Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sleeping Beauty por Angeline Victoria Schmid

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Recuerdo perfectamente lo que dije en la respuesta a un review. Dije que este capítulo sería publicado como tarde por las vacaciones de Navidad. Podría daros una excusa sobre porqué no lo hice entonces, pero es bastante patética y además me arrepiento de no haberlo publicado. Estas vacaciones de Navidad son las primeras vacaciones de Navidad DE VERDAD que he tenido en años, porque han sido las primeras en las que no he tenido que estudiar (antes de entrar en la universidad hacía las recuperaciones después de Navidad, y ahora vamos por trimestres pero recuperamos en julio). Lo que no esperaba era estar tan atareada durante el 2o trimestre, creía que sería como en el 1o. Y me equivoqué. Si leéis también El Fantasma de White City, os habréis dado cuenta de que aunque lo actualicé antes, ya hace dos meses que no lo hago. En el caso de este fic, el capítulo llevaba meses empezado, pero lo cierto es que el próximo capítulo de FWC no tiene ni una palabra escrita, sólo una vaga idea en mi mente.


Puedo decir, además, que el próximo capítulo ya está empezado (de echo al principio iba a ponerlo en este, pero finalmente he decidido cortar).


Y... Basta de notas, os dejo con el capítulo, espero que os guste.

Los días pasaban y el joven príncipe pelirrojo había ido varias veces al bosque con la esperanza de encontrarse a ese chico moreno que un día había visto por casualidad. No por nada en especial, por supuesto, simplemente quería alejarse de palacio y del aburrimiento que lo rodeaba. Pero no volvió a verlo. Era como si el chico sin nombre hubiera desaparecido, esfumándose sin dejar rastro. Había ido al río, y lo había recorrido sin cesar durante horas, desde el nacimiento hasta la desembocadura, pero no lo volvió a ver. Se le hacía extraño ir al mismo sitio todos los días, pero lo que realmente le sorprendía era la sensación de decepción que sentía todas las noches, cuando se daba cuenta de que un día más anochecía sin que el menor le hubiera revelado su nombre. Y cuando se daba cuenta de que el sentimiento que lo llenaba por dentro era la decepción, este rápidamente desaparecía para ser sustituido por la vergüenza. ¿Por qué daba vueltas ahí y allá para volver a ver a ese chico? Debía reconocer que era alguien misterioso, usando una triste rama como arma y negándose a decirle su nombre.


Pero él era Eustass Kid, impulsivo y tozudo, y siempre conseguía lo que quería. Encontraría a ese joven y conseguiría que le dijera su nombre, costara lo que costara.


- Y después… -Dijo para si mismo, su polla endureciéndose mientras pensaba en las cosas que le apetecía hacerle y que le hiciera.


Masturbarse pensando en una persona de la que no sabe el nombre no es tan difícil como puede parecer, el pelirrojo tenía la imaginación suficiente como para poder obviar ese detalle. Aunque él mismo era virgen, la idea de que el moreno también lo fuera (porque suponía que era demasiado joven como para tener experiencia) le encendía sobremanera, y el mero hecho de pensar que sería el primero en verlo gemir cuando se la metiera por el culo hacía que su miembro doliera si sus dedos no empezaban a recorrer toda su extensión rápidamente. Le gustaba imaginarlo moviendo las caderas torpemente sobre él o, ¿por qué no?, chupándosela hasta correrse en su boca.


***


Hecho una bola dentro de la cama y tapado con las mantas, estaba Law, que se había negado a salir de allí en días. Sus tías no entendían qué le pasaba, porque además decía que no quería hablar sobre ello. Se limitaba a quedarse allí, quieto y en silencio, moviéndose muy de vez en cuando únicamente para cambiar de postura. Sólo salía de la cama para ir al baño, y no aceptaba ningún tipo de comida. Decía que quería estar sólo con sus pensamientos.


Tenía muchas preguntas rondándole por la cabeza, pero al final, decidió que quizás, sólo quizás, le vendría bien un poco de aire. Cogió un poco de pan y salió al bosque a pasear.


Era curioso que, conociendo tan pocas personas, en su sueño hubiera aparecido una persona que sólo había visto una vez. ¿Era por qué tenía los cabellos como el fuego? ¿O quizás era por qué parecía ser alguien importante?


Sólo lo había visto una vez, pero… Le había parecido que era alguien en quien se podía confiar.


Caminaba en silencio, tirando migajas de pan a un par de conejitos que habían ido siguiéndolo, probablemente atraídos por el olor del pan recién horneado.


Se sentó sobre una raíz y se entretuvo alimentando los animalillos, distrayéndose de sus pensamientos. De pronto, recordó lo que le había pasado a su rama y se levantó para poder arrancar una nueva. Cual fue su sorpresa cuando, antes de oír el crujido de la rama al separarse del árbol, unos brazos lo envolvieron con fuerza desde atrás. Intentó girarse rápidamente, pero no pudo girar más que la cabeza para encontrarse con esos ojos ámbares que lo miraban fijamente. Se quedó tan atónito que su cuerpo, en lugar de tensarse, se relajó.


