Capitulo Dos.
"Wrapped Up"
No supo cuánto tiempo estuvo ahí pero por aquella advertencia que el rubio le había hecho decidió salir del cuarto rumbo al comedor.
Espero a que el otro bajara para poder desayunar ya no era capaz de tocar su desayuno sin que el rubio no estuviese presente, no quería que ocurriese lo de la vez pasada.
.-.-. FlashBack .-.-.
Estaba sentado en la silla, el rubio ya se había tardado cierto tiempo y su estómago ya había comenzado a rugir exigiendo comida, ahora se arrepentía de no haber comido algo la noche anterior.
Estiro la mano para coger una tostada pero antes de lograr su cometido una mano ya había tomado su brazo.
-¿Qué no te enseñaron a que debes esperar a que este tu marido en la mesa?-. Le siseo con una sonrisa en el rostro.
.-.-. Fin Flashback .-.-.
Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató la presencia del rubio, el cual lo miro con cierto aire nostálgico, le pediría disculpas, tenía que pedirle su perdón, se levantó de su silla. Camino en dirección al azabache, dispuesto a pedírselas pero varias imágenes le vinieron a la mente y se descubrió que ya estaba frente al azabache pero sin ninguna intensión de disculparse.
-¡¿A esto le llamas desayuno?!-. Le había gritado. ¡¿Acaso eres imbécil?! Le gritaba una voz en cabeza pero la ignoro.
-Yo… bueno… a ti te gusta-. Y era cierto, le encantaba los desayunos que preparaba el azabache ni siquiera sabía porque había dicho aquello.
-Pues te equivocas-. Le dijo para después dejar que aquel desayuno que le llamaba-. No me esperes.
Y salió, dejando al azabache solo.
Un suspiro salió de su boca por lo menos esa noche le dejaría en paz. Su mirada se dirigió al desayuno que el rubio había dejado, no dejaría que se desperdiciara.
Así que lo guardo para la cena, al fin el rubio no llegaría
Se sentó en la misma silla y observo su desayuno.
.-.-. FlashBack .-.-.
Se encontraban sentados en la misma mesa con apenas seis meses de casados.
-Oh-. Salió de la boca del rubio.
-¿Qué ocurre?-. Pregunto el azabache para cuando se dio cuenta el rubio lo tenía apresado entre sus brazos.
-¡Este desayuno esta delicioso!-. Le había dicho con sus ojos brillando de la emoción como un niño cuando obtiene un nuevo juguete.
-Pero… es demasiado… simple.
-No, es perfecto-. Le tomo del mentón y le deposito un pequeño beso en los labios-. Perfecto.
.-.-. Fin FlashBack .-.-.
Toco sus mejillas las cuales se encontraban húmedas. Genial.
¿Cuándo se había vuelto tan llorón?
Se forzó a tomar su desayuno para después comenzar a hacer los quehaceres de la casa. Había comenzado con la habitación, quitándole las cobijas a la cama y echándolas a la lavadora. Colocando unas nuevas. Le siguió el baño, la habitación de huéspedes, paso por el estudio del rubio pero no entro. Cuando se dio cuenta ya tenía la planta de arriba impecable y no pasaban de las diez. Paso al cuarto de lavado para tomar las cobijas y dejarlas secar al sol en el patio trasero para después meter una nueva tanda de ropa.
Abajo, decidió lavar la vajilla el mismo, para después limpiar la cocina y el comedor, cuando paso a la sala se dio cuenta que todo estaba demasiado silencioso, prendió el estéreo que tenían en ella y la música invadió sus oídos.
Ahora, discúlpame si sueno grosero
Pero amo la manera en la que te mueves
Y ahora me veo por todo tu cuerpo
Cariño, cuando te miro a los ojos
No hay manera en la que pueda ocultar
Todos esos locos pensamientos en mi mente ahora
Comenzó – sin darse cuenta – a cantar la canción, simulando que la escoba que se encontraba en sus manos era un micrófono para poco después comenzar a bailar al tono de la canción.
Hay algo acerca de ti
Tienes la cerradura
Yo tengo la llave
Ya sabes el resto
Sabes dónde quiero estar
Nunca dejes de controlarme
De alguna manera me gusta cuando me pones de rodillas.
Seguia en su mundo, cantando y moviendo las caderas al ritmo de la canción, sin darse cuenta que unos ojos azules, le miraban, atento a cada uno de sus movimientos.
No quiero darme por vencido nunca de
Este hechizo en el que me tienes
Veo fuegos artificiales cuando nos tocamos ahora
Hay algo acerca de ti
Tu cuerpo encaja con el mío como un guante
Déjalos decir lo que quieran
Es demasiado tarde, porque ya estás en mi sangre
Se alarmo cuando sintió que unas manos se posaban en sus caderas, dio media vuelta y se encontró con Naruto. He inmediatamente sintió temor, pero al ver como esos ojos le observaban – tan diferente como lo habían hecho la noche anterior – se dejó llevar para después sentir que sus mejillas se calentaban, ¿Desde cuándo estaba ahí?
Me tienes envuelto alrededor de tu dedo
Haría cualquier cosa por tu amor ahora
Y cuando lo tocas, la sensación perdura
Me llevas tan alto que no puedo bajar
Me tienes envuelto, cariño
Sin otro pensamiento en mente se dejó llevar por completo, dejando caer la escoba y pateándola lejos, moviendo sus caderas al ritmo de la canción al mismo tiempo que bailaba con el rubio. ¿Hace cuánto que no hacían algo así?
Todo lo que haces
Toda manera en la que te mueves
Hay algo acerca de ti
Hay algo acerca de ti
Todo lo que haces
Toda manera en la que te mueves
Hay algo acerca de ti
Abrió los ojos cuando la canción seso y se encontró con las orbes del rubio, mirándole… No. Observándole.
-¿Desde… Desde cuando estás aquí?-. Se atrevió a preguntar.
-Desde el principio-. Le susurro al oído.
Desde el principio…
Al bajar de su auto escucho música al interior de su casa, así que rápidamente entro y se encontró con una escena digna de ser grabada en video para tenerle presente de por vida. Su azabache bailaba, moviendo sus caderas y brazos al ritmo de la canción. Trago duro. La ropa que traía ese día le marcaba cada curva de su cuerpo y con esos movimientos que hacia… Dios. Cuando se dio cuenta ya lo tenía tomado de las caderas.
-Ah…-. Se separó del rubio y apago el estéreo-. ¿Qué ocurrió?
-Yo…-. Las imágenes de hace unos momentos cruzaban por su mente-. Yo… se me olvidaron unos papeles.
-Bien-. Dijo, para tomar la escoba y seguir con sus tareas.
Su indiferencia dolía, ¡¿Querías un besito de bienvenida?! Le grito la misma voz de la mañana, ¡Pues si eso quieres déjame decirte que tu si eres imbécil!
-Yo…
-¿Te podrías mover? Tengo que acabar-. Y así lo hizo, subió las escaleras en dirección a su estudio.
Dios, ¿Qué estaba haciendo? Su estómago le gruño en respuesta, le había hecho algo terrible anoche, casi lo volvía a hacer esa mañana y había despreciado un desayuno.
¡Imbécil! Ring, ring. Respuesta… ¡Correcta!
Escucho unos pasos dirigirse al baño, así que cuidadosamente bajo a la cocina buscando que comer y para sus sorpresa se encontró con su desayuno.
Estaba frio.
-Si lo quieres tienes que pedirlo-. Dio un pequeño brinco y se giró para toparse con el azabache que lo miraba con una sonrisa en el rostro-. ¿De acuerdo?
El asintió cual niño pequeño.