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Notas Carmesi por Hando Kurai Tamashi

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Notas del capitulo:

¡Ohayooo!

¿Cómo están mis queridas almas? ouo

Jeje bueno, yo aquí vengo a presentarles este capítulo después de varias semanas de ausencia ;-; , perdón u.u .

Estos días mi vida ha estado como en una montaña rusa, pero hace poco me dieron unas cortas vacaciones, las cuales aproveche para calmar mi mente ya cansada owo . Siento que si hubiera escribido así como estaba no habría sido lo mejor (no me concentro cuando mis emociones están inestables :S ). Pero, finalmente mi imaginación cursi volvió a mi xD . Así que sin más, les dejo leer esta historia que humildemente he escrito y me da gusto ver que sea bien recibida. Wow más de 11 000 lecturas ouo me alegra, muchas gracias, que sin ustedes esto no fuera posible n_n

Gracias por tomar un poco de su tiempo en leerme. Así que sin más, pónganse cómodos y que la historia ¡continúe!

 

 

 

 

– Por cierto… Sasha, afuera se encuentra la familia y demás ¿Cierto?- El demonio asintió – Pero… Se me hace extraño no ver a Luffy. Además nadie le ha mencionado, eso me preocupa ¿Sabes algo respecto a eso? ¿A pasado algo con mi hermano?-

 

-Este… pues…- Se sentía contra la espada y la pared ¿Cómo mentirle? Después de todo ningún secreto se va sin ser revelado…

 

-Supongo que la respuesta es notoria…- Giro la mirada hacia el otro lado de la habitación, no sabía que había ocurrido con su pequeño hermano. Su hermano rubio, al pasar a verle; pudo notar en los ojos que había llorado demasiado antes de pasar – ¿Se puede saber qué es lo que le ha pasado a Luffy?-

 

-Pues… parece ser que se encuentra desaparecido- Comento, la verdad hasta él desconocía a detalles las causas. El rostro del pecoso se alarmo momentáneamente.

 

-Oh rayos…- Se llevo las manos al rostro intentando asimilar aquello - ¿Quién ha sido? ¿Qué ha estado haciendo todo el mundo allá afuera?- Se mostraba molesto – Vaya que me vengo a enfermar en la peor situación ¡¡Mientras que los demás están fuera buscándole, estoy aquí postrado en una cama como el inútil que soy!!- Gruño revoloteándose los cabellos

 

-¡Oye cálmate!- Paro aquel ataque de ansiedad al ver como aquella maquina marcadora de pulso comenzó a mostrar líneas demasiado altas y consecutivas

 

-Sasha ¿No puedes hacer algo?- Giro a este con la esperanza en las manos

 

-…Me temo que no puedo hacer algo al respecto… perdón…- Bajo la cabeza aun levitando en el aire

 

-¿Por qué?-

 

-Lo poco que se, es por los rumores que se esparcen en aquella sala- Indico hacia fuera de la puerta con la mirada – Si acaso supiera el lugar, podría hacer algo… pero así como está la situación me temo que nada está a mi alcance…- Quizás primera vez, que se sentía de manera inservible

 

“El pobre debe estar solo… ¿sabrá que hacer?... ¿Qué ha sucedido? Su situación no esta tan dañada como para perderse de esa manera” Se mantenía cerrado en sus pensamientos y empezaba a figurar un montón de suposiciones; pero para mala suerte, lo que no sabía era que el pequeño había sido raptado.

 

                Mientras en aquella estación, el tren comenzaba a ponerse en marcha; rechinando entre los rieles y el silbato anunciando su partida. Dentro del vehículo se hallaban los pasajeros de lo más normal, sentados en sus respectivos asientos esperando a su destino. Entre ellos se encontraba aquel grupo tan peculiar, que se mantenía a raya, intentando controlar aquel sentimiento tan desenfrenado por querer ir al rescate del joven pelinegro, aun haciendo el escándalo que fuese.

 

-8:40- Anuncio para los presentes el rubio de cabellera rizada, mirando con impaciencia su reloj de mano. El sol hacia poco había desvanecido en el cielo y la oscuridad reinaba en el exterior

 

-Ya ha pasado rato… suficiente para comenzar a actuar- Comento Sanji, todos asintieron al comentario

 

-Bien, en ese caso salgamos del vagón hacia el siguiente- Se levanto Zoro de aquel asiento, seguido del resto de muchachos, dirigiéndose hacia la puerta. Al asomarse, se encontraba uno de aquellos hombres de traje. El grupo se pego a la pared, aprovechando que aun no habían sido descubiertos

 

-Aquel hombre no nos dejara pasar, está claro- Bartolomeo trato de decir. Tenían que recurrir a algún tipo de estrategia

 

-Vaya- Soltó un quejido la peli naranja – Parece que esta situación solo depende de mí… vaya que ser mujer ayuda de vez en cuando- Sin más se desapego de la fría y rígida superficie, paro frente a la metálica puerta, la abrió y llamo –Disculpe- Atrajo la atención del sujeto; quien no reacciono agresivamente -¿Podría ayudarme con algo?- Pregunto doblando el brazo derecho señalando con el pulgar a sus espaldas sin girar

 

-¿Cuál es el problema?- El hombre se acerco hasta cruzar el umbral, siguiendo a la chica que se detuvo en su asiento. Mientras le explicaba alguna cosa; el resto de los chicos aprovecho para pasar al siguiente vagón. Que se encontraba desolado en el interior. Parecía que les quedaba largo camino por recorrer.

 

-Genial solo falta que en el próximo vagón se encuentre otro atan- Se quejaba el moreno peli verde, mientras seguía el grupo hasta la siguiente puerta

 

-En ese caso podríamos usar a Candevish ¿no?- Bromeo un poco Sanji haciendo referencia a la facilidad con que confundirían al chico con una chica. Este frunció el entrecejo al escuchar aquello

 

-¿Cómo si fuera a ceder a hacer algo a si?-

 

-No tenemos tiempo para este tipo de cosas- Corto la conversación el médico, viendo a través de la ventanilla de la puerta. Al parecer no había nadie en el camino al próximo vagón

 

-Que suerte- Respiro con alivio Bartolomeo, todos se encaminaron hacia el otro vagón, pero justo antes de que abriesen la puerta, esta se abrió, siendo por una bola de tipos. Se observaron por un instante antes de reaccionar, una parte de los sujetos se lanzaron contra estos mientras que uno que otro huía. Nuestros chicos se defendían a cómo podían.

 

-¡Law, avanza!- Exclamo Zoro a este. El médico obedeció escabulléndose de allí. Al parecer las intenciones del peli verde y el resto de chicos era detenerlos. Sin más recorrió veloz mente el interior del vagón hasta el extremo. Al abrir la puerta se encontró con un sujeto desplegando el agarre de los vagones, parecía que su intención era deshacerse de todo el problema de una sola movida. Law reacciono, tomando vuelo y brincando hacia el otro vagón, llevaba una distancia de medio metro. Pero al ver al sujeto acercarse, perdió por un momento el equilibrio, mas se pesco del barandal de metal, logrando incorporarse. Tras sentirse a salvo, giro el rostro hacia arriba, donde observo que aquel hombre ya se había acercado demasiado. Al parecer venia con la intención de arrojarlo fuera. Pensó en su mala suerte, y justo antes de que el sujeto le pateara, algo golpeo en su cabeza, haciéndolo retroceder, pegándose a la pared y quedar aturdido. Law giro hacia atrás donde el resto del tren se había alejado considerablemente; allá en aquel extremo se encontraba aquel chico de alargada nariz con su tirachinas, y rindiéndole honor a su habilidad había salvado al moreno. Usopp sonrió e hizo una señal deseándole suerte o trabajo hecho. Law sonrió de igual manera, sentía alivio de conservar el pellejo aun en su lugar. Giro sobre sus talones, dirigiendo su cuerpo completo hacia aquella puerta, con determinación entro; observo que no había movimiento dentro, calmado, ni un solo ruido. Camino con cautela hasta pasar al siguiente vagón, así fue hasta haber recorrido algunos tres más. Y así, abrió finalmente la puerta hacia su destino.

 

-Ya presentía yo que vendrías- Se escucho la voz de Vergo ocupar el espacio, al mirar de quien era el que irrumpía la tranquila estancia.

 

-¡Vergo!- Gruño el moreno al verle

 

-Vaya que eres un terco- Se levanto del sillón donde se encontraba sentado

 

-Torao- Se unió a la conversación el pequeño pelinegro al mirar al médico entrar, Luffy se encontraba sentado en uno de los asientos del vagón, atado de manos

 

-¡Luffy!- Law giro a este, se notaba preocupado, mas sonrió al ver que el chico se encontraba intacto

 

-Que aun estoy aquí maldito crio- Llamo la atención el pelinegro de gafas oscuras

 

-Eso lo sé bien… -

 

-Has venido a tu propia tumba ¿acaso tan desesperado estas por pasar a buena vida?- Pregunto

 

-NO es mi intención aquello que supones, pero. Me gustaría decir que vengo con la misma intención hacia ti… Pero eso me haría igual a ti-

 

-¿Qué es lo que tratas de decir? Me estás diciendo que no sientes nada por lo que he hecho ¡no seas estúpido Law!- Soltó carcajada ante las palabras sin sentido del moreno – Aunque me vengas con esas buenas intenciones, te informo que yo no cambiare de parecer, no me conmueves tan fácil chaval-

 

-Es muy tu problema si lo tomas de esa manera, por mi, todo da igual-

 

-¿Es que acaso te da igual que te mate? Dime, después de todo no planeo dejarte ir de aquí sin vida. Por naturaleza, es lógico que te defiendas. Aun así tengas que arrebatar la vida del agresor ¿No estamos de acuerdo?-

 

