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Un Nuevo Tiempo por yumeorage

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Notas del capitulo:

Advertencias y notas del capitulo:

Leve violencia

OoC

Semi-AU

Faltas de ortografías xD

Recordando que Inazuma Eleven no me pertenece, si fuera mío, sería todo yaoi.

Se recuerda que este fic también esta siendo publicado en fanfiction.net, bajo el nombre de Narien.

Entrenador

Saber que tenía poco tiempo para hacer esto era lo peor. Este fin de semana debía encontrarlo y hacer que volviera hacer el de antes. Hideki no podía ayudarlo, ya que tenía trabajo pendiente y también debía buscar información para la misión que hacían. Lo bueno es que le dio la dirección de la casa y el lugar donde trabajaba, así que tenía eso a su favor.

El supermercado de la ciudad, era bastante grande y al entrar se dio cuenta que seguramente se perdería. Se encogió de hombros, tan sólo era un visitante más comprando cosas, aunque no sabía qué cosas compraría. Entro, saco un carrito y se vio envuelto en largos pasillos formados por las estanterías que allí habían, todas repletas de cosas. Había un sector de electrodomésticos, de comida, de dulces, bebidas, de aseo para el hogar –allí compro algunas cosas- y hasta de deportes. Sin embargo, a la persona que había venido a buscar no la encontraba por ningún lado. De cierta forma eso le angustiaba ya que no debía perder tiempo, pero le aliviaba ya que no sabía que le iba decir o hacer. La verdad es que no sabía cómo tenía que hacer todo esto, simplemente se dejo llevar por Hideki y la idea de ayudar a sus amigos, la idea de que todos fueran felices de nuevo.

Llevaba ya una hora caminando, hasta saco algunos pocos dulces para llevar, eso sí: su carrito de compra estaba vació en comparación de otras personas. Él había comprado lo mínimo.- Bien, me daré una vuelta más… tal vez compré algo para la cena.- decía abatido, ya se estaba rindiendo y eso le sentaba muy mal.

- Lo siento…- se había disculpado al chocar con una persona, esta sólo respondió con un escueto "No te preocupes". Kazemaru siguió su camino entonces, pero se detuvo bruscamente para voltear hacia atrás. Sus ojos se contrajeron de la sorpresa, era él.

Se tapo la boca antes de gritar su nombre. Tranquilízate Kazemaru, se dijo así mimo. El hombre con el que había chocado estaba poniendo unos cereales en las estanterías y reparo enseguida en el chico, ya que sus ojos claros le molestaban.

- ¿Puedo ayudarte?- volteo a mirarlo enseguida, aunque debajo de esa gorra algo opaca por el tiempo, y su intento de orden de cabello, así como la barba que sobresalía, era imposible ver bien sus ojos o que este viera bien al chico.

- aaah… yo.- Kazemaru se quedo de piedra allí mismo, no sabía que decir y hacer. Le sorprendía la imagen tan descuidada de su antiguo compañero y lo mucho que había crecido –claro habían pasado 10 años-, pero lo que más le sorprendía era su tono de voz apagada.- Yo... sólo buscaba aquel cereal.- apunto tímidamente a las cajas que él estaba poniendo, al mismo tiempo con su otra mano jalaba su corto fleco para intentar tapar su ojo un poco más, pero era obvio que eso era inútil. El hombre mayor observo la caja y le paso una, Kazemaru la recibió y la dejo en el carrito. Iba a voltear a verle una vez más, pero el hombre mayor se iba con el carro -ahora vació- de las cajas de cereales.

Le tomo cerca de un minuto a Kazemaru moverse de ese lugar y la verdad es que no debía perder tiempo, no sabía qué hacer, así que supuso que seguirlo era la mejor opción. ¿Y las compras? Quedaron olvidadas en aquel pasillo, tan sólo compro el cereal que había conseguido, no quería llevar muchas cosas consigo si iba hacer su trabajo de "espía". Qué bueno que tenía un bolso, donde guardo el cereal y él se quedo hasta que atardeció.

