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Amarte a ti por Agnes-San

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Notas del capitulo:

el captulo dos.

Cap. 2: Somos  hermanos


 


El día concluyó tranquilo, tuvimos la práctica y como para eso de las doce del medio día pude observar aquella figurilla asomarse de entre la puerta del baño,  sacó una llave y abrió el candado de uno de los locker, después se puso la mochila al hombro y comenzó a guardar algunas cosas, sin saber cómo ni cuándo me acerque a él.


—    ¿Qué haces aquí? —pregunte de la nada.


—    Nada -agachó la cabeza —Lo de ayer, yo… —trataba de dar explicaciones, pero las palabras se le atoraban en la boca.


—    No me interesa, no somos nada —por primera vez vi molestia en su rostro.


—    Somos familia —habló bajo pero firme; su rostro tomo un matiz de seriedad que jamás había visto.


—    Valla, creí que no lo sabías… —el sarcasmo se hizo presente.


—    Somos hermanos, pero a ti parece no importarte —aventó la puerta del locker y se dispuso a irse, lo tome de a muñeca evitando que escapara, y lo jale, con demasiada fuerza a decir verdad, puesto que quedamos muy cerca,  por fin pude ver lo que los demás veían, labios carnosos, pómulos altos, piel de porcelana, ojos gatunos y figura esbelta, demasiado para tratarse de un hombre. Sin duda el chico era atractivo. 


—    ¿Quién te enseño a prostituirte? ¿Eh? — su aliento chocaba contra mi boca, era cálido y húmedo. —¿Tu madre?


—    Suéltame Jong —Lo tomaba con fuerza de ambos brazos, mientras Kibum torcía el rostro en una mueca de dolor.


—    Cierto, tú madre también era una zorra —su rostro se deformó completamente al escucharlo. Se armó de la fuerza necesaria y se soltó, empujándome con todo su peso.


—    Solo fue una vez, y ¿crees que lo hice porque me gustaba? Por si no lo sabes es algo asqueroso y yo no tengo la culpa que papá se cansara de tu madre, de sus continuos reproches y su falta de amor —Me gritó en el rostro, sus ojos estaban tan brillosos, las lágrimas los inundaban pero se negaban a salir.


Lo herí.


 


***


 


Desde aquella tarde del sábado él evitaba mirarme, ya era lunes, el partido de baloncesto había concluido, pase por mi casa y me di un baño lo más rápido que me lo permitieron mis mano y luego me fui al trabajo, el señor  Minhyun se encontraba molesto porque yo ya estaba veinte minutos atrasado y él tenía un compromiso temprano.


 La noche cayo un poco más cruda que días antes, casi podía jurar que nevaría.


 Ese día realmente me había costado trabajo poder terminar todos los pendientes que tenía en el almacén, ya iba lo suficientemente cansado, caminando por la misma brecha donde días antes vi aquella escena. Estaba un auto muy bonito parado en la esquina, se bajo un hombre de unos veinticinco a simple vista, fumaba y lanzaba el humo al aire, era el mismo sujeto que molestaba a Kibum.


Voltee para todas partes, esperando a que Kibum no se encontrara cerca, no lo vi por ninguna parte, sin embargo ese tipo, dio una última calada al cigarro que se encontraba entre sus dedos y comenzó a caminar en dirección de una cafetería abierta las 24 horas, por la puerta se asomaba Key, mi corazón dio un vuelco y luego empecé a caminar  hacia el mismo destino del sujeto.


 


—    Key —bramó dejando a Kibum estático. Luego volteo el rostro haciendo ademan de irse, pero se lo impidió al correr contra él y lo sujetó por los hombros, mientras lo estampaba en la pared. Key se removía, tratando de soltarse.


—    Kibum —hable detrás del hombre, y Kibum solo se volteo a mirarme inquisitivamente, con miles de preguntas grabadas en el rostro — ¿Qué haces con mi novio? —le hice la pregunta al hombre, él solo me miro de arriba abajo. Es cierto que no era muy alto, de hecho era más bajo que Key, pero si comparábamos fuerza física yo los podría sobrepasar fácilmente.


—    No sabía que Kibummie tuviese novio —tomó el rostro de Key e hizo como si lo besara, pero Key volteo el rostro impidiéndolo. —Pues ten cuidado, porque tu novio  es un puta y no tardara en cambiarte.


—    Puta serás tú, maldito pervertido de mierda —El carácter explosivo de Key se hizo presente, jamás lo había visto así, parecía a punto de llorar pero su orgullo era mucho más fuerte que un par de lagrimas. —Y tú —dijo señalándome —Ya vámonos.


Una vez que cruzamos la calle y desaparecimos de la vista de ese hombre sin nombre, fue mi turno de echarle en cara muchas cosas a Key.


—     ¿Te gusta que te toquen? Kibum  ¿Lo estabas esperando?—Key no contestó nada, solo siguió caminando, mientras una lágrima aventurera resbalaba por su mejilla.