-Quizás ese punto no te lo puedo negar; ciertamente no planeo morir y menos por un tipo como tu- Se mostro orgulloso, el hombre mostro desagrado al escucharle

 

-¿Crees que te daré a ese chico así como así?- Señalo con el dedo al pequeño que aun se encontraba sentado

 

-Pero que rayos te traes. Porque no dejas de meter personas ajenas a nuestros asuntos. Es despreciable. No pienso caer en tu juego-

 

-¿Tan seguro estas de eso?- Se sonrió como si las próximas palabras serian algún tipo de daga – Estas consciente de que la muerte de Cora-san no fue un accidente ¿cierto?- Law se tenso, sin duda Vergo solo deseaba echarle más sal a la herida, y vaya que lo estaba consiguiendo

 

-¿Qué sabes tú de eso?- Quizás estaba haciendo una pregunta demasiado obvia

 

-Jajaja- Disfrutaba ver como Law permanecía tan ajeno a la situación – Se mucho más de lo que esperas. Después de todo fui yo quien monto el plan… Yo soy quien asesino a Cora-san- Soltó. Law apretó los dientes y puños, ya sabía aquello, pero, aquello que le cabreaba era aquella crueldad y cinismo con el que el hombre decía aquello, como si planear la muerte de alguien fuese la cosa más normal del mundo. Luffy se mostro preocupado al escuchar aquello. Miraba en el rostro del moreno como luchaba consigo mismo para contener todo lo que sentía, miraba pesar en su mirada. Deseaba liberarse de aquella cuerda que le mantenía inmóvil.

 

-Yo… - No sabía que decir – Mentiría si dijera, que no importa, que es algo que ya paso… eso es lo que se espera de los buenos valores, así es como se supone la humanidad debe ser. Pero, decir lo que se supone correcto, mentirse… no podría… Vergo… ¿Con que propósito me dices eso? Es que acaso quieres que…- No podía seguir

 

-Solo quiero incitar tu odio hacia mi- Dio una respuesta simple – Aunque si tengo que serte sincero. No era Cora-san a quien quería… eras tú Law- Confeso

 

-Supongo tu plan fallo-

 

-Todo habría ido acorde al plan si Cora-san no hubiese intervenido de aquella manera…-

 

-Aun así… ¿Por qué? ¿Cuál es la razón de tu odio hacia mí?- Exigió saber la causa

 

-La razón… hace mucho que la razón me incitaba a ser todas aquellas barbaridades. Por aquello decidí salir del país; de haber seguido aquí, habría acabado contigo ya hace tiempo – Explico – Mi razón es simple… Yo, siendo uno de los tres herederos de la familia. Digamos que no solo la avaricia me corrompió, la irrazonable vida fue la causante… Mis abuelos seguidos de mis padres se esforzaron por sacar la familia adelante, por ellos es que los negocios familiares han sido tan exitosos. Todos esos años de trabajo quedaron en las manos de nosotros, yo, Doffy y Cora-san. Seguir con su legado… Pero, al pasar el tiempo. Doffy y Cora-san, no parecían muy interesados en dar futuros herederos. El problema no era ceder su poder al primogénito, sino, que no poseían el tiempo para contemplar una pareja, además de que todas no eran más que interesadas. Todos estos factores los llevaron a adoptar. Lo que nos lleva a ti y Bellamy. Yo mismo me opuse a la idea, pero no importaba cuantas veces se lo dije, jamás me escucharon. Lo ideal era seguir el negocio familiar, con todo el reglamento posible, y ellos dos lo quebrantaron, adoptando críos ajenos, trayendo pequeños a un campo de guerra, inocentes mentes ajenas al peligro que se encuentra andante. Fue entonces que me plantee, ¿tantos años para esto? Sin duda Doffy y Cora-san estaban en un gran error. Es posible que niños que no tenían nada más que la vida, vinieran y se hicieran con todo. Jajaja- De pronto reía en su propia locura – La vida no es justa, hay quienes trabajan duro y mueren siendo pobres, mientras que otros corren con la suerte no haber trabajado nunca. Es una ironía imperdonable… Trate por todos los medios deshacerme de ti, ¿pero qué sucedió? A si, tu maldita suerte del demonio te salvo. ¿Pero cual fue el precio a pagar? A si, la vida de mi propio hermano. Solo aquello sirvió para avivar mi rencor hacia ti. De Bellamy ni se diga, el muy maldito se salvo de igual manera. He de admitir que son una maldita plaga difícil de exterminar-

 

-¿Es esa la razón? ¡Pero qué tonterías dices Vergo!- Todo le parecía tonto

 

-Para ti bien te parecerá ridículo, pero, ¿Qué puede entender un crio como tú? No posees el orgullo que un miembro de la familia debe tener, jamás lo comprenderías, y eso es porque no compartes nuestra sangre-

 

-Diría que realmente me alivia no tener la sangre tan enferma que tienes, pero no todos en la familia son personas como lo eres tú de hecho todos son diferentes de ti, no poseen esa mente tan retorcida. Solo sé que estoy muy agradecido con Cora-san, y Bellamy a de pensar lo mismo de Dofflamingo-

 

-¿Estar agradecido? Que sabe eso un crio que no ha pasado por si quiera un poco del dolor de la vida-

 

-¿Qué no se un poco de dolor? Eres tu quien no conoce el sufrimiento Vergo. Yo ya he vivido el verdadero infierno, dime ¿Han matado a tus padres por egoísmo? Has tenido que hacer cualquier cosa con tal de sobrevivir, solo, débil, en el exterior. Dudo mucho que comprendas eso. Yo sé bien lo que es el infierno, lo he cruzado y logrado salir, pero ahora, estas tu tratando de empujarme de nuevo hacia allá- Refirió a Luffy – Cuando se que soy feliz, buscas mandarme de regreso. Y sabes una cosa, estoy harto de sufrir, estoy harto de no poder ser feliz. Pues cuando lo soy algo aparece, dañándome más de lo que estaba antes. Mi felicidad esta justo allí- Indico al pequeño chico – Y tu eres esa barrera que me impide estar junto a él-

 

-Interesante. Entonces planeas…-

 

-Te he dicho que no confundas- Interrumpió – No planeo atentar contra ti. Y te he dicho que lo que menos quiero es tener que parecerme a ti. Seguro Luffy piensa lo mismo- El joven asintió con una sonrisa. Le aliviaba ver que el médico aun estaba en sus casillas y no era dominado por la cólera; amar a un hombre que se dejaba llevar por sus instintos irracionales, dudaba poder hacerlo – Y respecto a lo que dijiste. La vida no siempre es justa, quizás a otros de mas y otros menos pero al final lo importante es que sigues con vida, mientras estas vivo, hay momentos en los que no se necesita poseer nada para ser feliz y eso es algo que no comprendes, porque tú que lo tienes todo no te has visto en las mismas necesidades que yo. Por mi parte, no guardo rencor ni contigo ni con ninguno de la familia, al contrario estoy muy agradecido, mas a Cora-san por darme esta oportunidad de formar parte de esta familia, por darme un nuevo hogar, sentir la calidez de un hogar amoroso. Cora-san, fue tan bueno, mi agradecimiento hacia él es tan grande. Gracias a él pude ser feliz de nuevo, una vez más…- Conforme había hablado, las lagrimas brotaron solas, resbalando por el rostro del moreno

 

-Que patético- No parecía convencido de nada

 

-¿No has logrado captar lo que te digo? – Reclamo el moreno – Estoy diciendo que te he perdonado, sigues vivo ¿verdad? Aun puedes enmendar tus errores, pues entonces ¡vive!- Ya no hallaba manera de cómo hacerle entender. Y aquellas palabras tan directas surtieron efecto en el hombre de cabellera oscura. Le sorprendía, jamás creyó que Law tuviese esa mentalidad, o al menos reaccionar de aquella manera. Una parte de sus ser sentía admiración, pero, su alma ya corrompida y pensamientos dañados le nublaron el sentido

 

-¿Enmendarlos?- Pronuncio con ironía – Enmendar algo que ya se encuentra hecho, es más que imposible… Hagas lo que hagas nada cambiara, Law- Hubo una breve pausa, aquel silencio anunciaba el venir de un mal presentimiento. Una gota de sudor resbalo por la frente del moreno, había algo que le preocupaba – Es muy tarde para mi decidir dar vuelta atrás; años metido en este tipo de vida tan corrompida, jeje- Respiro hondo – Ya es muy tarde…- Repitió -  Suponía  que algo así sucedería- Fue entonces que saco una caja de cerillos que usaba para encender sus cigarrillos. Casi prediciendo lo que sucedería, Law miro a su alrededor, notando cierta humedad alrededor, el suelo y algunas cosas yacían cubiertos de una capa liquida. Fue entonces que lo supo, por fin se dio cuenta, no se había percatado de aquel terrible olor a gasolina.

 

-Espera… no serás capaz…- Dijo en un intento de hacer ganar más tiempo para pensar en cómo se suponía debería reaccionar.

 

-Deduces mal, Law…- Procedió a sacar uno de aquella caja, preparándolo para hacerlo arder

 

-¿Por qué rayos tienes que ser tan pesimista?!- Al final no pudo mas ante la ansiedad, abalanzándose contra él, cayendo ambos al suelo. Gracias a que el gran hombre había permanecido distraído ante sus pensamientos suicidas, descuido el arma, siendo esta tomada por el médico. El moreno reaccionando a sus instintos arrojando aquel peligroso artefacto fuera del vagón, una vez sintió, que su vida y la del pequeño no corrían mas riesgos, corrió presuroso hacia el chico, que lucía impaciente por deshacerse de aquellos amarres que le hacían permanecer sujeto a aquel asiento.