En el transcurso de ese día había recibido unas llamadas de Hideki y allí le informo que lo había encontrado, pero intercambiaron unas pocas palabras, porque su figura paterna estaba muy ocupado.

Dejo escapar un suspiro en ese instante, había ido a por una bebida y algo para comer, una bolsa de galletas bastaría. Él no era de comer comida chatarra, pero no tenía otra opción. Al final, la persona que esperaba salió de su trabajo, ahora vestía ropa casual pero igual de descuidada, e iba caminando tranquilamente. Lo siguió a escondidas, porque la verdad es que no tenía ningún plan. Se pregunto miles de veces que harían sus compañeros hace 10 años, pero la verdad es que esta situación, superaba todo lo que había vivido.

Escondiéndose detrás de un letrero de comida, detrás de un poste de luz, detrás de una figura de león –de un jardín de niños- y entre la gente. Hasta que lentamente anocheció y cuando se dio cuenta, ya ni siquiera sabía dónde estaba. Y un detalle más importante salto a su vista, estaban en un calle completamente vacía, y casi oscura si no fuera por las luces y la gran luna que adornaba el cielo nocturno. La figura de su compañero (o antiguo compañero) se perdió cuando doblo hacia otra calle, eso le alerto enseguida. Él estaba escondido detrás de un poste de luz, así que salió de de allí y corrió sigilosamente hasta donde había doblado el individuo que estaba siguiendo, sólo para chocar contra una persona y caer al piso dolorosamente.

- ¿Por qué me estas siguiendo… niño?- Kazemaru se alerto ante esa voz apagada, era él. Levanto la mirada algo asustado, sólo para notar como aquella persona acercaba su mano para tirar de su brazo bruscamente, provocando que se levantará del suelo. Iba a gritar debido al dolor de ese brusco agarre, pero una mano le tapo la boca antes que lo hiciera y lo estampo contra la pared. El menor gimió del dolor en ese momento.- ¿Eh? ¿Qué quieres, eh?- el abusador parecía fuera de sí, el más pequeño no dijo nada, después todo tenía su boca tapada. Kazemaru estaba asustado, tan sólo se retorció allí, quería que le dejará libre, su brazo dolía a horrores. No entendía como aquella persona, a quien de cierta forma admiraba, que siempre sonreía, aquel chico inocente, ahora era esta persona descuidada, grosera, intimidante y brusca.

De sus ojos marrones, ocultos por aquellos contactos azul cielo, salieron unas pequeñas lágrimas. El mayor observo al menor, a quien le tenía apegado bruscamente en la pared con su mano en su boca y la otra sosteniendo aquel delgado brazo fuertemente, pareciera que si pusiera más presión, podría llegar a quebrar su hueso. Por un instante, un escalofrió recorrió el cuerpo de aquel hombre y soltó inesperadamente a Kazemaru, quien cayó al suelo aterrorizado y temblando.

- N-no me sigas, mocoso…- le dijo él algo nervioso, para ocultar su rostro entre el cuello de su abrigo.

Tranquilízate Kazemaru, tranquilízate. Deja de temblar. Se decía el menor una y otra vez, sentía el pánico de haber sido intimidado de esa manera, la forma brusca en que fue sorprendido: No podía dejarlo ir. Valor, necesitaba valor.

- Espera…- se levanto del piso rápidamente.- ¡Endo Mamoru!- grito este finalmente, su voz resonó en aquella solitaria calle llena de casas. Aquel grito provoco que el mayor detuviera sus pasos y que Kazemaru comenzará a arrepentirse ¿ahora qué? Al parecer había captado su atención, pero no sabía qué hacer. Y para su suerte, la gente dentro de sus casas no había escuchado su grito, nadie salía, todo estaba tranquilo- E-Eres….- dudo él, tratando de ganar confianza en su voz.- Endo-san, yo sé que usted lo es. El capitán de Inazuma Japan.- dijo finalmente.

