-Ñó.- contesté.
-Dime, dime, dime.-
-He dicho que ñó y no hay nada que puedas hacer para que cambie de opinión.- dije firme y un poco serio, pero me reí por eso. –En serio, no te lo puedo decir.-
-Está bien, me quedaré con la duda.- tomó una fres para comerla, creo que notó que lo miraba hacerlo porque tomó una más y me la mostró. –Si me dices te doy la fresa-
-Hay más fresas en el plato, ¿qué te hace pensar que no podría tomar una?- entonces tomó el plato para llevarlo a su parte de la mesa. –Puedo pedir otro plato de fresas y comerlas todas.-
-Bien tú ganas, que sean dos fresas.- de verdad que tiene ganas de saberlo.
-Bien te lo diré.- dije mirándolo, él asintió. –Y espero que esas fresas si venga a mí no como todos los besos que me has prometido y nada más, no llegan.- me dio las dos fresas. Las tomé con mi mano derecha y la izquierda. –El profesor de la TAE nos ha dicho que cuando una persona baila.- junté las dos fresas y las comencé a mover, como si bailaran. –Con otra que no es de su elección, no hay sentimiento.- entonces el movimiento se vuelve muy mecánico. –Pero cuando escoges con quién bailar y la otra fresa también te escoge.- hice que se diera un beso porque las dos fresas se quieren. –El sentimiento que verás podría ser mágico, hipnótico, hermoso.- comencé a mover las fresas con el ritmo que escuchaba de las olas del mar. –Por eso no bailaría con otra chica aunque la tuviera.- dejé a ambas fresas en mi plato vacio, pero con migajas de pan.
-Ya entiendo.- susurró tomando una fresa de las suyas y dejando el plato a la mitad de la mesa.
-Te diré algo mal, y espero que no te rías o me sentiré mal.- sentí que mis ojos se aguaron pero no dejé que Minho lo notara.
-¿Me golpearás si me rió?- negué efusivamente.
-Esta vez no te golpearé, sólo me sentiré mal.- le aclaré. –Cuando estábamos en el karaoke y ese “puedo escuchar tu voz”, cuando comenzamos a bailar me sentí así. Como si todo desapareciera, como si sólo tú y yo estuviéramos en todo el mundo… porque tú eres la fresa con la que bailaría una canción.- reí levemente para secar mis lágrimas.
Esperé a que Minho se riera o algo pero no escuché nada. Así que lo miré.
-Justo cuando la manzana se convierte en una naranja me pides que sea una fresa.- negué secando mis ojos. –Pero eso es algo que esta manzananja haría.- me encogí de hombros cuando Minho se levantó de su silla, lo sentí a mi lado, tomó mi barbilla para hacer que lo mirara pero no quería, no quiero que me vea llorar por algo tan tonto. –Porque te amo.- miré sus pupilas, estaban dilatadas y brillosas, como las mías.
Se acercó lento a mis labios, sentí su respiración sobre la mía y el chasquido de nuestros labios. Luego sólo los sentí.
Su boca sabía a fresa, la mía a naranja, qué cosas.
-¡Hey hey, hey!- nos separamos al escuchar al mesero. –No coman pan frente a los hambrientos.- ¿qué quiso decir?
-Lo sentimos.- Minho se irguió para hacer una reverencia, entonces me levante casi aventando la silla para también hacer una.
-No volverá a pasar.- dije manteniéndola.
-Está bien chicos, sólo que se besan y a todos se nos antoja estar con nuestras novias también.-
-No se preocupe, ya no lo haremos.- contestó Minho, lo volteé a ver por el rabillo de mis ojos y noté que ya no estaba haciendo la reverencia, entonces me erguí también.
-No se preocupen, sigan teniendo un lindo día.- ambos asentimos.
-¿Te quieres ir al cuarto?- pregunté bebiendo el resto de mi agua de naranja.
-¿Quieres irte tú?- se volvió a sentar en la silla así que supongo es un no.
-No, pero para estar más cómodos.-
-¿No habías sido tú quien dijo “deberíamos de mostrarnos un poco más para que la gente vea que no he muerto por tomar la mano de otro hombre?”- alcé la nariz orgulloso pero meramente sonrojado. Me volví a sentar en mi silla y pedí otra naranjada.
-Pero tú dijiste que podría ser un arma de doble filo.-
-Hasta ahora no lo ha sido.- contestó tomando una fresa más. –La gente reacciona diferente cuando se enteran de mi preferencia.-
-¿Diferente cómo?- pregunté recibiendo mi vaso lleno.
-No sé, diferente.- se encogió de hombros. –Cuando Key, siempre le echan burla y a mí no.- ¡pues porque tú eres tú! Y él es él. Key es más amm trasparente en cuanto a su preferencia y alguien como tú, da a pensar y dudar si es verdad. Además tienes músculos que fácilmente pueden noquear a quien te ofenda. –Pero eso no me deja exento.-
-¿Quieres meterte a la piscina?- pregunté mirándola, como la mayoría de la gente que se hospeda aquí prefirió estar en la playa, nos quedamos solos.
-¿Te pusiste el bloqueador?-
-No, así se notara en mi piel y dirán que sí fue cierto.- además, me gustaría estar un poco más teñido. El otro día vi la piel de mi brazo junto a la de Niel y era muy blanco, y peor me fue cuando me comparé con la de Kai. Antes y con los gemelos estoy casi igual porque ellos no toman mucho el sol.
-Primero ponte el bloqueador y luego nos metemos a la piscina.-