 

-¿Te encuentras bien?- Pregunto Luffy al ver al moreno cerca, su alma se tranquilizo al escuchar salir aquella respuesta afirmativa

 

-Mas importante aun, ¿Cómo te encuentras tu?-

 

-Amarrado- Izo notar lo obvio

 

-No es divertido- Rezongó, deshaciendo los amarres, aunque conocía bien al chico; cuando se encontraba realmente nervioso, a los momentos de tención solo les hacia frente con tonterías como aquella

 

-Perdón…- Suspiro, tras sentirse libre al fin, se colgó del cuello del moreno, sentía alivio de que no hubiese pasado nada malo a ninguno de los dos.

 

-Law… maldito…- Se incorporaba Vergo; tras darse cuenta de la pérdida de su preciado instrumento amenazante, la sangre le hirvió de solo pensar que la situación le desfavorecía, odiaba no poder controlar la situación. Aunque, aun le quedaba un último recurso. Tomo de nueva cuenta aquellos cerillos, casi sin perder tiempo, hizo arder uno de ellos. Law observo, la puerta lateral del vagón en la que se encontraban frente, se encontraba abierta, podrían saltar, pero saltar desde un tren en movimiento era riesgoso y fatal, no aseguraría que salieran ilesos de aquello ¿Se la jugaba? Siendo el mismo, no abría problema, pero, se encontraba con Luffy y eso era lo que le hacía vacilar. Aunque, la segunda opción tampoco era muy alentadora. Dentro de la habitación igual se encontraban botellas de elegante vino sin abrir. Si se quedaban allí lo más seguro seria que morirían entre las llamas o la explosión que pudiese darse. Cualquiera de las dos opciones que tenía enfrente, eran demasiado riesgosas y el destino le informaba a gritos que no poseía una tercera opción.

                Ya, resignado ante la desesperación y la falta de tiempo, abrazo a Luffy, envolviéndolo en todo sus ser, con aquella fuerza de protección que deseaba otorgarle, hacerle sentir seguro. Sin perder más tiempo… Vergo lanzo aquel flameante pedazo de madera al suelo, donde avivo con fuerza al entrar en contacto con la gasolina, prendiendo al instante. Paquetes de objetos inflamables fueron los causantes de una fuerte oleada de aire, una explosión ardiente. Lanzando a ambos chicos fuera del vagón, Law al darse cuenta de su próxima parada giro, dispuesto a ser él quien pagase el peso de la caída. Por razones del destino, el tren había pasado por un pequeño arrollo. Cayendo ambos dentro del liquido.

                Luffy sintió el golpe que dieron contra la superficie acuática y como esta les envolvía, introduciéndolos. Estando unos pocos metros bajo el agua, pudo ver como el moreno se había quedado ya sin fuerzas, su rostro parecía adolorido y ni como dudarlo, en un instante había sufrido varios impactos era obvio que su resistencia estaba al límite. Apresurado le tomo por los costados, nadando hacia la superficie lo más rápido que podía, tal esfuerzo requería de una buena bocanada de aire, pero, aquello no era posible. “Solo un poco más, solo un poco mas…” Pensaba “¡Es mi turno de salvarte! No te dejare” Aquellos pensamientos se volvían en su motivación para poder salir de allí.

                Pronto,  salieron a flote, la respiración del menor se encontraba agitada, respiraba hondo aunque tosiera cuando el agua lograba colarse entre el oxigeno. Sin perder más tiempo nado hasta la orilla. Agradecía que aquel pequeño riachuelo no poseyera corrientes desafiantes, permitiéndole desplazarse con un poco mas de facilidad. Una vez en tierra, llevo a rastras al moreno, alejándolo de la orilla, exhausto cayo sentado al lado del médico.

 

-Torao…- Le llamo, acercándose. Pero el mencionado no respondió - ¿Torao?- Insistió con un temblor en la voz. Ante el silencio se acerco hasta estar casi encima del moreno, acerco su mano a la nariz del chico, esperando alguna reacción, pero lo que esperaba no apareció. Law no estaba respirando. Un intenso escalofrió recorrió la espalda del menor – No… no puede ser- Soltó desalentado “¡No está respirando! ¡¿Qué hago?¡” Se preguntaba desesperado, después de todo el que era medico era quien se encontraba en serios problemas. Intento calmarse y pensar, lo único que paso por su cabeza era que posiblemente se hubiese ahogado y en esos casos una buena respiración boca a boca podría ser la solución. Mas antes, acerco su odio al pecho del joven, intentando escuchar, reprimiendo sus ganas de llorar solo por querer escuchar aquel latido de vida, que le diese esperanza. Y ¡allí estaba! Débil, pero se lograba escuchar, como golpeaba, como luchaba por mantenerse vivo. Ya sin más, Luffy presiono la nariz del moreno a la vez que inclinaba un poco el rostro hacia atrás. Para después juntar sus labios con los del joven médico. Con todas sus fuerzas soplaba, aunque suave a la vez. Una vez dio la primera ración de aire, llevo sus manos al pecho del chico, para presionar cinco veces. Terminado esto volvió a repetir lo del inicio. Al ser la segunda vuelta le entro la desesperación y mientras le oxigenaba sus ojos comenzaron a gotear, un sentimiento de desesperanza le envolvía. Pero no quería dejar de intentarlo, seguiría así de ser necesario hasta que despertase. “No te des por vencido, Torao, aun te necesito, no te vayas de mi lado” Suplicaba en su interior. Fue en ese instante que el moreno reacciono, devolviendo el agua que permanecía en su interior.

 

-Coff, coff…- Tosió, incorporándose sobre su hombro, para respirar mejor

 

-¡Torao!- Exclamo en un grito de alivio

 

-¿Luffy?... Luffy- Reacciono recordando lo que había pasado hace unos momentos. Ambos se abrazaron; mas el moreno se aparto, le tomo de los brazos analizando, después paso a su rostro.

 

-¿Qué sucede?-

 

-¿No te hiciste daño?- Pregunto en su labor de inspección

 

-No, en absoluto- Respondió

 

-¿Te duele algo? –

 

-Ya te he dicho que me encuentro bien- Repuso – Eres tu quien más me preocupa-

 

-¿Eh?-

 

-Casi mueres- Su mirada se volvió húmeda de nuevo, sollozando

 

-No era mi intención preocuparte- Llevo sus manos hacia aquel triste rostro, acariciándolo

 

-G… gracias- Se abalanzo, rodeándole por el cuello con sus delgados brazos

 

-De que hablas… tu me has salvado a mí. Gracias… Luffy- Le sostuvo, permaneciendo en un cálido abrazo. Ambos lloraban en el hombro del otro, aquella sensación de miedo la estaban desahogando. Les hubiera encantado permanecer así, por siempre. Así de juntos y unidos.

 

-Torao…- Dijo, una vez ambos se recostaron sobre la verde pradera a descansar, el moreno mantenía al chico pegado a el

 

-¿Qué sucede?-

 

-Te amo- Sonrió, Las mejillas bronceadas del moreno se tornaron carmín. Volver a escuchar esas palabras, ya dichas hacia tiempo, le llenaban de felicidad

 

-Luffy… - Le miro – Yo también te amo- Ambos permanecían mirándose con ojos llenos de ternura.

 

-Por fin estamos juntos- Suspiro

 

-Acaso… tu memoria…-

 

-Ha estado muy confusa, pero, creo que he recordado lo esencial. Por fin recordé… ese día, en el incendio…- Se acurruco mas al chico – Al igual que esta vez… me hallaba muy asustado- Confeso, Law se limito a escuchar – Lo único que me importaba era que estuvieras bien, poco era lo que fuera de mi. Aunque, en el fondo, deseaba que me salvaras… Quién diría que así seria- Sonrió mientras las lagrimas deslizaban por sus mejillas

 

-Sabes que jamás dejaría que algo malo te sucediera- Claro, con todo lo que ha sucedido, ni como negarlo – Aunque ahora que ya recuerdas… ¿Por qué? ¿Qué fue lo que sucedió ese día? –

 

-Ese día… me encontraba caminando por una de las avenidas… y , fue cuando un hombre me llamo. Decía tenerte; que se encontraba en la escuela. Era como una invitación…-

 

-¿Y tu porque  hiciste caso? – Dijo entre dientes

 

-En ese momento no había tiempo para pensar, me encontraba dolido por todo lo que había sucedido entre nosotros. No tenía idea de quién era ese hombre ni mucho menos porque decía tenerte. Y anqué en el fondo estaba molesto por lo que me hiciste… yo aun sentía algo por ti… fue ese sentimiento el que me lanzo allí. Además, no contestabas las llamadas. ¿Cómo no querías que me preocupara?-

 

-Ya veo, entonces la culpa es mía…- Reflexiono, escuchar todo eso le aclaraba las dudas, pero agrandaba su mal sentir

 

-No, no lo es. Fue mi decisión entrar-

 

-Pero no estaba yo allí-

 

-Eso lo supe cuando llegue al aula donde supuestamente estabas. Pensé que habías escapado o que quizás era una mentira. Siempre preferí lo último, aunque después fue el momento de escapar, ya no podía mas… Pero, por fortuna, llegaste tu- Sonrió – Aunque mi cabeza daba vueltas adolorida, podía escuchar claramente tus palabras, todas ellas, calmaron la herida que tenia dentro. Aunque no pudiera moverme, quería quedarme escuchando tu voz. Me rompiste el alma- Soltó una leve risa – Jamás creí escucharte decir aquello. Solo te salió lo cariñoso en un momento de tensión, enserio que estas mal-

 

-Perdón, pero… quizás en esas situaciones cuando uno piensa que todo está por perderse, es cuando los sentimientos afloran- Seguía acariciando la oscura cabellera del chico – Aunque esta vez, también te has pasado. Irte con Vergo…-

 

-Perdóname, pero no había más opción. No me gustaría ver cómo te matan en mi presencia. Estoy seguro que piensas lo mismo, pero. Para poder salvarte solo quedaba aquella opción-

