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Von por Pookie

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Notas del capitulo:

Death note no me pertenece, es obra de Tsugumi Ōba y Takeshi Obata.

Advertencia: AU, leve OoC, Multiparing.

—¡No! ¡Para, por favor!

—¡Cállate, abominación! Eres un pecador y estás sucio, debo limpiarte.

—No he hecho nada malo… para. ¡Para!

—No hasta que borre esa asquerosidad de ti. Me lo agradecerás después… querido Nate.

—¡Near!

El joven despertó, y los azules ojos de Misa lo recibieron con preocupación.

—¿Estás bien? Estabas poniendo caras feas y parecías estar sufriendo, ¿tuviste una pesadilla?

Ya era de día y el calor del verano atravesaba con suavidad las paredes de su hogar. La muchacha estaba sentada a su lado, ya vestida y arreglada. Él salió de la cama y se puso los primeros ropajes que encontró, todo blanco, todo como él. Le daba una sensación de pureza que sentía que no tenía, que sentía que nunca había tenido y que inconscientemente buscaba con desesperación.  Se giró y vio a la mujer, quién estaba cómodamente acostada en su cama.

—¿Qué haces aún aquí? —cuestionó, su voz salió más grave de lo que deseó—. Vete.

—¿Tan pronto?  No cambias, ¿no es así?

El joven la miró con desinterés. Le parecía irritante la manera en la que le hablaba… con tanta propiedad. La tomó suavemente del brazo y la llevó a la sala.

—Negocios son negocios, Misa—le recalcó mientras la encaminaba a la puerta, evidentemente aburrido e irritado—. Y tú ya terminaste el tuyo, vete.

—Eres un pesado—mencionó con un mohín coqueto. Las elegantes y a la vez provocadoras ropas negras de la chica resaltaban los atributos que eran importantes en su trabajo. Toda una experta le había dicho a Near al momento en que la contrató. Al de cabello blanco le parecía que era mitad verdad, mitad mentira. Siempre le costaba mucho que Misa se fuera, como si él le diese lástima y no quisiese dejarlo solo, para Near era repulsivo—. ¡Por cierto! ¿Te mencioné que solté tu nombre en una conversación que tuve con  «ya sabes quién»?

—¿Estuviste conmigo toda la noche y no se te ocurrió decírmelo?—preguntó levemente irritado, Misa negó suavemente con su cabeza—. ¿Por qué, Misa?

La rubia soltó una risa traviesa, y se colgó del brazo de Near con confianza sin tomar en cuenta la ligera morisqueta de fastidio del menor.

—¡Sí! Hablé con él y le dije que eras muy inteligente, que tenías un cierto interés en lo que ellos hacían.

—¿Y? —volvió a cuestionar sin interés alguno. Vio a la mujer llevarse la mano a la boca pintada de rojo.

—Bueno, él pareció bastante interesado en saber cuán inteligente eras…—susurró en voz baja, más para ella que para Near—. ¡Pero! No importa, ya verás que vendrán. Aunque no lo creas ellos confían en Misa.

La chica parecía bastante emocionada y contenta consigo misma. Su voz comenzaba a irritar a Near, más de lo que ya estaba. Pero la soportaba por la razón de que le parecía que Misa tenía más pensamientos y razones de las que parecía mostrar a simple vista. Ese deje inocente, y el estereotipo de mujer tonta no lo engañaban. Fácilmente podía estar sacándoles información a sus clientes con esa actitud de idiota y entregársela a cualquiera que pagara lo suficiente por ella o a alguien que a Misa le interesara. La rubia no era una idiota, pero sí sabía cómo actuar.

—Lo que digas, ahora vete—Abrió la puerta y se encontró con dos jóvenes afuera de su departamento.

La sorpresa no llegó a su rostro, se quedó estancada en algún lugar donde sus emociones siempre iban a parar, jamás expresadas, jamás dichas y siempre ignoradas.

—¡Ves! ¡Tenía razón! —dijo pasando por su lado y acercándose a uno de los sujetos—. ¡Tanto tiempo, Light!

