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Lolita por Kuran Mikaode

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Notas del capitulo:

Holi~

Ya se que pasó medio año pero ya ni me disculparé ToT

Gracias por todos sus comentarios y por los nuevos lectores

Como notaron en el capítulo anterior, estamos empezando una nueva étapa y ya se está acercando el inevitable final.

Para la personita bella que me pidió una escena candente GuiñoGuiño tuve en cuenta tu petición, pero no me había gustado para nada el capitulo y lo borré y volví a comenzar. En compensación lo harán dos veces en el capítulo siguiente. Quería hacerlo más largo para agregar la escena pero es importante para mí tener un escena de corte.

También es importante el nombre de los capítulos y me di cuenta que los invertí con el nombre del cpítulo pasado así que los cambiaré... XD

Capítulo 21.

Blue Lips.

Sasuke salió del baño desorientado. Los labios de Neji dejaron un tacto amargo y viscoso sobre los suyos y su tacto se había dejado una sensación agría que ardía desagradablemente sobre su piel. Se sentía sumamente incómodo en su cuerpo y sentía deseos de arrancarse la piel y borrar cualquier recuerdo de ello. Se había fregado la cara con fuerza y se había vuelto a maquillar el rostro enrojecido por el ímpetu de su acto. Tenía unas ganas tremendas de simplemente ponerse a llorar y dejarse caer en la desdicha, pero se negaba a darle ese placer a Neji, ese o cualquier otro. Su cuerpo bullía en furia de tan sólo recordar tal osadía, sin embargo, aquel miedo que lo había petrificado proseguía; no podía olvidar sus ojos fríos y vacíos ni la forma tétrica en la que lo observaban.

Suspiró un par de veces, tratando de aparentar que nada había pasado, aún podía sentir la mirada de Neji seguir cada uno de sus pasos, pero Sasuke se esforzó en no dejar que eso lo intimidara. Volvió a su lugar junto a Naruto notando que Yahiko ya le había llevado las bebidas. Tomó la suya de un solo golpe sin siquiera fijarse en que era, también tomó la de Naruto y la de Suigetsu que estaban sentados a su lado lanzándole miradas extrañadas. Unos incomodos segundos después Juugo le tendió lo que quedaba de su bebida y Sasuke la tomó sin pensarlo. Luego de aquel arranque comenzó a sentirse nuevamente dueño de sí mismo. Se dejó caer contra el respaldo de la silla notando al fin cuan tensa había sido su postura para luego recostar suavemente su cabeza contra el hombro de Naruto quien sin decir nada comenzó a acariciarle el cuello y el hombro tratando de tranquilizarlo, seguramente creía que seguía enojado por la puta de su hermano y la aún más zorra, Hana.

—¿Estás bien? —Murmuró suavemente Naruto sobre su oído.

—No. —Respondió Sasuke.

—¿Cómo te sientes? ¿Sigues molesto?

Sasuke levantó levemente la cabeza y susurró sobre su oído —Quiero salir de aquí.

—¿Por qué?

—Porque quiero. — Apretó los labios con disgusto, la pregunta le molestó. Qué más daba el por qué, simplemente se quería ir y eso debería ser todo lo que importaba.

Al parecer su voz había sido un poco más fuerte de lo que esperaba porque Suigetsu comenzó a lanzarles miraditas conocedoras.

—Tsss, tsss. Hey, rubio —llamó a Naruto—. Dale un par de besitos o yo que sé. Lo que sea, pero has que se calme.

Juugo le dio un poco disimulado codazo en las costillas para que se callara, pero, inesperadamente, a Naruto no pareció disgustarle la idea porque acto seguido le tendió una mano a Sasuke y le pidió que lo siguiera. Sasuke aceptó y se fue tras él sintiendo su estomaga hormiguear un poco con anticipación. Disimuladamente fueron a la parte de atrás de la barra, donde estaba ubicada la bodega. Naruto cerró la puerta tras de sí y se aproximó hacia Sasuke y, en un rápido movimiento, le tomó de las piernas y lo sentó sobre un montón cajas. Instintivamente Sasuke se abrazó de su cuello y dejó escapar un gritito de sorpresa.

—¿Qué te pasa? —preguntó Naruto entre sus piernas, con su pecho muy pegado al suyo y con los labios sobre su cuello.

—Nada. —No quería darle más importancia a Neji de la que necesitaba. Tampoco quería que Naruto lo salvara o que resolviera sus asuntos.

—¿Seguro? Parecías bastante molesto… ¿Era por tu hermano?

Sasuke negó suavemente con la cabeza, obviamente seguía molesto con Itachi, esperaba más de él pero tampoco iba a hacer de ello el fin del mundo.