 

-Para ser sinceros me alegra que al final no hubiese pasado a mayores… claro, ambos llevamos sustos, pero, a final de cuentas, quien diría que estaríamos aquí ahora…- Suspiro mientras miraba el cielo

 

-Me siento tranquilo ahora… aunque, ¿Qua habrá sucedido con Vergo?-

 

-A saber. No tenemos de otra que esperar a que las autoridades investiguen su paradero- Ni uno se atrevía a decir alguna suposición con respecto al destino del hombre

 

-¡Law! ¡Luffy!!- Se escucho la voz del rubio. Al girarse, vieron a sus amigos arriba de los anteriores vehículos en los que habían llegado a la estación; se dirigían hacia ellos

 

-Sanji, chicos- Se levanto Luffy, ayudando a la vez al moreno a incorporarse, aunque con mucho cuidado, pues el pobre medico sentía todo su cuerpo adolorido

 

-¿Qué es lo que ha sucedido?- Hablo Candevish quien bajaba de uno de los automóviles junto con los demás jóvenes. Hasta estar todos en grupo

 

-El suicida de Vergo ha hecho volar el vagón- Explico lo más breve Law

 

-Oh, Dios ¿Se encuentran bien?- Dijo con un tono de sorpresa y cuestión la morena de oscura cabellera

 

-Yo me encuentro bien- Respondió Luffy – Aunque…- Miro al moreno

 

-Descuiden, es solo dolor en mis articulaciones… nada grave, pronto pasara-

 

-Menos mal… corrieron con suerte- Dijo ahora Bartolomeo

 

-¿Qué ha sucedido con ese maldito hombre?- Interrogo ahora Zoro

 

-No lo sabemos…- Respondieron al mismo tiempo los dos jóvenes

 

-En ese caso, sugiero que lo mejor será volver a la ciudad- Dijo Nami, seguida de Usoop y compañía – Me había dado mala espina desde un inicio. De hecho hasta me sorprendió ver parte del tren  detenido en la nada-

 

-Les dije que aquello era mala idea- Comento el narizón

 

-Estar en este lugar me  trae un mal presentimiento. Esta todo en calma-

 

-Pues a diferencia de ustedes yo digo que busquemos a Vergo- Sugirió el moreno peli verde – Si al igual que ustedes logro salir. No deberíamos dejarle escapar. Debe de estar demasiado agotado ara escapar-

 

-¿Y si se encuentra armado?- Dijo Usopp

 

-Yo mismo le desarme en el vagón antes de que explotara. Aunque, no hay que fiarnos de él. Puede tener cualquier otro truco sucio bajo la manga-

 

-Ambos tienen razón. Pero  encontrar a ese sujeto es una gran cuestión- Dijo Robín – Si en mi sugiere, no estoy dispuesta a correr con el peligro de caer en manos de ese hombre

 

-Pero si acaso logra escapar. ¿No correríamos más peligro? Una vez que se recupere, volverá y no con las mejores intenciones. Mientras se encuentre libre, buscara la manera de vengarse- Candevish parecía cada vez más convencido en el cometido de encontrarle

 

-No…- Dijo Luffy – Propongo que hasta aquí le dejemos-

 

-¿Eh? ¿Por qué?- Exclamaron algunos

 

-No quiero ponerles en peligro chicos- Fue su razonable explicación

 

-Si no le ponemos un alto volverá- Dijo el rubio de largos caireles

 

-Hasta ahora, solo somos yo y Torao por los que va en busca… si intervienen más de lo que han hecho, la lista aumentara…-

 

-Miren, mejor dejemos esto hasta aquí – Propuso el cocinero – Lo importante es que estamos bien y no ha pasado algo grave. Además, no sabemos qué es lo que sucedió con ese hombre, no podemos asegurar que se encuentra vivo e ileso. Mejor dejemos de gastar fuerzas inútilmente. Ya nos preocuparemos luego si llegara a pasar algo más adelante-

 

-¿Es que no piensas?-  Gruño Zoro

 

-Lo estoy haciendo, quienes no piensan bien las cosas aquí son ustedes. Y nos encontramos exhaustos de tener que estar peleando por nuestras vidas-

 

-Yo apoyo a Sanji-san- Propuso Bartolomeo

 

-¿Eso es lo que piensas Bartolomeo-san?- Pregunto su amor – De acuerdo, si eso es lo que deseas supongo no tengo elección… Además, no me gustaría que algo te sucediera. No te sobre esfuerces- Le acerco a su regazo con ternura

 

-¿Ves? Podrías aprender un poco de ellos Marimo no Baka- Dijo Sanji. Zoro se limito a bajar la mirada apenado

 

-Está bien, está bien- Acepto el moreno – Hare lo que dices-

 

-Bueno, chicos, será mejor que nos marchemos- Comento Nami, subiendo al vehículo color azul, sentándose de copiloto. Entonces todos le siguieron el ejemplo, subiendo de igual manera. Claro a Law lo traían con exceso de cuidado.

 

-¿A dónde iremos?- Pregunto el Narizón

 

-La prioridad es la salud de los lesionados… iremos a un hospital- Propuso Luffy

 

-Propongo que primero te lleven con tus padres- Comento el medico

 

-Pero…-

 

-No intentes convencerme, que no me harás cambiar de opinión-

 

-Tranquilícense chicos- Interrumpió Sanji – Iremos al  hospital…- Antes de que Law se pusiera a discutir con el rubio, el mismo decidió explicarse – Da igual, si vamos al hospital es muy probable que nos encontremos con los padres de Luffy-

 

-¿Qué? ¿Acaso a sucedido algo?- Se alarmo el pequeño, preguntando de inmediato hacia el rubio que se encontraba en el asiento delantero. Sanji no deseaba hacerle pasar preocupaciones, pero ¿Qué podía hacer? Tarde o Temprano, tendría que saberlo

 

-Es tu hermano Ace...-

 

-¿Ace? ¿Qué ha sucedido con él?-

 

-Solo sé que tiene problemas de salud. Sinceramente no se qué tan grave…- Paseo la mirada bajo sus pies. No tenía el valor de mirarle, quizás aquello sería difícil de asimilar ¿Cuántas desgracias mas tenían que pasar?

 

-…- Luffy no se atrevió a decir más, solo permaneció en silencio, intentando poner sus pensamientos en orden, de nueva cuenta el nerviosismo se había apoderado de él nuevamente. Sintió un terrible escalofrió recorrer su espalda. Law se encontraba de la misma manera, en silencio, junto al pequeño muchacho; que no sabía cómo reaccionar.

                Le miro de reojo, y pudo notar que se encontraba demasiado concentrado en sus pensamientos ¿Qué estaría pensando? . Después de un interminable silencio, llegaron al hospital de la ciudad. Al bajar, fueron en grupo hasta recepción, donde les atendieron, en especial al moreno. Mientras se dirigía a la oficina del médico, dedico un momento al menor.

 

-Quiero que vayas con tu familia, yo estaré bien, no es nada grave. En cuanto me atiendan iré a tu lado- Prometió, el pelinegro asintió con la cabeza

 

-Gracias…- Dijo para después salir a paso rápido, en busca de sus parientes. Al estar en aquella amplia sala, paseaba su vista mientras caminaba, intentando dar. Hasta que finalmente dio con la delgada figura de su madre, sentada en una silla y a su angustiado padre dando vueltas y vueltas en su caminar, como fiera enjaulada. Pensó en correr, pero, quizás aquello no era la mejor opción. Inicio su recorrido hacia ellos, en un paso calmado hasta que finalmente se paro al lado de Rouge –He vuelto…- Dijo, Rouge elevo la mirada esperanzada, al escuchar la voz de su hijo

 

-Lu… ¡Luffy!- La rubia brinco de su asiento para aferrar al joven en brazos; tanto Dragón como los demás se giraron al escuchar el grito de la rubia

 

-¡Luffy!- Fue esta vez el gran hombre en llamarle, mientras corría hacia ellos y abrazarles, seguido de los demás miembros. Entre abrazos y sollozos, se apartaron para iniciar el interrogatorio – Te encuentras bien?-

 

-Si, estoy bien- Dijo, ambos padres soltaron un suspiro de alivio al escucharle

 

-Menos mal- Dijo Janne – Siéntate, así estarás mas cómodo- Indico haciendo lugar entre ella y su cuñada; Luffy obedeció y así lo hizo, su madre le abrazaba, como no queriéndolo dejar ir por nada

 

-¿Qué es lo que ha sucedido?- Pregunto ya Dragón

 

-Ha sido, un secuestro- Confeso lo ya obvio

 

-Eso ya lo sé hijo. A lo que voy es a la razón-

 

-Ni yo logro comprenderla, padre- Sabia que su padre era de esas personas que les irritaban las respuestas cortas y carentes de información necesaria. Pero la verdad era esa; Luffy no lograba asimilar la lógica de aquel hombre, realmente no había nada coherente en ello.

 

-Me alegra ver que estés sano y salvo, eso es lo importante ahora- Comento el anciano de gran proporción muscular

 

-Abuelo- Sonrió al verle el joven

 

-Como la has liado. Vengo de visita y me entero de  tan malas noticias-

 

-Ace, Madre ¿Qué ha sucedido con Ace?- Pregunto, Rouge quedo sorprendida por la pregunta

 

-Tu hermano se encuentra… algo enfermo…-

 

-…- Quedo en silencio, algo no andaba bien, lo presentía

 

-Tu hermano se ha debilitado un poco Luffy, eso es todo- Dijo el anciano dando una palmada en el hombro de su nieto – No te preocupes, todos tenemos la fe en que se repondrá pronto-

 

-Eso es lo que todos esperamos- Añadió Dragón

 

-¡Luffy!- Exclamo el rubio al reconocer a su hermano, venia de uno de los pasillos del hospital. Sin pensarlo este corrió hasta estar cerca y abrazarle con fuerza -¿Dónde has estado? ¿Qué es lo que te sucedió?-

 

-No te preocupes Sabo, me encuentro bien- Antes de que el desesperado rubio repitiera las preguntas Dragón le tomo por el hombro, en señal de que dejara esa charla para después. Sabo lo comprendió, encogiéndose de hombros

 

-De acuerdo- Hecho en un resoplo – Me alegra que no te haya pasado nada malo-

 

-¿Cómo has llegado hasta aquí?- Pregunto Koala

 

-Me han traído mis amigos- Indico, la distraída familia no se había percatado de los jóvenes tras ellos. Dichos chicos sonrieron ampliamente. Ver reunida a aquella familia les sentaba bien. Sus esfuerzos dieron fruto.