- …- el mayor no dijo nada, tan sólo se limito a observar al muchacho, esta vez de una manera más detallada. También, algo sorprendido de que ese chico siguiera allí, después de haberlo intimidado de esa forma. Cualquier otro chico de su edad hubiera huido por semejante susto y violación a su espacio personal. Bueno este Endo no estaba equivocado, Kazemaru había pensado en quedarse allí sentado y esperar a que aquella figura intimidante se alejará para poder irse a su casa, pero algo más fuerte al miedo hizo que se sobrepusiera a ese pequeño y momentáneo trauma.

- Yo… tan sólo quería conocer a esa persona…- comenzó a hablar Kazemaru.

Sé que es una mentira, pero debo…

- … A esa persona que guío a Inazuma Japan hacia la victori…

- ¡Cierra la boca!- le ordeno groseramente a Kazemaru, quien sólo atino a apretar la cinta de su bolso con fuerza debido a las frías palabras del mayor, mientras sentía un ardor horrible en su brazo izquierdo.- ¿Quién te crees que eres, eh? Ya me conociste ¿no?- dijo con lo que podría ser una falsa sonrisa, debido a esa barba no se podía notar bien. Estiro los brazos como dándole la bienvenida.- Este soy yo, Endo Mamoru… ya debes estar bastante decepcionado, vuelve a tu casa…

- ¡Se equivoca!- grito Kazemaru interrumpiéndolo.- Yo se que el Endo-san de los partidos que vi, sigue aquí y… y…- titubeo un momento sin saber que decir o hacer.- y…

- ¿y qué? Lárgate, es muy tarde para que un chico como tu este afuera ¿Acaso no te das cuenta del peligro que corres?

- No corro ningún peligro, porque sé que usted sigue siendo ese Endo que vi en los partidos… él que me hizo interesarme por el futbol…- exclamo él.- Y no descansaré hasta verlo otra vez.- Esas habían sido los deseos de aquel muchachito. Apenas dijo eso, dio la vuelta para huir del lugar con todo lo que sus piernas le daban. Sin saberlo se encontró nuevamente en el centro de la ciudad, cerca del supermercado donde había visto a Endo por primera vez.- Soy un fracaso…- murmuro para sí mismo al mismo tiempo que tocaba su brazo con delicadeza, de verdad le dolía. Segundos después volvía a casa agotado, asustado, adolorido y con mucha hambre.

-o-o-o-o-

- Si, eres un fracaso.- Habían sido las palabras de su nuevo papá. Una vez llego a casa, su padre estaba sentado junto al teléfono, le había llamado a su celular innumerables veces, pero al parecer este se había apagado por no tener carga, así que Kazemaru no había recibido ninguna. Eso provoco que Hideki se asustará más de la cuenta.

- Duele…

- Aguanta…- ordeno algo enojado, ambos estaban en el baño, dándose un buen baño entre "padre e hijo". Kazemaru estaba sentado, Hideki había tallado su espalda y ahora veía su brazo.- Te va a dejar un feo hematoma.- exclamo al ver como ya se ponía morado esa área de la piel. Kazemaru llevo su mano hasta su brazo, Endo de verdad había sido un tanto brusco con él, bueno: Muy brusco con él. Hideki dejo escapar un suspiro, busco un balde con agua tibia y volcó el agua en Kazemaru, sorprendiéndolo.- Termina de bañarte, te prepararé la cena y cuando salgas te daré algo para ese brazo.- le regaño él, Ichirouta asintió y el mayor salió del baño para secarse también.

Al poco rato, Hideki le había puesto una bandita fría al brazo adolorido y le había dado unas pastillas para evitar el dolor y la inflamación.- Tendrás que buscar una escusa para mañana, Ichirouta.- le dijo mientras este ya en pijamas, comía su cena.

