-Key sólo.- no hables con Sunny. –Disfruta de la comida.- y no le hagas caso a lo que pueda decir ella.
-Eso haré. Tú disfruta de tu trabajo.-
End Pov’s Jonghyun
Pov’s Key
-¡Keyyyyy!- me tapé el oído libre por ese grito, me empiezo a sentir abrumado. Miré por encima de mi hombro.
-¿Sungmin?- lo reconocería en donde sea por ese color de cabello.
-Hace mucho que no te veía, te extrañé.- entre los pasos que daba hacia mi mesa escuchaba a Jonghyun que seguía diciendo cosas por el celular.
-Me siento abrumado, tengo que finalizar.- avisé para en efecto terminar la llamada.
-Hace mucho que no vas por donas, ¿ya no te gustaron?- llegó a mi mesa y me levanté de la silla para saludarlo.
-Se me terminaron los cupones.- dije encogiéndome de hombros y riendo. –Él es Sungmin.- lo presenté con las chicas, parece que Sunny comerá con nosotros porque ya se sentó a un lado de Sooyoung. No es que me incomode 100% pero eso no la salva de lo que intentó hacer con Jonghyun por la disquera y que yo, como su pareja, esté presente.
-Un gusto.- dijo Sungmin y tomó asiento en nuestra mesa. Bueno, así me sentiré menos solo y un poco más fuerte.
-Los chicos me dijeron que lo tuyo era interés en las donas, no creí que fuera cierto.-
End Pov’s Key
Más tarde, cerca de las 9pm…
Pov’s Minho
Cambié la hoja del libro para seguir leyendo, Taemin dijo que no pasara por él porque tenía algo más que hacer, luego dijo que llegaría a mi casa para cenar juntos. Si quiere dormir aquí ya acomodé el cuarto de huéspedes y cambié mis sabanas por unas más calientes y suaves.
Aunque no es como que lo vaya a mandar a dormir solo, es más la rutina.
Bostecé tan largo y profundo que me di el lujo de no cubrir mi boca y emitir el “ahhhh” fue tan relajante que me gustaría volver a hacerlo.
Antes de volver a soltar otro bostezo así, la perilla de mi puerta principal se movió y luego entró Taemin.
-Ya llegué.- me sonrió.
-Bienvenido.- contesté aguatándome el bostezo. –¿Cómo te fue en el trabajo?- me levanté de la silla para ir a su lado y darle un beso en la mejilla.
-Bien, sólo estuve ateniendo al mismo cliente hasta que llegó Donghyun hyung. Ya me pagó.- me mostró un billete sonriendo. –Lo guardaré en Los Ahorros Para Nuestra Luna de Miel.- lo conduje hacia el comedor en donde abrí una silla para que sentara.
-Pero mi mamá dijo que ella pagaría.- reí un poco mientras iba a mi frigorífico para sacar una banana milk.
-Te ves un poco roto.- le di el frasquito, y como estaba sentado me pudo ver el perfil.
-Tuve una fricción con Jonghyun.- reí para girarme a prisa.
-Está bien que sean los “hombres” y todo pero no deberían de golpearse así.- lo hubiera tomado en serio pero le estaba clavando la pajilla al frasquito que cualquier cosa que diga se perderá en su adorabilidad.
-No te preocupes, estoy bien.- sonreí para sentarme frente a él y cerrar el libro.
-Pero Jonghyun hyung no.- dejó el frasquito en la mesa. –Vengo de hablar con él.-
-Conseguí la película de la Princesa Unicornio.- cambié el tema.
-¡Woo! ¿Enserio?- si fuera un anime, tendría una gotita cayendo por mi nuca.
-Sí, ya la puse en el DVD sólo prendemos la tele y le damos play.-
-¡Entonces vamos!- se levantó de la silla, fue cuando me di cuenta de que tenía una bolsa de papel con él.
-¿Qué llevas ahí?- ambos entramos a mi sala de estar.
-Compré galletas en CoffeFriend.- me dio la bolsita. –Sería bueno comerlas mientras vemos la peli.- creo que inicialmente ese era su macabro plan.
-Está bien.- contesté.
Está haciendo mucho calor o de menos así siento mi casa que no quise sentarme en el sofá, sino en el suelo, Taemin no tardó en seguirme, sólo que se colocó entre mis piernas, así él se recargó en mi pecho y yo en el sofá.
Sentía la fragancia de su champú combinada con su sudor. Cuando la Princesa Cola de Caballo estaba dando un discurso sobre la amistad, besé la nuca de Taemin, él sólo rió.
Deslicé mi nariz por sus cabellos para que desprendiera más de la fragancia y volví a besarle.
-Minho~- mis manos dejaron de estar abrazándolo a la altura de su pecho para bajarla a su cintura, de ahí las deslicé un poco más hasta llegar a su entrepierna.
-¿Mm?- susurré sin dejar de besarle.
-Soy un niño mirando los Lunacornios.- susurró riendo pero suspiró cuando desabroché su cinturón y el botón del pantalón.
-Entonces no pierdas detalles de la peli.- dije y hasta yo me sorprendí de lo autoritario que sonaba.