creo que bien.
—¿Conmigo?. —se sobre salto poniendo una expresión rara.— ¿Yo que?.
—Dije "tal vez"...—otra expresión rara por parte de Light Yagami. Valla que era "idiota", cuando se lo proponía.— ¡¿Que?!, yo no se... no me mires así. Es solo que hace una semana él despertó de su corto sueño, y vino a mi cuarto en plena madrugada diciendome que "quizá ya te odiaba."
—Que tipo tan raro. —sentenció sin poder entenderle mucho a Matt.
++¥++
Siempre nos hemos perdido en la tormenta de nuestras almas. Reflexiones de nuestras culpas...
Nuevas mentiras rondan en él. Frágiles y simples de descifrar, como un pequeño trozo de papel que tiene escritas las respuestas, que tienen previstas sus palabras vacías. Ellas caen y esperan ser quemadas. Esperando ser el maldito del día.
—Mail... —musita sin dejar de escuchar esos suspiros de aquella chica impreganda en placer. Sin prestar mínima atención al nombre recién pronunciado.
Y como desearía que estuviera en el lugar de ella... y como daría todo por escuchar su mismo nombre en esos labios. ¿Que no daría para irse de ahí y ver de nuevo ese rostro?. Pero esa necesidad forzada para calmar ese tan llamado "deseo", lo tenía muy entretenido ahora.
Y sin duda, mandaría todo al mismo infierno para estar cerca de aquel pequeño tonto... de su desesperante actitud. De su manía a la nicotina.
Todo se ha perdido en esta guerra.
Lo único que puedes hacer es gemir y llorar a la canción más triste...
Escucha su teléfono, el tono espectral y ruidoso. Lo toma sin dejar de besar a la chica, ve él número y apaga aquel aparato. No quería ser molestado ahora, no aún.
Lo único que necesitas decir, es fácil...
Por que sí no lo dices, seguiré con esta cosa estúpida.... ¿Que tanto te cuesta eso, Matt?.
No verás esto más, y no te confundiras... y no tendrás por que seguir alejandote.
Aceptar eso dolió, daño algo en mi que necesita de ti. Que no se arrepentira de verte llorar... que no se detendrá asta dañarte.
Por que Matt... yo en verdad te amo, y es sería una desgracia que tú también lo hicieras.