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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Holaa, querubines :D 

Gracias por la espera n.n 

Aquí les dejo otro cap...lo acabo de terminar y espero que no tenga tantas faltas por que no lo he revisado aun :S Pero como siempre...si encuentran alguna por favor háganmelo saber! :D 

No he podido responder los reviews del cap pasado...me está costando adecuarme a mi nueva universidad '-' (me cambié de sede xd) y por eso no he entrado ni siquiera a responder...pero ahora que tengo un poco de tiempo lo haré :D 

Gracias por leer n.n 

Abrazooos <3

Capítulo 55: “Aiden”



Abrí los ojos e inmediatamente busqué el reloj de muñeca que Morgan me había regalado y que últimamente había comenzado a dejar bajo la almohada. El ruido de la alarma me era desagradable. Un pitido que no podía ser detectado por el oído humano pero que por algún motivo yo sí podía oír. En la oscuridad miré, eran las tres de la mañana en punto, ni un minuto más, ni uno menos.

Aiden se removió en la cama del lado. Volví a recostarme.

En las últimas noches había memorizado sus movimientos mientras dormía. Siempre alrededor de esta hora giraba su cuerpo a la izquierda, luego a la derecha, luego volvía a la izquierda para después terminar tumbado boca abajo, posición en la que acostumbraba quedarse el resto de la noche y a pesar de todo ese ajetreo él no parecía despertar. Sin embargo ahora se estaba moviendo demasiado.

Su respiración aumentó y yo me cobije aún más en las sábanas. Si llegaba a despertar debía fingir que estaba durmiendo, él no podía enterarse de las salidas a mitad de la noche a las que me había acostumbrado últimamente. Su respiración se transformó en un jadeo nervioso, parecía estar teniendo una pesadilla. Comenzó a balbucear cosas que no alcancé a entender, me incliné un poco hacia él, nuestras camas estaban muy cerca una de la otra.

- ¿Aiden?- susurré para despertarle, pero él no lo hizo. A cambio sus balbuceos se volvieron más molestos y sonaban un poco más angustiados. Di un respingo asustado cuando oí un sollozo salir de su boca. La luz de la luna entrando por la ventana me permitió ver la lágrima que cayó por su mejilla.  

- Ai…- abrió los ojos de pronto y se me quedó mirando fijo, había despertado. No pude hacer nada más que quedarme en mi lugar. Los ojos verdes parecían tristes y parecían mirarme a mí, pero en realidad no veían hacia ninguna parte – Aiden ¿estás bien?- parpadeó un par de veces, como si volviese en sí.

- He soñado con Ian- atinó a decir en una frase que escapó apenas como un hilo en la garganta quebrada. Me incliné un poco para acariciar su cabello.

- Está bien…solo fue un sueño-  no me extrañaba que Aiden tuviese ese tipo de pesadillas. En el último tiempo todo se había jodido, todo había sido horrible. Era normal que a un chico de su edad se atormentara tanto.

A veces olvidaba que tenía diecisiete años…pero él seguía siendo un niño.

¿Y qué niño podría soportar esto?

¿Quién podía soportar esto?
Hasta hace solo unos meses yo estaba tranquilo estudiando en Canadá, viviendo una vida normal. Y de un día para otro todo se derrumbó.

Pero no todo era tan malo.

Sonreí cuando volví a sentir su respiración profunda y ahora más calmada. Se había vuelto a dormir. Hace algunas horas habíamos terminado de celebrar año nuevo. Si, prácticamente ya era uno de enero y la tarde anterior Aiden se dedicó a jugar con Amy en la nieve y luego ayudó a preparar la cena, debía seguir cansado.  Acaricié unos minutos más el cabello castaño que últimamente había crecido más de la cuenta. Aiden era la razón que me hacía creer que no todo era tan malo.

Me había enamorado como un idiota.