- Estoy arto de las mentiras…- dijo pesimista.- Además ni siquiera pude hacer nada…- dejo el plato que estaba comiendo en la mesa junto con los palillos, había perdido el apetito.

- Tal vez, si debas comenzar con Midorikawa.- Hideki rasco su cabeza.- Endo esta mucho peor de lo que suponía…

- ¡No!- alzo la voz Kazemaru.- Me dolió verlo así… no voy a mentir, por un momento tuve mucho miedo, pero…- Hideki le observo un momento algo preocupado, dejarle una carga como esa a Kazemaru Ichirouta era demasiado pesada para él, sobre todo para alguien de su edad. Debía pensar bien esto, Ichirouta no estaba hecho para esto sicológicamente, sin embargo lo necesitaba en el plan. No, sus amigos necesitaban de él. Si no, ellos seguirían en ese estado deplorable. Si bien, él podía hacerlo sólo, sabía sin embargo, que para este plan se necesitaba más de una persona. Además Kazemaru conocía mucho mejor a sus amigos que él y por lo tanto sabía (o sabría) como lidiar con ellos.

- Está bien…- decidió por fin el mayor, al ver la cara de decisión de su "hijo".- Pero, si se ve peligroso cambiaremos los planes.- le dijo, Kazemaru asintió sonriente y volvió a su cena.

-o-o-o-o-o-o-o-o-

- Kazemiya, eres bastante torpe, dejar que esa pesada caja te caiga encima.- Ya en la escuela, aquel día en el entrenamiento notaron las vendas de Kazemaru en su brazo. Y uno de sus compañeros del club hablaba con él y le pregunto por eso, claro Kazemaru tuvo que mentir.

- Lo bueno es que estás bien y no paso a mayores.- decía el capitán. Taiki hacia flexiones para comenzar con el entrenamiento.

- Si, pero puedo entrenar no se preocupen.- les comentaba Kazemiya sinceramente.

- Espero que no seas una molestia.- Masaru hizo acto de aparición, como siempre su mirada parecía querer matar a Kazemiya por la torpeza que cometía. El aludido tan sólo se puso nervioso, hasta que por fin, Masaru apunto sus ganas de matar a los novatos de primero, un par de ellos no parecían seriamente concentrados.

- Se nota que me odia.- murmuro al verlo alejarse.

- ¿Masaru?- Taiki escucho su comentario.- Él es así con todos los novatos del club, aunque es verdad que no tiene mucha paciencia.- dijo tranquilamente, al parecer la presencia de Masaru no le molestaba ni un poco a Taiki. Es que ellos dos tenían un trato bastante formal, Masaru era alguien quien siempre veía la victoria por delante y Taiki tenía buenas ideas para los juegos. Pero había algo que le molestaba seriamente: Dentro de una semana más tendrían su primer partido exhibición con otra secundaria y le habían dado ya los resultados que debían obtener. Ellos debían ganar 3 a 0. Debía estar feliz por eso, de cierta manera era genial, pero el otro equipo ¿de verdad no haría nada? Hideki-san ya le había dicho que no se metiera en ese tipo de decisiones pero realmente no le gustaba.

- Taiki.- llamo Kazemiya al de pelo naranja, mientras se daban pases uno al otro.

- Dime.- Taiki a pesar de estar hablando recibió su pase concentrado y lo lanzo a su compañero. Kazemiya recibió su balón pero se detuvo, dejando el balón en sus pies. El capitán se le quedo observando tranquilamente, podía leer en el rostro de Kazemiya la preocupación.

- ¿De verdad el partido se realizará de esa manera? La victoria…

- Kazemiya.- le interrumpió.- Se que es difícil, a nosotros nos ha tocado perder, pero si hacemos algo que va en contra del sector, nuestro equipo se desintegraría y sólo traeríamos vergüenza a nuestra secundaria.