 

-Muchas Gracias- Dijeron ambos padres a los jóvenes, estos mostraron modestia a el agradecimiento de los señores.

 

-Pues parece ser que estos chicos han hecho un buen trabajo. Mucho mejor de lo que esos hombres a los que has contratado harían- Comento Janne – Bueno, supongo tienes ahora trabajo que hacer- Se dirigió a Dragón, este en su semblante de agotamiento respiro hondo – Luffy- Llamo – Me imagino que quieres ver a Ace ¿Verdad?-

 

-Si-

 

-En ese caso, te llevare hasta la habitación- Se levanto y encamino unos cuantos pasos dando la espalda a los presentes. Luffy hizo lo mismo hasta estar a su costado. Sin decir nada mas continuaron su camino; el pequeño miraba el lugar mientras avanzaban, lo notaba tan sereno, tan falto de vida. Doblaron unas cuantos pasillos, hasta que la rubia se detuvo frente a una de las puertas, extendió su brazo, tomando el cerrojo y girando, una vez esta se abrió – Por el momento se encuentra solo… aprovecha antes de que la hora de visitas termine ¿vale? – Dijo, cediendo el camino. Luffy asomo un poco y noto la calmada habitación. Después entro por completo, cerrando la puerta, dejando a su Tía tras ella.

                Con cuidado de no crear más ruido, camino hasta estar a un lado de la cama, sin más se dejo caer en la silla que se encontraba a un lado. Desde allí, contemplo el rostro de su hermano mayor, quien permanecía dormido. En un impulso a causa de los viejos tiempos no pudo evitar sonreír con tristeza. Acerco su mano, paseándola por el ondulado mar oscuro.

 

-¿Pero que te vino a suceder?- Dijo en un susurro apenas audible “La vida sí que es ilógica… hace unos meses era yo quien estaba en una cama… ¿Los papeles se invirtieron?” Permanecía en silencio, torturándose a sí mismo – Ace… - Soltó con la voz entrecortada a causa del llanto, una lagrima rodo por su mejilla, seguida de varias mas tras cerrar los ojos.

 

-L… ¿Luffy?- Escucho la voz de su hermano y de golpe abrió los ojos

 

-Ace- Dijo al verle

 

-Luffy, Luffy ¿Qué te ha sucedido? ¿Dónde has estado?- Reacciono con notoria energía, sentándose en el colchón, para abrazarlo – Menos mal, estaba tan angustiado – Decía, el joven no pudo evitar llorar nuevamente. Sintió después como una cálida mano retiraba amablemente su tristeza –No tienes porque llorar… todo está bien ahora- Le miro a los ojos. Pero el joven no pudo devolver aquella sonrisa que mostraba el mayor. Viese por donde lo viese, algo andaba mal. Se vio forzado entonces a sonreír, una leve esperanza le dominaba, ver a su hermano así de fuerte le brindaba algo de fe.

 

-¿Cómo te sientes?- Pregunto

 

-Créeme, no me podría haber sentido mejor- Sonrió. Quizás la emoción de saber que nada malo había sucedido con su hermano, la había hecho olvidar su malestar

 

-¿Estas seguro?-

 

-Si, ¿Y tú? ¿Cómo te encuentras?-

 

-Yo estoy bien, no tienes que preocuparte por mi-

 

-Eres mi hermano menor ¿Cómo quieres que no me preocupe?- Protesto

 

-Lo sé, pero… -  ¿Cómo explicar la situación actual sin tener que ofender? No sabía cómo. Pero Ace lo dedujo

 

-Vale, ya se a lo que te refieres. Pero créeme; me siento mucho mejor. Por cierto Luffy…- Su expresión cambio a una más serena - ¿Qué es exactamente lo que sucedió? ¿Dónde has estado?-

 

-Veras…- Intento explicar – Siendo sinceros… me secuestraron- Hubo un silencio – No conozco a esa persona, de hecho jamás la había visto. Pero, me vi implicado como un sujeto secundario… A lo que me refiero es que esa persona, deseaba hacer daño a Torao… y al ver que yo era una persona muy preciada para él. Decidió tendernos un juego nada agradable-

 

-¿Cómo es que lograste huir?-

 

-Han sido mis amigos, ellos y Torao, hicieron lo posible por salvarme. Afortunadamente no hubo lesiones serias-. Aunque Torao termino un poco malherido…-

 

-¿Y qué sucedió con esa indeseable persona?-

 

-La verdad no lo sabemos. Hubo una explosión, desde allí, no sabemos qué es lo que sucedió con el- Esto le lleno de pavor al pecoso – Pero, si llegase a estar vivo… creo que no vendrá a provocar más daño…-

 

-¿Qué pruebas tienes de ello para decir eso?- Expreso su desaprobación

 

-Esa persona, ha vivido también duramente y ese mismo destino cruel, ha sido el que torció su camino. Pero hoy, cuando se confrontaron ambos; la manera de pensar de Torao, le ha hecho abrir los ojos. Lo supe en su expresión-

 

-Vaya hermano más ingenuo que tengo-

 

-Estoy seguro- Protesto –Aunque haya sido ya  tarde, estoy seguro que Torao logro mover algo en el…-

 

-De acuerdo, me estoy empezando a preocupar- Dijo. Pasaron unos minutos en silencio

 

-¿No vas a preguntar algo más?-

 

-No, ya he preguntado lo necesario- Suspiro, dejando caer la espalda en el colchón

 

-¿Te encuentras bien?-

 

-Solo me duele la espalda de estar tanto tiempo recostado… es aburrido- Dijo

 

-Te notas cansado- Dijo –Por cierto ¿Dónde se encuentra Marco-kun?-

 

-Tuvo que salir. Tal parece que su padre le tenia algún tipo de trabajo que resolver- Explico – Si es algo fácil, supongo vendrá mas al rato. ¿Tu qué piensas? ¿Crees que saldré de esta?- Por algún motivo no se encontraba frustrado sino soñador a su modo

 

-Es lo que más quiero. Estoy seguro que lo harás Ace- Contesto - … Siempre nos suceden desgracias, pero al final, terminan solucionándose de algún modo-

 

-En eso tienes razón. Por cierto ¿Dónde está Sabo? –

 

-Creí que venía de aquí- Le sorprendió escuchar eso – Se ha visto demasiado deprimido –

 

-Tenemos un hermano muy sensible ¿eh? , realmente la está pasando mal. Aunque, que estés bien ha sido una preocupación menos para él y para todos nosotros-

 

-Disculpe- Interrumpió una mujer de bata tras la puerta – La hora de visita a terminado – Se dispuso a pararse a un lado de la puerta, al parecer iba a dar medicamento al pecoso

 

-Disculpe, ahora me marcho- Dijo el joven poniéndose de pie, y abrazando a su hermano en despedida – Nos vemos luego Ace – Dijo al despegarse de el

 

-Si… descuida estaré bien- No pudo evitar decir aquello, quería aliviar la preocupación de su hermano con unas palabras; siendo esas las mas ideales que encontró. Ambos se sonrieron y el pequeño partió.

 

                Mientras en la sala de espera…

 

-La misma historia se repite y yo sin poder hacer nada…- Dijo para si Janne, que permanecía sentada a la lejanía de los demás presentes – Hermanos… ¿Qué se supone debo hacer? ¿Qué se supone debo esperar? … Al final soy la ultima de los tres… quizás sea preferible que sea yo y no tu hijo Roger… - Suspiro – Ann, partió en el otoño. Pero aun falta bueno tiempo para eso… No hay nada, solo misma historia pero diferente desenlace, quizás. –Elevo la vista, y sus ojos se centraron en su joven sobrino que acababa de llegar – Luffy – Le llamo, haciendo una señal de que se sentara a su lado. El pequeño pelinegro así lo hizo, tomando un asiento a la derecha de la rubia, al principio callaron, pero Janne comenzó la charla -¿Cómo se encuentra?- Pregunto

 

-Lo he visto bien. El sabia que algo me había sucedido… se encontraba demasiado emocionado al verme- Explico

 

-¿Le has contado lo sucedido?-

 

-Si-

 

-Luffy – Dijo con voz suave – Se que tu hermano es un cabeza dura y no admitirá nada de lo que realmente siente; pero ten por seguro que esto pasara- Animo. En eso El joven estudiante de medicina se acerco hasta la sala, en busca del chico. Al estar allí saludo a los presentes y dejo la vista bajar hasta dar con el – Bueno, será mejor que les deje solos – Se dispuso la rubia a levantarse, al mismo tiempo el moreno se acercaba hacia ellos – Nos veremos luego sobrino- Giro sobre sus talones para después avanzar, encontrándose en el camino con el moreno –Buenas Noches- Saludo, deteniéndose a un costado del chico, que hizo lo mismo

 

-Buenas noches- Devolvió el saludo

 

-Gracias por cuidar de mi sobrino. No me imagino que hubiera pasado de no haber estado tu allí-

 