—Misa…—respondió Light con suavidad y una ligera sonrisa. Near pudo ver que era una de las sonrisas más falsas que había visto en su vida, y vaya que había visto cosas falsas. La primera impresión  que tuvo de ese tipo llamado Light era que era un hipócrita.

—Hola, Misa Misa—saludó el otro hombre  sus ojos eran penetrantes y de un color rojo. Las ojeras parecían pintadas en su blanco rostro y tenía restos de algo rosado en la comisura de los labios, a Near le pareció que era algo dulce. La primera impresión que tuvo de ese pelinegro es que era un desarreglado y despreocupado, al menos por su apariencia física, eso sólo podía indicar que su preocupación iba a parar a otras aspectos de su vida, lo cual lo hacía peligroso. Tal vez tanto como Light, quién parecía sumamente preocupado de su vestimenta, viéndolos a los dos juntos parecían los opuestos, como dos comediantes de un pésimo stand up.

—Beyond—Misa hizo un gesto con la cabeza, despectivo y desinteresado a la vez. Al tipo llamado Beyond no pareció importarle en lo más mínimo.

—Misa, ¿podrías dejarnos solos, por favor? —preguntó Light, de forma cariñosa y casi preocupado de que la rubia no se sintiera herida. La mujer se sintió maravillada con lo que salía de la boca del chico, mas Near sabía que todo era mentira, y que tal vez, Misa también lo sabía.

—¡Claro! Ya me iba—Se giró y se despidió de Near con un movimiento de su mano, desapareciendo rápidamente por el pasillo.

Near vio a los recién llegados y pudo ver como Light lo miraba de arriba abajo, inspeccionando su aspecto. Si tenía alguna objeción quedó muy oculta debajo de las toneladas de mentiras que bañaban su jovial rostro.

—¿Podemos pasar? —pregunto con cortesía el castaño, inclinándose levemente. Near tenía la ligera impresión de que todo lo que él hacía estaba siendo estudiado, incluso su respuesta a la, evidentemente, falsa cortesía y modales de los que Light hacía gala.

—Sí—respondió parcamente, sin interés de parecer amigable.

Ambos muchachos se adentraron en el departamento y Near cerró la puerta tras ellos. Beyond tomó asiento en una de las sillas cercanas, sentándose de una forma extraña, parecía que estaba en otro lugar muy lejos de allí pero al mismo tiempo pendiente de todo y de todos. Light sólo lo miró con un leve reproche, con intensión de que fuera ignorado por Near, no fue así.

—Permíteme presentarme, mi nombre es Light Yagami y ese…—Hizo un ademán con la mano, tal vez buscando la palabra justa para describir al pelinegro, sonrió sin gracia al no encontrarla—…Beyond, sólo Beyond.

—Hola—saludó el aludido.

El de cabellos blancos sólo asintió, sin interés ni por sus nombres ni por el hecho de que parecía que ellos esperaban que él se presentara. Near no lo consideraba necesario, estaba seguro de que ellos ya sabía su nombre, y mucho más que eso.

Light tomó asiento al no recibir ninguna invitación de parte del menor y Near se dejó caer en el suelo, no tenía muchas cosas en su hogar a pesar de ostentar una gran fortuna en su haber. El dinero no era necesario para él a menos que pudiera usarse en lo que más deseaba. Comprar cosas o bienes no le era relevante.

—Seguramente Misa te ha hablado de nosotros—comenzó Light, el cual se había puesto cómodo rápidamente—. Y también debes saber lo que hacemos y…

—Sí, lo sé—interrumpió el menor, quería acabar con la conversación lo más rápido posible. Ya estaba más que decidido, aquello era una pérdida de tiempo.

Light sólo sonrió, y apoyó una de sus manos en su mentón, mirándolo desde arriba como si él fuese algún tipo de ser superior. Near creía que a Light le gustaba pensar de esa manera de sí mismo, por todas las actitudes mesiánicas que había visto de su grupo y ahora conociéndolo en persona, sólo podía estar más seguro de que probablemente Light Yagami era un megalómano.  Pero no le importaba lo que fuera, no mientras lo ayudara a conseguir lo que quería.

