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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Holaaa, querubines :3 

Aquí actualizando! No me he atrasado esta vez Q_Q 

Es un cap cortito, pero espero que les guste. 

El prox estará más intenso...definitivamente. 

Espero actualizar el miércoles Q_Q (si todo sale bien) 



PD: Si alguna/o de uds tiene por ahí un link de algún dojinshi Joker/Batman se lo agradecería con creces (especial a elección dentro del fic (?) xDDD) Es que estoy rallada con el yaoi entre estos dos QQ 

Saludos  

Capítulo 49: “Tregua”

—¿Cómo estás? —Eden llegó a mi lado y me tendió una taza con sopa instantánea. Miré de reojo la venda que tenía en el brazo, a eso se refería.

   —Han pasado horas —dije—. Ya debe haber cicatrizado —me habían disparado, le habían disparado a Ian y a unos chicos de La Resistencia también. No sé en qué momento todo se fue la a la mierda. Los cazadores nos habían obligado a escapar y a escondernos. Estábamos en un viejo restaurante maltrecho donde apenas quedaba comida y un poco de agua, pero habíamos logrado refugiarnos y escondernos.

   —He ido a ver a Aiden… —dijo mi hermano, con ese tonito que suele usar cuando quiere sacarme información. Me miró y esbozó una sonrisa—. Sigue durmiendo.

Suspiré, aún molesto con todo esto.

   —Ese idiota, ¿cómo se atreve a…? —intenté decir.

   —Ellos querían llevarte a ti, Ethan —interrumpió él—.  Ese dardo tranquilizante era para ti. Te están buscando.

   —Lo sé —contesté.

   —Pudieron haberlo matado…, toda esa cantidad de calmantes era suficiente para dormir a un caballo.

   —Lo sé.

   —Se ha salvado por poco. Él es sólo un chico…

   —¡Lo sé, demonios! —alcé la voz, molesto. ¡Sabía perfectamente lo que le pudo haber pasado a Aiden!—. ¡No fue mi maldita culpa, el muy idiota se interpuso entre ese dardo y yo!

  —Tú no viste que te estaban apuntando, Ethan.

   —¿¡Cómo iba a…!?

   —¡Tienes ese maldito virus en el cuerpo! ¡Úsalo, te da ventaja! —Eden también alzó la voz, algo muy raro en él—. Si hubieses estado más atento ninguno de los dos habría recibido ese disparo —Sus palabras fueron como una estocada directo a mi pecho. Tenía razón. Ahora podía sentir, ver y oír cosas que antes de ser mordido no podía percibir. Aun así no pude prevenir esto.

   —Lo sé…  —repetí.

Ian entró cojeando a la habitación, ayudado por una muleta. Él también se había quedado con la peor parte.

   —Van a inyectarle estimulantes para obligarle a despertar —dijo sin más y se sentó al lado de Eden con una mueca de preocupación cruzándole el rostro.

   —No creo que sea demasiado sano —Eden también se alarmó un poco. Terminé la sopa con la sensación de no haber comido absolutamente nada. Seguía muriendo de hambre.

   —Yo tampoco —dije.

   —¿No irás a detenerlos? —me preguntó Ian, se oía molesto.

   —No tengo nada que ver en eso.

   —¿No tienes nada que ver? ¿Y si le pasa algo a Aiden?

   —No le pasará nada.

   —¿Aún estás molesto con él? —gruñó el castaño—. Demonios, Ethan. Eres un idiota insufrible.

   —¿¡A quién llamas idiota, niño!? —Si no hubiese sido porque Eden se adelantó a mis pensamientos y se interpuso entre ambos le habría volado la boca a Ian de un puñetazo.

   —¡A ti, pedazo de idiota! —gritó más fuerte y levantó el dedo corazón. Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano por no golpearle. No tenía ningún problema con Ian, pero últimamente me estaba rompiendo las pelotas—. ¡Aiden se sacrificó por ti y tú le pagas de esa…!

   —¡Yo no le pedí nada! ¡Él no debió haber hecho eso!

   —¡No hacía falta que se lo pidieras!