No sentí compasión por él, ni siquiera una pizca, solo lo acompañaba. Me desespero la manera rápida de andar y sus quijadas apretadas, realmente estaba molesto o tenía unas ganas tremendas de llorar, pero no quería mostrarme su debilidad.


 


—    Maldita sea, ya deja de hacerte la víctima — le grité, tomándolo de el antebrazo y acercándolo a mí, últimamente me moría de ganas de hacerlo, sentir toda su debilidad, ver sus lagrimas caer de sus parpados, sentirme superior, amaba esa sensación de grandeza.


Key se movía nervioso, trataba de zafarse pero obviamente ni de chiste se lo permitiría, baje mi vista a esos carnosos labios rojos y me abalance a besarlo, él apretó la mandíbula con fuerza evitándome el paso, así que se los lamí como si yo fuera alguna clase de animal. Una vez que me separe.


—    ¡Eres un estúpido!, somos hermanos —me recordó algo que ya sabía.


—     ¿Acaso no te gusta, que te traten como a una chica de la calle?  A tú madre no le importó que mi papá estuviera casado y con un hijo, aun así la muy zorra se metió con él, dando como resultado a una abominación. A ti no te importaría el que fuéramos hermanos, después de todo mientras te den placer nada más importa — Kibum escuchó mis palabras atentamente, y solo ahogaba sus protestas.


—    ¿Ya terminaste? —me preguntó seriamente, y luego caminó calle arriba, conmigo siguiéndolo de cerca, las lagrimas le  caían de los ojos y chocaban contra el piso, dejando un reguero de gotas. Esa vez realmente sentí remordimiento.


 


***


 


Paso un tiempo después de mi encuentro con Key, ya iban más de veinte chicos que le decían que les gustaba, pero Key a todos los rechazaba, ya era la segunda vez de Minho en ser rechazado, esa vez los mire sentados en las bancas del parque y Minho tomó la mano de Key y este enseguida la aparto, casi parecía una chica tímida, de no ser por su gran tamaño. Quería quedarme a ver como Key rechazaba a Minho pero no me quedaba tiempo. Lo supe hasta el siguiente día por boca de Onew.


—    ¿Crees que aun tenga oportunidad? —Me preguntó entusiasmado. “claro que no, tan solo mírate por favor” quise decirle, pero no era tan cruel para hacerlo, además a mí que me interesaba si Key tenía o dejaba de tener novio.


—    Por supuesto que no, yo ya lo intente dos veces, no creo que a ti te valla decir que si —interrumpió Minho.


—    El que a ti te haya rechazado dos veces no quiere decir que yo no tenga una oportunidad. —Dijo Onew.


 


El frio era insoportable y todos los alumnos se encontraban refugiándose en su salón, excepto nosotros que estábamos más abrigados que nada y congelándonos en el pasillo, Onew y Minho estaban esperando a que Key pasara o se dejara entrever, para correr a su encuentro y yo aun no me queda claro que es lo que hacía en ese momento.


El chirrido de una puerta se escuchó, luego se asomo la figura de Kibum, portando un montón de libros en brazos, al momento en que salió; Onew se apresuró a llegar a su lado y Minho lo siguió muy de cerca, por un momento me quede viendo a ese par de estúpidos volar como abejas a la miel. Luego copie su acción y también los alcancé.


—    Te ayudo —vociferó Onew arrebatando un montón de libros de los brazos de Key, este solo le sonrió en señal de agradecimiento.


Minho enseguida le quito otro tanto de libros y los colocó en sus hombros, tratando de presumir su fuerza, yo solo caminaba detrás de Key, deleitándome con las vista de su estrecha espalda, forrada en una enorme chamarra, tenía su mochila colgada al hombro y un llavero en forma de llave sobresalía por un lado.


—    Y ¿A dónde es que llevas todo esto? —preguntó Minho curioso.


—    Es que el profesor de química, me pidió de favor que las llevara a su oficina


 


Justo antes de llegar  a las escaleras un par de chicas se nos cruzaron en el camino, a una la conocía muy bien y la otra era una completa desconocida. Jessica era una mujer con quien mantuve una relación de pocas semanas, puesto que ella se encontró a alguien “mejor”, fue lo que ella dijo al momento de tirar todo por la borda.  Fue entonces que Jessica comenzó a hablar.


—    Mira, tal parece que la “diva” zorra ya les ha regalado el trasero, incluso Jong anda detrás de él —le habló a su amiga, la cual solo asintió con la cabeza.


Key se limito bajar el rostro e hizo caso omiso ante aquellas palabras, de sobra sabía que Jessica atacaba a todo aquel que no era de su agrado, pero jamás insultándolos de tal manera; Key realmente debía desagradarle, quise responderle que yo no andaba detrás de él, pero las palabras se negaron a salir, más porque no tenía ninguna razón para caminar detrás de esos tres.


—    ¡Ya basta! —les gritó Onew haciendo que todos nos sorprendiéramos, puesto que él era uno de esos chicos a los que todo mundo pisoteaba y se ponían por encima de él.