—¿Cuál es tu interés? —preguntó luego de un silencio por parte de los tres. Había cambiado el tono con que se dirigía a él, ahora podía distinguir la burla en sus palabras.

El de cabellos blancos sólo lo miró, inexpresivo.

—Venganza.

—¿Venganza? —cuestionó Light, mientras cruzaba de piernas y se recostaba en el mullido sillón, como sintiéndose dueño de la conversación—. ¿No crees que la venganza sea un motivo muy infantil?

El de cabellos blancos sintió que el joven Yagami lo estaba subestimando. Si bien tenía diecinueve años, no era para nada un idiota. Muchos se dejaban llevar por su apariencia joven, y no podían estar más equivocados. Near lo mostraría a Light, de lo que ese «idiota» podía ser capaz.

—¿Y tú no crees que querer imponer justicia en un mundo como éste es más infantil aún? —contra preguntó el menor de los tres, con sorna en sus palabras—. Hasta diría que es cándido e idiota creer que cambiarás el mundo.

Light lo miró y su fachada de perfecta rectitud cayó por un segundo, mostrándole a Near la rabia e ira en esos ojos cafés. Las piernas se le habían tensado, al igual que su mandíbula. Sí, lo había enojado. El muchacho descruzó sus piernas y se sentó con la espalda recta, mostrando que se había puesto en guardia. Ya no lo estaba subestimando, Near lo sentía. La sonrisa falsa de Light volvió a su rostro, como si nunca se hubiese ido.

—Entonces, si es tan infantil, ¿por qué quieres unirte a nosotros?

—Porque ustedes tienen la información que yo no poseo y yo soy lo que necesitan, tengo el dinero que ustedes no. Tan simple como eso.

Near se retorcía uno de sus mechones preferidos, mientras contestaba todas las preguntas que Light le hacía, las cuales evidentemente no eran para saber sus respuestas, sino para probar que podía responderlas.

—¿Qué te hace pensar que te necesito precisamente a ti?

—Si no me necesitaras, ni siquiera habrías venido aquí en primer lugar, ¿o me equivoco?

Beyond sólo los miraba, con una sonrisa en la boca. De verdad que no se había equivocado con él, ver a Light perder los estribos de esa manera era algo sumamente gracioso como peligroso.

—¿Y bien, Light? ¿Qué dices? —preguntó antes que el castaño perdiera lo poco que le quedaba de paciencia, Near de verdad lo había mosqueado.

—Eres molesto, cínico mas no hipócrita—enumeró Light, mientras volvía a su postura relajada, intentando mantener las apariencias—. Además, eres inteligente.

—Más que tú—mencionó Near.

—Sólo eres inteligente, eso no te hace especial. Lo que de verdad importa es que sepas utilizar esa inteligencia con nosotros. No me importan tus motivos, mientras te comprometas con Forseti y seas leal, incluso si ya has cumplido tu objetivo. Una vez adentro, lo serás siempre. ¿Entendido?

Near asintió, a él no le importaba lo que pasara después de su venganza. Sólo le interesaba cumplir con lo que deseaba, después, podía morirse si le daba la gana, poco le importaría de todos modos. La venganza era su motivo para comer, para respirar, para vivir.

—Entonces…—dijo Beyond parándose del lugar de dónde estaba—…bienvenido, Nate.

—Near, mi nombre es Near.

—¿Ah? —cuestionó el de ojos rojos—. Pero si…

—Dije—comenzó el joven, con voz gélida—, que es Near.

Los grandes y grises ojos del muchacho se posaron en Beyond, y pudo ver hielo.  Hielo fundido por el fuego de la ira creciente en ellos, sonrió levemente. Le gustaba ver ese deje insano en los ojos de sus compañeros, era el mismo brillo paranoico que a veces tenía Light en los suyos.

—Está bien, Near. ¡Bienvenido!

