-A ver Taemin.- susurré acomodándonos mejor en la cama. –¿Qué sucede?-
-No puedo.- susurró abrazando mi cuerpo. –Perdóname.-
-¿Qué es lo que tienes? No te entiendo.-
-No puedo hacerte feliz.- alcé una ceja extrañado. –Porque… no quiero… me duele…-
-¿Tienes… cefalea orgásmica?- dudé incluso de mi pregunta, pero las mejillas de Taemin se sonrojaron e incluso ocultó su rostro de mí. –Sí la tienes.- susurré suspirando.
-Por eso no puedo.-
-Está bien.- susurré acomodándolo en la cama. –Hay que dormir, mañana iremos con un médico para saber qué hacer con todo esto.-
-¡No!- me tomó de los antebrazos. –No quiero ir al médico.-
-¿Por qué no?-susurré casi riendo mientras me levantaba de la cama para cobijarlo.
-Porque ya sé qué sigue.- susurró descubriéndose.
-¿Desde cuándo lo sabes?- pregunté juntado su ropa del suelo.
-Un tiempo.- le tendí su bóxer pero en lugar de ponérselos los aventó de nuevo. –No quiero estar así contigo.-
-ChangMin me había mencionado algo al respecto, creo que no es mortal pero tenemos que tener cuidado.- volví a juntarlos.
-No quiero estar en cuarentena tan bien que lo estábamos gozando.-
-Creo que no es placer si estás lastimando a tu pareja.- tomé sus tobillos para ponerle los bóxers. –Si el médico cree que tenemos que tener cuarentena, entonces así será.-
-¡Pero!-
-Y te prometo esto, cuando te cures tendremos montones y montones de sexo.- susurré riendo mientras le subía los bóxer. –Pero será cuando estés sano.-
-¿Me lo prometes?- asentí cubriéndolo de nuevo con la cobija. –¿A dónde vas?-
-Al baño.- susurré teniendo un montón de recuerdos a cuando iba a lo mismo.
-No.- susurró mirándome. –Eyacula sobre mí.- se descubrió de las cobijas.
-No lo creo.- dije negando. –No es la primera vez.-
-Pero creí que ya había sido la última.-
-Me sentiría un pervertido si lo hago.- contesté riendo, caminando hacia la puerta de la habitación para ir al baño.
-¿Y no lo eres?- pude haber caído por ese tono de voz, pero el frio de la perilla me tranquilizó.
-Me sentiría como un violador de niños.-
-¿Y no lo eres?-
End Pov’s Minho
A la mañana siguiente…
Pov’s Key
Salí de mi casa cerrándola bien, me aseguré de sentir mi billetera en la bolsa de mi pantalón, luego sólo moví mi cabello para des estresarme.
Sorbí mi nariz y comencé a caminar hacia Hey! MyDona, ayer quedé en ir a desayunar con Sungmin así que espero poder hacerlo. Ayer cuando estaba con él probando nuevas donas tuve que salir rápido para ir a Buena Miel a recoger a Jonghyun, pero Sungmin no quería dejarme tan fácil.
Así que le mentí diciéndole que tenía que preparar la cena pero ni así, en su lugar me entretuvo un poco más que terminamos yendo a donde venden comida a comprar un poco, pero siento que me pasé al dejarlo en la fila mientras iba a comprar una hamburguesa de queso doble.
Creo que se dio cuenta de eso porque mágicamente sus amigos lo buscaban u ocupaban en Hey! MyDona, así que tuve que ir con todo y la comida a Buena Miel, sólo que cuando llegué ya estaba cerrado.
Recuerdo que me quedé mirando la cortina metálica, y su “Tuve que cerrar pronto, ordenes de Jinki” me recorrió toda la espina, me gustó oírlo y terminé diciéndole que no fui a buscarlo a él, sino a mi novio.
Jonghyun se rió y me pregunto “¿cuál es la diferencia?” me encogí de hombros y cuando me volteé a verlo él sonrió.
“No lo sé.” Le contesté para salir de su presencia, pero sentía que seguía caminando tras de mí hasta que llegué a casa, me asomé por la ventana y lo vi que aun estaba mirándome, sonreí y cerré mis cortinas él parecía estar fumando.
Luego no lo vi más, para la cena tuve que invitar a Nicole para que la comida no se quedara y el gasto no haya sido en vano.
Y Nicole me dijo “Decide qué quieres vivir, el sueño o un sueño.”
La campanilla de Hey! MyDona sonó haciendo que quienes estaban comprando donas me miraran, sólo les sonreí mientras entraba.
-¡Sungmin!- volteé hacia su área de cocina, ahí estaban sus amigos. –¡Te hablan!-
Fingí estar escogiendo donas, como el resto de las personas.
-Llegaste.- dejé de verlas para mirar el rostro de Sungmin, me estaba sonriendo así que intenté regresarle el gesto. –Vamos.- asentí efusivamente.
Ambos salimos de su local.