Volví a mirar el reloj y noté que estaba retrasado. Me levanté con cuidado de no despertarle y salí de la habitación sin cerrar por completo la puerta para no emitir ningún tipo de ruido. La noche estaba cerrada y fría, apenas algunos aullidos y gruñidos de los zombies que fuera vagaban de acá para allá lograban oírse. La luz de la luna golpeaba fuerte en las ventanas y me permitía ver mejor por donde iba. Aceleré mis pasos hacia las escaleras cuando oí una puerta abrirse al fondo del pasillo. Intenté pasar desapercibido, pero no lo logré.

- ¿Ethan?-  me detuve donde estaba – Ethan ¿Qué haces despierto a estas horas?-

- Eden…-
el baño estaba en dirección contraria a las escaleras, esa no podía ser una excusa – Yo…- esperé que llegara a mi lado. Aun parecía medio dormido mientras se refregaba los ojos e intentaba ordenar el cabello que parecía demasiado enredado - ¿Por qué no vuelves a dormir? Solo iré a tomar algo de aire- mi hermano clavó sus ojos en los míos, con esa mirada suspicaz que indicaba que estaba a punto de descubrirme.

- ¿Tomar aire a estas horas, con esa ropa y con este frio?- soltó una sonrisa  burlona y me dio una palmada en la espalda – No trates de mentirme, hermanito-

- No puedo dormir…es todo-
me senté en el primer escalón e intenté no parecer demasiado nervioso – No quería despertar a Aiden y…-

- Dime la verdad, Ethan-
soltó en un tono serio mientras se sentaba a mi lado – Te he escuchado saliendo de tu habitación a esta hora durante las últimas cuatro noches ¿en qué líos te estás metiendo?-

- ¿Cómo sabes qué…?-

- Eres mi hermano-
volvió a interrumpir – eres mi maldito hermano gemelo y eso no va a cambiar. No puedo explicarte como ha ocurrido, pero durante el último tiempo despierto en mitad de la noche solo para oírte salir de tu habitación-

- ¿Ya le has contado a Jack?-


- No le he dicho a nadie-

- No lo hagas-

- Solo si me dices a dónde ibas-


Le lancé una mirada rencorosa. El siempre acababa descubriéndome, como odiaba eso.

- Acompáñame- me puse de pie y comencé a bajar las escaleras sin fijarme si iba tras de mí o no, de todas formas sabía que me estaba siguiendo. Cuando llegamos al salón doblé a la izquierda y me dirigí a la puerta que daba al patio trasero. Me había aprendido el trayecto de memoria y podría apostar a que podía llegar allí incluso con los ojos vendados. Abrí la puerta trasera y una ráfaga de viento frio me golpeo en la cara.

- D...deja ir por mis zapatos…está todo lleno de nieve-

- Te dije que necesitaba aire fresco…puedes volver adentro-

Le oí suspirar.  

- Está bien…sin zapatos-

Reí por lo bajo cuando le oí quejarse al meter los pies desnudos en la nieve, pero se lo merecía por ser tan entrometido. Avancé unos pasos hacia el centro del pequeño patio y levanté las puertas que daban al subterráneo.

- No sabía que había un subterráneo aquí-

- Casi todas las casas en este lugar tienen uno-
una luz desde lo más profundo del lugar nos encegueció por unos segundos – Entra- le hice bajar primero para poder volver a cerrar las puertas.

- Llegas con diez minutos de retraso, Ethan-

- ¿Morgan? N-No…se equivoca yo…-

- Aquí estoy-
bajé las escaleras y me encontré con que Morgan y Eden tenían una mueca parecida en el rostro. Ambos parecían algo molestos y sorprendidos.

- ¿Qué es todo esto, Ethan?- preguntaron casi al unísono.

Me encogí de hombros.

- No se preocupe doctor, mi hermano es de fiar- avancé hacia la camilla plegable negra que estaba dentro de ese improvisado laboratorio y me recosté en ella como lo había hecho en las últimas noches. El día en que los de la resistencia se enteraron que yo era un infectado, Aiden me salvó diciendo que me dejaría examinar, y era justamente eso lo que estaba haciendo. Morgan y yo lo habíamos coordinado la noche de Navidad. Nadie debía saberlo, pero Eden había hecho que los planes no saliesen del todo bien.

