-No quiero que se muera.- susurré.
-No lo hará.- Jonghyun tomó mi muñeca izquierda para comenzar a tirar de mí. –Los doctores son doctores por algo.-
-¿Por que estudiaron un doctorado?- pregunté saliendo del pasillo de la habitación de mi mamá.
-No cualquier estudia un doctorado.- contestó, sentí al brisa fresca en mi cara, me di cuenta de que no había secado mis lágrimas.
Caminaron, me arrastraron hasta una mesa, en la que se sentaron y me obligaron a hacerlo.
-Iré a comprar algo, ya regreso.- susurró Key mirando hacia la cafetería.
-Iré con él.- nos susurró Jonghyun apuntando a Key, negué sonriendo, pero suspiré también. –Ya regresamos.- asentí.
Suspiré una vez más, soplando hacia mi frente, haciendo que mi cabello se levantara con el aire.
-Tienes que comer algo, ir a tu casa y dormir un poco. Cuando tu mamá esté bien y te va así, cansado y famélico, no le gustará.- negué sonriendo, sí, me siento cansado pero no quiero dormir, despertar y saber que ya no está.
-¿Puedes soltar mi mano?- aun me tiene bien aferrado. –No voy a regresar a la habitación.- susurré mirándolo.
-No.- dijo Taemin sonriendo.
-Me voy a quedar con ustedes.-
-No.- cerró sus ojos y levantó sus labios en un pucherito.
-Voy a desayunar.-
-No. Puedes hacerlo mejor.- incluso su voz se hizo más aguda.
-Iré a descansar a casa, me ducharé y dormiré, te lo prometo.- le sonreí cansado.
-Tal vez.- susurró riendo.
-¿Por favor?- susurré sonriendo, intentando convencerlo.
-¿Qué vas a hacer con tu mano?- ¿qué voy hacer con ella?
-Esto frustrado, tengo que tocar mi cara cabello para calmarme.- así me sentía menos tenso.
-Toma la mía.- Taemin se levantó de mi lado, se acercó aun más a mí dejando mi mano entrelazada en mi espalda. –Vamos, por tu cara en mi mano.- alcé una ceja extrañado pero negué.
-Me gusta que esté con la tuya.- susurré sonriendo, y aprovechando su cercanía para besarlo, sus labios sabía a café. –¿Bebiste café?- pregunté.
-¿Sabe a café?- preguntó sonriendo.
-Americano.- susurré recordando.
-Compré uno para mí, porque quería estar despierto contigo pero cuando lo probé casi vomito. Lo tiré y sólo me quedé con el caramelo para ti.- sonrió haciendo un pucherito, el que volví a besar.
-Hubiera sido mejor que me dieras los dos cafés.- para no tirar el otro.
-No lo pensé.- susurró besando mis labios. –Todo va a estar bien.- sentí que mi respiración se entrecortó. –Hyung dijo que eras un rey, los reyes también se cansan y sufren, ¡pero! También tienen gente que están con ellos. Nosotros somos tu corte real.- apuntó también a ese parcillo que tenían sus manso entrelazadas mientras esperaban la comida. –Pero yo soy la reina, ¿verdad?-
Suspiré sonriendo.
-No, creo que tú eres el rey.- susurré mirándolo.
-¿Y tú?- preguntó mirando mis labios. –¿Eres la reina?-
-Creo que también soy un rey.- susurré besándolo. –Le grité al Tío Andy.-
-¿Qué?- susurró dejando de besar para mirarme a los ojos.
-Le grité feo, las enfermeras tuvieron que ir a la habitación, dijeron que los dos no podíamos estar con mi mamá, así que Andy sólo se fue.- eso después de que le curaran el labio. –No sé qué hacer, no sé qué hice. No sé qué va a pasar.- ya no me convence la boda entre ellos dos.
Si es que en algún momento me convenció.
-Estabas asustado.- susurró Taemin. –Cuando tenemos miedo siempre hacemos tonterías.-
-Te amo.- susurré riendo apenado. –Lo sabes, ¿verdad?-
-Lo siento.- contestó Taemin asintiendo. –Siento que me amas.- rió acercando su cabeza a mi pecho. –Y lo escucho.- susurró riendo.
-Les trajimos emparedados, jugos, fruta, yogurt y fresas.- volteé a ver a Jonghyun. –No había uvas.-
End Pov’s Minho
Pov’s Key
-Iré al baño a lavar mis manos.- miré a Minho. –No tardaré.-
-Yo te acompaño.- dijo Taemin levantándose, noté que estaba entrelazando sus dedos con los de Minho. –Así me aseguro de que no escape, je, je.-
-Los estaremos esperando.- dijo Jonghyun, lo miré comiendo y sonreí.
Se siente bien estar a su lado.
-No tardaremos.- asentí al ver que Minho y Taemin se levantaban.
-Jong… hyun.- sonreí al decir su nombre y que él me mirara. –Tú y yo tenemos una charla pendiente.- lo miré y le sonreí.
-Lo sé.- contestó tomando de las fresas de Minho. –Aun estaba esperándote.- me sonrió. –Siempre lo hago.-