—¿Podrías ser menos ruidoso, Beyond? —preguntó Light, el cual también se había parado y acercado al menor.  Le tendió la mano y adoptó la misma expresión que usaba con Misa, la hipócrita y sin sentimientos, la del profesional Light Yagami—. Será un gusto, Near.

El aludido asintió e ignoró la mano tendida de su —ahora— líder. No quería tocar a otro hombre nunca más en su vida.

Light vio como el menor se levantaba y le daba la espalda,  sonrió internamente. Definitivamente él sería una gran adquisición.

 

 

—¡Únetenos, L! Juntos podemos acabar con la putrefacción de este mundo, juntos podemos…

—No, Light… no puedo. Tu manera de hacer las cosas no es la correcta, no puedes juzgar la vida de los demás como si fueses un ser superior.

—¿Entonces quién lo hará? ¡¿Dejarás que ellos se salgan con la suya?! ¿Te quedarás ahí, sentado sin hacer nada? ¡Eres un cobarde!

—¡Y tú un asesino!

 

—¡Detective Lawliet! ¡Detective!

El pelinegro se giró y pudo ver como uno de sus subordinados corría en su dirección, parecía llevar en sus manos los distintos folders de cada millonario implicado en la lista. La difusión que Forseti había hecho de los millonarios corruptos había revolucionado su escuadrón y los altos mandos estaban pidiendo sin cesar la cabeza del líder de aquella organización. L sabía que Light probablemente lo había hecho a propósito, quería verlo enfadado y tal vez desquitarse por haberlo ignorado durante tanto tiempo.

En el momento en que él se enteró de la verdadera identidad de Yagami, tuvo sentimientos mezclados. Por un lado sabía que debía reportarlo, debía llevarlo a la cárcel y hacerlo pagar por todos los crímenes que había cometido. Pero también estaba la memoria de que Light era su Vona, él era su persona. Sería como traicionarlo y traicionarse a sí mismo. ¿Lo amaba? No lo sabía, tal vez sí, tal vez no. Se decía a sí mismo que el hecho de no haber reportado a Light como el líder del Forseti había sido por no tener pruebas suficientes, lo cual era cierto. No tenía ninguna prueba, sólo el conocimiento de que así era. Él mismo Light le había pedido unirse a su grupo, pero no pudo.  Incluso si de esa manera pudo haberlo capturado, pudo fácilmente haberlo engañado y atraparlo, pero no había podido ser capaz de algo como eso. Su sentido de la justicia ni siquiera le permitió infiltrarse, le aborrecía el hecho de que su persona fuese el principal cabecilla de aquella organización. Y le aborrecía aún más no haber podido detenerlo cuando pudo.

—¿Sí? —preguntó con tranquilidad. Dejó que el muchacho tomara aire, al parecer el correr no era uno de sus fuertes.

—Lo siento—se disculpó mientras se reponía—. Llegaron los últimos informes de la central, dicen que esto es todo lo que pudieron recopilar de quién subió los datos a la red. Encontré un nombre, al parecer al fin cometieron un error.

L se sorprendió, ¿lo habrían logrado? Tener un nombre, ¿el de Light? ¿El castaño al fin había cometido un error? Algo dentro de sí, le decía que era imposible que algo como eso sucediera, pero aquel chico parecía seguro de sus palabras. Tal vez… al fin podrían capturar al Forseti, al fin tendrían pruebas y Lawliet no sabía muy bien cómo sentirse.

—Bien hecho, prepárate para salir—El pelinegro tomó su placa, se la echó al bolsillo de sus gastados pantalones y se paró del asiento de la oficina en la cual había estado la última hora—. Dile a Mello que también venga, Matt.

—Sí, señor.

 

Mello había salido del cuartel a la dulcería más cercana, quedaba a unas cuentas calles y ya era cliente habitual. La mujer regordeta siempre lo esperaba con una sonrisa maternal y la barra de chocolate del medio día.

—Cuídate, pequeño—dijo mientras le pasaba la barra sobre el mostrador. Había días, como esos, donde ni siquiera le cobraba el chocolate. Mello se lo agradecía poniendo especial énfasis en esa tienda al momento de las patrullas policiales de sus compañeros.