- Pero…

- Se cómo te sientes yo también me siento así, me gustaría que jugarán en serio, me gustaría jugar en serio.- se oía un tono de tristeza en sus palabras, de verdad lo deseaba.- Pero nuestra secundaria es diferente. Los otros clubes son los más destacados, eso lo sabes muy bien. El equipo de Kiyoshi, de balocesto, estuvo en primer lugar por dos años seguidos. El equipo de tenis ha estado entre los tres primeros lugares en cada torneo, y el de natación también, nosotros no podemos dejar que la secundaria se manche si hacemos algo malo.

- Lo entiendo…

- Si tanto tiempo tienes para platicar, entonces no deberías entrenar.- Masaru llego hasta donde estaban ellos, con sus brazos cruzados, observando solamente a Kazemiya algo molesto. Avanzo unos pasos hacia él casi enseguida.- No dijiste que querías ser un delantero o es que acaso, ahora que sabes cómo son los torneos ¿sientes que ya no vale pena?- los ojos verdes oscuros parecían declararle la guerra a un asustado Kazemaru. Ichirouta quería dar unos pasos hacia atrás para alejarse de ese chico que al parecer quería matarlo. Taiki observaba preocupado la escena, ya que Masaru estaba intimidando a Kazemiya.

- Oye, Masar….

- ¡Claro que no!- sin embargo Kazemiya se negó a las palabras hirientes del chico de cabello verde, sostuvo la mirada fría de Masaru con la suya propia.- Entrenaré duro para ser delantero y sé que el futbol volverá hacer como de antes.- decía totalmente convencido, poniéndose a la altura de Masaru. El otro sonrió divertido y se alejo, dejando a Ichirouta algo confundido por aquella sonrisa que no sabía cómo interpretar. Casi todos habían estado observando la escena, Taiki notando eso y enseguida puso a todos a entrenar.

- Eres divertido, espero que no te retractes de nada de lo que dijiste.- le dijo Masaru mientras se alejaba, con una burla desmedida. Ichirouta abrió los ojos sorprendido, en verdad había pensando que le había ganado pero este seguía burlándose de él.- ah, y estaré esperando con ansias que el futbol vuelva hacer como… antes.- dijo por último para alejarse y volver a su propio entrenamiento, eso le había dicho dejándolo bastante enojado ¡El no había creído en nada de lo que decía!

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Sabía que le había dicho a Masaru que sería un gran delantero, en realidad eso había sido idea de Hideki. Según él, ser defensa y mediocampista era algo que sólo Kazemaru Ichirouta podía hacer, Kazemiya Ichirouta debía tener otra posición. Tampoco le había dicho que dejará sus otras posiciones, simplemente que dejará la posición como delantero como prioridad por las eventualidades que pudieran ocurrir. Y Hideki llamaba a eventualidades, a que sus antiguos compañeros le reconocieran por su forma de jugar.

En la práctica había estado tirando balones a la portería, siendo recibida por el portero de turno. Taiki le había dicho que tenía algo de talento y que debía pulirlo mucho. En pocas palabras debía esforzarse más. Masaru sólo se burlo de él, le había dicho que sus tiros le faltaban potencia, de sólo recordarlo hizo que pateara el balón con fuerza y se estrellara contra el marco de la portería. Es cierto que no había estado nunca en el papel de delantero como tal, siempre era como la ayuda para los demás.

- Debo descubrir mi técnica.- declaro finalmente, con el balón nuevamente en su mano lo puso en el suelo y pateo para correr con él, cuando estuvo lo bastante cerca de la portería lo lanzo con todas sus fuerzas. Había sido un tiro normal, uno con un perfecto efecto curvo, pero entro en la portería limpiamente. Ahora mismo se encontraba en la rivera del rio más cercano, allí cerca había una cancha para que cualquiera pudiera darle uso, y como estaba vacía, decidió seguir entrenando después del club. Llegaría tarde a casa pero necesitaba tener una idea para su nueva técnica. Se quedo hasta que oscureció lanzado gol tras gol, sólo la luz artificial de la calle iluminaba la cancha a esas horas, estaba cansado, tanto que el último disparo entro flojamente.

