-Oh… ya lo supiste.- susurró bajando la mirada pero sonriendo, pinche perra.
-Y como descubrí tu nuevo pasamiento pensé que sería más cómodo para los dos que yo no esté a la mitad.- me levanté de la silla. –Aunque no creas, estoy sorprendido por ti.- la miré pues seguía mirándome.
-Key, déjame explicarte cómo pasó.-
-Qué ovarios los tuyos para hacer algo así.- tomé el café para beber de él una última vez. –Ya que te gusta usar mis cosas, puedes quedártelo.- le di la taza de café.
Caminé hacia la puerta para salir, pero su mano en mi hombro me detuvo e incluso permití que me girara.
-Key, tienes que saber qué…-
-¿Qué?- la miré, pero ella desvió su mirada. –¿Que no te gusta el café y prefieres las croquetas? ¿Perra?- a los tres segundos de no hacer nada más que bajar la mirada, decidí que ya había perdido mucho tiempo así que me giré para salir del café.
Camino al auto no pude disimular la sonrisa, abrí la puerta y entré.
-Eres el puto Amo, Kibum.- susurré sonriendo.
End Flash Back
-Eres un…- miré a ChangMin sonriendo y asintiendo. –Por eso no me meto contigo.-
-Lo sé, pero me encantó hacerlo, siento que si no lo hacía iba a explotar o algo.-
-Bueno.- dijo Minho apagando la podadora. –No me sorprende.- sonreí por eso. –¡A quién engaño! ¡Pinche Key! ¿Cómo se te ocurre ir a decirle todo eso?-
Suspiré orgulloso y feliz.
-Minho.- lo llamé. –He hecho otro tipo de cosas.- como cuando fui a golpear a JongIn por haber manipulado a Taemin para que estuviera con Niel.
-Sí, lo sé, lo sé, pero… creí que, que no harías eso.- negué riendo para sentarme en la banqueta de la puerta de la casa.
-Sólo corta el pasto.- dije.
ChangMin se encogió de hombros sonriendo, Minho negó riendo pero ambos siguieron trabajando.
-Tienes que presentarme a ese Sungmin.- miré a Minho. –Ya sabes, quiero conocerlo.-
-Mañana te lo presento.- dije. –También te presentaré a Sandeul.- tengo que llamarle para confirmarle que sí iré a la obra con él.
-¿No has pensado que hablar con Jonghyun?- preguntó ChangMin, lo miré porque había dejado de cortar césped. –Para que arreglen todo.-
-No.- contesté. –Si algo aprendí de Minho es que tengo que vivir mi duelo, ahora no quiero verlo, estoy enojado con él, o con quien se convirtió, que si lo veo no sé qué cosas le gritaré.- tampoco quiero escuchar sus gritos.
-¿Pero sí lo has pensado?-
-No.- contesté.
Una niña venía caminando hacia la puerta así que me levanté, ella traía uniforme escolar rojo y blanco, con su cabello largo, con las puntas amarillas. Esas chicas de hoy en día y sus look californianos mal hechos.
-¿Quienes son ustedes?- preguntó mirándonos. –¿Y qué hacen en mi casa?- apuntó a su jardín, Minho sonrió apenado y ChangMin se soltó a reír.
-Somos el Impero de Cortadores de Césped KeyHo.- le contesté levantado mi mano para estrecharla. –Y un amigo.- cabeceé en dirección de ChangMin.
-Soy sólo la estudiante Seulgi.- dijo sonriendo. –Están cortando el pasto.- asintió mirándolos. –Qué guapos.-
Creo que todos sonreímos.
-Por treinta más él se quita la playera.- apunté a Minho.
-¿Treinta?- preguntó Seulgi mirándolo.
-Por sesenta se la quita él.- cabeceé en dirección a ChangMin.
-Mmm…- los miró alternativamente. –¿Y por cuántos te la quietas tú?- me miró sonriendo. Terminé riendo apenado.
-No.- contesté riendo aun. –Soy una papa casada.- negué levemente con mis manos.
-Yo también soy una papa casada.- dijo Minho.
-Tú no está casado.- contradije mirándolos divertido.
-Bueno, no, pero no me voy a quitar la playera.-
-Seulgi.- llamó ChangMin. –Si tu mamá tiene una escoba o algo para recoger el pasto cortado, nuestro trabajo terminó.- se levantó del suelo sacudiéndose las rodillas.
-Le voy a hablar.- me hice a un lado para que entrara a su casa.
-¿Cómo que quitarme la playera?- Minho venía para acá con todo y podadora.
-¿Exageré?-
-No~- sonreí porque extrañaba su sarcasmo.