- No sé…no debería estar aquí-

- ¿Y qué quieres que haga? Me siguió hasta acá-

- Ethan no me ignores y dime de que va todo esto-
 me incliné nuevamente para sentarme sobre la camilla, notablemente molesto.

- Me estoy dejando examinar, joder ¿Acaso no te diste cuenta?- no era como si me gustara quedarme allí toda la noche mientras me clavaban ajugas y analizaban mi maldita sangre. Eden me miró molesto, luego suspiró e intentó relajar los hombros. Tomó una silla y se sentó.

­- Adelante…hagan como que no existo-

Volví a recostarme y le hice una seña al doctor para que comenzara su trabajo. El hombre pasó el dorso de la mano por su calva cabeza y avanzó hacia mí, intentando olvidar seguramente que Eden estaba ahí.

- Bueno…- carraspeó la garganta y de un estuche sacó una jeringa de grandes proporciones. Automáticamente estiré el brazo para permitir que quitara la sangre con más facilidad. Sentí el pinchazo seguido de aquella incómoda sensación que hacía parecer que mi brazo flotaba en el aire.

- Debía tomar otra prueba…- comenzó a hablar mientras yo veía como lentamente mi sangre era succionada – Desperdicié la muestra de ayer y la expuse al frio…solo para comprobar que…-

- Está más que claro que el virus resiste las bajas temperaturas, ¿no?-

- Fue una estupidez…-
al menos lo admitía - Lo de ayer solo fue una prueba. Le daré un mejor uso a esta muestra…pero creo que necesitaré más- quitó la aguja y vació su interior en una pipeta, luego sacó otra jeringa que no tardó en clavar en mi antebrazo – Hay algo que las personas como tú comparten…y eso debe estar en su sangre, o tal vez en algún tipo de hormona que…-

- ¿Hay más como él?-
Eden, quién había estado en silencio observando se atrevió hablar. El hombre asintió con la cabeza.

- En el laboratorio habían dos que en un principio creímos eran inmunes- suspiró – Ahora me doy cuenta que en realidad ellos podían controlar el virus como lo hace Ethan. Ellos escaparon…un guardia les ayudó a hacerlo-

- ¿Y no les han encontrado?-

- No lo sé…desde que esta tragedia comenzó perdí todo contacto con E.L.L.O.S-

- ¿Qué demonios es E.L.L.O.S?-
pregunté, sintiéndome ligeramente mareado. El hombre llenó la jeringa, vació su interior en otra pipeta y colocó otra, en el mismo lugar donde había estado la anterior. Este hombre no tenía consideraciones.

- Es la organización más influyente en todo el mundo- sonrió y me miró con una sonrisa torcida, como si se burlase de mí por no saber aquello – Estuve trabajando allí durante veinte años y aun así no alcancé a conocer la magnitud de lo que significaba. Dentro, oí rumores de que E.L.L.O.S maneja más del ochenta y cinco por ciento del grupo Bilderbeg…-

- Bilder… ¿qué?-
el moreno soltó una pequeña risa.

- No importa…- dijo, quitando la última aguja – Pero quiero que sepan que esto es más serio de lo que pueden llegar a imaginarse…- hizo una pausa y miró a Eden - ¿Acaso no les extrañó que el gobierno de Estados Unidos no se pronunciara mayormente ante esta situación?- mi hermano abrió la boca para hablar, pero fue interrumpido inmediatamente – Es porque el poder de E.L.L.O.S es tan grande que es capaz de corromper a cualquier gobierno a través del miedo- suspiró y vació la jeringa en una tercera pipeta, observándola detenidamente, como hipnotizado – Pero si encontramos una cura…acabaremos con su reinado del terror-

- No me gusta ser pesimista…p-pero eso suena imposible…-
balbuceé con la lengua un poco dormida. Los ojos castaños de Morgan parecieron mirar al vacío.

- ¿Saben lo que quieren hacer estos hijos de puta? Quieren acabar con la mitad de la humanidad, quieren desarrollar una cura, quieren venderles una vacuna…quieren dominar el maldito mundo-  sus ojos se dirigieron esta vez a mí – Lo que ellos no saben es que podrán dominar el mundo…pero no a su gente… no si esparcimos la cura antes que ellos-

Eso sonaba…tan revolucionario.