—No es nada, solo un idiota que quiso tocarme en el baño —Mintió a medias—. Pero no pasó nada.

Naruto frunció el ceño y le miró al rostro, Sasuke bajó la mirada, no podría seguir mintiendo si lo miraba así.

—¿Lo golpeaste?

—Ya te dije que no pasó nada —Sasuke levantó la mirada y con una de sus manos comenzó a acariciarle con suavidad los cabellos de la nuca—. No creo que me hayas traído aquí para interrogarme sobre ese salidito.

Naruto le sonrió coqueto y el corazón de Sasuke dio un vuelco.

—No —dijo con la sonrisa aun bailándole en los labios mientras se pegaba más a su cuerpo. Sasuke se recogió un poco el vestido para dejar que Naruto pegara más sus caderas y arqueó la espalda de forma que sus pechos se presionaban firmemente el uno contra el otro. Levantó el rostro y se encontró con los ojos azules brillantes de Naruto observándolo con anhelo.

Sus labios se juntaron con algo de ansiedad, como si lo hubieran extrañado. Sus manos comenzaron acariciar sus cuerpos por encima de la ropa, las manos de Naruto se paseaban firmemente sobre sus piernas tanto así que por un momento Sasuke creyó que rompería sus medias por el ímpetu en sus movimientos. —Espera —dijo Sasuke separándose un poco. Si había salido de casa vistiendo medias negras y de repente volvía sin ellas su padre comenzaría a hacer preguntas y, lamentablemente, Sasuke nunca había sido capaz de mentirle puesto que sabía que su padre era una maquina detectora de mentiras viviente. Además, su situación ya era lo suficientemente precaria como para agregar más tensión—, las romperás.

Naruto le miró a los ojos y sus labios se curvaron en una suave sonrisa coqueta que consiguió acelerar un poco su corazón. Con movimientos más delicados desabrochó la parte superior de su vestido y comenzó a besarle el cuello con suavidad, por lo que Sasuke llevó sus manos bajo su camisa para acariciar su pecho, paseó sus manos sobre sus abdominales amasándolos y sobándolos con deleite para luego subir suavemente hacia sus pectorales acariciando sus pequeños pezones con la punta de sus dedos.

De repente escucharon el sonido de alguien tratando de abrir la puerta con insistencia. Naruto se separó rápidamente de su cuerpo y le miró con urgencia. Sasuke desvió su vista hacia la puerta, por un momento creyó que podría ser su hermano y lo último que querría en su vida es que su hermano lo sorprendiera infraganti. Sin embargo, si fuera su hermano o alguno de sus amigos tendría la llave y no estaría tratando de forzar la puerta. Se observaron con confusión un par de segundos y cuando Naruto trató de decirle algo Sasuke llevó una de sus manos a su boca para silenciarlo. Un momento después el sonido ceso.

Naruto dejó escapar un pequeño suspiro de alivio mientras recostaba su cabeza contra uno de sus hombros. El ambiente estaba un poco denso y Sasuke se sentía ligeramente preocupado. —Bueno, eso estuvo cerca —agregó Naruto en un tono desenfadado que consiguió trasmitirle cierta confianza. Le acomodó la ropa y le tendió la mano. Ni siquiera se preocuparon disimular un poco, salieron al mismo tiempo con sus manos entrelazadas como si nada hubiera pasado.

—Tienes labial en la boca —le comentó a Naruto aquella chica rubia que Sasuke parecía detestar con un tono más bien condescendiente.

Naruto observó a Sasuke mimetizar una versión increíblemente aquella sonrisa dulce, cándida y agradable tan característica de Haku. —Es que usamos el mismo tono —respondió con cierto veneno. Naruto no entendía porque no se toleraban o por qué simplemente no dejaban de hablarse.

Hana sonrió suavemente, sus labios se curvaron en una sonrisa de extrema autosatisfacción, como si fuera una araña complacida de encontrar una presa en su elaborada red. —Ten cuidado Sasuke —le dijo con un falso tono consternado—, has estado muy zorra últimamente. —Sasuke simplemente le ignoró, cualquiera creería que simplemente no la había escuchado, sin embargo, Hana estaba tan cerca de Sasuke que casi le estaba hablando al oído y su tono de voz había sido lo suficientemente alto para que todos escucharan. —Dicen por ahí que le otro día saliste de aquí con un hombre que podría ser tu padre… —Ella simplemente no se daría por vencida.

