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CUANDO LA LUZ SE CONVIERTE EN OSCURIDAD por LORD GRIM

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Notas del capitulo:

Hola a todos, estoy de vuelta espero que hayan pasado un muy agradable 14 de febrero en compañia de sus seres queridos. 


Bueno sin mas preambulos aqui esta la continuación de esta historia. 

Era un día perfecto para la cacería de venados, ya que el paraje nevado evitaba que se camuflaban; en un prado la corte estaba reunida en espera de la llegada de los caballeros y algunas damas aficionadas a ello, quienes desde muy temprano habían partido al bosque en busca de presas dignas. En la mesa de bocadillos, el grupo Japonés devoraba todo lo que encontraba no se acercaban a los invitados a quienes se les notaba lo estirados que eran a leguas.


 


-Nunca me había sentido más humillado en toda mi vida- mencionó el tecladista visiblemente molesto, toda esa gente los barría con la mirada estaba consiente que monetariamente hablando era inferior a casi todos pero tampoco era un pobre diablo.


 


-Y que lo digas… Señor Yuki le debo una disculpa, pensé que no había persona más estirada, antipática y grosera que usted, pero estos nobles ingleses le quitan el titulo sin problema – el manager simplemente comía algunos pastelillos tratando de ignorar a todos.


 


-Muy gracioso K- el escritor estaba de un pésimo humor, no había logrado ver a su niño desde temprano pues este salió a toda prisa para unirse a la cacería de venados.


 


-Me pregunto si Shuichi habrá tenido suerte en cazar algo – menciono el guitarrista quien por ratos observaba los parajes en espera de la llegada del grupo pero nada, no sabía mucho de las tradiciones en aquel país pero a decir verdad ya se estaba aburriendo.


 


-Con la suerte que tiene lo único que atrapara será un resfriado – bromeo el escritor recordando lo atolondrado que era su pequeño siempre le pasaban los accidentes más tontos


 


El que más recordaba fue aquel día en el que se quedó encerrado en el baño del departamento, lloro tanto porque estaba asustado de estar atrapado, para sacarlo tuvo que derribar la puerta con una patada para después pasarse toda la tarde consolándolo. Como extrañaba esos momentos tan dulces que no supo valorar, solo esperaba que pronto las cosas mejoraran.


 


De momento se oyó el aullido de algunos perros los cuales aparecieron a la cabeza de un grupo personas que llegaban montanos en maravillosos corceles, por lo visto era el grupo de caza que regresaban trayendo consigo un venado blanco.


-Vaya eso no se ve todos los días – menciono el manager quien siendo aficionado a las armas sabia a la perfección que los venados blancos eran una de las presas más preciadas en aquellas tierras, de hecho era virtualmente imposible encontrar uno salvaje.


 


-Ahí esta Shuichi – grito el pelirrojo mientras señalaba a su amigo que montaba un hermoso corcel negro vistiendo un traje especial en tonos carmín y negro la postura que tomaba sobre el equino era perfecta además de que se notaba la seguridad que manifestaba.


 


Observaron como todo el grupo bajaba de los animales recibiendo un aplauso por parte de todos los presentes para después dirigirse a unas tiendas para cambiarse sus ropajes de cacería por algo más decente para la ocasión haciendo que las personas comentaran acerca de los sucesos de la mañana además del ciervo blanco.


 


-Tal parece que quien encontró y le dio el tiro de gracia al pobre animal fue nuestro estimado Shuichi – dijo el manager quien se había dedicado a escuchar los comentarios de los invitados- A pesar de que esta gente se da aires de refinados son en extremo chismosos, no paran de hablar y de tratar de enterarse de algún nuevo dato.


 


-Por eso dicen que no todo lo que brilla es oro- el escritor bebió otra copa de champaña ya estaba harto de todo ese protocolo tan absurdo que se vivía.


 


-Entonces significa que su cabello no es de tono natural verdad Señor Uesugi- otra vez el tipo aquel al girarse se encontró con el Duque de Trelawny quien por lo visto acababa de cambiarse llevando un fino atuendo de etiqueta en tonos negros-


 


-Y Usted Duque William Trelawny… no tiene nada mejor que hacer que estar acosándonos- manifestó el tecladista poniéndose en guardia, a sabiendas de lo peligroso que era el peli plata pues ya lo había visto pelar al lado del ex cantante.


