-No tiene nada que ver.- dije riendo, estiré mi mano para tomar una galleta del muestrario.
-Si eso no funciona, cada que lo veas recuerda que él también se sienta en el inodoro a pujar.- la carcajada que solté fue tan fuerte que todo el café guardó silencio.
-¡Lo siento, lo siento!- me disculpé con él, con todo el café y luego limpié una lagrimita de mis ojos.
-Creo que cada que lo vea, antes de babear pensaré en eso que dijiste.- susurré divertido.
-Si soy sincero, no creo que te hayas enamorado de él sino que eres ese tipo de persona que tiene desarrollada la inteligencia interpersonal y sabes apreciar y reconocer lo atractivo de otra.- de repente no era la voz de Jeongmin sino la de YoungMin la que escuché.
Sin embargo la Copia no estaba cerca.
-¿Tú crees?- pregunté levantándome porque me entregó la nueva taza de café.
-Yo creo.- además me dejó la nueva canastita de de galletas. –Y deberías de creerle a los baristas.- tomé la bandeja como me enseñó YoungMin y luego sonreí.
-Creeré en los baristas.- afirmé, luego me giré para caminar rumbo a esa mesa pero paré al ver que ya había otra persona con él. Abrí la puerta con cuidado para no tirar la taza de café, luego caminé hacia esa mesa.
-Su café.- anuncié para que hiciera espacio y poderle dejar el café, entonces noté el tétrico parecido del señor con Donghyun. ¡Es su papá! –Buenas tardes, bienvenido a CoffeFriend en donde una taza de café basta para cambiar su día.- saludé e hice una reverencia después de dejar la orden de Kris en la mesa.
-Buen día.- contestó el papá de Donghyun hyung. –Sólo una taza de agua natural fría.- asentí con fuerza, saqué mi libretita para marcar la casilla.
-En un momento regreso.- informé. Ahora sí me siento como mesero, hace dos minutos me sentía el sirviente de Kris pero ahora con otra persona sí me siento como mesero.
-¡Un vaso de agua fría para la mesa tres de afuera!- entré corriendo hacia la barra, ahora también estaba Hyunseong. –¡Rápido, es para los jefes!-
-¡Donghyun manda mensaje!- gritó KwangMin desde la cocina. –Viene corriendo, ¡llega en tres minutos!- salió con su celular en la mano, entrecerré los ojos porque también venía YoungMin pero acomodándose el uniforme.
Bien, no fue así, de hecho traía galletas en canastitas ya listas para vender.
Luego todo fue muy rápido, Donghyun llegó junto con Minwoo, me hicieron subir las escaleras entre empujones, me lanzaron contra los casilleros y comenzaron a desvestirme para que Minwoo se pusiera su uniforme.
Hasta ese momento no había notado que lo traía puesto, según yo era el de YoungMin. Entonces me entregaron los100 won y ambos, Donghyun y Minwoo bajaron a toda prisa. Me quedé en la playera blanca y los bóxer. Asimilé todo mientras me ponía mi ropa, luego bajé las escaleras.
El Café ya parecía como cuando vengo a alborotar, tomé una galleta más del muestrario y les avisé que tenía que irme. Ellos y con ellos me refiero a Jeongmin y Hyunseong, fueron los únicos que me agradecieron, el resto estaba muy ocupado con los jefes.
Luego me quejaré, ahora a ir por Jonghyun, saqué mi celular de la bolsa del pantalón para llamarle y sólo decirle que ya iba para allá, él contestó con un simple “gracias” casi corrí para llegar rápido a Buena Miel pero antes de entrar me detuve a unos metros para normalizar mi respiración, pero antes de siquiera suspirar bien escuché a Onew hyung.
Me pegué a la pared para que no me descubrieran y contuve la respiración.
-Está bien amigo, hiciste lo mejor para los dos.- ¿Onew hyung? –No te juzgaré porque seguro ya estás cansado y herido por eso, sólo si necesitas más ayuda llámame.- ¿va a salir? Me giré para mirar la hermosa pintura del local y ni respiré.
Onew hyung salió de la tienda, presioné los ojos, si no me muevo no me ve.
-Nos vemos Taemin.-
-¡Nos vemos hyung!- me giré para despedirme con la mano alzada, pero, se supone que no me veía. Arggg, bueno, ya pasó.
Me giré para entrar a Buena Miel, ahí estaba Jonghyun ya sin su uniforme, pero, su labio, ¡su rostro!
-¿Se peleó con Onew hyung?- Jonghyun sólo se rió luego salió de la tienda para bajar la cortina metálica.
-No.- susurró cerrando la tienda. –Chunji va a venir en una hora, él abrirá, ya le avisé.- asentí dejando que terminara de cerrar. –Vamos.- caminé a su lado.
-¿Qué ocurrió?- pregunté sin dejar de mirar su rostro golpeado.
-Es lo que te voy a contar.- suspiró. –Pero no aquí, vamos a… ¿te gustarían una fresas con crema?- me sonrió pero no puede evitar dejar de ver su labio roto.