End Pov’s ChangMin
Pov’s Key
Tomé la mano de quien estaba a mi derecha y a mi izquierda, levantamos los brazos e hicimos una reverencia de noventa grados agradeciendo a todos lo que vinieron a ver la obra.
Sonreí y solté las manos que había tomado.
Miré hacia la silla en donde estaba Sungmin, él seguía ahí sonriendo y aplaudiendo, volteé a donde estaba Jonghyun pero ya no estaba.
Sentí los abrazos de las otras personas que también participaron, así que no los negué, pero ninguno se sentía como el de Jonghyun. Suspiré y sequé el sudor de mi frente, luego el telón se cerró lentamente, me giré para ir hacia mi camerino y cambiarme de ropa para ir a mi casa y tomar una ducha
Mientras caminaba seguía hablando de la obra y lo divertido que fue.
-Jonghyun.- estaba en la puerta de mi camerino, de hecho salí del él.
Me sonrió cansado, sentí un pinchazo en el corazón. Me di cuenta de que él también ha estado pasándola mal.
-Buen trabajo.- me aplaudió, mi respiración se entrecortó. –Mantente sano, por favor.- hizo una reverencia leve y luego sólo se fue.
Relamí mis labios ansioso, suspiré y despejé mi mente, tomé la perilla de la puerta para abrir y entrar. Noté que todo estaba en orden pero al mirar mi reflejo en el espejo había un par de girasoles de Sungmin.
Sonreí mientras caminaba para ir hacia ellos. ¡Oh! antes de tomarlo noté una rosa del mismo color, la tomé y debajo apareció una nota. Tiene la fragancia de Jonghyun así que con cuidado de no estropear la rosa la paséame mano derecha mientras tomaba y abría la nota.
“Por fin me había comenzado a superarte, por fin comenzaba a aceptar que nunca serías mío que tienes otra pareja, pero hoy me has sonreído y has estropeado todo.”
-Jonghyun.- susurré, vi como la tinta se corría en donde caían algunas lágrimas. –Tonto.-
-¿Estuvo difícil la obra?- volteé por encima de mi… ¡Nicole!
-¿Qué haces aquí?- dejé la nota y la rosa en donde estaban para levantarme e ir con ella a abrazarla.
-¿Cómo que qué hago aquí?- preguntó apretándome contra ella. –Tan sólo supe que serías tú el protagonista vine.- bueno sí, sonreí apenado porque a ella también le dije sobre la mala suerte del otro protagonista y que yo como suplente me presentaría hoy. –No luces bien.- negó efusivamente mirando mi rostro.
-¿Ni por el maquillaje?- presioné mis manos en las suyas y suspiré.
-Ni por el maquillaje.- contestó caminando hacia uno de los sofás que hay dentro del camerino, se sentó y por inercia también lo hice.
-¿Qué sucede?- miró mis ojos, no quiero que lo sepa, me regañaría.
-Sólo estoy cansando por la obra.- contesté sonriendo, llevando mi mano a la nuca para similar fatiga. –Tuve un ensayo general muy presionado porque no asistí a todo los ensayos pasados pues era suplente y tengo estrés.- susurré riendo. –Sólo eso.-
-Haré como que te creo.-
-Gracias.- susurré.
-Jonghyun y su canción están haciendo que el nuevo negro no sea el verde aqua, sino Symtomps.-
-Lo sé, todo el mundo la tiene o la quiere tener. Me alegro por él.- contesté sonriendo, aunque no haya estado a su lado, en verdad me da mucho gusto… que haya seguido adelante sin mí.
-¿Ya la tienes?- me preguntó sonriendo.
-No.- negué lento. –Tengo la versión cuando la grabamos juntos, la versión “buena” con disquera y filtros de sonido y todo eso, no.- la tenía, pero la borré en un ataque de cólera.
-Yo estaba esperando a que me la pasaras.- abrí la boca para decirle algo pero escuché que llamaron a la puerta, así que me levanté para ir a abrir no sin antes encogerme de hombros cuando Nicole me preguntó quién era.
-Oh.- es Kris. –¿Estás ocupado?- abrí la puerta en su totalidad para que mirara a Nicole e hiciera sus propias conclusiones. –Sólo te traía esto.- me entregó una cajita. –Felicidades por la obra.- me abrazó, pero no se sentía igual a cuando abracé a Jonghyun.
-Gracias.- susurré al separarnos.
-Nos vemos.- susurró en mi oído y besó mi mejilla. Sólo asentí efusivamente dejando que se fuera.
-¿Nueva conquista?- volteé a ver a Nicole, ya estaba más relajada en el sofá, estaba sentada como sirena mirando hacia la puerta, con uno de sus brazos sobre el respaldo del sofá y el otro entre sus piernas.
Cerré la puerta y me recargué contra ella.
-Y no es el único.- sonreí orgulloso.
-Oh Kibum, tienes que contarme qué estás haciendo.-
-Te lo contaré, pero no me digas nada.- caminé hacia el sofá dejando la cajita en la mesa del tocador. –Nada de nada, sólo escucha.-
-Entonces ha de ser algo malo.- contestó riendo, me senté a su lado casi en la misma posición en la que estaba. –Cuidado gente, el Zorro está de cacería. Irónico, porque normalmente los hombres cazan zorros, no los zorros cazan hombres.-
-Si lo dices así…- sonreí amplio. –Tienes razón,-
-¡Pero cuéntame!- golpeó mi rodilla con su mano. –¿Quién era ese grandote?-