-También dije que me daba miedo pensar que estabas creciendo.- me quité el mío también, pero además me giré sobre el asiento para tomar mi portafolio. –También tengo miedo.- Taemin me miró sorprendido. –Nosotros hablamos con mi mamá y al día siguiente la lastimaron, está en el hospital y eso me recuerda lo frágiles que todos somos. Naturalmente; tengo miedo.- me quedé sentado en mi asiento, con mi espalda recargada, mirando como el resto de los alumnos llegaban y entraban a la escuela.
-Yo…-
-Hablé con Key, él es torpe cuando se trata de afrontar la realidad, cuando su papá se fue sólo se escondía para llorar, ahora que ha crecido hace lo mismo pero diferente, je, je, es decir, ya no busca un rincón para ocultarse, ahora busca a un hombre, ya no llora, esta vez sale con todos ellos, los besa y se entrega. Sé que también está asustado porque él así no es.- asentí mirando como Jonghyun llegaba ¿en su bicicleta?
¿Desde cuándo Jonghyun sabe andar en una?
Pero me reí poquito cuando le puso una cadena y la ató al “estacionamiento de bicicletas”.
-Sé que estás asustado porque tú no eres así.- contesté viendo como Jonghyun entraba a la escuela. –¿Quedarte a cuidar a mi mamá? En todo el tiempo que estuvimos juntos con ella no te vi llorar, en su lugar actuabas como Onew o ChangMin.-
-Tengo miedo.- susurró, pero su voz era más tenue… más sincera. –De no ser la persona que mereces.-
-¿Cómo sabes lo que merezco?- pregunté.
-No lo sé.- se encogió de hombros. –Sólo sé que eres tan grande como la vida y yo tan pequeño como las migajas.-
-Deja de pensar en eso.- me giré para mirarlo y limpiar sus lágrimas. –Me voy a quedar a dar clases aquí.- le sonreí. –Vamos a hacerlo juntos, vamos a estar bien.- tomé su barbilla para acercarlo y darle el beso de buenos días.
-Minho…- susurró, dejando que su aliento entrara a mi boca.
Cerré mis labios entorno a los suyos, sintiendo lo suaves y pequeños que eran.
Sonreímos porque oímos el timbre para entrar.
-Vamos.- susurré. –No quiero que llegues tarde.-
Ambos salimos del auto, me dio las llaves y le puse la alarma. Tomé su mano y caminamos hacia la puerta de la escuela, Taemin entró mostrando su credencial, yo sólo saludé al prefecto.
-¿Viste?- susurró bajito.
-¿Qué cosa?- pregunté caminando por los pasillos.
-Me vio tomando tu mano pero no dijo nada.- susurró otra vez, pero lo escuché feliz, eso me hizo sonreír. –Será porque estoy contigo.-
Porque estás conmigo y porque si me voy a quedar a trabajar tendrán que haber algunas “excepciones”.
-Vamos a tu salón.- susurré.
-¿A qué hora tienes clases?- me preguntó girando en un pasillo.
-En quince minutos, se supone que los alumnos ya tienen que estar cambiándose en los vestidores.- porque hoy será una rutina de liberación, sólo para des estresarme por todo el asunto de mi mamá y Key.
-¿Te veré en el receso?- me miró, nos detuvimos en la puerta de su salón. Me acerqué a él, poniendo mi mano en su cadera y acorralándolo contra la pared.
-Te veo en el receso.- susurré cerca de si oído. –Estudia mucho, Muñeco.- besé su mejilla, el chasquido de mis labios llegó a mis oídos y me sentí cómodo. Pero también me dieron ganas de hacerlo con Taemin.
-Entrenador.- escuché al prefecto así que solté a Taemin y me giré para verlo, Minnie entró corriendo a su salón. –No abuse.-
-Usted tampoco.- contesté girándome para ir hacia las canchas.
End Pov’s Minho
Pov’s Key
-Americano, por favor.- contesté, mirando a la barista.
-¿Y qué vas a hacer?- escuché a Donghyun así que lo miré. –Vamos.- apuntó hacia una mesa vacía así que asentí, tomé mi bolso y caminé hacia ella. –Cupcake?- preguntó mirando hacia la barra en donde los exhibían.
Se me hizo raro porque Donghyun no abrió mi silla, Jonghyun, Minsoo, Sungmin, y mi compañero de ayer lo hicieron.
-Gracias, así estoy bien.- contesté sentándome frente a él.
-¿Ya tienes una solución?- preguntó mirándome, su cabello rosita es tan bonito, parece algodón de azúcar.
-Me encanta tu cabello.- contesté sonriendo.
-No intentes ligarme.- mi sonrisa se cayó.
-No.- contesté rápido. –No te estoy ligando.-
-Ajá.- contestó tomando el servilletero, comenzó a jugar con él. –¿Qué harás con tu vida amorosa? ¿O ya serás soltero?-
-Ayer hablé con él.- dije mirando el servilletero. –Él dijo que iba a aceptar mi decisión de ir o no ir a verlo al programa del domingo. Ahora yo viviré con su decisión.- con lo que él decida después de ver ese video.
-¿Y crees que eres lo suficientemente fuerte para tomar esa decisión y hacerla tuya?-