-Me saludas a tu madre.- dijo el comandante dentro de su patrulla.
-¡Hey!- se quejó Taemin, riéndose pero medio serio.
-No, no de ese sentido, sino que mándale mis saludos. En la base ya nos acoplamos a la falta de elementos pero aun así, les extrañamos mucho.- como tenía las llaves, fui hacia mi auto para apagar la alarma. Abrí la puerta del piloto para poder entrar.
-Yo lo sé, comandante, yo lo sé.- susurró Taemin. –¡Gracias de nuevo! Y cuidase mucho.- luego de que la patrulla se fuera me quedé con Taemin, sólo que me mandó de copiloto porque él quería conducir. Está bien, no le negué ese placer así que me cambié de lugar.
-¿A dónde vamos?- pregunté mirándolo.
-Ya verás.- susurró encendiendo el motor. ¿Qué hora es?- saqué mi celular para mirar, temprano aun.
-Las nueve con veinte minutos.- su mamá me dio permiso de quedarme con él, así que podemos llegar en una hora más a mi casa para dormir y estar listos a las clases de mañana. –¿A dónde quieres ir?-
-Hay un karaoke que quiero ir desde hace mucho.- asentí mirando por mi ventana, el cielo ya no tiene estrellas, seguro lloverá.
-Creo que va a llover.- susurré.
-Tenemos un auto.- contestó. -No nos mojaremos.- me sonrió y terminé apoyando su idea, noté que maneja más fluido que Key, y eso que me encanta como conduce él. Supongo que eso de tener a un padre experto en el manejo de un automóvil tenía sus ventajas.
Aun recuerdo cuando no quería conducir sin copiloto.
-Llegamos.- se estacionó tan bien que ni lo sentí. Me quité el cinturón de seguridad para salir del auto, al hacerlo él me lanzó las llaves y sonrió cuando las atrapé.
-Me encantas.- dije poniéndole la alarma.
-Lo sé.- rodeó el auto para ir a mi lado, tomó mi mano y así entramos al lugar. Escuché alguna canción, pero no entiendo lo que dice, caminamos hacia la barra principal en donde había un barman.
-Buenas noches.- nos saludó.
-Buenas noches.- saludamos haciendo una reverencia.
-¿Van a entrar a alguna sala?- nos miró, yo miré a Taemin porque fue su idea.
-No.- contestó sonriendo. –Una soda de lima para mí, y un vaso de agua para él.- me apuntó.
-En un momento.- se giró para buscar alguna botella para la bebida de Taemin, yo sólo me senté en las sillas altas de la barra. Quien sea que esté cantando, tiene una buena voz.
-¿Querías venir aquí?- le pregunté mirando el resto del lugar, tiene las paredes de color azul marino y las mesas que ahora están vacías son de color negro brillante.
Volteé por encima de mi hombro y noté que había un escenario, pero nadie lo está usando, ¿seremos los únicos? ¿O ya estaban por cerrar?
-Es un karaoke muy exclusivo.- susurró como leyendo mi mente. –No muchos viene aquí, es nuevo, lo abrieron hace unos días.- asentí regresando a ver al barman. –Se llena más en las tardes, en las noches suele estar medio vacío porque todos se van a beber alcohol y a bailar a otro lado.-
-Taemin.- susurré regañándolo, que no lo diga frente al dueño o empelado.
-Está bien.- dijo el barman caminando hacia la barra, deslizando el vaso de Taemin sobre ella, por un momento creí que no lo atraparía pero sólo puso su mano para recibirlo, esta llegó. –En las tardes suele haber mucha gente, pero como no vendemos alcohol los clientes se marchan.-
También me dio mi vaso de agua sólo que tenía hielitos. Para lo friolento que soy.
-Oiga, don.- le llamó Taemin. –¿Usted sabe de bebidas alcohólicas?- tan sólo tomar mi vaso me dieron escalofríos.
-Sí, sé sobre esas bebidas.- contestó caminando hacia nosotros, limpiando un vaso de cristal con una toalla tinta. Me gusta este lugar.
-Me recomendaron tomar absenta, ¿usted qué dice? ¿Fue una buena recomendación o está mal?- ¿absenta? No había escuchado hablar de ella.
-Como barman es bueno que la consumas, porque es una bebida cara y dejarás buenas ganancias.- ha de ser de esas exclusivas por eso el precio. –Pero como padre, no dejaría que mi hijo tomara esa bebida.- entonces ya no es tan exclusiva, algo hay de malo con ella.
-¿Por qué?- preguntó Taemin mirándolo, pero bebiendo de su vaso de soda.
-Uh~ i can hear your voice~-
Taemin levantó la mirada y noté que le puso atención a la canción que está sonando.
-Disculpen, hay alguien en la sala 4 que me está llamando.- dijo el barman para salir de la barra e irse por un pasillo.
Miré a Taemin esperando algo, no sé, lo que sea. Pero sólo suspiró y me volteó a ver. Sentí algo en mi corazón. Se levantó de la silla y tomó mi mano fría, porque había sostenido el vaso con agua, me llevó lejos de la barra, me abrazó, pero era un abrazo diferente y comenzó a moverse lento de derecha a izquierda.
Está bailando. O intentando hacerlo.
Comencé a moverme lento con él, mis manos las puse en su cadera y sentí que se acurrucó contra mi hombro, sentía su respiración fría en mi piel, pero segundos después pasó a ser un aliento caliente, seguramente está respirando por la boca.
Recordé lo que dijo hace unos minutos, lo de deshelarse también por mí y presioné su cuerpo contra el mío.
-Te amo.- susurré.
-Y yo a ti.- susurró.
Seguíamos marcando un compás lento, no como en otras ocasiones cuando me hace bailar con él, me sentí, como esas películas cuando todo alrededor de los protagonistas desaparece y sólo quedan ellos dos, en un fondo oscuro, bailando lento y demostrando lo mucho que se necesitaban, que se anhelaban todo el tiempo y el amor que se tienen uno por el otro.
Así es justo como me siento hoy.
Ahora.
-Me gustas mucho.- susurró casi riendo, pero era esa risa nerviosa que me gusta tanto de él. –Necesitaba recordar todo esto, todo lo que significas para mí. Eres muy importante para mí, ¿lo sabías?- preguntó aun susurrando, sin dejar de moverse en ese lento compás. –Dime que lo sabes o si no te golpearé.-
-También me gustas.- susurré riendo igual que él. –Me gusta cuando te pones así, cuando dices cosas tiernas y luego me amenazas con un golpe. Me gusta mucho cuando te entregas como una persona tierna, pero me encanta cuando te pones todo rudo.- sentí que se rió, se separó un poco de mí para mirarme a los ojos. –Malote.- susurré sonriendo.
-Sólo para ti.- sonrió. –Sólo por ti.- sonreí, dejé de tomar sus caderas para ir a sus mejillas, lo acerqué lento a mis labios y al sentirlo cerca los abrí.
Sentí los suyos, delgados y tibios.
Comencé a besarlo lento, el sabor de su saliva era como el de la soda que había pedido antes, sentí igual su pequeña y húmeda lengua que quería hacerse presente, pero no deseo algo pasional, así que me separé de él.
-Lo siento.- susurró sonriendo pero mirándome, noté la sonrisa que hacían sus ojos también, incluso si sus pupilas estuvieran dilatadas siguen brillando de una manera muy hermosa.*
-No hay cuidado.- susurré para volver a acercarme a él, pero esta vez no le besé en los labios, sino la mejilla.