- En algún momento esto parará…y E.L.L.O.S no podrá salirse con la suya- Una sonrisa que me pareció amarga escapó de los labios de Morgan.

- Todo por hoy, Ethan- el pequeño parche en mi brazo para cubrir los agujeros de los pinchazos que seguramente mañana no estarían era lo que cerraba la sesión.


- Gracias, doc.- no sé si era por la presencia de Eden allí pero esta vez él había sido muy amable. La noche anterior me había quitado tres litros de sangre y me había dejado una hora en la misma posición con unos cables conectados a mi cabeza con los cuales se supone yo “debía dormir”. Obviamente no había funcionado.
 
- Gracias a ti, Eth- me extendió su mano para ayudarme a levantarme de esa camilla. La recibí agradecido, aún estaba algo mareado – Necesito que vuelvas mañana, será la última vez antes de salir y dirigirnos al Great Bridge-

- Está bien- y me acerqué a las puertas para abrirlas y salir al exterior. El viento parecía soplar más fuerte a fuera y la nieve parecía aún más fría que hace un rato. Busqué un cigarrillo en mi chaqueta y lo encendí. Eden me miró algo asustado.

- ¿Estás bien? Pareces pálido-

- Es solo la pérdida de sangre…- dije restándole importancia, aunque sabía que era algo un poco más grave que un par de pipetas con mi sangre. Tres malditos litros menos podía hacerme sentir bastante mal.

- Sabes que no estoy de acuerdo con esto, Eth…-

- Lo sé…-
interrumpí mientras subíamos las escaleras – Pero nunca me ha importado si estás o no de acuerdo con algo – Eden me detuvo a mitad de pasillo y posó sus manos en mis hombros.

- Solo trata de no desmayarte por culpa de esos exámenes, ¿Si?- me quitó el cigarrillo de la boca y lo aplastó contra el suelo – Y deja de fumar de una vez por todas- tosió exageradamente. Sonreí

- No me va a pasar nada, Eden- acaricié una de sus manos para intentar tranquilizarle y me aparté – Buenas noches-

- Buenas noches-
cerré la puerta de la habitación cuidadosamente. Me encontré con la luz encendida y con Aiden sentado sobre su cama con los ojos verdes bien abiertos, completamente despierto. Me lanzó una mirada molesta.

- ¿Dónde estabas?- preguntó. Maldije mi mala suerte, esta noche todo había resultado mal, primero Eden y ahora el chico a quien había dejado durmiendo me pedía explicaciones – Desperté y no te encontré…- di un respingo al recordar cómo le había visto despertar de su pesadilla…esperaba que no la recordara.

- Salí a fumar un poco. No podía dormir-
me quité la chaqueta, caminé hasta la cama y me senté a su lado.

- ¿De verdad?-

- De verdad…-

Llevó una de sus manos y tomó mi mejilla, para analizar mi rostro.

- Estás pálido Ethan…tienes más ojeras de lo común- soltó mi cara como si le quemara el tacto con mi piel – y estás muy frio- sus ojos me mostraron más molestia - ¿Qué te ocurre?-

- Seguramente el frio y la palidez es porque estuve fuera con temperaturas bajo cero fumándome un cigarrillo…las ojeras bueno….no he podido dormir en toda la noche- intenté calmarle – Es eso…o me estoy transformando en un maldito zombie-

Aiden dejó escapar una pequeña risa.

- Tienes razón…la noche está muy fría- se recostó sobre la cama, temblando y las manos quedaron ocultas dentro de las mangas del pijama de franela rojo que le quedaba ridículamente grande. Sonreí como un tonto, él se veía adorable.

- ¿Qué demonios estás mirando?-

- Te ves adorable-
me burlé. Se reincorporó de un salto como un gato, con las mejillas completamente rojas.

- ¿¡Qué!?-  creo que estaba enojado, pero ese pijama le quitaba el poco rastro de rudeza que quedaba en él. Reí más fuerte.

- Incluso si estás enojado te ves adorable- volví a burlarme. Aiden me lanzó una almohada.