-No solo he sido yo, los demás han ayudado también. De no ser por ellos, no sé que habría hecho…- Indico “Además, yo soy la causa de que esto le sucediera, en otras palabras. Yo soy el responsable de lo que paso…” Pensó

 

-Ya veo- Dijo – De todas maneras… me alegra que seas tú quien esté a cargo de Luffy. Quizás seas la persona indicada para el- Sonrió. Law se sonrojo tan solo escuchar aquello, permanecía sin siquiera verle a los ojos, ya podía imaginar la expresión de la rubia

 

-No entiendo a que se refiere- Fingió demencia

 

-Jajaja descuida joven. Estoy segura que Rouge y Dragón han de pensar igual- Dijo al mismo tiempo que daba inicio a su marcha, alejándose de allí. Law respiro hondo, intentando dejar atrás lo que acababa de escuchar; camino hasta llegar con el joven chico y sentarse a su lado; inmediatamente Luffy dejo car su frente sobre el hombro del moreno, para después tomar el brazo de Law

 

-¿Cómo te encuentras?- Dijo Luffy

 

-Un poco adolorido es todo. Solo necesito descansar unos días- Contesto

 

-En ese caso, es momento de ir a tu casa-

 

-¿Y dejarte aquí solo? Mira mientras pueda estar a tu lado para mi esta mas que bien Luffy-

 

-¿Otra vez con lo mismo?- Protesto frunciendo el ceño

 

-Solo dejemos de discutir- Le abrazo por completo

 

-Oh ya los viste- Dijo Rouge quien se encontraba en la lejanía junto con Dragón. La mujer se hallaba un poco sorprendida

 

-Lo dejare pasar…- Contesto el hombre que solo hecho una ojeada para después mirar al vacio blanco de las paredes. En si no lo toleraba del todo, pero comprendía que sus hijos no serian siempre suyos, y ni hablar de quien seria con quienes se irían a quedar. Reflexiono en que no le correspondía al tomar aquella decisión.

 

-Se que eso te molesta. Lo sé , porque lo mismo siento… Pero, ya están grandes, ya es decisión de ellos ¿Verdad?- Dijo mientras se recostaba sobre el respaldo del sillón, pegándose más a su esposo

 

                Y fue así, como el tiempo paso. No habían transcurrido más que mes y medio, mas mejoras en la salud del joven pelinegro no aparecían, esto llenaba de gran temor a la familia. Aunque otra de las preocupaciones, fue que respecto a lo de los sucesos ocurridos en el tren, al ser este inspeccionado, no se dio registro de haber encontrado rastro de Vergo. No había ningún cuerpo, no había señales de a donde pudo haber ido. Simplemente se desvaneció, no había nada más. Ese día era tarde, el sol se encontraba a unas horas de desaparecer. Fue entonces que en aquella desolada habitación se lleno de gran alboroto.

Ace escucho, como la puerta de la habitación se habría de golpe después de unos marcados y apresurados pasos. Para después ver y escuchar a cierta persona escandalosa

 

-¡¡Ace!!...-

 

-¿Oz?...- Dijo incrédulo -¿Qué haces aquí?-

 

-¿Qué haces tú aquí?- Dijo el peli rojo acercándose, dejándose caer sin rudeza a los brazos de pelinegro – Este lugar no es para ti- Decía en sollozos – Es increíble, me voy, y después me entero de que has enfermado seriamente-

 

-Bueno, no es algo que yo decida- Dijo

 

-… Realmente luces un poco diferente- Dijo al retirarse un poco y mirarle. El cansancio estaba pintado en su demacrado rostro, su vista con notorio cansancio. Bajo sus ojos se hacían ver unas remarcadas ojeras, producto de no poder conciliar el sueño, además de los medicamentos que le suministraban. Todo eso le había desgastado, estaba mas pálido que de costumbre.

 

-¿Eso crees?- Contesto bajando la vista algo nervioso

 

-No, bueno… no me refería de cierta forma a… este…- Corregir aquello le venía mal

 

-Está bien, estoy consciente de que he cambiado, después de todo soy yo mismo – Dijo Ace – Pero  ¿Qué te trae devuelta a Japón?-

 

-¿Qué no es obvio? Pues tu- Contesto algo intrigado tomándole de las manos

 

-¿Yo?- Le miro – Ozz-kun, no debiste molestarte en venir…-

 

-Lo lamento, pero así lo sentí- Le interrumpió – Cuando se trata de ti, es imposible que me encuentre tranquilo-

 

-¿Cómo es que te has dado cuenta?- Pregunto, pues según el sabia Dragón había mantenido a la prensa ajena a lo que estaba sucediendo

 

-Pues…-

 

-He sido yo- Se escucho a su espalda, dirigieron sus ojos a donde la voz prominente y se encontraron con el joven rubio que se encontraba recargado sobre el marco de la puerta

 

-Marco…-

 

-Perdón por no decírtelo antes, pero, creí que debía hacerlo; bueno después de todo el está en su derecho ¿no?- Dijo con la mirada al suelo  mientras sonreía – Sera mejor que les deje hablar a solas- Dio media vuelta, tomando la perilla de la puerta a su espalda

 

-Marco-san – Dijo el peli rojo antes de que el rubio cerrara por completo la puerta – Gracias…- Marco no dijo ni hizo seña de nada, solo se digno a dejarles solos.

 

-No creí que hiciese algo así…- Dijo para sí, pero claro, el pelirrojo escucho

 

-Realmente me alegra que me considerara. No te niego que me preocupe al recibir la noticia. De hecho intente venir de antes, pero habían unos problemas que resolver. Pero más importante que eso, me alegra demasiado poder verte de nuevo. Además, de todas formas iba a venir, recibí tu carta y claro que me gustaría cantar a tu lado en el concierto que se avecina…-

 

-Me alegra escuchar que aceptaras-

 

-¿A que se debe esto?-

 

-Es algo que he decidido, pero es una sorpresa que pienso hacer. ¿Escuchaste el CD?-

 

-¡Claro!  Y déjame decirte que está realmente genial. Si es esa canción la que quieres que te acompañe, cuenta conmigo-

 

-Habrán mas personas-

 

-No importa, está bien…- Siguieron debatiendo sobre el tema.

 

                Pasada la hora de las visitas, y siendo que el sol ya se había ocultado, la habitación permaneció en penumbra. Siendo las 10:00 p.m. cuando el pecoso se disponía a dormir. Recién le habían proporcionado un respirador. Puesto que ya se le dificultaba poder respirar, claro esto le molestaba demasiado. Cerró los ojos por unos minutos cuando escucho que la puerta se abría lentamente, al abrirlos, la luz del pasillo le estorbo para enfocar la silueta que se introducía a la oscuridad de dicha habitación.

 

-¿Marco?- Dijo al verlo un poco mejor, ya que este se acerco -¿Qué haces a estas horas por aquí?- Pregunto aun con el respirador puesto y con una debilidad evidente en su voz

 

-Solo he venido a pasar la noche un rato contigo- Contesto el rubio mientras se sentaba en la silla de al lado de la cama “Cada día que transcurre es como si te desgastara, eso me pone de los nervios” Pensaba con el llanto a un lado. Tomo la mano del chico, la cubrió con sus cálidas manos, llevándola hasta sus labios para besarle

 

-¿No te han dicho nada?-

 

-¿Necesito pedir permiso para ver a mi novio?- Sonrió dulce y la respuesta ya era clara. El rubio era un rebelde.

 

-Lo suponía…- Soltó un suspiro –Piensas quedarte aquí toda la noche ¿verdad? . ¿Qué es lo que planeas hacer?-

 

-Jeje tranquilo, no he venido con la intención de hacer que te desveles por mi culpa, estoy consciente de que necesitas descansar. Solo he venido a contemplar tu sueño- Dijo así de simple

 

-Pero…- Sus mejillas pálidas de inmediato agarraron color, agradecía la poca visibilidad que mantenía sus sonrojos ajenos a los ojos del rubio.

 

-Bueno, no me vengas a alegar. Así que duerme- Dijo acercándose para darle un tierno beso en la frente – Buenas noches, mi querido amor…- Susurro. El pecoso sin palabras cerro sus cansados ojos, se encontraba feliz de estar acompañado por el rubio, a pesar que este le hiciera estremecer sus emociones, con su voz y acciones. Ese sentimiento le sanaba aunque sea por un momento su dolor. Fue así que paso la noche siendo ya las 12:49 a.m. Fue entonces que Ace despertó, al abrir los ojos, encontró a Marco tendido a medio cuerpo sobre la cama, tomando su mano derecha; sonrió y apretó gentil su mano con las de su novio. Respiro hondo armándose de valor en aquella decisión que había pasado por su cabeza mientras dormía. Con cuidado y sin hacer mucho ruido, quito aquel aparato de su rostro, en un instante sintió su respiración decaer al igual que un dolor en un costado

 

-Coff… coff…- Tosió cubriendo con sus manos su boca, lo que menos quería era despertar al rubio, así que intento calmarse, normalizando su respiración. Ya más tranquilo volvió la vista al rubio que seguía dormido y sonrió –Marco…- Pronuncio y se acerco para besar la frente del muchacho. Se  retiro después para quitar aquella aguja enterrada en el dorso de su mano, que le proporcionaba suero. Mordió su labio inferior en el momento en que esta salió, adolorido miro su mano, en la cual la aguja le había producido un moretón, y vaya que le llego a doler –En serio, que ya estoy en mi limite…- Se dijo, sin más se levanto de aquella cama y camino hacia el pequeño guardarropa de la esquina, detestaba estar vestido con aquella bata. Así que sin más cambio su atuendo, con la ropa que había preparado Rouge con la esperanza de que le dieran de alta pronto. Algo sencillo como lo que solía vestir, camisa con manga de ¾ color blanca y un pantalón gris de mezclilla. Se encamino hasta la puerta, dando una última mirada hacia atrás, viendo aquella escena.