Luego de unos segundos Sasuke al fin se giró a verla. El ambiente era tenso y Naruto casi que estaba conteniendo la respiración mientras esperaba una repuesta afilada y venenosa por parte de Sasuke. Por su parte, Sasuke se mordió la lengua para evitar que una respuesta mordaz escapara de su boca, sabía muy bien lo que Hana quería de él y esta vez no estaba dispuesto a dárselo.

—Esto comienza a ser aburrido.

Hana parpadeo un par de veces. Sus pestañas postizas tan tupidas y pesadas hacían de aquel movimiento algo casi surreal. Casi.

—¿Qué? —Preguntó anonadada.

—Esto —Sasuke hizo un círculo entre ellos, parecía aburrido y fastidiado en partes iguales, sin embargo, sus ojos chispeaban con desprecio—. Tú, Comienzas a aburrirme.

Sasuke dijo eso y se alejó. Naruto no supo si debía ir tras de él o darle su espacio, así que simplemente se quedó quieto donde estaba observando a Sasuke alejarse de él. Observó cómo su hermano lo interceptaba a medio camino, Sasuke pareció ignorarlo por lo que Itachi, sintiéndose frustrado, lo agarró del brazo evitando que lo pasara de largo, no obstante, Sasuke se sacudió del agarre con violencia y continuo su camino hacia la salida. Se bebió la imagen de Sasuke con la mirada, se sentía extrañamente deleitado, tanto así que no pudo despegar sus ojos de él sino hasta que algo más captó su atención.

—¿Por qué tenías que provocarla? —La voz furiosa de Haku lo sacó de su ensimismamiento. Se había plantado frente a Hana, cuerpo erguido y los brazos cruzados firmemente sobre su pecho en una posición autoritaria— Es que acaso te gusta que te restriegue en la cara que te acuestas con tu padre o simplemente quieres regodearte de ello.

Una vez dicho eso, Haku simplemente se fue dejándolos un tanto consternados. Naruto intercambio un par de miradas con Kiba e Ino quienes seguramente estaban mimetizando la expresión de horror en su rostro.

Suigetsu, tan oportuno como siempre, dejó escapar un pequeño silbido de impresión. Aprovechándose de su estado de anonadación, Suigetsu le pasó un brazo sobre los hombros y con gesto entre cómplice y pícaro dijo: —Al menos esta vez no nos arrestaron, ¿no? —le dio un pequeño codazo con camaradería y se alejó también. Naruto volvió a compartir miraditas perturbadas con sus amigos.

Alcanzaron a los demás a fuera del bar. Sasuke estaba hablando suavemente con aquel tipo alto de cabellos naranjas mientras Haku estaba abrazado a uno de sus brazos. Naruto se acercó lentamente a ellos sintiéndose extraño y torpe, de repente era demasiado consiente de sí mismo, como si tuviera miles de ojos observándolo y juzgándolo. Era más fácil cuando sólo eran Sasuke y él, cuando estaban con sus amigos. Los amigos de Sasuke le hacían sentir que había una parte de Sasuke que él no conocía, una parte de su vida a la que no había sido invitado y eso le intimidaba. Le hacía sentir tan ajeno a Sasuke como si se tratara de otra persona, no la misma persona con la que el día anterior sintió como si compartiera el alma, no el mismo Sasuke que le hacía sentir que ellos eran las únicas personas en el universo porque nadie más importaba. No, esta persona se sentía distante y por más que Naruto intentara no la podría alcanzar.

Sasuke se giró a verlo, parecía que lo había llamado con sus pensamientos. Naruto le miró a los ojos, le gustaban sus ojos, eran tan oscuros y tan brillantes como una noche clara y despejada en la que el cielo se encuentra iluminado por millones de estrellas. Sasuke lo observaba con un poco de extrañeza en su mirada, por lo cual Naruto notó que se había quedado de pie a medio camino mirándolo fijamente. Trató de regalarle una sonrisa para hacerle saber que todo estaba bien. Falló. En vez de curvarse en una sonrisa, sus labios se recogieron en un gesto resignado. Comenzaba a sentirse perdido. Sin embargo, Sasuke giró su cuerpo y, con una pequeña, casi que imperceptible, sonrisa invitante, estiró su mano para tomar la suya y halarlo a su lado.

 

***

 

Se levantó a las cinco de la mañana sin necesidad de que la alarma lo despertara. Una pequeña parte de su cuerpo le exigía que siguiera retozando entre las sabanas, sin embargo, él no se lo permitiría. Fugaku era conocido por ser un hombre severo y disciplinado, pero lo que muy pocos sabían era que él había tenido que dejar atrás la rebeldía y la irreverencia de su adolescencia cuando se dio cuenta de que iba a tener un hijo. Ese día le prometió a la que sería su esposa que él se encargaría de todo. Había sido difícil y lo fue aún más cuando Mikoto murió dejándolo sin ninguna idea de lo que debería hacer.