- Idiota-

- Gracias, tú también-
Se volvió a sentar a mi lado, le tomé la mano.

- Aiden…-

- ¿Me estás mintiendo, cierto?-
interrumpió – Les oí hablar afuera…Eden dijo algo de unos exámenes y…- mierda. Lo había oído.

Definitivamente nada había resultado bien esta noche.

- Solo fui con Morgan para que me tomara unas muestras de sangre, es todo- debía tranquilizarle – Acordamos esta hora para no ser molestados y…tengo algo de miedo a las agujas y quizás por eso estaba más pálido de lo normal- mentí.

- ¿Le tienes miedo a las agujas?-

- A las que usa Morgan si-
reí – son enormes…- Aiden se contagió con mi risa.  Algo se removió en mi interior cuando le vi sonriendo.

- Eso es ridículo-

- No tanto como tu pijama de franela-


- ¡Oye!-  Él intentó lanzarme un golpe, pero lo evité y le tomé por la muñeca.

- S-Suéltame…- pidió en voz baja. Acerqué mi rostro al suyo y lo besé en los labios.

- No voy a hacerlo-

- Eth…-

- Aiden…-
comencé a hablar casi sin pensar - ¿Cómo esperabas que fuera tu fiesta de año nuevo?-

- ¿Eh?-

- ¿Cómo la esperabas? ¿Esperabas comer pavo? ¿Esperabas pasarla mirando la nieve caer por la ventana? ¿Esperabas a tu familia?-
los ojos apagados de Aiden me miraron un poco confundidos ante la pregunta. Ni siquiera yo entendía bien a lo que me estaba refiriendo, solo estaba dejando fluir mis pensamientos mientras hablaba.

- Supongo que…esperaba pasarla con mi hermano…- su mirada bajo hasta el piso. Le tomé por el mentón para volver a levantarla.

- Y yo esperaba pasarla con mi padre, tal vez… o quizás nos habríamos ido de fiesta con Noah a algún pub a emborracharnos como solíamos hacerlo todos los fines de año…- me estaba desviando del tema – El punto es…- balbuceé – Lo que quiero decir es que…-

- Estás muy nervioso, Ethan-
se burló.

No era para menos.

- Me encanta verte sonreír- solté y tomé su rostro entre mis manos – Y creo que cualquier fiesta que pude haber tenido es poco en comparación con estar aquí contigo…- las mejillas que sostenía entre mis dedos comenzaron a arder y a tomar un color rojizo – Y sé que sonará extraño pero…agradezco que todo esto ocurriera para haberte conocido…- sus ojos me evitaban, seguramente le incomodaba lo que le estaba diciendo. Suspiré.

- Creo que te amo, Aiden- lo había dicho. Los ojos verdosos brillaron cuando subieron hasta los míos, y la boca entreabierta dejó un rastro de sorpresa.

- ¿Qué has dicho?-

- No me hagas repetirlo…- le solté repentinamente y me puse de pie para tomar mi chaqueta y buscar allí otro cigarrillo para encenderlo. Me había puesto repentinamente nervioso, pero no era para menos. Jamás me había declarado así a alguien.

Y sé que era algo estúpido viniendo de mí, pero jamás me había tomado algo tan en serio como lo he hecho con Aiden. Mi vida amorosa antes de esto siempre había sido superficial, mis relaciones no duraban más allá de los dos meses, y generalmente no pasaban la noche. Había vivido aterrado de amar a alguien.

Y sin quererlo…me había enamorado peligrosamente de un chiquillo de apenas diecisiete años.

Di la primera calada. Se puso de pie y caminó hacia mí, me quitó el cigarrillo de la boca y lo tiró al suelo, sus brazos rodearon mi cuello, se abalanzó sobre mí para besarme.

Le estreché con mis brazos para profundizar ese beso. Recordé el día en que nos conocimos…yo le había salvado.

Pero en cierta forma, él también me salvó a mí.

- Si me besas de esa forma cada vez que enciendo un cigarrillo creo que nunca podré dejar de fumar- susurré en su oído cuando nuestras bocas se separaron para tomar algo de aire. Sin apartar mis manos de su cintura, lo dirigí hasta la cama y lo recosté con toda la suavidad que permitían mis temblorosos dedos.