                Recorrió el pasillo, hasta llegar a las escaleras, de las cuales despendio era un completo desafío tener que bajarlas, pero pensar en aquel lugar le animaba, sacando las fuerzas necesarias. Al llegar a la entrada, agradeció que pocas enfermeras se encontraran presentes y gracias a la vestimenta, paso desapercibido, como un visitante más. Cruzo la entrada, estando ahora en la calle. Miro el cielo oscuro y el resplandecer de las lámparas, sintió el viento fresco transitar por las calles. Sintiéndose listo, comenzó a caminar a mano derecha, iba  a un paso lento, y observaba para todos lados; tenía mucho de no salir, así que esta ocasión era un privilegio, por tanto disfrutarlo no estaría mal. Al pasar por una mueblería, vio su reflejo en un gran espejo tras el vitral; allí estaba, contemplando sus pronunciadas ojeras y su piel en un estado mortecino, pero esto no fue impedimento para sonreírse, se sentía feliz, y no habría nada que le impidiera aquel sentimiento.

 

                Mientras, en una casa se encontraba el médico y el pequeño pelinegro. Luffy se encontraba hojeando unos papeles sobre la mesa, mientras el moreno se duchaba. Cuando este se disponía a salir, la puerta se abre siendo el menor quien le interrumpiese.

 

-¡Luffy!- Exclamo mientras le aventaba una toalla a la cara. Este por su parte rio

 

-Tranquilo Torao-

 

-¿Cómo quieres que esté tranquilo?- Dijo mientras se regresaba a la bañera, zambulléndose en el agua

 

-Solo soy yo. No soy alguien extraño ¿verdad?- Dijo mientras se arrimaba a la bañera y se ponía de cuclillas frente al moreno

 

-No lo comprendes- Tomo entonces la toalla que le había arrojado al chico y que ahora tenía entre las manos; para después con ella cubrir su cintura

 

-Que cruel- Se puso de pie el menor, mientras seguía al moreno que salió rumbo a la habitación – No me dejes hablando solo- Dijo en un puchero y le abrazo por la espalda

 

-Luffy- Protesto, girándose a verle – Podrías controlarte- Pidió

 

-Pero quiero estar contigo- Le abrazo de nueva cuenta

 

-Ok, escucha. Tú piensas que soy buena persona, pero mira. A mi parecer no creo que sea buena idea que  hagas este tipo de acciones, no mientras nos encontremos en este tipo de situaciones.- Explico avergonzado, realmente luchaba consigo mismo, con sus instintos incontrolables que le poseían en veces. Y todas ellas provocadas por el menor – Hay veces en las cuales, emm… es un tanto incomodo de explicar-

 

-No importa- Necio a las palabras de Law le seguía abrazando, hasta que en un descuido, ambos terminaron en el mullido colchón. En parte, había sido obra del moreno, quien ahora se encontraba encima del joven. Tomándole de las muñecas mientras se encontraba tendido, mirándole

 

-Vez, a este tipo de cosas es a las que me orillas Luffy. Te he dicho que no soy una buena persona. Tus acciones tan descuidadas hacen que pierda los estribos. Quizás ahora as de haber pasado un susto y lo lamento. Así que de favor, te pido te detengas, porque no creo poder controlarme más…-

 

-Está bien- Sonrió cálidamente

 

-¿Eh?-

 

-Si esto es lo que deseas, por mi está bien…- Dijo llevando sus manos ya libres a los hombros del moreno, para arrimarlo a su pecho y abrazarlo – Realmente no me preocupa. Porque yo también deseo lo mismo.- Dijo

 

-Pero…-

 

-No es algo malo. Es algo que ambos queremos. Así que ¿porque no?- Dijo, y antes de que Law pronunciara palabra que le impidiese le derribo, ahora cambiando de posiciones

 

-¿Pero qué haces?- Pregunto en un sonrojo

 

-Torao, no puedo permitirte que reprimas esto que sientes- Explico “No es justo que yo este mostrando de mas lo mucho que te amo. Pero tú te alejas, evitándolo” – Eso me frustra…- Susurro. Law le miro

 

-Entonces esto es lo que realmente sientes…- Dijo, pensándolo por una parte; estaría bien, pues ambos realmente lo aceptaban. Que mejor que una de las mayores muestras de amor. Habían vivido tantas cosas juntos, tantas ocasiones donde estar con el corazón en la mano. Todo eso era prueba de su afecto que tanto cuidaban, pero quizás ya era tiempo de reforzar aquello.

 

-Se que actúas de esa manera al querer cuidarme, pero, ya me encuentro mejor. Soy yo, el mismo chico que te confeso sus sentimientos, con el que compartiste momentos… soy ese mismo chico- Sonrió a la vez que una lagrima se deslizaba por su mejilla

 

-Luffy…- Dijo acariciando el rostro de este – Te amo…- Pego un beso en los labios del joven – Te amo mucho- Le abrazo, ahora cambiando de lugares

 

-Tenia miedo… me encontraba asustado de poder perderte. Tenía miedo de separarnos para siempre sin siquiera decirte cuanto amor tengo por ti- Decía el joven

 

-Yo también tenía mucho miedo- Volvió a besarle – Eres lo más hermoso que ha pasado en mi vida. Siempre alegrándome con tus sonrisas, dándome siempre esperanza… eres mi esperanza- Decía sin parar su labor, hasta deshacerse de la camisa del joven, lamia el cuello del chico mientras paseaba sus manos traviesas hasta llegar a los pantalones. Luffy se estremeció ante el tacto, sintiendo su corazón aumentar el ritmo, al mismo tiempo sus mejillas enrojecieron en pudor e inexplicablemente un apacible calor comenzó a apoderarse de el. – Espero no ser demasiado tosco…- Le susurro al oído, mordiendo la yugular del joven, posiblemente estaba siendo sarcástico. Abrió la bragueta e introdujo sus manos traviesas, deslizándose juguetonas en busca de placer

 

-Ahgh- Soltó un leve gemido Luffy al sentir aquello. La sensación que le envolvía le comenzaba a hacer perder la razón. Law permaneció dando pequeñas mordidas a los hombros mientras le manoseaba los glúteos. Pronto aquella tela paso a ser molesta en la labor, quitándola del camino, despejando cualquier cosa en medio. El joven se exalto ante la acción. Law por su parte le repartió apasionados besos en los labios, lamiéndolos, abriéndose paso en la cavidad bucal del menor, jugando y peleando con aquella lengua joven e inexperta. Beso hasta quedar sin aliento, dejando al chico demasiado jadeante, este se aferraba con sus manos a la fornida espalda del oji gris.

 

-Te ves tan lindo- Dijo en una leve risilla que puso de nervios al joven, e intentando esconder su vergüenza se giro, dándole la espalda, abrazando la almohada – Jeje ¿pero qué es esto?- Pronuncio sugerente al oído del chico - ¿Tantas ansias tienes?- Quizás había tomado una idea equivocada de tal acción – Pero yo quiero seguir un poco mas ¿no piensas lo mismo?- Deslizo su dedo índice por la columna vertebral, haciéndole temblar. Al mismo tiempo dio una lamida a la espalda. Logrando hacer que Luffy soltara mas gemidos, siendo estos ahogados en la mullida almohada que tenía en brazos.

                Con ansias de mas paso su mano hasta llegar a la entrepierna del joven, tomando el miembro de este masajeándolo mientras con la otra estimulaba los botones rozados de este.

 

-Nhggg Torao… Ahgg- Soltó varios gemidos, incrementando el libido del moreno.

 

-Me encantan tus gemidos- Dijo sin dejar lo que hacía – Tan dulces son…- Soltó en un suspiro, aquel aire golpeo leve en la piel del chico que se estremeció de nueva cuenta -¿Qué tal se siente?-

 

-Se siente… ahh… bien.. nghh- Dijo, le resultaba vergonzoso decir aquello mientras su voz se entrecortaba con cada gemido que  escapaba de su boca sin permiso, era algo realmente vergonzoso

 

-Me alegra escuchar eso… creo que también estoy empezando a emocionarme- Rio, bajo hasta llegar a morder las caderas y después los glúteos

 

-Ahh… Aggg, ah Torao…- Pronuncio al sentir aquello, sus pensamientos se encontraban desordenados como nunca, sentía que quizás hasta perdería el habla. La razón ya no estaba en el. Su corazón bombeaba frenéticamente. Además de que aquella parte estaba ya despierta. Law consciente de esto, le giro, teniéndolo ya cara a cara; Luffy pudo ver ya deseo en los ojos grises del hombre al que amaba. Sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo, sentirse de aquella manera tan expuesto a aquellos ojos que le miraban sin parpadear siquiera, atentos; contemplándole por completo. Avergonzado llevo sus manos al rostro. Como si cubriendo sus ojos se protegería de aquello.