Como un autómata tomó una ducha y se vistió, cuando volvió a ser consiente de sí mismo ya estaba en la cocina preparándose una gran taza de humeante café. Fugaku ya no sabía vivir sin el café, la deba la energía que necesitaba cada mañana para mantenerse firme e implacable, le ayudaba a encontrar la serenidad para que simplemente no le gritara a Sasuke para que se callara cada vez que se ponía de irreverente y, muy importante, activaba su mente lo suficiente para evitar que dependiera de Itachi cuando todo comenzaba a ponerse difícil.

Se quedó de pie recostado contra una de las encimeras de la cocina disfrutando el estado de calma absoluta característico de esa hora. El simple hecho de saber que sus hijos se encontraban en sus camas durmiendo, a salvo de todo mal y peligro le era suficiente para sentirse sereno y despejado. Abrió la nevera y se tomó medio sándwich y un trozo de pizza a medio comer; sus hijos siempre estaban dejando comida a medio comer en la nevera. Comió su desayuno de forma apacible para luego subir a la otra planta a cepillarse los dientes, camino al baño pasó por la habitación de Sasuke y sin siquiera meditarlo desvió sus pasos e irrumpió en su habitación.

Abrió la puerta con sigilo y desde el allí observó detenidamente la habitación de Sasuke. Estaba pulcramente ordenada, incluso la ropa que estaba sobre la silla del tocador o encima del alfeizar de la ventana estaba perfectamente doblada. Como siempre, las sabanas de la cama estaban revueltas puesto que Sasuke se había envuelto en ellas de tal forma que lo único que se podía divisar era su largo cabello negro esparcido sobre la almohada y gran parte de su rostro. Fugaku dio un par de pasos silenciosos y se sentó con cuidado en la cama. Sasuke tenía la costumbre de dormir encogido en el borde la cama. Lo había hecho desde que era un bebé y a Fugaku le había tomado muchos años de ansiedad contenida el comprender que no caería. Desde que era un bebé solía hacerse bolita en el borde de su cuna, una actitud que no cambió cuando se hizo más grande y que siempre alteraba a Fugaku cuando lo veía al borde de su pequeña cama como si estuviera a punto de caer.

Con cuidado peinó los cabellos de Sasuke y los apartó suavemente de su rostro. Sasuke protestó un poco ante el toque, sin embargo Fugaku continuó acariciándole los cabellos e, incluso, dejó un suave besó en su cien. Sasuke era su bebé. Todavía podía recordar a lujo de detalle la primera vez que lo vio y la escalofriante sensación que recorrió su cuerpo cuando notó que apenas si cabía en una de sus manos. También recordaba los suaves berridos de descontento que profirió al nacer puesto que sus pulmones malformados no le permitían gritar y llorar con más fuerza.

—¿Papá?

La voz adormilada de Sasuke lo sacó de sus pensamientos. Fugaku enfocó su mirada en su rostro, su rostro tan parecido al Mikoto como si se tratase de una absurda broma del destino.

—Tengo que ir a una reunión en Kyoto. En el bol de la cocina les dejé dinero para la comida.

Sasuke asintió suavemente y aún adormilado se acurrucó sobre el regazo. Fugaku se acomodó contra la mullida cabecera de la cama y continuó acariciándole suavemente el cabello. Sasuke seguía despierto por lo que comenzó a hablarle en voz baja.

—Recuerdo cuando nos mudamos aquí. Fue un primero de diciembre, recuerdo que ese año el invierno fue bastante frío y hubo varias nevadas aquí Tokio. Tenías casi un año y medio cuando nos mudamos, eras tan inquieto que si te quitábamos la vista de encima así fuera un segundo aparecías al otro lado de la habitación. La primera noche fue la más difícil. Itachi no se quería ir, creía que —Su padre hizo una pausa para aclararse la garganta—. Creía que si nos íbamos estaríamos dejando atrás a Mikoto por completo, siempre ha sido un chico listo. Todos estábamos muy… no sé cómo decirlo —Hizo una pequeña pausa buscando la palabra adecuada— ¿nerviosos? Eso te ponía mucho más inquieto e irritable. La casa estaba llena de cajas, era un caos por completo y yo no podía recordar donde había quedado nada. Tampoco podía dejar a Itachi solo contigo estando en ese estado. Además, el sólo era un niño de seis años. Ese día nos acostamos temprano, la calefacción estaba fallando y solo funcionaba de forma más o menos decente en la sala. Compramos la cena y alquilamos un futón el cual pusimos en la sala frente a la chimenea. Itachi y yo te pusimos un montón de ropa de invierno, parecías un gigantesco copo de nieve, luego de eso nos abrigamos y nos metimos al futon abrazándonos fuertemente contigo en el medio. Nunca encendimos la chimenea, nos daba miedo que te en algún momento nos descuidáramos y te acercaras a ella.

