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Con tan sólo un paso por natalia clow

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Cedric

«Delirios»


 


Todo parecía una utopía milagrosa. Al comienzo fue supremamente difícil calmarse, debido a la adrenalina que le despertó la banda dentro de sí.  La piel todavía estaba erizada; se envolvió en sus cobijas como una oruga y enterró los audífonos con las nuevas canciones de la banda. Los sonidos que se filtraban por su cuerpo, lo hacían desintegrarse y reunirse en pedazos que nunca antes había pensado que fuesen posibles amalgamarse. 


Lo que más le tentó a la imaginación fue la guitarra. Eran las manos de Perséfone que lo llevaban hasta esa instancia en la que ya no se reconocía como Cedric, sino como dependiente del siguiente acorde para tener forma. Era impresionante el poder que podía tener una persona. No dudaba que era una actitud loca e inexplicable el que pudiese obsesionarse tan fácilmente con una banda y su guitarrista, pero era la pura y tangible realidad.


El día del concierto, no quería recordar la razón de sus dolores. Había caído presa de una jugarreta del destino y de seguramente una apuesta de Cupido, al hacerlo enamorar irremediablemente de su amigo Elliot. Este chico era un mundo totalmente diferente, era un huracán rojo lleno de caprichos y fortalezas. No podía explicar qué lo llevó a necesitarlo, pero antes de darse cuenta se hallaba deseándolo, no obstante, él repentinamente le dijo que no volviesen a acercarse y  aquello fue una determinación que no pudo procesar de buena forma. Al parecer su amigo Elliot se había obsesionado con un tipo llamado Joshua, y es que lo celos lo carcomían cada vez que el tema de conversación se volteaba hacía él.


Para esas alturas, ya lo tenía claro, Elliot seguramente se había dado cuenta de sus sentimientos y había decidido muy disimuladamente poner distancia. La verdad,  hubiese preferido que le gritara algo o lo reprochara o lo que fuese, menos esa actitud. Ahora lo bueno que tenía para notificarle al mundo es que en ese momento Elliot no importaba, sólo necesitaba un poco más de TUA y todo era felicidad. 


Entre el calor de las cobijas, recreó la imagen de los cabellos de Perséfone, con unas ondulaciones que lo hacía parecer verdaderamente mítico. Los ojos grises que se adornaban con una delicada corona de pestañas era algo parecido a una obra de arte; la nariz ligeramente respingada y los labios de grosor correcto para hacerlos apetecibles; la habilidad para el instrumento, podía hacer la analogía de que estaba tocando a su amante.


No dudaba que los demás integrantes no tuviesen su imponencia, pero fue Perséfone lo único que se grabó a hierro ardiente en su memoria. Se sintió fácilmente arrastrado a la circunferencia de su cadera; a la imagen sublime que proyectaba; a una hermosura que seguramente no volvería a ver jamás. 


Era ya algo parecido a una deidad y si él llegase a levitar seguramente haría una religión en su nombre. Conquistaría las tierras desconocidas que hiciesen falta y no iba a dudar ni un segundo en bandear su estandarte. De nuevo ahí estaba exagerando. No era un hombre que pudiese resistirse a seguir lo idolatrado y de allí venía la fácil relegación de su razón. Aunque también era alguien con férrea voluntad, si decidía que alguien se salía de su corazón o sencillamente se cansaba, podía poner sus brazos al fuego que nunca más volvería a asociarse con lo olvidado.


                La letra de la canción nueva de TUA tenía un toque diferente. Podía sentirse en una playa viendo en la noche más oscura jamás vivida, como se revolcaba a alguna bestia en el fondo del horizonte y que sin duda buscaba la destrucción, pero no sabía cómo llegar a la orilla. La expectación de saber qué era lo que atentaba contra la paz del mundo era una sensación nueva ante las canciones. No sólo era la metáfora que encerraba, sino que de alguna manera era un universo en sí mismo. Entre las dos canciones nuevas, esa fue su favorita. Deseaba conocer a la bestia que traería fin a todo lo entendible.


Dando otra vuelta en la cama, quedó viendo hacia el techo y se dejó llevar por los acordes, entre las grietas hechas por la humedad a su cubierta. Le entró el pensamiento que quizás no era la única persona que había sido encantada por Perséfone y sus acciones que le daban el aliciente a pensar a cualquiera que lo que sentía era justificado y sustentable ante los azares. No era por la repentina acción de un buen análisis, sino más bien por la duda que quizás ya no hubiese futuro como una existencia especial en los momentos que podrían llegar a pasar junto a Perséfone.


¿Cuántas personas estarían como él? La sola tarea de pensarlo le redujo el ánimo. Incluso cuando sabía que no debía tomarse atribuciones personales por la entrega especial de los demos, se ponía supremamente celoso de pensar que alguien más hubiese sido ficha de las atenciones ¿Cómo iba a competir con personas que no conocía?