 

-¿Eh? ¿Es acaso que quieres que te vende los ojos o algo por el estilo? . No te conocía esos gustos amor- Expreso entre risas

 

-Claro que no- Protesto inflando los cachetes – Es solo que…- Callo, mientras el carmín de sus mejillas hablaban por el

 

-Jaja perdón, no era mi intención- Dijo besando los labios del joven – Pero, es mi deseo que también disfrutes de esto… Hemos estado avanzando lento y cuando llegue el momento, me gustaría que no tuvieses miedo…-

 

-Claro que no. Si he decidido hacer esto, lo hare sin importar que…-

 

-Bien, entonces ¿te molesta si continuo?- Bajo su mano quitando la toalla que le cubría. Aunque fuese poca la luz, Luffy pudo observar bien aquello. Law mantenía ya una erección, ¿tanto así lo deseaba? Un mal presentimiento le vino. –Vaya, parece que tengo un problema por aquí. ¿No quieres hacer algo?- Pregunto, le interesaba ver que podría hacer el chico. Este acepto, Law se sentó sobre el colchón, mientras Luffy se acercaba hasta el miembro de este. Con sus manos temblorosas lo tomo, y sintió el calor que este emanaba además de lo increíblemente dura que se encontraba. Sin más le masajeo, a la vez que con la otra mano masajeaba los testículos -¡Ahg!- Pego un grito ahogado el moreno al sentir aquella estimulación. Luffy supuso entonces que iba bien, aunque, la curiosidad le asalto, queriendo engullir el gran miembro del moreno, empezó por succionar la coronilla y después bajar. Law se retorcía de placer al sentir aquello, duro unos minutos hasta que el moreno decidió dar nuevo rumbo. Despegándose e incorporándose encima del chico

 

-¿Torao?- Soltó algo confundido

 

-Supongo que ya es momento, pero antes- Dijo para después pensar un poco hasta que algo se le cruzo por la cabeza – Bien, Luffy gírate- Pidió. El joven algo extrañado obedeció, intentando hacer conexión con la cabeza del médico a ver que era aquello que se le había ocurrido y mientras estaba en eso, lo descubrió entonces por la apresurada acción. Law le tomo los glúteos, estirando estos a lados contrarios

 

-¡Ah!- Grito al sentir aquello

 

-Descuida, confía en mí- Pidió, y así lo hizo. Pronto sintió aquella zona humedecer, a causa de la lengua de Law que lamia aquella entrada. El pudor se apodero de golpe

 

-Ahggg ¿Por qué… allí?- Pregunto pero el médico no respondió, concentrado en lo que hacía; hasta que finalmente sintió que era suficiente, se retiro. Y cuando Luffy creyó que ya había terminado, pues se equivoco porque apenas empezaba. Sintió entonces una extraña sensación. Law había introducido su dedo índice, seguido de dos mas, haciendo pequeñas circunferencias imaginarias en dicha zona.

 

-Creo que ya estás listo- Dijo Sacando sus dedos, para después girarlo y tenerlo boca arriba, ver de nuevo esa imagen, a su pequeño jadeante de aire, necesitado de sus atenciones. Le excitaba como nunca

 

-¿Eh?-

 

-Escucha, no miento, esto quizás dolerá… un poco, espero… bueno, intentare ser lo más sutil que pueda ¿vale?- Dijo, Luffy asintió con nerviosismo – Bueno, allá voy- Fue entonces que acerco su miembro hasta aquel orificio y empujo un poco. Fue entonces que Luffy se aferro a la espalda del moreno, si esa cosa entraba definitivamente dolería, la intervención de los largos dedos del médico le provocaron una sensación deliciosamente dolorosa. ¿Qué seria ahora con eso? Pues ni se diga mas. Poco a poco Law logro estar dentro del muchacho. Aquellos minutos al pequeño pelinegro se le hicieron eternos – Bien, ya me encuentro dentro- Anuncio – Es momento de que comience a moverme. Puede que esto se sienta extraño, pero, solo espero que disfrutes de esta sensación- Le beso en la frente. Comenzó moviéndose a un ritmo lento, a la vez que tomo la oportunidad de jugar un poco con los pezones del chico, besándolos y succionándolos con delicia, hasta dejarlos duros. Ante la excitación comenzó a acelerar el vaivén, volviéndose más intenso

 

-Ahhghh Torao Agg- Gemía desenfrenadamente, era imposible parar de gemir de aquella manera, sentía que se volvería loco de seguir así. Pasaron un momento hasta que ambos no pudieron controlarse más, vaciando aquel liquido viscoso y blanquecino. Luffy sintió un tirón en la boca del estomago, y después sentir su propio esperma impregnado en su vientre y en el del moreno. Al mismo tiempo este salía, seguido de su propio semen que se escurría en gran cantidad. Law se había corrido demasiado.

 

-Perdón si fui demasiado rudo- Pidió disculpas mientras besaba de nuevo la frente y pecho del joven.

 

-Descuida- Dijo aun con el poco aire que le quedaba – Estuviste perfecto… realmente me gustas mucho- Le planto un beso en uno de los cachetes al moreno.

 

-Que descuido. No considere si deseabas que me viniera dentro de ti- Seguía en preocupación – Bueno, será mejor que tomemos una ducha. Se levanto y tomo con cuidado a Luffy en sus brazos –Puede y le seguimos allí- Dijo con voz pervertida, esto sonrojo al chico aferrándose al pecho del pelinegro. Este se dispuso a llevarlo hasta la tina.

 

                Mientras en aquella noche, reinaba el amor. En un pequeño parque, caminaba el mayor de los hermanos, recorría mientras vislumbraba escenas del pasado, producto de sus recuerdos.

 

-Vaya tiempo…- Dijo al detenerse frente a unos columpios. Recordaba allí se la pasaba él y Marco cuando eran pequeños, solían frecuentarse en aquel lugar. – Creo que ya está empezando a hacer un poco de frio- Dijo mientras veía como salía su aliento blanquecino de su boca. Un poco cansado se acerco hasta sentarse en uno de esos columpios, se meció un poco hasta que se quedo suspenso. Miro el cielo, y antes de que se hiciese más tarde decidió apresurarse a recorrer todo el lugar, camino hasta llegar a una parte alta, se detuvo frente a un árbol – Recuerdo que en este árbol…- Dijo y a su mente llego un recuerdo. Marco había tallado sus iniciales en el tronco en aquel entonces. Se acerco y pudo notar aquel desgaste, paso sus dedos por la hendidura en la superficie. Lo recordó pues le había observado en la lejanía mientras lo hacía, como deseando que nadie le viese. Pero para mala suerte del rubio, el chico le había visto.

 

-¿Has venido a recordar viejos tiempos?- Escucho a su espalda e inmediatamente se giro

 

-¿Sasha? ¿Qué haces aquí?-

 

-Lo mismo debería preguntar yo. Deberías estar en el hospital… saliendo de esta manera solo expones tu vida, Ace- Dijo el demonio mientras se acercaba volando

 

-¿Dónde habías estado?-

 

-Siempre estuve allí- Hizo referencia a la habitación – Pero como últimamente esta concurrido, me mantenía un poco alejado- Explico – Admito que me dio cierta curiosidad, incluso pensé en detenerte, pero; sentí que no debía hacerlo-

 

-Me alegra que no lo hicieras- Divago un poco

 

-¿Solo has venido a fantasear en el pasado?-

 

-Bueno, no voy a negarte eso. Creo que, mientras permanecía allí, este lugar hacia presencia más en mi cabeza. Tenía unas ansias por venir… estar aquí cura mi mal estar. Aunque sea por un momento-

 

-¿Tan mal te encuentras?-

 

-Solo digamos que un poco- Le sonrió

 

-Me pregunto que debería hacer- Se dijo, ya llevaba días penando en todo aquello. Esta situación no hacía más que angustiarle. Claro, su nombre indicaba nada mas protección, un guardián, que hasta ahora había cumplido bien su mision, pero hasta ahora, había sido incapaz de frenar lo inevitable – Aquellas veces logre salvar tu vida. Pero esta vez…- Callo de inmediato

 

-Basta de recordarme eso a cada instante- Pidió – Estaré grave pero, al menos sigo vivo, aunque sea por ahora… y mientras, quiero sensaciones que me tranquilicen esta sensación de ansias y miedo que me tienen atormentado. Solo quiero despejar mi mente aunque sea un poco-

 

-Entonces…- Dijo para después respirar hondo, decidido ya a lo próximo – Libérame de esta atadura, indico a la camisa de fuerza – Yo también quiero ser libre- Ace sabía que era un peligro andante si se lo proponía, pero al final era un ser vivo que sentía. Así que sintiendo compasión obedeció

 

-Me impresiona que no alegaras- Dijo al sentirse libre

 

-¿Qué puedo hacer? Eres tu- Dijo, Entonces se escucho el pasto emitir sonido al ser alguien que se acercaba hacia ellos -¿Quién anda allí?- Dijo a la defensiva

 

-Soy yo- Se escacho la voz del rubio mientras se acercaba. Para buena fortuna el demonio se encontraba invisible. Sasha observo sus manos, pálidas y de grandes garras. “¿Sera ya el momento?” Se pregunto. Estuvo un buen tiempo levitando, hasta que antes de que el rubio se acercara por completo. Se arrimo a Ace y sin preguntar nada coloco una de sus manos sobre la oscura cabellera.

                En ese momento, marco solo miro al joven desplomarse sobre el suelo.

 

-¿Ace?- Dijo casi en un grito, corriendo y tomarle en brazos. Toco su rostro, sintiendo el frio en el. Angustiado, se despojo de la sudadera que llevaba, para cubrir al pelinegro. Aun respiraba, el problema, era que el pobre aun necesitaba la ayuda de un respirador que pudiera asistir a sus débiles pulmones. – Pero a que has venido Ace- Dijo, aunque la respuesta era más que obvia, al enterarse de la ausencia del pecoso le busco sin parar por todo el lugar. Hasta que calmándose, este lugar llego a su cabeza, como una señal milagrosa indicándole la respuesta.

                El rubio corría deprisa, quería llegar lo más pronto al hospital.

 

Y el camino acabó

Su mirada dulce y gris voló,

Y su luz se apagó como la llama

Del candil que hace tanto tiempo ardió,

Y su voz susurraba y susurraba

Liberadme de todo el dolor.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Muy bien, y aquí cortamos ouo ;-;

Se que se lo deje en un momento de duda quizás. Pero me es necesario dejarlo hasta allí uwu

Solo espero que este cap. haya sido de su agrado ouo. Muchas gracias por todo. Espero seguir contando con su ayuda n_n.

Si quieren dejarme sus opiniones o quejas, les invito m dejen un review ;)

Nuevamente gracias y nos leemos, en el próximo ¡Capitulo!!! xD

 


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