 


-A decir verdad no, el espectáculo aun no comienza faltan algunos momentos más, así que pensé en venir a saludar considerando que no han logrado integrarse a nuestro círculo social – dijo divertido pues de no ser por él nadie más de los presentes le había dirigido la palabra.


 


-Le aseguramos… que no venimos aquí a socializar con nadie – bramo el escritor tratando de sonar lo más seguro posible ante aquel tipo de aspecto tenebroso.


 


-Bueno, es una pena aunque… también una gran fortuna para ustedes después de todo – dijo mientras tomaba una copa de la bandeja de un mesero para comenzar a beberla lentamente y poder proseguir – Ed, ha sido muy amable con ustedes al permitirles estar en eventos tan sofisticados a los cuales obviamente no pertenecen


 


-Eso prueba que Shuichi no es como todos ustedes – menciono el guitarrista uniéndose a la plática, pues se sintió ofendido pues de una manera sutil el hombres acababa de decirles que no estaban a su nivel – Él es la persona más dulce que he conocido.


 


-Eso no lo discuto Señor Nakano, Ed, es alguien muy especial, que te encanta al momento de conocerlo posee un magia tan sobrenatural pareciera que no es humano – se burló ampliamente recibiendo una mirada de enojo por parte de los japoneses quienes no comprendían como era capaz de jugar con algo así.


 


-Acaso no puedes tomar las cosas con más seriedad – musito el manager queriendo al menos darle un buen puñetazo al susodicho quien solo levanto los hombros.


 


-Claro que tomo muy en serio mi trabajo como miembro de la “Nobleza Oscura”; así como mi imagen ante la sociedad – dijo mientras acomodaba su largo cabello con mucha elegancia casi tratando de seducir.


 


-Deberías comprometerte con alguna desgraciada dama para que le hicieras la vida miserable, te serviría como pasatiempo- bramo el escritor al mismo que cruzaba sus brazos visiblemente molesto recibiendo solo una tenue risa, es que acaso nada perturbaba a este hombre.


 


-Pero mi estimado Señor Uesugi, yo ya estoy comprometido desde hace mucho tiempo atrás con la hija del Conde de no sé qué… - parecía que en lugar de hablar de un ser humano se trataba de un objeto común y corriente – Claro que… de acuerdo al acuerdo que he hecho la desposare hasta que la mocosa tenga al menos 25 aún faltan 3 años, la ilusa está estudiando.


 


-Tal vez no se te has dado cuenta pero estas hablando de una persona ¿Cómo puedes ser tan cruel?- pregunto molesto el escritor al mismo que lo miraba con odio.


 


-Disculpe… pero acaso no se mordió la lengua con su comentario – dijo sonriendo burlonamente al mismo que continuaba- Mi matrimonio es solo un arreglo por intereses eso lo sé al igual que mi prometida, la cual esta consiente que jamás la amare pero lo ha aceptado, - lo miro con un gesto más serio – Bien sabe que le daré la vida que debe llevar una Duquesa, cumpliré con mis obligaciones como esposo sin que nada le falte le he dado mi palabra pero usted-


 


-Yo que tengo que ver en tu extraña historia demente de la oz – menciono el escritor sin saber que estaba metiendo las manos al fuego.


 


-Pues mucho no fue usted quien le hizo falsas promesas de amor eterno a Edward- sus palabras dejaron muy afectado al escritor quien solo se quedó callado escuchando – Lo engaño vilmente, para después irse con cuenta zorra se le ponía enfrente, falto a su palabra como hombre… así que no venga a decirme que soy una mala persona porque usted me supera ampliamente.


 


-Oye… no te voy a permitir que le hables a Eiri de esa forma – el empresario salió en defensa de la persona que quería deteniendo al notar la sonrisa maquiavélica del peli plata.


 


-Si fuera usted me quedaría callado Sr. Seguchi, no vaya a ser que todos sus trapos sucios queden al descubierto – sonrió para después comenzar a caminar alejándose del grupo


 


El empresario se quedó callado algo en su interior le decía que aquel individuo conocía el trato que había hecho con su excantante, tenía que tener mucho cuidado algo lo estaba perturbando. Sus pensamientos fueron interrumpidos por los murmullos de la gente quienes miraban un punto específico al enfocar su vista como todos los demás se llevó la sorpresa de su vida.


 


Ahí al inicio de la escalera vestidos elegantemente con un traje de etiqueta negro con toques azulados muy parecido al que utilizo en su primera presentación se encontraba Shuichi, muy sonriente a su lado sujetando su brazo se encontraba una jovencita de unos 17 años muy linda su largo cabellos castaño estaba detenido en una cola alta a su costado derecho su vestido verde, aunque se pegaba a su cuerpo no lograba mostrar atributo ninguno la susodicha no era fea pero tampoco alguien espectacular.


