"Linda Noche De Disfraces"
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Se podría decir que en aquella oficina el ambiente era tenso pero, en realidad el único tenso y nervioso era Misaki, el cual solo veía que su pareja tenía una sonrisa burlona en el rostro y la doctora estaba de igual manera, lo que lo tenía tan nervioso y preocupado y más cuando el peli gris se puso en su pose de "yo lo sé todo y hago lo que quiero".
—Vayamos al punto, usted nos citó aquí por una razón y esa fue porque usted quiere que le contemos nuestra versión de la historia. —Empezó a hablar el escritor. —Claro que mi caso no teníamos que venir ni Misaki ni yo, usted ya puede leer lo que nos pasó en mi nueva novela. —Dijo de lo más normal mientras le daba un librito que saco de quien sabe dónde.
—Misaki abrió los ojos de la sorpresa y antes de que la doctora tocara el libro, él se lo arrebato al escritor y comenzó a leerlo dándose cuenta de que efectivamente era su versión de la historia. — ¿Qué significa esto?—Preguntó con furia.
—Me pareció una buena historia para contar, prácticamente se escribió sola, pero no te preocupes que puse de advertencia que cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia. —Explicó con simpleza.
—¡¡AHHHHHH!! ¡¡PUES AHORA YA NADIE LO LEERA!!—Grito con furia mientras rompía el libro en pedazos.
—No te preocupes, traje otro por si las dudas. —Dijo mientras le daba el libro a Tsunade.
—Maldito. —Susurró el castaño con resignación.
—Sabe que aun así, usted me dará la versión de la historia, así que comience. —Ordenó seriamente la rubia.
—Que pervertida es vieja borracha, pero no tengo nada mejor que hacer, todo comenzó...
---FLASHBACK---
Misaki estaba cocinando como siempre mientras que Usagui veía con aburrimiento la tele, en verdad quería hacer algo divertido, pero no se le ocurría nada y eso que cuando le dieron dos semanas de vacaciones, fue directo al lugar donde su lindo castaño trabajaba para pedir "amablemente" dos semanas de vacaciones y así pasar todo el tiempo con él, pero ni hacían algo fuera de lo común.
Usagui solo se dedicaba a observar a Misaki y abrazar a Suzuki-san, hasta que se le vino algo a la cabeza, ¿cómo se vería Misaki disfrazado de osito?, Y fue allí donde se le ocurrió como quitarse ese aburrimiento. Se levantó del sofá y tomo sus llaves con prisa.
—Misaki voy a salir un momento. —Dijo para después salir, sin esperar respuesta.
— ¿Qué le habrá pasado para salir así?—Preguntó en susurro mientras veía la puerta con preocupación.
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Usagui llego a una elegante tienda de disfraces y compro dos de los más bonitos disfraces de osito, luego fue a hacer otras cosas que tenía reservados para esa noche.
Y después de varias horas llego a su hogar, donde Misaki ya lo esperaba con la comida hecha.
—Usagui se lavó las manos y luego se sentó. —“Ahora a esperar que se distraiga”. —Pensó con inquietud.
—Ahora vuelvo, olvide la ensalada. —Dijo Misaki mientras se levantaba e iba a la cocina.
—Qué suerte la mía. —Susurró mientras le ponía una pastilla a la bebida del castaño.
—Aquí está la ensalada. —Dijo con una sonrisa para después tomarse todo el jugo de golpe. —Lo siento Usagui-san, pero tenía mucha sed. —Se disculpó apenado, pero por alguna razón comenzó a ver todo borroso hasta que todo se volvió negro.
—El peli gris se levantó de su lugar y fue donde Misaki y lo tomo en brazos. —Lo siento Misaki, pero no pude resistirme. —Dijo para después darle un beso al castaño.
El escritor no perdió tiempo y salio con Misaki en brazos hasta llegar a su auto donde puso a su preciada carga en el asiento trasero y luego se subió el mismo al de conductor, donde arranco como si de flash se tratara.
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Después de un buen rato manejando, el peli gris llego a un no tan lujoso pero, si presentable hotel, donde estaciono su auto para después tomar en brazos a su castaño, por suerte para él nadie iba a escuchar lo que harían esa noche, no solo porque pidió una habitación en el primer piso, sino porque pago para tener las dos habitaciones contiguas, así no sería molestado por nadie.
Entro a la habitación y puso en la cama a Misaki con sumo cuidado y luego lo desistió y le rocío en todo su cuerpo un extraño perfume para después vestirlo con el curioso traje, luego el mismo se desistió y se puso el otro traje, ya listos los dos, saco de un cajón unas curiosas esposas policiales y luego se puso uno de los extremos en su mano derecha y el otro en la mano izquierda de Misaki para después acostarse y contemplar a su castaño hasta que despertará.
—El castaño comenzó a abrir sus ojos y al hacerlo se sorprendió al ver todo diferente, quiso levantarse, pero sintió su mano izquierda apresada por lo que viro a ver sorprendiéndose al ver al escritor con un disfraz de osito puesto.—¿Por qué estas vestido así?—Preguntó sorprendido al ver a Usagui vestido con un pantalón de peluche y una curiosa y esponjadita colita de color café fuerte, un chaleco de peluche del mismo color y dejando al descubierto el musculoso pecho y abdomen del escritor y un curioso sombrerito del mismo color y con orejitas de osito.—¿y por qué yo estoy vestido así?—Preguntó aún más sorprendido al ver su reflejo por el espejo frente a él, no podía creer la manera en la que estaba vestido, tenía puesto un pequeño short con una curiosa y esponjosa colita de peluche de un color café claro, una curiosa y muy pegada camisa de botones con cuello "V", mangas cortas y medio infladas de peluche del mismo color, en su cuello tenía un enorme moño de color rojo, una diadema con orejitas de osito de color café claro, unas botitas y guates de peluche del mismo color.—¡¡USAGUI!!—Grito el castaño con furia para después tratar de levantarse, pero por alguna razón sintió todo su cuerpo arder y su cara comenzó a sonrojarse.