Se levanto, para sacar una libreta que tenía en su bolso, allí anoto algunas cosas, justo antes de guardarlo escucho el sonido de su móvil. Al ver quién era, supo que sería castigado.

- ¡Ichirouta! ¡¿Dónde se supone que estas?!... – fue el grito que escucho desde el otro lado del teléfono apenas contestar.- No me digas que estas con End…

- No, tan sólo me quede entrenando.- dijo rápidamente.- ahora voy a casa Hid… papá.- se corrigió rápidamente el mismo y entonces colgó, guardo sus cosas y tomo su bolso rápidamente para luego ir a su casa. Ignorando completamente que alguien lo había estado observando durante una gran parte de su entrenamiento en solitario.

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- Hay un problema.- fueron las palabras de Hideki, cuando ambos estaban sentados cenando. Kazemaru le observo, esta vez no estaba con sus lentillas que ocultaban su verdadero color de ojos.- Tu antigua secundaria.- exclamo él.- Se quedará sin entrenador pronto.- Kazemaru abrió los ojos sorprendido.

- ¿Qué? ¿cómo…? ¿pero quién…?- Ni siquiera podía articular una palabra bien, sabía muy bien que si eso pasaba los niños de aquel club no podrían participar más o el sector les asignaría un entrenador no muy bueno.

- No tengo los detalles, pero el entrenador actual al parecer debe retirarse, sólo eso escuche.- exclamo él.- Es una lástima para ellos porque su anterior entrenador era Kudou…- Kazemaru le miro sorprendido sin poder hablar.- Ahora tal vez le asignen otro entrenador cuyo cerebro haya sido lavado por aquel sector….- Kazemaru se levanto de su silla, provocando que su figura paterna se quedará en silencio.

- Tengo una idea, se quien puede ser el entrenador.- decía con una notable felicidad, Hideki le miro sin entender, pero enseguida Kazemaru le explico.

- Ichi, no creo que eso sea muy conveniente. No podrás hacerlo reaccionar en tan pocos días.- le dijo su padre, ambos estaban en la habitación de Ichirouta, quien ordenaba sus cosas para mañana.

- Debo intentarlo, además eso es bueno, ¿no? Si Endo es su entrenador, yo sé que él podrá cambiar al equipo y llegar a cambiar la forma en que el futbol está ahora.

- Le tienes mucha fe a que cambie.- declaro este. Ichirouta parecía decidido, aunque su idea no era tan mala. Si Endo cambiaba para bien, y luego se hacía entrenador de Raimond, podía ser suficiente para hacer un cambio dentro del futbol. Matarían dos pájaros de un tiro, sobre todo sabiendo que Kido Yuto no había cortado completamente su relación con el futbol, y Endo de seguro podía ser una gran arma. Pero todo debía llevarse cabo por Kazemaru, si él fallaba todo eso no sería más que un sueño.

- No puede ser.- un alarmado Kazemaru buscaba dentro de su bolso desesperado, ahora estaba en su habitación junto con Hideki. Porque ya iba siendo la hora de dormir.- Mi libreta no está.- dijo alarmado.

- Espera, era la libreta dónde estabas apuntando tu posible entrenamiento como delantero.- pregunto un asustado Hideki, Kazemaru asintió.- Dime que no escribiste nada extraño.

- No, pero es importante… De seguro la deje en la cancha.- Ichirouta iba a ponerse una chaqueta para ir pero Hideki le detuvo.

- Debiste ser más cuidadoso, entra a la cama yo iré por ella, ya es muy tarde para que salgas.- Ichirouta cedió rápidamente, dejo escapar un suspiro preocupado. Hideki le sonrió y acaricio su cabeza, moviendo algunos de esos cortos mechones turquesas.- Descansa ¿sí? Buenas noches.- dicho este se volteo y salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Kazemaru llevo una de sus manos hacia su cabello, la caricia había sido tan cálida; sonrió, estaba agradecido de tenerlo aquí. La presencia de Hideki era bastante tranquilizadora.

