-¡No te dije eso!- gritó riendo. –Hay que comprar algo y lo completamos con tu lechuga.-
Suspiré y lo miré sonriendo.
-La lechuga está bien, se puede ir por el triturador o se la daré a Minho, encarguemos algo para cenar. A ti ¿cómo te fue en este tiempo que no estuve aquí?- tomé dos vasos para llevarlos a la mesa. –¿Puedes ir a la tienda? Sólo hay agua natural.- le sonreí y él asintió.
-En un momento regreso.- me sonrió. –¿Quieres soda? ¿de qué sabor?- se detuvo en la puerta para mirarme. –Me alegro de que estés de regreso.-
-Sé que me extrañabas.- y le mandé un beso bien tronado al aire.
-Mucho no es suficiente.- lo tomó en el aire y se lo puso en la mejilla, lo miré a mal por eso. –Los del aire a la mejilla, los de tus labios a los míos.-
-Rwar.-intenté ronronear.
-Ya regreso.- salió de mi casa.
Me giré para sacar mi celular y mandarle un mensaje a Minho en dónde le decía que ya había regresado de mis mini vacaciones en Jeju. Tras la ultima puesta en escena de la obra que dirigí y protagonicé, mi mamá me regaló cinco días en Jeju, para mí el regalo no fue Jeju sino estar con ella.
A Jonghyun le pareció “buena” la idea, al inicio no quería dejarme ir en el sentido “¿qué voy a hacer sin ti?” no en el de “no te vayas, quién sabe qué harás solo” además, según el psicólogo esta oportunidad sería perfecta para “re enamorarse” un poco más.
Eso se lo tengo que contar a Minho, ¡claro que sí! Después de todo tendrá que ponerse una falda de hula, la parte de arriba de un bikini y una sirena en al cabeza porque sí fui con un psicólogo.
Después de la catastrófica parrillada en la casa de L. Joe las cosas con Jonghyun se fueron en caída libre, lo admito, pero que apareciera mi papá nos hizo bastante bien porque nos enfriamos súbitamente, Jonghyun salió de mi casa y mi papá fue conmigo.
Aunque en ese momento tenía fijo que lo mejor sería terminar con él.
Me dijo que tomara una ducha con agua fría y luego durmiera, cuando despertara tendría la solución a mi problema. ¡No sabía lo eficaz que era eso! la ducha fría me sirvió para dejar de llorar, tenía bastante tiempo que no lo hacía con esa intensidad que al salir y me tiré a la cama me quedé profundamente dormido.
No me gusta creer en las señales porque me despertaron y ahí estaba Minho.
Me dijo “Ve con un psicólogo, él te ayudará y si vas no sólo exponle lo que ocurrió con Jonghyun, sino también lo que pasó con tu papá y tu problema con la alimentación. Si lo haces, me pongo una falda de hula, la parte de arriba de un bikini y una sirena en la cabeza”.
Era salvar el matrimonio con Jonghyun, tener una relación basada no sólo en lo económico con mi papá y ya salir del hoyo que me aventó Yuri. Y además claro, ver a Minho haciendo el tonto.
Así que ese día me fui al psicólogo. Él me recomendó “volver a enamorarlo” no hablar acerca del problema si él no lo hace e intentar reconstruir mi relación otra vez. Eso hice ¡y él lo captó de maravilla!
Porque de nuevo me daba sus apapachos al corazón que intenté regresarlos ya no sólo polvo de estrella. El asunto de Sungmin quedó en el olvido cuando se me acabaron los cupones, aunque me fascinan sus donas no quiero volver a tener esa fricción así que es mejor dejar las donas por la paz.
Aunque, no sé, hace unos días, antes de que me fuera a Jeju que él se había estado comportando raro. Jonghyun claro, como que le entra más la paranoia porque cuando salimos a cenar o lo llevo al trabajo se la pasa mirando a todos lados que me incomoda pero no le he podido preguntar por qué.
Porque realmente no sé si quiero saber.
-Compré de lima.- miré hacia la puerta en dónde Jonghyun entraba con el refresco. –Camino a la tienda encargué pizza a domicilio, espero que no te moleste.- caminó hacia mi mesa en donde dejó el refresco.
-No, nada de eso.- negué riendo.
-Me estabas diciendo lo bien que te la pasaste en Jeju.- tomó el refresco para abrirlo y servir en ambos vasos. –De las conchitas que no juntaste.-
-Preferí estar con mi mamá en la oficina que en la playa.- tomé el vaso que me tendió y sólo miré mi reflejo en él.
-Me gusta tu cabello.- alcé la mirada para ver a Jonggie.
-¿Lo crees?- me miré en el vidrio de la ventana que está tras de él, mi cabello ahora es oscuro y un poco largo, los laterales están más cortos casi rapados pero se compensan con el resto del cabello.
-Me gusta que descubras tu frente.- lo miré porque no dejaba de verme sonriendo.