Se levantó de su cama de ipso facto  y tomó su Smartphone. Debe haber información de ellos por internet, se dijo teniendo en cuenta la única desventaja que tenía contra todos los demás fans de TUA y era que él no sabía absolutamente nada.  Entró al navegador y tecleó rápidamente el nombre; para su sorpresa, no había nada de ellos en las primeras páginas del buscador y decidió cambiar las palabras clave. El meter el nombre de Perséfone junto al nombre de la banda, lo llevó a un pequeño blog que se hacía llamar el blog oficial de TUA. Un escalofrío le erizó la piel. No le había costado mucho llegar, pero ya lo sentía como un logro. Primero se metió a la página de biografía y allí decía:


» The Underworld Alliance está conformada por cuatro integrantes. Se formó en el año 20XX, inicialmente con Perséfone (guitarrista) y Thanatos (baterista); poco después se integró Ares (vocalista) y un año más tarde Hades (bajista).


»Actualmente tienen 9 canciones originales que se titulan según el orden de salida así:


»*Just before disappearing.


»* The depths of darkness. 


»* Till forever and goodbye.


»* Bloody flower.


»* Under the bridge.


»*...It's ok?


»*Maybe tomorrow never will come.


»* The Last spring was the last chance of life.


»*Breaking your weak skin.


»A parte de éstas producciones originales, han hecho diversos covers de bandas como Stratovarius, Rhapody of fire, Hammerfall, entre otras.»


Esa información era demasiado pobre. En la página de inicio estaba el anuncio del toque pasado y realmente no había más que le llamara la atención, aparte de saber algunos datos de los toques anteriores. Se salió del blog y se puso a buscar por otras fuentes, como foros, blogs asociados, cuentas en Facebook, lo que fuese estaba bien. 


Encontró un foro que se llamaba Little TUA Association. Ese lugar estaba lleno de post de todo tipo, desde listas enteras de facts, como todas las canciones que había hecho ellos para descargar. Inmediatamente se hizo una cuenta y se presentó. No tardaron en recibirle las respuestas a su post.


El foro estaba dividido en varias secciones, las sección informativa y normativa; la sección de descargas; la zona  de fanaticada, había un recuadro para cada uno de los integrantes, y la sección de intereses varios. No cabía duda ni un segundo que ingresó rápidamente a la sección de Perséfone.


En tres años han hecho bastantes cosas, le dijo al celular mientras se encogía más en sus cobijas como si quisiera esconder algo prohibido. Cuando comenzó a leer la lista de facts de Perséfone, se emocionó como si fuera una pequeña niña que va a robarle unos cuantos peniques a su madre para comprarse dulces. El post decía así:


»Buenas aquí de nuevo Moon&Heel.


»Me he tomado la molestia de reunir toda la información posible de Perséfone que hemos estado reuniendo alrededor de estos tres años y hacerla una lista asequible para todos. Primero que todo quiero agradecerle a la fan más grande que he conocido de Perséfone, Unknown-P-wife, que nos ha proporcionado la mayor cantidad de la información de la lista. La mayoría de nosotros no sabemos la potencialidad que tiene el tiempo después de los toques (deberíamos aprender de ella).


»Más o menos los facts  van así:


» -Le gustan las cosas tejidas a mano.


» - Odia el vino y en general el licor.


» - Es fumador por el estrés más que porque le guste.


» - Su videojuego favorito es Megaman.


» - El nombre de la banda se decidió en un juego de piedra, papel y tijera con Thanatos.


» - Su comida favorita está entre la pasta y el stroganoff.


» - No tiene hermanos.


» - No tiene mascotas.


» - En la preparatoria era bueno jugando béisbol.


» - Odia el verano.


» - Su libro favorito es Los Hermanos Karamazov.


» - Sus colores favoritos son el negro, el gris y el verde oscuro.  


» - Ante la pregunta de que si fuera mujer con cuál de los integrantes del grupo se casaría, dijo que con Damien (Eso lo dijo en uno de los primeros toques cuando hasta ahora comenzaban).


» - Ama la noche.


» - Su sueño frustrado es no saber tocar saxofón.


 


» Eso es todo lo que tenemos, en caso que alguien tenga más información, no se contengan y agréguenla.»


Cedric estaba ansioso por saber más y seguía bajando a los comentarios esperando cualquier detalle, pero la mayoría de ellos eran de gente agradeciendo la lista o diciendo que no sabía esta o aquella cosa.  Vio uno que otro dato interesante. Según lo que decía en el reply, en el toque que hicieron antes de navidad el año pasado, una de las chicas en el free talk le preguntó si pensaba tener una familia, a lo que respondió que sí, que pensaba en tener hijos más adelante.


La idea de ver a un Perséfone padre lo puso a tiritar de la pura emoción. No podía dejar de pensar que sería de esos que se ven estrictos, pero que a la hora de la verdad eran bastante condescendientes y que adoran a los niños hasta el punto de lo impensable.