—Parece que ya surtió efecto el afrodisíaco. —Dijo el escritor con diversión.
El peli gris no lo pensó ni dos veces y comenzó a besar el cuello del castaño, el cual comenzó a gemir y a suplicar por más.
Por otro lado, el castaño no lo podía evitar, quería que su novio le diera con todo así que no se hizo de rogar y con descaro y sin ninguna pizca de vergüenza se bajó el short y luego comenzó a prepararse el mismo mientras que el escritor no pudiendo evitarlo se excito aún más por lo que saco su erecto miembro y comenzó a masturbarlo para después tomar de la cintura a su castaño y penetrarlo de una sola vez.
—¡¡AHHH!! ¡¡MUEVETE DE UNA VEZ!!—Grito el castaño completamente cegado por el placer mientras se movía sin esperar a que su novio reaccione.
—Vaya ese afrodisíaco sí que es potente. —Dijo el peli gris mientras se movía con salvajismo una y otra vez hasta llegar a dar en el punto dulce del castaño.
—Allí...dale allí otra vez. —Suplicó completamente sonrojado y lleno de sudor.
—Usagui comenzó a dar una y otra vez a ese punto, pero lo que lo divertía era que la llave de las esposas la guardo muy bien dentro de su castaño, no se preocupaba porque la tenía atada y el hilo salía hasta llegar a su pie, pero no se dio cuenta que la llave se había soltado. —Misaki...ya casi. —Dijo para después comenzar a ir más rápido y comenzar a masturbar a su castaño.
Después de unas estocadas más, Misaki no soporto más y se corrió entre su abdomen y el de Usagui, haciendo que el escritor se corra en su interior.
Ambos respiraban agitadamente pero, eso no les impidió besarse con gula y desesperación, ya poco después de terminar el beso, el escritor salió del interior del castaño, pero al hacerlo se preocupó al ver que la llave no estaba y luego de eso escucho como Misaki comenzó a quejarse.
—Usagui reacciono rápido y acomodo su ropa y la de Misaki y luego lo tomo en brazos para después salir del lugar hasta llegar a su auto. —Misaki no es por asustarte, pero tienes la llave de las esposas en tu interior, así que trata de no moverte mucho. —Explicó con preocupación, pero al no recibir respuesta vio que su castaño trataba de no matarlo, así que como pudo manejo hasta llegar al primer hospital que vio.
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Entro con Misaki en brazos y se acercó a una enfermera peli café, le dijo al oído lo que pasaba y la chica completamente sonrojada los guio a una habitación y llamo a la doctora pelinegra, la cual también se sonrojo, pero comenzó con su trabajo.
—Bien como no ha pasado mucho puede que la llave a un no esté lejos, así que la sacare con unas pinzas. —Explicó mientras alzaban las piernas de Misaki y le quitaban el short. —Bien a comenzar. —Dijo para después comenzar a introducir las dichosas pinzas en la entrada del castaño, el cual apretaba la mano de su novio.
—¡¡USAGUI-SAN JURO QUE EN ESTA VIDA NO ME VUELVES A TOCAR!!—Grito de dolor y lleno de furia.
Después de unos minutos más la doctora logro sacar la llave y muy apenada la uso para soltar las manos de la pareja, luego limpio al castaño y por si acaso le inyecto la antitetánica y ordeno que se quedaran por lo menos esa noche por si acaso.
Dos días después el escritor comenzó a escribir su nueva novela sin descanso alguno.
---FIN DEL FLASHBACK---
—Y eso fue lo que paso. —Termino de contar el escritor para después levantarse y acercarse a la doctora a susurrarle algo al oído, haciendo que la rubia se sonrojara, luego se separó y sin pudor tomo desprevenido a su castaño y lo cargo como costal de papas. —Si nos disculpa nos vamos, porque recordar ese incidente solo me calentó.—Dijo sin vergüenza alguna para después salir con Misaki gritando y pataleando, sabía que de esa no se salvaría.
—Así que Usami Akihiko se dio cuenta de mi secreto.—Dijo la rubia mientras sonreía de medio lado y de su nariz comenzaba a salir un chorrito de sangre, recordaba lo que el escritor le dijo y no pudo evitar que su lado Fujoshi salga a la luz, "sí que se aguanta demasiado para lucir seria y tranquila cuando ambos sabemos que solo nos citó a todos porque es una Fujoshi pervertida", esas fueron las palabras exactas que aquel escritor le dijo, pero tenía que aguantarse porque sabía que si el Seme de la siguiente pareja se enteraba del porqué de la reunión no saldría viva, así que se limpió la sangre y respiro profundo, para después salir y llegar donde estaba la pareja.—Arcobaleno Reborn y Sawada Tsunayoshi...les llegó la hora.—Dijo seriamente mientras comenzaba a salir, siendo seguida por la pareja.
—Reborn no quiero entrar. —Susurró el castaño con nerviosismo y mirada suplicante.
—Dame-Tsuna no pongas esa cara o te violo aquí mismo. —Advirtió el azabache sin ningún tipo de vergüenza.
—Reborn. —Hablo completamente sonrojado mientras hacia un adorable mohín.
Ahora que Tsunade estaba tan cerca de escuchar la última historia tenía que aguantar y más ahora, eso si no quería morir a manos de aquel empresario.
Sin duda alguna las parejas se metieron con la peor persona o mejor dicho con una de las peores y más pervertidas Fujoshi.
CONTINUARA