Sasuke se sentó sobre la cama con un sentimiento agobiante presionando suavemente en su pecho. Ellos nunca habían encendido la chimenea, a tal punto que Sasuke llegó a creer que era falsa y solamente estaba como decoración.

—Papá… —Empezó a decir, sin embargo, fue interrumpido.

—Creía que a medida que fueras creciendo empezaría a preocuparme menos. Pero, por el contrario, me he dado que con el tiempo mi capacidad para resguardarte del peligro disminuye exponencialmente.

Antes de que alguno de ellos pudiera notarlo se estaban abrazando, solo que no sabían quién consolaba a quien o si simplemente estaban buscando consuelo en los brazos del otro.

Fugaku besó a Sasuke en la cabeza y peinó nuevamente sus cabellos apartando los mechones rebeldes que se cruzaban por su cara.

—¿Qué harás hoy?

—Terminaré de arreglar mi closet y luego iré a comprar con Haku. Mucha ropa ya no me queda, los pantalones me quedan ajustados de la cadera y ya me quedan cortos. Tampoco me quedan mis botas —le confesó, aunque también algunos suéteres le quedaban más justos y las faldas hacía rato que le quedaban más cortas y ya se le ajustaban más en las caderas, pero eso no era algo que su padre necesitara saber.

Fugaku se llevó la mano al bolsillo trasero y sacó su billetera.

—Cómprale a tu padre un buen abrigo —le guiñó un ojo—. Que sea algo con estilo. Le diré a Itachi que también arregle su closet, últimamente anda en las nubes. —Le acarició el rostro a Sasuke una vez más se levantó y salió de la habitación para despedirse de Itachi también.

Sasuke observó a su padre salir y se dejó caer sobre la cama. Se quedó ahí, quieto, muy quieto, por un par de minutos hasta que decidió que ya era hora de levantarse. Tomó una ducha rápida y se puso ropa interior y siguió midiéndose la ropa. Guardaría la ropa de verano y sacaría toda la ropa que ya no le quedaba. Estaba en medio de una lucha insufrible con uno de sus vestidos favoritos cuando su teléfono empezó a sonar. Era Naruto. Le estaba video llamando. Sasuke cortó la llamada, tomó su computadora del escritorio, la puso sobre la cama y le llamó.

—¿Qué quieres?

—Que geniecito —se burló Naruto—. Buenos días para ti también Sasuke, estoy muy bien gracias por interesarte.

Sasuke puso los ojos en blanco y bufó. —Es solo que este estúpido vestido ya no me quiere cerrar. Se suponía que lo usaría en tu cumpleaños.

—Bueno al menos podrás comprar algo más sexy para mí.

—¿Estás diciendo que no luzco sexy? —Añadió Sasuke señalando su cuerpo mientras se sacaba el vestido, resignado a que ya no le servía.

—No digo eso, sólo digo que podrías darme algo especial.

—Créeme Naruto, te encantará tu regalo de cumpleaños —le dijo con cierta coquetería y misticismo.

Naruto se quedó callado por unos segundos observando a través de la cámara como Sasuke tomaba otro vestido y se lo ponía. Era un vestido negro de corte triangular con amplias mangas de color azul que lucían como si una camisa formal saliera por ellas, demasiado amplio y sin forma para el gusto de Naruto. Sasuke se acomodó el cuello del vestido y volvió a poner su atención en Naruto.

—No me gusta —Dictaminó con simpleza.

—¿Qué te hace pensar que porque a ti no te guste ya no lo voy a usar?

—Mira Sasuke —le aleccionó—, eres muy lindo y sensual y todo lo que quieras. Pero ese vestido parece un saco de papas.

—Es có-mo-do.

—Lo cómodo también puede ser sexy —Naruto le guiñó coquetamente un ojo y paseó la cámara de su celular por su cuerpo. Lucía estúpidamente sexy con esa sudadera gris y una camiseta blanca que se ajustaba a su pecho.

Sasuke bufó y se sacó el vestido. Rebuscó entre sus cosas y se puso un vestido ajustado de mangas largas color terracota.

—¿Mejor? —Inquirió con sorna.

Naruto ignoró su mala actitud, pasaba tanto tiempo con Sasuke que ya técnicamente era inmune a ella.

—Me gustas más sin ropa —su voz sonó monocorde y tranquila pero la intensidad con la que lo miraba consiguió que su corazón latiera con fuerza.