 


-Buenas Tardes tengas todos los presentes – el azabache tomó la palabra muy tranquilamente captando la atención de los presentes – Espero que estén disfrutando de esta celebración de la cacería, pero quisiera aprovechar la ocasión para darles una noticia muy importante.


 


El lugar estaba sumido en un completo silencio, todos escuchaban las palabras del menor por su parte el escritor deseaba avanzar para quitar a esa mocosa del lado de su novio, pues esta lanzaba sonrisas coquetas al igual que sus mejillas estaban sonrojadas pero lo peor del caso es que se pegaba como parasito a su pareja quien continuo.


 


-Esta tarde… tengo el placer de anunciarles que esta hermosa jovencita aquí presente, me ha concedido el honor de aceptar a este humilde caballero como su futuro “ESPOSO” –


 


La sorpresa del lugar era evidente pero lo más impactante fue ver que el joven azabache se hinco frente a la dama tomando su mano derecha.


 


-Lady Katherine Bennett… ya hice esto hace un momento pero lo apropiado es que lo haga ante la corte, desea usted… convertirse en mi esposa – dijo al mismo que de entre sus ropas sacaba una preciosa caja blanca la cual abrió dejando ver un hermoso anillo con un diamante tan grande.


 


-Sí, claro que acepto – dijo la menor al mismo que sonreía y algunas lágrimas caían de sus ojos cuando observo como el futuro Duque de Grand Chester le colocaba aquella hermosa joya para regalarle un dulce beso en ella.


 


Se levantó para sonreírle al mismo que giraron para recibir los aplausos de los presentes quienes estaban muy alegres por el compromiso que acababa de formularse, cabe mencionar que algunas de las señoritas casaderas se pusieron especialmente tristes, pues su oportunidad de ganarse un enorme partido se les escapaba como agua de entre sus manos.


 


La pareja mostraba su mejor sonrisa la cual era vista por los ojos llorosos de un joven escritor, quien lo podía creer lo que veía esto no podía ser cierto Shuichi, su Shuichi acababa de comprometerse con alguien justo frente a sus ojos, eso lo supo cuando este le dirigió una mirada suspicaz para después atender el llamado de los presentes quienes deseaban que el joven le diese un beso a su prometida haciéndolo a manera que todos fuera visto por esos ojos miel de los cuales una cascada salina caía con fuerza.


 


-Eiri- grito Thouma al ver como este salía corriendo del lugar totalmente herido, nunca en su vida lo había visto de esa manera tan terrible en verdad le había afectado aquello.


 


-Pobre tipo le rompieron el corazón – dijo Undertaker quien llevaba en su manos una cámara de video, la cual les mostro haciendo que vieran las imágenes de la cara que puso el escritor al enterarse de todo así como la del momento del beso.- Miren si se pone en cámara lenta, podemos ver perfectamente el instante en el que se le parte su corazoncito.


 


-Eres despreciable- dijo el manager empezando a correr seguido de todos quienes intentaban alcanzar al escritor quien estaba sentado afuera del auto que los trajo en un mar de lágrimas.


 


-Eiri- se acercó Thouma para abrazarlo, estaba muy mal no paraba de llorar y de repetir el nombre de Shuichi en verdad tanto lo amaba, fue ahí cuando al empresario también se le rompió el corazón.


 


La vida era tan irónica, misteriosa, al igual que cruel él amaba con todo sus ser al escritor pero el corazón de este le pertenecía al ex cantante, quien por mucho años se rendía ante él y ahora no sentía absolutamente nada por el rubio ya que acababa de comprometerse con otra frente a todos incluido el hombre que lloraba en sus brazos. Eso era lo que tenía planeado desde un principio, se supone que debería estar contento con eso se quitaba al menor de su camino pero viendo a la persona más importante de su vida en aquel estado tomo una nueva decisión.


 


-Tranquilo Eiri, todo se arreglara te lo prometo – sin más se separó de su excuñado para regresar a la fiesta en busca del causante de todo eso, lo encontró conversando animadamente con el padre de su prometida posiblemente afinando algunos detalles de lo mismo.- Podemos hablar un momento es urgente, si es posible en privado.