—Lo haré, nos vemos mañana.

La mujer se despidió con un gesto de sus manos, y el rubio salió por la puerta, haciendo sonar la campanilla de la tienda. Los rayos golpearon levemente su rostro y se colocó los lentes de sol que tenía apoyados en su cuello. Avanzó por la concurrida calle, esquivando a parejas y una que otra familia. Aquellos eran suertudos que habían encontrado a su pareja, otros eran desesperanzados que se casaron con el primer sujeto que les prometió amor eterno. Tal vez eso les funcionó para ellos, tal vez ellos si encontraron la felicidad en manos ajenas a su Vona, ellos tenían la suerte que Mello no. Con fastidio, cortó una barra del chocolate con sus dientes y apresuró el paso.

Se detuvo en un semáforo, y el celular en el bolsillo de su pantalón lo distrajo por un momento. Lo tomó y con las manos enguantadas en cuero, contestó.

—¿Qué sucede, Matt?

—¡Apresúrate! Tenemos que salir,  tenemos pistas sobre el Forseti—La voz de Matt se escuchaba ansiosa por la línea, al parecer todo ese tiempo de trabajo buscando los datos y hackeando las cuentas habían dado frutos.

—Está bien, en cinco minutos estoy allá.

—¡Corre, Mello! ¡Te lo perderás!

—Cállate—Escuchó la suave risa de Matt y con un grácil movimiento, cortó la llamada. Se apresuró a cruzar la calle, los vehículos esperaban que los peatones pasaran, como si sólo quisieran la luz verde para emprender una carrera hacia sus destinos.

Mello iba a mitad de camino, cuando chocó con alguien que cruzaba hacia el lado contrario.

—¡Fíjate por donde caminas! —espetó, ese golpe casi había botado su barra de chocolate.

El aludido ni siquiera volteó a mirarlo y continúo su camino tranquilamente. El rubio chasqueó la lengua.

—Idiota…

Cruzó la calle y se apresuró a llegar al cuartel, mientras se preguntaba si los albinos no debían salir con algún tipo de protección al exterior. El tipo con el que había chocado, ni siquiera llevaba lentes de sol.

Llevó las manos a su cuello y se rascó levemente la nuca, como si de la nada, la piel de esa zona hubiera quemado.

 

 Near sonrió mientras se alejaba del cuartel de policías.  Les daría una pequeña sorpresa, que de seguro, no iban a olvidar. Ignoró el hecho de que la piel de su clavícula quemaba, después de todo, era normal que le doliese de vez en cuando. Incluso después de tanto tiempo, había algunas partes de su cuerpo que aún no habían sanado por completo. Volvió a sonreír.

—Vamos a ver quién limpia a quién ahora…

Notas finales:

Primero lo primero, acotaciones.

Stand up: es el tipo de comedia donde los comediantes, valga la redundancia, hacen su espectáculo en vivo en frente a una audiencia.

Mesiánico: complejo de mesías. Se atribuye a las personas quienes creen que son las únicas que pueden salvar una determinada situación. Creen que son los enviados para acabar con el mal. 

Megalómano: es alguien que tiene megalomanía, es decir, delirios de grandeza. Suelen tener una gran obsesión con tener el control de una situación, debido a que creen que son superiores. 

Segundo: ¡adivinen quién no sabía que tenía un examen mañana! Yo, por supuesto. Creo que si no tuviese mi cabeza pegada a mis hombros también se me quedaría olvidada, soy muy descuidada con todo. En fin, por eso les subí un capi de este, que ya lo tenía escrito~

Tercero: bueno, espero que les haya gustado y que se hagan una idea de lo diferente que será esta historia con respecto a las otras que he escrito~ Espero que el cambio no las asuste mucho... pero de verdad quiero probar cosas nuevas. Esperaré ansiosa sus comentarios~ 

¡Cuídense muchísimo! Pookie se va a trabajar como buena elfo que es~ ¡Nos leemos!

 


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