—Adiós Naruto —. Cerró su computadora en un rápido movimiento. Sintió como su vientre bajo se crispaba suavemente con deseo. Inhaló profundamente un par de veces buscando tranquilizarse y siguió acomodando su ropa.

 

***

 

Se sentaron en una pequeña cafetería en Harajuku tomando un pequeño descanso para comer. Los pies le ardían como si hubiera caminado sobre brasa ardiendo y tenía las piernas increíblemente cansadas. Haku lo había hecho recorrer a consciencia cada una de las tiendas que habían visto. Había comprado varios abrigos y medias, además de algunas poleras y pantalones. Le encantaba salir con Haku, no por nada era su mejor amigo, sin embargo, sentía algo extraño en el ambiente como si las cosas no fueran del todo bien. No tenía ni la menor idea de qué podría ser y no encontraba la forma de preguntarle, simplemente se dedicaba a mirarlo fijamente tratando de develar lo que pensaba.

—¿Todo bien? —se animó a preguntar. Haku abrió un poco los ojos sorprendido ante la pregunta. Abrió la boca para decir algo, pero la cerró rápidamente y negó eufóricamente con la cabeza. Sasuke frunció el ceño confundido— ¿Estás enojado?

—No sé, dímelo tú. Se supone que tú eres el listo —le respondió con voz dura. A lo que Sasuke simplemente calló. No estaba acostumbrado a que Haku le tratase con algo más que amabilidad y cariño. Sasuke lo dejó estar, seguramente se le pasaría, aún más, luego de un instante Haku continúo hablando como si no hubiera pasado nada. Sin embargo, entre más banal e intrascendente se hacía el constante parloteo de Haku más inquieto se sentía.

Los días pasaron y Haku seguía actuando de forma extraña, cada vez que Sasuke intentaba abordar el tema se ponía a la defensiva y Sasuke simplemente no sabía cómo lidiar con ello. Aquel día Sasuke llegó a su límite, Haku casi que le estaba evitando y parecía preferir la compañía de cualquiera antes de si quiera dignarse a dirigirle la mirada. Para cuando sonó la campana que daba inició al receso para comer, Sasuke ya estaba decido a no dejar que siguieran así, Haku era su mejor amigo y le era difícil sentir que las cosas no iban bien con él.

—¡Sasuke! —Naruto se acercó cuando lo vio entrar a la cafetería. Por el rabillo del ojo vio a Haku haciéndole una seña para indicarle donde iba a estar.

—Rubio —le dijo y asintió a modo de saludo. Sabía que Naruto detestaba que lo llamara así. Sin embargo, en aquella ocasión no pareció importarle.

—Te compré el almuerzo —le dijo tendiéndole una bolsa blanca. Su voz sonaba un tanto extraña, parecía avergonzado y no le había mirado a los ojos en ningún momento.

Sasuke abrió la bolsa luego de lanzarle una mirada extrañada a Naruto. Sabía que Naruto llevaba semanas ahorrando para comprarse un video juego, el que saldría a la venta a la semana siguiente y parecía que todos morían por tenerlo. No obstante, Naruto era malísimo en ello, puesto que, aunque evitaba hacer gastos muy grandes, no escatimaba en realizar gastos hormiga; a este punto Sasuke dudaba seriamente que pudiera reunir el dinero suficiente para comprarlo por su cuenta.

En la bolsa había un emparedado de salmón, pepino y queso Filadelfia, un paquete de papas, un snickers y una limonada de sandía. —¿Qué quieres? —preguntó con un poco de desconfianza. No era precisamente lo que Sasuke acostumbraba a comer; lo que le causaba suspicacia era el hecho de que se notaba que Naruto lo había premeditado.

—Yo… —Naruto levantó la mirada— Necesito tu ayuda. El entrenador me dijo que si no mejoro mi nota media en francés no podré jugar en la temporada de Otoño —Naruto tomó sus manos entre las propias, sus manos tenían un tacto cálido y un poco áspero—. Si no juego en esta temporada dudo mucho que pueda ser capitán del equipo para el año siguiente.

—No te preocupes, yo te puedo ayudar a estudiar Naruto —le dijo en un tono conciliador pues lo notaba un tanto mortificado.

—Necesito otro favor —dijo con voz apagada apartando nuevamente la mirada, pero sin soltar en ningún momento sus manos.

—Dime —lo alentó.

—No podría ir a tu casa porque mi abuelo se encuentra un poco indispuesto y mi abuela me pidió que pasara la tarde con él. Tuvo una cirugía menor, fue algo ambulatorio. Pero igual no quiero dejarlo solo.