—    Déjalas Onew,  no tiene caso discutir con personas huecas —solo bastaron esas palabras para que ambas chicas escupieran fuego, Key se les quedo mirando con ojos asesinos, y ellas ahogaron todos sus insultos y se marcharon, me volteo a ver a mí con esa misma mirada, realmente me inquietaba.


***


 


Los días siguientes Onew y Key se la pasaban juntos, en realidad Onew siempre iba en busca de Key y se ponían a platicar, Minho en cambio no dejaba de expresar su odio hacia Jinki. a veces se les miraba en alguna banca sentados, mientras ambos sonreían, la sonrisa de Key era más brillante, pude percibir varias cosas, como que al caminar contoneaba las caderas ligeramente, apenas perceptible y que no solo su mirada era felina, si no también cada uno de los movimientos que ejecutaba. El hombre ya no lo seguía, al menos ya no lo había visto, ni a él ni a su coche.


Onew estaba enamorado de ese chico que hacía que mis entrañas se doblaran y desdoblaran, siempre lo estaba alagando, cuando estábamos en clase siempre estaba hablando de él y ya tenía de enemigo a todo el salón, incluyéndome pero no porque me gustara Key, más bien porque lo odiaba.


 


***


 


El frío comenzaba a calar cada vez más y los copos de nieve caían ligeramente, siempre que regresaba a casa, tenía que pasar por un parque, los arboles parecían muertos y las farolas  daban un tenue luz amarilla, eran cerca de la media noche y el primero de diciembre estaba cerca,  en una de las bancas se encontraba una figurilla, estaba inclinada sobre si misma y una espesa capucha cubría su rostro, sus brazos estaban cruzados y sus rodillas se frotaban para darse calor, no llegaba a distinguir de quien se trataba pero me resultaba familiar.


Apenas cruce por delante de esa persona, y trate de averiguar de quien se trataba, por mucho que incliné mi cara para poder ver su rostro, no lo logre.  Entonces un sollozo hizo que mi corazón se volcara dentro de mi pecho, sentí un nudo en la garganta y decidí brindar mi apoyo. Por alguna razón se me hacían muy conocidos esos pantalones.


—    ¿Te encuentras bien? —Me arrodille para poder ver su rostro, y me encontré con alguien muy peculiar y que siempre se atravesaba en mi camino. Key. Sus mejillas y labios estaban totalmente rojos, y las lágrimas le caían pesadas por los ojos, lloraba en silencio y solo. Él era demasiado débil y realmente parecía que sufría. Trate de pasar saliva, pero se atoró en mi garganta y los intestino se me hicieron  un nudo con solo ver sus lagrimas caer, mis manos vagaron por su rostro, le limpie las lagrimas y él me miró. — Oye… Oye… ¿Por qué siempre tienes que perecer tan débil? Realmente odio tu actitud. —No lo dejaría solo, por mucho que lo deseara.


—    ¿Qué le diré a Taemin? Me va a odiar… —me dijo entre lágrimas, yo no respondí nada —¿Qué le voy a decir? —seguía preguntándome como si yo tuviera una respuesta que darle.


No sabía cómo hacer para que dejara de llorar y lo único que se me vino a la mente fue besarlo, antes de pensarlo ya lo estaba haciendo y misteriosamente Kibum también me besaba, sus labios estaban fríos, él tomó mi rostro con ambas manos impidiendo que me alejara. Por un momento ninguno de los dos hizo movimiento alguno, solo nos mirábamos a los ojos.


—    Somos hermanos —le dije sacándolo de sus pensamientos y luego casi como si se tratara de un conjuro de separación él se alejo.


Voltee a ver mi reloj de pulsera y ya pasaba de la media noche, yo estaba llegando a mi casa, pero Key ¿Qué hacia tan lejos de donde vivía?


—    ¿Sabes que camión me deja cerca de mi casa? — preguntó.


—    Ya no hay camiones a esta hora —le dije, él hizo una mueca de fastidio, sus lagrimas habían cedido.


—    ¿tienes un celular? El mío no sé donde lo deje —confesó, opte por prestárselo y luego él comenzó a marcar una serie de números.


—    ¿Le hablaras a un taxi? —cuestioné, pero no obtuve respuesta alguna.


—    Taemin, duérmete ya… hoy no podre llegar… si… adiós, te quiero —le dijo a la persona que se encontraba detrás de la otra línea. Luego colgó, y las lagrimas se hacían presentes de nuevo.


—    Y ¿tienes en donde quedarte? Idiota —él no contesto nada, entonces lo intuí, ¿donde se quedaría si no tenía amigos ni quien le prestara un lugar donde pasar la noche?, estaba Onew pero su casa realmente quedaba lejos y si se iba caminando seguro que no llegaría hasta dentro de una semana. —Anda puedes quedarte en mi casa, a mi mamá dudo que le interese.


—    Pero…—sus protestas se apagaron un vez que miró un coche negro pasar por un lado de nosotros.


—    Somos hermanos ¿no? —le dije, y sin razón alguna él me tomó de la mano.


 

Notas finales:

me tarde un poco pero aquí esta :D


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