   —¡Eh, chicos, chicos! —Jack entró en la habitación e intentó calmar los ánimos—. ¡Calma! Tranquilícense todos, ¿sí? —me tomó por los hombros y me obligó a sentarme otra vez, no me había dado cuenta cuándo me había puesto de pie—. Desde que nos encontramos con los cazadores Steve está de malhumor, si los ve discutiendo se va a molestar. No deberíamos darle motivos para que nos deje tirados aquí —se sentó al lado de Eden y él envolvió su cuello en un abrazo. Un escalofrío me recorrió la espalda, aún no me acostumbraba a verlos juntos.

    —Está bien. Lo lamento, Ethan —Ian se disculpó—. Es sólo que… Aiden ha sido muy bueno conmigo y verle así me pone los nervios de punta, él no puede…

   —Aiden estará bien, Ian —Eden intentó calmarlo—. Habría sido peor si le hubiesen disparado una bala de verdad, ¿no crees? —sonrió—. Ahora él está durmiendo plácidamente mientras nosotros aquí nos sacamos los pelos entre nosotros. Pienso que es un suertudo —Ian soltó una pequeña risa con ese comentario y Jack también rió un poco.  Los ánimos se tranquilizaron.

Llevé las manos a mi cabeza y jalé mis cabellos levemente, estaba frustrado. Sabía que no estaba reaccionando de la mejor manera, pero no podía controlarlo. Primero le descubro besándose con Allen y al otro día se lanza sobre mí para protegerme, sin importar poner en riesgo su vida, aun sabiendo que yo era portador del virus y que eso me daba ventaja.

Ese comportamiento me confundía.

Idiota…

Me puse de pie sin decir nada y atravesé el salón para llegar a la habitación donde tenían a Aiden; en una cama improvisada, con una almohada improvisada, los de La Resistencia habían hecho su mejor esfuerzo en hacer el lugar más cómodo para dejarle allí. Cuando le dispararon se desmayó repentinamente en mis brazos, su pulso estaba tan bajo que creímos que se estaba muriendo. Fue una alegría darnos cuenta que lo que contenía el dardo que le habían disparado eran tranquilizantes, demasiado fuertes para un ser humano común.

De alguna forma los cazadores se habían enterado de mi situación y ahora venían a por mí. Eso también me preocupaba.

Les estaba poniendo a todos en peligro, le estaba poniendo en peligro a él. En el fondo, sabía perfectamente que todo esto que había ocurrido era mi culpa, el que Aiden estuviese ahora dormido sin poder despertar, el que ellos le fueran a inyectar estimulantes… todo. ¿Y si su cuerpo no resistía el cambio?

Era mi culpa.

Llegué a la habitación y me quedé unos segundos bajo el umbral de la puerta, observándole. Unas ojeras cubrían sus ojos cerrados y le daban un aspecto cansado. Tomé una silla y me senté a un lado de la cama. Noté que le había crecido el cabello, lo tenía mucho más largo si lo comparaba con su imagen del día en que lo conocí. Sus hombros también estaban más anchos, él se había hecho más fuerte en este último tiempo. Ya no me parecía un niño llorón. Ahora Aiden parecía un hombre.

En mi cabeza cruzó la idea de alejarme. Irme simplemente, vagar por mi cuenta, alejar la atención de los cazadores de ellos para que se centrara en mí. Él podría soportarlo, él ya estaba lo suficientemente maduro para entenderlo. Era por su bien.

   —Aiden… —balbuceé su nombre y un molesto nudo se formó en mi garganta. Tomé su mano y la acaricié con el pulgar, su piel estaba fría. La acerqué a mí y la besé con cuidado.

Me había enamorado como un idiota.

La puerta se abrió con lentitud.

   —¿Puedo pasar?

   —Claro que sí, Ian —supe que era él sin tener que mirar hacia la puerta, el sonido de la muleta lo había delatado. Tomó otra silla y se sentó a mi lado—. Lamento haberte gritado —susurré apenas llegó.

   —Está bien, creo que lo entiendo. Esta situación debe ser… tan confusa.

   —Lo es.

Sus ojos se quedaron mirando hacia un punto fijo en la pared.

    —¿Sabes? Hasta hace poco tenía pocas esperanzas de seguir sobreviviendo… —comenzó—. Hasta ahora siento que no merezco seguir aquí, pero Aiden ha comenzado a convencerme de lo contrario. Él también perdió a toda su familia y aún sigue aquí, luchando.

