-Quiero contigo un poco más.-
-¿Qué?-
-No existe en el espacio algo que me guste tanto como tú.- hiperventilé, mis rodillas me fallaron y caí al suelo. –Pero éramos tan frágiles.- sentí sus manos en mis mejillas, haciendo que levantara mi rostro. –Y qué difícil es separarse cuando todo esto encaja.-
-Jong… hyung.- cerré mis ojos lentamente, sintiendo como sus labios tocaban los míos.
-Por fin comenzaba a superarte.- susurró sobre mis labios así que abrí mis ojos lentamente, mirando sus pupilas dilatas. –Por fin comenzaba a aceptar que nunca serías mío, que tenías otra pareja, pero me sonreíste y estropeaste todo.-
-Yo.- miré a Jonghyun, mi mirada no pudo evitar bajar a sus labios. –No quiero lastimarte más.- terminé bajando mi rostro. –Ya te hice mucho daño, no soportaría seguir hiriéndote.- susurré sorbiendo de mi nariz. –Cambié Jonghyun, soy tóxico para ti, lo viste hace minutos.-
-Lo que es gracioso, porque toda mi vida he estado contigo y sólo me lastimaste cuando no lo estuve más.- Jonghyun se levantó del suelo y me ayudó a hacerlo, noté que sus manos aun estaban esposadas así que me apresuré a ir por la llave, le pedí que me prestara sus manos y lo des esposé. –Gracias.-
-¿Por qué eres así conmigo?- pregunté dejando la llave en la mesa de centro.
-¿Así cómo?- preguntó sobando sus muñecas, pero ambos entramos a la sala de estar.
-Así.- contesté. –Diciendo que todo está bien cuando sabemos que en realidad cometí un millón de idioteces, tú sólo una.-
-Una vez dijimos que nos perdonaríamos ese mal episodio, y seguiríamos adelante como si nada hubiera pasado, ¿lo recuerdas?- intenté recordar y creo que sí.
-¿En el festival?- pregunté.
-Sí.- contestó suspirando. –Jinki dijo que todo tiene un límite, incluso el perdón, pero yo no creo eso.-
-Estarías dispuesto a seguir conmigo, ¿después de todo?- lo miré, sentí que mis manos estaban temblando así que intenté esconderlas.
-Sí.- contestó mirándome. –¿Tú estás dispuesto a seguir conmigo después de todo?-
Presioné mis manos bajos mis muslos, aferrándome al sofá.
-Tengo miedo.- susurré mirándolo a los ojos. –Miedo a que te arrepientas y me quede solo.-
-No, no, no.- negó acercándose a mí. –No pienses en eso.-
-Pero…- afiné mi garganta. –Te vas a mudar a Japón.-
-¿Qué? Oh, no, sólo era para ejercer presión.- sentí que todo el aire se me iba, tonto, pero me alegro de que no sea verdad. –En realidad al Sr. Andy le han estado llegando propuestas para comprar Crazy, pero como yo no he cedido los derechos para que él la use como Symptoms tiene que venir conmigo.-
-Hagámoslo.- susurré sonriendo pero sin mirarlo. –También quiero un poco más contigo, ¡pero!- lo detuve porque me iba a abrazar.
End Pov’s Key
En casa de los gemelos Jo…
Pov’s YoungMin
-¿O tú qué crees?- escuché a KwangMin pero leí una vez más el mensaje que LE me había mandado.
“Aun me gustas mucho”.
Mordí mi labio nervioso, me erguí en la silla y puse mis manos sobre el teclado, escuché el sonido de las teclas y terminé presionando la tecla “enter” luego el chat me avisó que ya lo había leído.
“A mí también.”
-¿YoungMin?- cerré mi sesión en SplashFace y luego cerré mi laptop para mirar a KwangMin.
-Sí.- contesté suspirando. –Creo que es lo mejor.-
End Pov’s YoungMin
En un local de comida...
-CAP.- escuchó a DamBi. –Deja ese celular ya.- se supone que si la había invitado a comer tendría que ser entre los dos, no entre ellos y el celular.
-Si estás más cómoda, toma.- Minsoo estiró su mano por encima de la mesa para darle su celular a DamBi. -Contéstales tú.- pidió sonriendo, no estaba molesto por esas exigencias, tenían un punto lógico.
-¿Cuál es tu contraseña?- preguntó DamBi notando la pantalla bloqueada.
Llegó la mesera que les iba a tomar su orden.
-Lo mismo de siempre.- contestó Minsoo mirando a la mesera. –Sólo que si el café puede ser con leche, sería mejor.- sonrió cerrando su carta.
-En un momento.- le contestaron.
-Tu contraseña.- susurró DamBi mirándolo, lo de revisar su celular era en serio.