 


-Deberán disculparme… pero debo atender unos negocios en cuanto termine regresare con ustedes- le dio un pequeño beso en la mano a su prometida la cual lo miro felizmente para después caminar entre la multitud hasta entrar en una de las tiendas- Ahora si Seguchi dime ya existes planes para su regreso a Japón.


 


-No- dijo firmemente captando la atención del más joven quien lo miro sin expresión en el rostro – No puedo creer lo que hiciste ahí, lastimaste a Eiri deberías verlo está totalmente derrumbado ¿Cómo fuiste capaz?


 


-No tengo porque darte explicación alguna simplemente hice lo mejor para todos – dijo suavemente tomando asiento en uno de los sillones del lugar para seguir con la plática.


 


-Lo mejor para todos, como puede serlo cuando estas lastimando a las personas que te aman, Si Shuichi, Eiri te ama más que nada en el mundo, por eso esta así llorando por un estúpido compromiso con una niña tonta.


 


-No te permitiré que hables así de mí prometida – el más joven se levantó molesto no era propio de un hombre hablar mal de una dama


 


-No digas estupideces Shuichi, pero dime una cosa ¿En verdad amas a esa niña tanto como para casarte con ella? Y no te atrevas a mentirme, quiero que seas honesto por el honor de tu familia- el rubio toco un punto sensible en el menor quien no tuvo más opción que hablar con la verdad.


 


-NO, No amo a Katherine – fue lo único que dijo sin que sus ojos cambiaran de expresión estaba tranquilo – Eso es totalmente evidente, en serio creyeron que yo podría amar a alguien por favor eso es la estupidez más grande que he oído. – Una burlona sonrisa se dejó mostrar mientras se sentaba en una de los tantos sillones que había en la carpa.


 


-Entonces ¿Por qué te comprometiste con ella?- pregunto el rubio a quien empezaba a odiar aquel cambio tan drástico en quien fuera su segundo mejor cantante.


 


-Simple, Katherine es solo un instrumento más que usare a mi antojo – aquella respuesta dejo helado al rubio, como podría ser capaz de actuar de esa manera estaba jugando con las personas de una manera muy cruel.


 


-En serio ¿Te estas oyendo a ti mismo?, vas a atreverte a jugar con las emociones de las personas eso es muy bajo – reclamo el tecladista al darse cuenta de lo rastrero que hubiese…


 


-No se mordió su lengua al recriminarme mentalmente- se burló el menor – le recuerdo que usted ha sido uno de mis maestros en la materia de cinismo, pero que crea que me excedido, es sinónimo de que el alumno ha superado al maestro.


 


-En verdad que has cambiado mucho Shuichi, este no eres tú- le miro bastante preocupado pues entre sus cavilaciones creía haber encontrado la respuesta a tanto odio que albergaba en su corazón, pero que ahora se desbordaba y estaba dirigido a Eiri. – Tanto daño te hizo Eiri como para que desees vengarte…


 


-Se equivoca Sr. Seguchi, de ninguna manera – le miro con suma serenidad para después recargar su mano en su mejilla continuando con su explicación – Yo no guardo rencor, pero si tengo memoria.


 


- Es lo mismo Shuichi pareciera que estar devolviéndole a Eiri todo lo que te hizo, multiplicado por 10 – le regaño en serio que el cantante se había vuelto mucho peor que él.


 


- Bien, supongo que en su caso no puedo mentir… en parte mi compromiso con la señorita Bennett fue con el fin de herir en lo más bajo al nuestro escritor – una mueca de furia se formó en aquello orbes rojizos los cuales se encendieron - ahora sabe lo que se siente que te rompan el corazón, el mirar de frente a la persona que amas con los ojos llenos de lágrimas, suplicando por un poco de compasión para que este de té la espalda, burlándose de tu desgracia- grito la última parte al mismo que golpeaba una mesa cercana partiendo la en dos – para que termines solo en mitad de la noche como un perro… no… como un montón de mierda sin valor alguno.


 


-Shuichi ¿Qué paso con Eiri?, si no me dices no puedo comprenderte – pidió el tecladista con verdadera sinceridad, sabía que lo que sucedió entre ellos debió ser terrible como para que el menor guardase tanto rencor.


 


-Se lo diré después puedo confirmarlo con Eiri, eso si es que el bastardo tiene la suficiente cara como para admitirlo. 

Notas finales:

Bueno eso es todo por ahora, empieza el verdadero sufrimiento de Yuki; actualizare seguramente el proximo sabado.

sALUDOS A TODOS


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