-Lo siento.- susurró.
-Ya pasó.- dije. –Termina de desayunar para ir a CoffeFriend a que cubras a Minwoo.- eso me recuerda. –¿Audición de qué?- me senté en la silla frente a él.
-De un musical, pero quiere estar entre los bailarines no los protagonistas.- bebió de la banana milk y luego se limpió las comisuras.
-¿Por qué no vas también?- bailas muy bien.
-Porque no me interesa.- contestó simple. –Además, si voy a estar en un musical quiero ser protagonista o de los principales no los de relleno.- creo que tiene un punto. –Y si voy a dar la audición le robaré el papel a Minwoo, así que no, mejor sólo lo cubro en el trabajo.- reí porque sí creo en quitarle el papel.
-Sólo prométeme que no tomarás café o chocolate.- me levanté de la silla para ir por mi mochila.
-Ni azúcar.- dijo. –Además YoungMin será mesero conmigo, KwangMin y Jeongmin en la cocina y Hyunseong y Donghyun estarán en la bodega, así me lo explicaron.- me puse la mochila para girarme, ya se había terminado los hot cakes.
-Me da pendiente que te estén golpeando con los extintores, cuídate por favor.- se levantó para llevar sus trastos sucios, lo seguí a la cocina para lavarlos pero él ya lo estaba haciendo.
-A mí no.- contestó riendo. –No me duelen.-
-Eso no quita el golpe contundente y el millón de neuronas que te matan.- le tendí una toalla para que se secara las manos.
…
-Por favor, cuídalo.- volví a rogarle a YoungMin juntando mis manos y haciendo una pequeña reverencia.
-No te preocupes.- me dijo dándome palmaditas en el hombro. –Todo va a estar bien, ¡¿verdad Taemin!?- le gritó, Minnie se estaba abrochando el delantal blanco.
A decir verdad se ve muy guapo con el traje negro y ese delantal, más ahora con su cabello oscuro se ve muy, muy guapo.
-No te preocupes Minho.- me sequé la baba y luego le sonreí. –Estaré con Donghyun hyung, tú descuida.- se terminó de atar el delantal y con todo y la libretita para tomar las órdenes caminó hacia mí. –¿Vendrás a recogerme?- entrelazó sus dedos con los míos, tragué saliva al verlo tan cerca de mí.
Sólo asentí sonriéndole.
-Haré mi mejor esfuerzo.- sonrió, luego sentí sus labios sobre los míos. No quise profundizar por el lugar en donde estamos así que me separé lento de él, tomé sus mejillas y le sonreí de nuevo.
-Eso lo sé.- susurré.
-Sí qué guapos somos todos.- KwangMin se puso en medio de los dos. –Pero ahora eres mesero y hay clientes que esperan les tomes la orden.- se llevó a Taemin poniendo sus manos en los hombros rumbo a alguna mesa.
-Si no lo hacía él lo iba a hacer yo.- me detuve a medio suspiro para mirar a Key. –Andando.- asentí riendo aun, tomé mi café y caminé detrás de él.
-¡Trabaja duro!- le grité a Taemin antes de salir, él ya estaba tomando ordenes en una mesa.
Suspiré y sonreí para ponerme al lado de Key.
-Hace cuatro días que no veo y siento que han pasado meses o años.- dije llamando su atención. –Te extrañé.- sonreí pero él me golpeó en el hombro.
-Vamos rápido a desayunar que tengo un montón de cosas por decirte.- tomó mi antebrazo y me jaló para salir corriendo hacia La Carreta Rosa, cuando llegamos pidió una mesa lejos de la ventana, caminamos hacia ella; tuve el impulso de abrirle la silla pero me lo tragué para ir hacia mi asiento.
-¿Qué vas a pedir?- le pregunté mirando la carta.
-Como te quiero mucho y no quiero hacerte gastar, pediré el desayuno económico, ¿te parece?- me miró bajando la carta, asentí, yo también lo pediré.
-Yo traía un café.- antes de salir recuerdo que lo agarré pero ahora no está.
-Cierto.- apuntó a mi mano. –Se te abra caído o algo.- seguramente cuando me arrastró lo solté. –Minho.-
-¿Qué tienes?- pregunté mirándolo, él negó riendo.
-No lo sé.- dejó de reír pero el suspiró que lanzó me alarmó.
-¿Todo bien?-
-Espero que sí.- susurró dejado su celular sobre la mesa, yo también lo dejé en el centro de la misma. –Es Jonghyun.-
-¿Qué te hizo?-
-Me hubiera gustado mucho que todo lo que tú me dijiste sobre mi regreso, me lo haya dicho él.- alcé una ceja extrañado. –¿Qué supiste de él en este tiempo?-
-Jonghyun y yo no somos tan amigos como para decirte qué hizo o no, en estos días. ¿Algo anda mal?- llegó la señorita y le pedimos el desayuno, dijo que en un momento lo traía, ambos asentimos y cuando se fue miré a Key.
-Tengo el Síndrome Max.-