   —Es un chico fuerte —dije.

   —Lo es —contestó. Me sentí ligeramente nervioso al saber que debía decir algo para animarle un poco. No soy la clase de persona que acostumbra a dar ánimos a la gente, pero debía intentarlo.

   —Pero tú también eres fuerte.

Ian soltó una carcajada.

   —No, Ethan. No digas mentiras.

   —No es una mentira —debatí—. Es cierto. Lo tuyo se llama baja autoestima.

   —Lo sé… —sonrió y entonces miró a Aiden—. ¿Sabes que él no tuvo la culpa, no? —preguntó de pronto y por un momento me sentí confundido ante esa pregunta—. Llevo tan poco tiempo conociéndolo y estoy seguro de que él valora lo que tiene contigo. Sólo hace falta ver cómo te mira. Él no es la clase de persona que iría a un baño a encerrarse con su amante, él no es la clase de persona que traicionaría a otra persona —me dio un pequeño golpe en el brazo que apenas sentí—. Sabes que él no tuvo la culpa —repitió. Demonios, él tenía toda la maldita razón. Aiden no era esa clase de persona. Confiaba en él, estaba seguro de eso. Pero no podía evitar enfadarme. Le advertí sobre las intenciones de Allen y él aun así siguió tratándolo tan cercanamente. Eso era exactamente lo que me molestaba, que no me hubiese escuchado.

   —Eso creo… —logré decir.

Giré la cabeza cuando noté que la puerta había vuelto a crujir. Bufé molesto al verle aparecer. —Hablando del rey de Roma.

Allen.

   —¿Cómo está él? —entró en la habitación ignorando olímpicamente las miradas llenas de odio que le lanzamos Ian y yo.

   —En un rato van a inyectarle estimulantes para hacerle despertar. Steve dijo que no podíamos estar tanto tiempo aquí parados —explicó rápidamente Ian con tono monótono.

   —Me parece una buena idea.

   —¿Te parece una buena idea? —le discutió Ian—. Puede ser peligroso.

   —Si Aiden es fuerte, va a sobrevivir.

   —Creo que poco te importa lo que le pase.

   —Claro que me importa, Ian. Aiden es un chico adorable. Estoy encantado con él —noté que su voz estaba cargada de burla. Me estaba jodiendo, quería hacerme enfadar.

Estaba a punto de decir algo cuando dos chicos de La Resistencia entraron.

   —No creo que sea buena idea inyectarle estimulantes ahora —me puse de pie e intenté interponerme entre ellos y la cama.

   —Él estará bien… —dijo uno de ellos—. Logramos recuperar contacto con nuestro médico, él es el que está cerca del Great Bridge, esperándonos. Si logramos despertar a Aiden y llegar donde está él, recibirá atención médica inmediatamente.

Me habían puesto entre la espada y la pared. Eso me parecía razonable. Titubeé unos segundos, pero di un paso a un lado.

Ian chasqueó la lengua, sabía que él también le encontraba razón, pero también sabía que le preocupaba. Se puso de pie repentinamente y acarició la mejilla de Aiden.

   —Despierta pronto, ¿sí? —susurró más para sí mismo que para cualquiera de los que estábamos ahí—. Creo que iré a la azotea —dijo—. No puedo ver esto.

   —Adiós, Ian. Y muchas gracias…. —murmuré en voz baja, pero no supe si me logró escuchar o no. Levantó una mano y la sacudió para despedirse antes de desaparecer tras la puerta.

Di unos pasos hacia atrás y Allen me imitó. Los hombres avanzaron hasta la cama y comenzaron a inyectarle algo de lo que me era mejor no conocer su nombre.

Mi estómago rugió con fuerza.

   —Si no te comes a alguien pronto morirás de hambre o perderás el control —susurró Allen, burlándose.

   —Cierra la boca, idiota —gruñí e hice un esfuerzo por no saltarle encima ahí mismo y golpearle.

Por el momento, habría una tregua.

Por respeto a Aiden que aún dormía, no comenzaría una pelea.

 

 

 

Notas finales:

Les tengo una preguntita...una encuesta :p ¿Cuál es su personaje favorito de este fic? 


Cualquier comentario, crítica o pregunta pueden dejarlo en un lindo -o no tan lindo- review :3


Un abrazo :) 


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