—No hay problema —Naruto levantó rápidamente la mirada, como si no se creyera que hubiese accedido tan fácilmente.

—¿Nos vemos hoy luego de la escuela? Te recogeré en la estación de Ikebukuro.

—Bien.

—¡Oh, gracias Sasuke! —exclamó con una gran sonrisa en el rostro. Soltó sus manos para acunar su rostro y le dio un rápido y casto beso en los labios.

Un tanto obnubilado se dirigió a buscar a Haku. Naruto siempre le dejaba con una sensación extraña recorriendo su cuerpo. Cuando estaban juntos, el corazón le latía con fuerza y el rostro se le calentaba; su vientre hormigueaba ante su cercanía, pero aun así ansiaba tenerlo más cerca. Aunque hablaban constantemente durante el día, Sasuke tendía a anhelar su compañía y cada vez que lo veía sentía un pequeño serpenteo en el corazón y una ligera y embargadora sensación de alegría.

Encontró a Haku recostado contra un árbol en el lugar de siempre, solían comer allí porque era uno de los pocos lugares que les podía ofrecer un poco de privacidad. La expresión en el rostro de su amigo mostraba un poco de disgusto. Sintió una opresión en la boca del estómago al recordar todas esas ocasiones en las que su amigo había parecido enojado con él. Sasuke se sentó a su lado y con la convicción de compensarlo o animarlo, le pasó un brazo por encima del hombro y lo atrajo hacia su cuerpo. Sabía que Haku era sumamente mimoso y consentido, le encantaba el contacto físico y más que se le tratara con ternura y cariño.

—¿Por qué esa cara? —le preguntó amablemente mientras seguía apretándolo contra su cuerpo y en un arranque de ternura le besó las mejillas.

Haku río suavemente. A Sasuke aún le sorprendía lo inocente y jovial que su risa sonaba, como si aún fuese un niño. Tal vez era por eso que Sasuke se sentía tan cómodo a su lado. Habían sido amigos durante años y siempre había sentido que Haku despertaba lo mejor de él con su voz alegre, sus ademanes infantiles y sus gestos tiernos. También sentía que, de cierta forma, Haku era un gran complemente dado que Sasuke era muy impulsivo y Haku tenía más sentido común del que él hubiera llegado a desear; de cierta forma era la voz de la razón.

—Ya no tiene importancia —le respondió con una sonrisa y las mejillas arreboladas por la risa. Tras esas palabras Sasuke se sintió ligeramente aliviado, era un buen comienzo para averiguar que estaba pasando. Aunque le constara aceptarlo, Sasuke había pasado la semana con temor de que Haku ya no quisiera ser su amigo, sabía que no era muy emotivo, cariñoso ni conversador, pero siempre procuraba ser más expresivo con él.

El almuerzo pasó sin pormenores. Haku parecía haber recuperado su buen animo y no hizo sino parlotear a cerca de todo lo que no le había dicho en los últimos días. A Sasuke le sorprendía como era que no se había vuelto loco entre el constante parloteo de Naruto, Haku y Suigetsu, parecía que tenían una fuente ilimitada de temas de conversación y nunca se callaban. Como Sasuke era muy poco conversador, simplemente se dedicaba a escuchar y a comentar de cuando en cuando.

—¿Quieres ayudarme con algo? Quiero sorprender a Zabuza, últimamente esta muy estresado con el trabajo.

—Seguro, ¿qué necesitas?

—¿Puedes venir a mi casa esta tarde? No me caería mal una mano.

—Ummm… Esta tarde no puedo. Naruto me pidió que lo ayudara a estudiar francés.

La mirada de Haku pareció ensombrecerse. —Ya veo… claro que tenía que ser Naruto.

Sasuke frunció el ceño sin comprender.

—¿De qué hablas?

—No me extraña que no lo notaras. Parece que tu mundo entero se ha reducido a la mera existencia de Naruto.

—Claro que no es así… —comenzó a protestar.

—¿Ah no? —exclamó con ironía.

—No, en todo caso el que últimamente está distante eres tú. A veces actúas como si te fuera indiferente, a veces pareces estar enojado conmigo y en algunas ocasiones incluso me ignoras —Sasuke comenzó a sulfurarse, no entendía por qué Haku lo acusaba a él cuando el que llevaba toda la semana actuando de forma extraña era él— ¡No entiendo qué pasa contigo!

—¡¿Ahora soy yo quien está mal?!

—¡Por supuesto que sí! —Sasuke se pasó una mano por el cabello con frustración. De repente todo se hizo muy obvio en su mente— Todo este tiempo estuve pensando en qué hice mal y resulta que estás celoso por Naruto. Esto es increíble —le reprochó.