La risa del pelirrojo resonó por el bosque acompañada del suave eco que les llegaba, haciéndolo algo más siniestro. Las hojas se mecían en los árboles por el viento, y el frío del invierno terminaba de convertir el solitario y oscuro bosque en un paraje de lo más tenebroso.


Las manos temblorosas de Law reaccionaron antes que su mente, moviéndose hasta las del ambarino para apartarlas de su cuerpo con una extraña suavidad. ¿Era ese el efecto que el sueño había tenido sobre si mismo? Él no solía ser alguien agradable, no entendía qué era lo que le estaba pasando. Además, sólo le había visto una vez.


Cuando hubo separado esas manos, empezó a caminar en silencio, y se sorprendió cuando lo único que lo acompañó fueron los sonidos propios del bosque. Se sintió aún más extraño al descubrir que eso le molestaba lo suficiente como para hacer que se girara para mirar al noble que había dejado atrás.


- Es mi cumpleaños. – Dijo el mayor de repente.


- ¿Y qué? – Se le escapó al moreno, sin pensar en las consecuencias que esa forma de replicar pudieran acarrear.


- Quiero un regalo. – Respondió tranquilamente el pelirrojo.


- Pues cómpralo, estoy seguro de que puedes. – Espetó, volviendo a mirar hacia delante y recuperando la marcha de nuevo.


- Podrías decirme tu nombre. – El noble lo sorprendió cogiéndole la mano y acariciándosela suavemente.


- Tú primero. – Dijo el moreno apartando la mirada, ligeramente sonrojado por ese pequeño contacto -. Entonces quizás te diga el mío.


- Me llamo Kid, Eustass Kid. – Respondió el ambarino a pesar de que nadie le había preguntado.


- Muy bien Eustass-ya, puedes soltarme la mano para que pueda seguir mi camino.


- ¿Eustass-ya? – Preguntó, pero retiró la mano.


El ojigrís no se movió, pero tampoco le respondió. Ahora ya no tendría que referirse a él como el chico del cabello de fuego.


- Ahora tú nombre. – Le exigió. Después de todo, había aceptado dárselo, ¿verdad?


- He dicho que me dijeras tu nombre primero, no que fuera a darte el mío inmediatamente después. Y ahora, si me disculpas… -El menor se giró para acercarse al árbol más cercano y aferrarse a una rama que le parecía adecuada, pretendiendo arrancarla.


- ¿De verdad pretendes usar eso? –La risa burlona del pelirrojo le llenó los oidos -. Con eso no podrías cazar ni un conejo…


El moreno se quedó estático, mirándolo, pero con un rápido movimiento terminó de arrancar la rama y lanzarse a pinchar el estómago del mayor. El ambarino, pero, era más rápido. Quizás Law podría llegar a superarle con práctica, pero por el momento estaba lejos de conseguirlo. Algo normal, teniendo en cuenta que estaba entrenando con la rama de un árbol.


- ¿Sabes? Yo podría enseñarte… -Había intentando disimular, pero aun así el tono de voz le salió seductor, como si quisiera coquetear con él.


- No veo como –Respondió el ojigrís. En realidad sabía perfectamente que el mayor era más hábil que él y que no le costaría nada entrenarle, pero que él supiera nadie hacía nada gratis. Y le convenía alejarle de él.


- Pues para empezar tu postura es malísima –El príncipe se colocó tras él, pegándose un poco al cuerpo del otro para que pudiera copiar su posición y le cogió una mano con suavidad para que flexionara el brazo en su justa medida.


Su cuerpo queda totalmente relajado, adaptándose al cuerpo del noble, pero su mente pensando en las ventajas y desventajas de cualquier decisión. ¿Le convenía alejarlo de él? Sí. ¿Le convenía que le ayudara a entrenar siendo alguien con mucha más experiencia que él? También. Pero lo más importante y la pregunta que más le rondaba por la cabeza en esos momentos era qué quería el pelirrojo.


- Nada es gratis. – Pensó, pero al final decidió preguntar -. ¿Y tú que ganas?


- Tu nombre. – Contestó el otro con sencillez, como si ofrecer entrenamientos a cambio de un nombre fuera lo más normal del mundo.


Pero el moreno tampoco era un chico normal, ¿o sí?


***


Aquella misma noche se celebraba en palacio el cumpleaños de Kid. El chico ya estaba acostumbrado a que los festejos duraran días y que no fueran en su propio castillo, por lo que no dijo nada, hacía ya algunos años que había dejado de hacerse preguntas y, sobretodo, de formularlas. Además, cuando hacían ese viaje, no sólo viajaban él, su padre y algún consejero, sino que le acompañaba gran parte de la corte, entre ellos su buen amigo Killer. Lo que no entendía era porqué les acompañaba Shyarly, una noble bastante menor que parecía desvivirse por complacer a Caesar, sin darse cuenta de cómo este la enredaba constantemente.