Podría tener tantas capas que no sabría cuando estaría llegando al núcleo de él, pero estaba contento de ir aprendiendo cosas distintas. Puso el celular en su pecho y se quedó boca abajo. Se repitió nuevamente la lista de cosas que le gustaban, y se planteó seriamente en aprender a cocinar, o a tejer, o a volverse habilidoso jugando Megaman.


Volvió y cogió su celular e hizo una pregunta al final del post « ¿Alguien sabe cuántos años tiene Perséfone?». Se quedó esperando respuesta durante largo rato, el cuál aprovechó mirando la lista de facts de los demás integrantes.  Lo más destacable de Ares, fue el hecho que le gustara el origami;  en el caso de Hades, era el fetiche que tenía con el cabello, además de que era amante de la cerveza; por último Damien coleccionaba libros viejos, generalmente los que estaban en papiro.


Después de descargar la lista de canciones que le faltaban, al fin alguien le dio respuesta a su pregunta. Se fue hacia el post y se le hizo extraño lo que dijo: «A ciencia cierta, nunca ha dicho la edad y siempre evade la pregunta cuando se la hacemos, pero calculamos que debe tener unos veintiuno, según lo que dice». Agradeció la respuesta y quedó extrañado ante la falta de certeza con algo tan elemental ¿Perséfone le contestaría si era él quien le preguntaba? Se rio de su propia estupidez.


Ya eran más de las dos de la mañana y tenía que ir a la universidad más tarde. Ya no tenía que madrugar, porque no tenía que ir a despertar a Elliot… ya no tendría que hacer nada por él. La emoción de hacía unos segundos, se vio eclipsada por la confrontante objetividad del aquí y el ahora. Podía en este momento quererse llenar de motivos para sentirse contento y gracias a TUA lo estaba logrando, pero lo que sentía por Elliot, no parecía que fuese fácil de exterminar. Después de todo, la figura de Perséfone era una fantasía difuminada por los reflectores, mientras que Elliot era de aquellos que se materializaban ante el aire, el agua y el fuego.


El Elliot que conoció, ahora era un completo extraño. Había pasado por todos los estados de ánimo posibles y por haber, su figura había mutado en una demacrada y otras veces estaba más que vigoroso. Los ojos verdes que tanto lo cautivaban, se notaban brillar con la intensidad suficiente para cegar a cualquiera, pero eso pasaba siempre y cuando de Joshua se tratara. Elliot seguía diciendo que era una cuestión de ajustar cuentas, pero para él eso le sonaba como un «Me gusta demasiado».


A esa instancia, no había mucho que hacer. Ya se había dicho más de una vez que no quería ser ese personaje secundario al que al final sólo le queda aplaudir por el feliz final del amor de la protagonista; sin embargo, en contra de sus deseos, ahí estaba renegado sin ser capaz de tener una pizca de protagonismo en ninguna vida. Por lo menos, en ese momento creyó que si lograba compenetrar con la historia de Perséfone lo suficiente, implícitamente haría parte de su vida.


Era demasiado patético hasta para pensarlo. No es que él no fuera atractivo o que tuviera una actitud ruin, pero había algo que le faltaba dentro de sí que siempre le hacía perder. ¿Tendría la determinación suficiente para moverle el piso a la persona que quería? No, la verdad es que no, siempre fue muy pacifico en ese sentido. Dejando que el rio de sus sentimientos lo dejara en alguna orilla, sin preocuparse en manejar la barca para terminar en la playa deseada. Así que no tenía forma de quejarse, era lo que había buscado, lo que se merecía. Si no hacía cosas distintas, qué le hacía pensar que iba a recibir resultados diferentes.


Si él es feliz, está bien para mí, pensó mientras se estiraba para dejar el celular en el escritorio que estaba cerca. Odiaba cuando tenía que terminar diciendo esas palabras. En sus diecinueve años, no era la primera vez que tenía que quitarse del camino. A los dieciséis, él estuvo seriamente comprometido con una chica de nombre Abie, pero ella de un día para otro se mostró interesada por un chico de curso superior y lo dejó sin siquiera decírselo a la cara. Sólo un día apareció cogida de la mano y besándose con él. Lo evitó a tal punto que no pudieron ni hablar.


Eso lo dejó seriamente herido y llega un día de buenas a primeras después de dos años, un chico supremamente caprichoso; de cabellera roja y ondulada como las llamas de una hoguera viva y lo dejaba en ese estado. No era su intención hacerlo sentir mal, después de todo,  Elliot nunca se habría imaginado que él lo quería, pero eso iba a estar muy presente en él durante largo tiempo. Esperaba por lo menos que lo dejara quedarse en su vida como un amigo, aunque en ese momento tampoco es que él lo quisiese así.


Puso en el reproductor The Last spring was the last chance of life, hasta quedarse dormido.


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