- Pero si no lo hago tampoco lo dejarás, así que prefiero hacerlo-

Apresé sus caderas con mis piernas, como la primera vez.

- Creo que si el virus no se hubiese desatado esto sería ilegal- dije.

- Ethan…- tomó mi rostro entre sus manos y sonrió cálidamente – En un par de meses tendré los malditos dieciocho años, deja ya eso-

- No me importa que seas un viejo-

- ¡Oye!- solté una carcajada. Sus manos me atrajeron nuevamente a sus labios, donde me perdí.

Soltó un leve jadeo cuando aparté mi boca de la suya para dirigirla a su cuello, con mi lengua rocé la curvatura que estaba sobre sus hombros y el cuerpo que estaba bajo el mío se estremeció en un escalofrío. Seguí el camino de su clavícula hasta descender a su pecho y comenzar a quitar botón por botón de ese molesto pijama color rojo, me atreví a jugar con sus pezones.

- E-Eth…- gimió mi nombre en respuesta – No…hagas eso-  levanté la cabeza solo para observar su rostro sonrojado. Sonreí.

- ¿Confías en mí, Aiden?-

- Creo que si no confiara en ti no estaría haciendo esto contigo…-
balbuceó.

- Entonces…- besé su estómago, causándole un nuevo escalofrío – No pidas que no haga cosas…- comencé a descender por su abdomen, lentamente – que sabes que te gustan- mi boca topó con su ropa interior.

- ¿¡Q-Quién te ha dicho que me gus…!?-

Calló cuando se la quité junto al pantalón. Aproveché para quitarme la ropa también.

Y allí estaba, completamente desnudo frente a mí.

Amaba la imagen que tenía delante.

- Si no te gustara…no estarías…bueno…- sonreí burlescamente, mirando directamente su hombría completamente erguida a pocos centímetros de mi boca. Él soltó un bufido.

- Tienes razó…A-Ah…- por sorpresa lo introduje en mi boca y comencé a lamerlo con suavidad. Aiden intentó sentarse y tomar mi cabeza para apartarla de ahí, pero cuando sus manos llegaron a mi cabello no pudieron hacer otra cosa más que acariciarlo, seguramente no tenía la fuerza como para quitarme de ahí.

- E-Eth…an-

Se rindió y volvió a recostarse, sin apartar una de sus manos que acariciaba mi cabeza y parte de mi rostro, sentí algo parecido a la ternura por este gesto y aumenté un poco el ritmo. Sus gemidos comenzaron a llegar a mis oídos y a envolver toda la habitación. Un poco del líquido amargo, lubricante y transparente me mojó los labios. Me aparté de él y pasé mi lengua por la palma de mi mano.

- ¿Qué harás con eso?- él pareció nervioso al verme cubrir la mano ya húmeda con la sustancia que salía de su propio miembro.

- ¿Sabes para que sirve esto?- pregunté.El negó con la cabeza. Con cuidado abrí un poco más sus piernas con la mano que tenía libre y la que estaba manchada la dirigí a su trasero.

- ¿¡Qué vas a…!?-

- Shhh…-
le obligué a callar y subí hasta su oído para calmarle – Verás cómo te dolerá menos después de esto- susurré e introduje uno de mis dedos en su estrecha entrada. Soltó un pequeño jadeo ahogado y pude notar como su respiración se aceleró bruscamente. Con el nerviosismo característico y típico de él, intentó apartarse.

- Si te mueves ahora te puedes hacer daño- le advertí y posé mi mano libre sobre su pecho - ¿Crees que quiero hacerte daño?-

- Tu nunca me harías daño-
balbuceó, comenzando a tranquilizarse.

-Exactamente…-

 Comencé a mover el dedo en su interior. Dejó escapar un gemido ronco.

Empezaba a acostumbrarse.

- Ethan…estoy ansioso-

Sonreí y quité mi mano de ahí para sentarme sobre la cama.