En esta ocasión, el futuro rey no podía estar seguro de quienes eran todos los asistentes, pues la celebración consistía en un baile de mascaras, y muchos de los asistentes llevaban la cara completamente tapada. Aunque eso daba igual, porque el pelirrojo no era de esas personas que prestan demasiada atención a los rostros de las personas, por lo que el haberles visto la mitad inferior de la cara o incluso todos los rasgos, probablemente no habría conseguido identificar ni a la mitad. Ni siquiera a los que venían de su reino.


Los ropajes que le habían puesto no le gustaban en absoluto. Antes de entrar en la sala, había conseguido recordar que debía abrocharse los botones de las mangas, pero para ello se había visto obligado a separarse de sus queridos brazaletes, su bien más preciado. No se había molestado en mirarse demasiado en el espejo y averiguar si su aspecto era aceptable y digno de su porte real, y ya hacía rato que había olvidado el aspecto de su máscara.


- El color borgoña te sienta muy bien –Dijo alguien, dejando ver que ese era el color de la máscara.


- Muchas gracias –Respondió, pero no sonrió.


Sabía que su obligación era escoger alguna chica para bailar, al menos un rato, pero siendo como era él, prefirió quedarse de pie junto a Killer, estratégicamente colocado junto a la gran mesa de las bebidas. Empezar a ingerir alcohol tan pronto quizás no era una buena idea, pero a él no podía importarle menos, lo único que quería era que la fiesta terminara pronto. Si se dormía, la espera hasta poder ver a esa delicia morena se le haría más breve… De repente, abrió los ojos desmesuradamente, apoyó la espalda en la pared y, sin soltar la copa, se dejó caer por ella hasta quedar sentado en el suelo. Y es que acababa de darse cuenta de que el chico no había aceptado que lo entrenara en ningún momento, se había limitado a preguntarle qué quería a cambio.


- Kid, ¿qué pasa? –El rubio sabía perfectamente la aversión que su amigo tenía hacia ese tipo de fiestas, pero aun así su reacción le sorprendió.


- No es nada… -Se encogió de hombros -. Es sólo que me he dado cuenta de algo en lo que no había caído hasta ahora.


- Bueno, pues entonces, si no te importa, le pediré a esa chica que baila conmigo… -Su amigo señaló un momento a una chica de cabellos rosas que estaba comiendo bombones tranquilamente y fue directamente hacia ella.


Él, por su parte, se quedó allí sentado bebiendo mientras paseaba la vista por el gran salón. El alcohol empezaba a afectarle, por lo que dejó de importarle lo que los demás pudieran pensar. No era como si normalmente le importara, por supuesto, pero el alcohol no ayudaba a ello precisamente. Solía pensar que aunque su destino era ser rey, su forma de ser no era ni mucho menos la más adecuada para el cargo. Como diría más adelante Luís XIV, el Rey Sol, “soy rey por la gracia de Dios”, y ese era el único motivo por el que él era el heredero al trono, “por la gracia de Dios”, “derecho divino”, o como les gustara llamarlo en la corte. Él no creía en Dios. Simplemente había tenido suerte de nacer en la más noble de las cunas de su reino.


Estaba sumido en ese tipo de pensamientos cuando algo le llamó la atención. La máscara de esa persona era plateada y tan bella como la de una mujer, decorada con perlas y una tela negra que dificultaba un poco ver el color de sus ojos. Pero eso era lo de menos. Lo que le había llamado la atención era que el portador era un hombre de piel morena y cabello negro como el carbón. No era el chico del bosque, ¿o sí? Enseguida alejó ese pensamiento de su mente, pues sabía perfectamente que eso era imposible, y seguramente para llegar a creerlo posible habría sido necesario una ingesta de alcohol bastante más elevada que la suya.


No había bebido lo suficiente como para levantar tambaleándose, pero sí lo suficiente como para llevar un buen calentón y estar dispuesto a satisfacerlo con alguien. Además, observar cuidadosamente toda la estancia para darse cuenta de que cierto amigo rubio había desaparecido con cierta muchacha no hacía más que alentarlo, por lo que esquivó todas las personas que quedaban entre él y el otro hombre y se plantó frente a él.


- Hola, me preguntaba si estarías interesado en ir a algún otro lugar. –Dijo en voz baja, aprovechando que las máscaras escondían su identidad.


- Por supuesto… -Respondió el moreno con una sonrisa seductora.


Kid le cogió el brazo a la altura del codo y tiró de él para llevárselo de allí, sin ser consciente de los dos ojos clavados en su nuca, aquellos que lo siguieron con recelo mientras abandonaban la estancia pero que no se atrevieron a seguirlos por miedo a ser descubiertos.

Notas finales:

Supongo que tras tanto tiempo sin actualizar, es triste pedir un review, pero lo quiero :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).