-Lo siento.- susurré retrocediendo. –¿Está Sungmin?- pregunté mirándolo y volteando a ver por encima de su hombro, en la ventanilla que deja ver hacia el interior de la cocina.
Vi a Sungmin asomarse. Entonces sonreí.
-No, no está, lo siento.-contestó el chico, alcé una ceja y lo miré sorprendido.
-Lo acabo de ver.- susurré apuntando levemente por encima de su hombro.
-Acaba de salir.- contestó sin inmutarse, eso me intimidó.
-Pero lo vi.- volví a apuntar hacia la ventanilla.
-Salió a ver a su abuela.- contestó, pero Sungmin había dicho que aquí sólo vivían sus padres y él, no más familiares.
-Estoy seguro que…- susurré notando como Sungmin se asomaba por la ventanilla. –No importa.- suspiré. –¿Le puedes decir algo de mi parte?- pregunté mirando al chico.
-No.-
-Espero que se recupere su abuela.- sonreí rendido luego me giré, suspiré y tallé mis ojos, también mi cabello. Caminé hacia la salida pero antes de hacerlo me detuve en la puerta, miré hacia la derecha de la misma, tenían un buzón de quejas.
Saqué de mi billetera y un billete de ella.
Tomé la lapicera que usé para firmar mi entrada en la escuela, me recargué contra el vidrio de la ventana para escribirle a Sungmin, al terminar sólo lo doblé y metí en la ranura de quejas.
Suspiré y tomé la perilla de la puerta para salir.
Pov’s Taemin
-Minho.- lo llamé, él se detuvo porque iba caminando dos pasos más adelante que yo. Desde que salimos de la escuela ha estado un poco raro, y para qué negar, yo tampoco ayudo no hablándole.
-¿Mm?- susurró.
-En los pasillos dicen cosas.- dije pasándolo porque debo de tener el control.
-¿Qué cosas?- noté que caminaba hacia mí. –¿No me das tu mano?- lo miré por encima de mi hombro.
-Las personas ven.- susurré cuando se puso a mi lado. –Y las personas usan su cerebro para hacer conclusiones.- dije mirándolo por el rabillo de mi ojo derecho.
-¿Qué?-
-Dicen que el profesor de Música anda con el Entrenador, y no creo que se refieran a Jonghyun y el otro entrenador.- dije.
-Oh, no hagas caso de lo que dicen los demás.- contestó caminando a mi lado. Pero no me miraba a los ojos, sólo hacia la calle.
-Es que no son “los demás”.- dije mirándolo, deteniéndome haciendo que él también lo hiciera. –Es YoungMin y KwangMin.- y cuando ellos dicen algo, es de tomarse en cuenta.
-¿Qué dicen? ¿Les crees más que a mí?-
-Sí.- contesté. La quijada de Minho cayó un poco pero no importa. –Ellos son mis amigos.-
-No pasó nada entre Key y yo.- dijo mirándome algo cansado, pero negué.
-Desde que te espiaba nunca se saludaban de beso, sólo era de mano cuando mucho, y ahora mágicamente llega y te besa la mejilla ¡y tú te dejas! ¡Lo disfrutas!- cuando Key entró a la sala de profesores y se encontró con Minho, le besó la mejilla y Minho cerró sus ojos riendo, ¡poniendo su mano en su cadera!
-Taemin aquí no.- susurró ¿regañándome? pero no.
-¿No te gusta que haga escenas? ¿Pero dejas que Key las haga en la escuela?-
-¡Baja la voz!- ¿me ordenó? Porque hasta me miró serio y molesto.
-Yo bajaré la voz cuando quiera.- dije mirándolo fijamente.
-No diré nada.- dijo comenzando a caminar, dejándome solo. –Andando.-
-Minho no.- dije caminando tras de él le tomé el hombro para girarlo pero él lo quitó, fruncí el entrecejo molesto. –¿Te besaste con él?-
-Key es mi amigo.- rodé los ojos molesto. –Hazle como quieras, pero él sólo es mi amigo.-
-¿Desde cuándo dejas que tus amigos te besen?- lo seguí porque se giró dándome la espalda. –¡Oh cierto! Nicky el Mago por ejemplo.-
-A ver Taemin.- se detuvo y se giró para mirarme. –No voy a discutir esto contigo en la calle.-
-¿Pero dejas que te bese en el pasillo? ¿Es porque ambos están en otro nivel? ¿O sólo porque Key es una…?- me encogí de hombros y temblé poquito cuando Minho se giró para mirarme.
-No hables así de él.- arrastró las palabras mirándome, afilé la mirada molesto.
-¿¡Cuándo fue que se besaron!? ¿En qué momento que no me di cuenta?-
-No te diste cuenta porque nunca pasó, porque son sólo conjeturas que haces en tu cabeza alimentadas por lo que miran los gemelos.- me miraba a los ojos, pero negué con cada una de sus palabras.
-Te equivocas.- dije mirándolo, acercándome a él hasta que quedamos cara a cara. –Los gemelos saben de qué hablan.-
-Yo lo sé y Key también, no ocurrió nada. Está en un momento frágil y no vi mal saludarlo de beso.- se encogió de hombros, restándole importancia, tuve que morder mi lengua para no gritarle.
-Da lo mismo, la escuela dice que ustedes dos andan, están hablando de mí también.-
-Qué la gente diga lo que quiera.- contestó girándose para comenzar a caminar. –No les hagas caso.-