—Celoso —murmuró suavemente como si fuera la primera vez que lo hubiese pensado— ¿en serio crees que estoy celoso? ¿que simplemente se trata de eso?

—Y lo peor es que has estado tratándome de esta forma cuando lo que tú hiciste fue muchísimo peor —dijo recordando como Haku le había seducido años atrás porque quería “experimentar” para que después de un par de semanas decirle que estaba enamorado de Zabuza y que lo ayudara a conseguirlo. Sasuke se había sentido celoso, usado y defraudado en ese momento. No era como si se hubiese enamorado de Haku, pero si había llegado a sentirse atraído por él, además era su mejor amigo y nunca creyó que le haría algo como eso, que llegaría a ilusionarlo. Sin embargo, Sasuke se había tragado aquellos amargos sentimientos y apoyar a Haku como si nada pasara. Por supuesto que le había tomado un tanto el poner las cosas en perspectiva y darse cuenta que no era que le gustara Haku de esa forma, sino que le gustaba como le hacía sentir—. No te importo. No te importan mis sentimientos.

Tras esas palabras, murmuradas tan suavemente que a penas si pudieron ser oídas, la atmosfera entre ellos rápidamente se enfrió. Ambos retrocedieron un par de pasos, tratando de alejarse el uno del otro. Haku le lanzó una mirada dolida con esos enormes y excesivamente expresivos ojos. Tras unos segundos de silencio, que se sintieron como incomodos minutos, la mirada de Haku se tornó lúgubre.

—Si eso es lo que piensas, tal vez no debería estar aquí.

Las palabras de Haku fueron duras, pero fue el tono de voz monocorde que empleó lo que le robó el aliento. —Lo siento, yo…

—No. No lo sientes —lo interrumpió y le lanzó una mirada decidida—. Ni siquiera sabes que es lo que está mal. Tú crees que a mí no me importas, ahora intenta ponerte en mi lugar —Haku hizo una pausa para tomar aire, su respiración sonó algo comprimida y dificultosa como si se estuviera a punto de sollozar—. Estoy cansado de sentirme como si mendigara por las migajas de tu afecto.

Notas finales:

ANUNCIO IMPORTANTE: Anónimo-san, tan amblemente me recomendó un NS omegaverse pero no me funcionó el link :´c

¿Qué les paeció el capítulo? ¿Creen que Haku tiene razón en enojarse? La única que al parecer notó que últimamente no pasaban mucho tiempo juntos fue FuneralOFTheHumanity, así que no sé si les pareza un tanto imprevisto... No los culpo, Naruto puede deslumbrar al cualquiera.

¿No les parece que Fugaku es tsundere? Yo sé que el no puede vivir sin hablarle a Sasuke, le encanta discutir con él, yo sé que sí.

Estos son los facts del capítulo de hoy:

Itachi es bisexual (aunque sé que ya lo habían notado). Me cuesta un montón visionarlo con una pareja y por eso es que anda de picaflor 7u7

Itachi conoció a sus nuevos amigos cuando fue a la universidad, antes de eso era más bien solitario y algo retraído. A Sasuke no le agradan porque siente que desde ese entonces dejó de ser el foco de la atención de su hermano.

Sasori tiene una hija, se llama Rosie y es a penas un bebé.

Deidara y Sasuke no se llevan bien por eso nunca se menciona mucho puesto que se evitan lo más posible. En realidad, la razón por la que no tiendo a mencioarlos es porque generalmente escribo desde el punto de vista de Sasuke y Sasuke no tiende a prestarles mucha atención, excepto a Yahiko eue

Konan sabe que a Sasuke le gusta Yahiko pero le deja ser porque sabe que no va a pasar a más.

Como el matrimonio gay no es legal en Japón, cuando Haku y Zabuza se "casaron" fue mediante la adopción. Los padres de Zabuza, de cierta forma lo adoptaron en su familia, así que en términos legales no están casados, aún más su relación podría considerarse como estupro porque cuando se casaron Haku aún no tenía edad para consentir.

Como ya se dijo antes, Zabuza no es precisamente el hijo modelo y es por eso que sus padres están sumamente encantados con Haku (yo sé que todos lo amamos).

Católica, el conejo de Haku, debería llamarse Católica II.

¿Recuerdan aquella vez que Naruto le preguntó a Sasuke si podía tocarlo? Eso fue porque Sasuke le dijo que no era un chico fácil y desde ahí Naruto es menos descarado.

Les mando muchísimos besitos y ronroneos~

PD: por si no lo saben yo respondo la mayoría de sus bellisimos comentarios (excepto a ti Cintia, a ti te respondo por interno).


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