­- Ven aquí…- le hice un gesto y le invité a sentarse sobre mí. Con cuidado Aiden se apoyó sobre mis hombros y rodeó mis piernas con las suyas. No quería asustarle, en esa posición él podría marcar el ritmo. Tomó aire antes de bajar y permitirme entrar en él. Ahogó un pequeño grito cuando lo hizo y yo le abracé por las caderas y dejé que escondiera sus gemidos contra mi hombro. Su interior era estrecho, húmedo y cálido y de solo verlo sentado sobre mí, sentía como mi miembro palpitaba y ardía aún más, provocando en él nuevos escalofríos que le hacían estremecer y de paso, me hacían temblar a mí también.

Con mi boca busqué la suya desesperadamente hasta topármela de frente. Quería besarle, quería besarle todos y cada uno de los días que quedaban en este lugar.

- Aiden…te amo- volví a soltar casi sin pensarlo. Debía aprovechar de decirle ahora, quizás nunca más podría hacerlo, quizás nunca más podría sincerarme tanto conmigo mismo hasta ser capaz de ver mis verdaderos sentimientos por él. Debía ser amor o algo parecido…esto que sentía cada vez que estaba cerca de mí, cada vez que hacíamos esto.

- E-Ethan…- jadeó con dificultad – Ethan…yo-

- N-No hables si no quieres, Aiden- susurré en voz baja. Sentí más presión sobre mis hombros y luego, me estremecí ante un repentino cambio de velocidad. Comenzó a subir y a bajar, cada vez más rápido, cada vez más fuerte. No pude evitar los gemidos que involuntariamente salían de mí cada vez que descendía más profundamente.

- Ethan…- su voz parecía cansada, parecía estar a punto de quebrarse. Le tomé más fuerte por las caderas y le ayudé a subir un poco más la intensidad. Otra vez su boca se dirigió a mi hombro y lo mordió ligeramente al intentar ahogar un grito inesperado. Su corazón se aceleró hasta su máximo, de alguna forma lo sentí. Sus gemidos y los míos comenzaron a escapar de una forma descontrolada difícil de disimular, solo esperaba que el escándalo no llamara demasiado la atención. Sentí como me ahogaba con mi propia respiración que ardía desde mi interior. Le besé con desenfreno, con desesperación. Con mis manos marqué un ritmo más agresivo, él gimió descontroladamente dentro de mi boca y mordió ligeramente mi labio inferior, pero no me dolió.

Se apartó de mi boca y topó su frente con la mía. Sus jadeos se oían muy fuertes, pero ya no importaba nada.

- Ethan voy a…- alcanzó a decir. Con algo de dificultad solté una de mis manos para tomar su miembro y comenzar a masturbarle. Volví mis embestidas más fuertes aun y noté como el chico que tenía sobre mí comenzaba a temblar ligeramente. Yo también sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo, ese ligero ardor que subió desde mi estómago hasta el pecho, para bajar drásticamente.

Como una montaña rusa.

Oí un último gemido de su boca cansada y algo líquido y cálido manchó mis manos, se había corrido. Le sentí retorcerse cuando yo hice lo mismo dentro de él.

Había terminado.

- Lo siento…creo que te he ensucia…- intenté decir. Él me interrumpió estrechándome en un repentino abrazo que me quitó el aire.

- Yo también te amo, Ethan- susurró en mi oído, callé inmediatamente al oír esa frase y me mantuve en silencio todo el resto de la velada.

Era correspondido.

Esa noche, sus palabras se clavaron tan hondamente en mí que mi interior pareció comenzar a incendiarse al oírlas.

Y Aiden había iniciado el fuego.

Notas finales:

Y luego de 54 caps...recién se dicen que se aman xD

Cosas que pasan (?) 

Desde el prox capítulo la cosa se pondrá intensa D:

Cualquier comentario, crítica o pregunta pueden dejarla en un lindo -o no tan lindo- review :3

Espero les haya gustado el lemon (que se hizo esperar ewe) 

Nos leemos pronto :D 

Kissus! :3 



PD: Más de alguno/a pensó que algo le pasaría a Aiden solo por el titulo del cap (?) (ya que el cap donde muere Ethan se llamaba "Ethan") xDD lamento si los asusté :D


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