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Al final la libreta estaba perdida, Hideki busco en la cancha, pero no vio nada. Lo único que pudo pensar es que alguien se la llevo. No creía que el viento la hubiese levantado y arrojado a otro lado, apenas si había una leve brisa ocasional. Para su mala suerte, Kazemaru debía comenzar de nuevo todo lo que había apuntado para su técnica nueva. Fue a clases a la mañana siguiente, algo desaminado por ese hecho.

El tiempo paso rápido en su secundaria, ya que debía poner en práctica su plan, el cual tenía mucha relación con cierta persona.

Al terminar las actividades del club, como siempre se retiro algo molesto de la secundaria: Masaru le había molestado mucho ese día. Taiki no decía nada al respecto, bueno había intervenido alguna y que otra vez, pero tampoco es que no pudiera defenderse. A veces podía contestarle a Masaru, pero el chico le recordaba su lugar siempre, a pesar de tener la misma edad e ir en el mismo grado, Masaru le decía que era un novato en el club por lo que no podía opinar. Eso último sí que le desagrado.

Dejando las discusiones con Masaru a un lado, Kazemiya hoy debía ir al supermercado donde trabajaba Endo y eso debía ser lo único en su mente.- Bien… ¿dónde estás…?- Pasó alrededor de una hora o más, buscando a Endo y para su peor suerte no lo encontró, ya iba a oscurecer dentro de poco, y no podía quedarse allí para siempre. No podía hacer nada, había llevado hasta un balón de futbol, tal vez así Endo pudiera recordar los buenos momentos del futbol. El atardecer le daba un lindo contraste a su cabello en ese momento, miro el balón con nostalgia ¿y qué pasaba si no era suficiente? ¿Qué pasaba si no podía cumplir con las expectativas de Hideki-san? ¿Qué si decepcionaba a todos? Quería que todo fuera como antes, que todo esto fuera un sueño, despertar, pero nada de eso pasaba.

Empezó a caminar tristemente, aún sosteniendo el balón entre sus manos. Sin darse cuenta había llegado a la torre de metal, aquella donde Endo antes practicaba, el lugar no había cambiado, aunque la torre se veía más vieja y no estaba la gran llanta que colgaba de aquel árbol.

- Ha pasado tiempo ¿verdad?- le hablo al árbol, poniendo su mano sobre su tronco.- Lamento haberme ausentado por tanto.- seguía hablando triste, como si el árbol pudiera entenderlo. Sabía que si alguien lo veía de seguro pensaría que estaba loco, pero ese árbol de allí era el único ser al cual le podía ser sincero. Ese árbol podía saber que él era Kazemaru Ichirouta, el único testigo silencioso que sabría la verdad.- …Nadie más puede saberlo.- murmuro por último bajando su mano y soltando el balón que cayó y rodo hacia algún lugar indefinido. Él recordaba claramente como ese lugar había sido testigo de su decisión de unirse al club de futbol y las muchas veces que se entreno aquí, junto a sus amigos. Podía evocar esos recuerdas con mucha facilidad.

El atardecer ya casi terminaba, tendría que caminar de vuelta a casa y sabía que esta vez, se había ido bastante lejos de su hogar. Dejo escapar un suspiro, se dio la vuelta solo para darse cuenta que estaba siendo observado, abrió los ojos sorprendido de ver a esa persona allí.- ah… E-endo-san…- apenas si podía hablar.

- ¿Qué haces aquí?- fue la pregunta brusca que hizo el mayor, sus ropas estaban arrugadas, sus manos ocultas en sus pantalones oscuros. Una gorra naranja tapaba completamente su cabello y casi sus ojos, su barba tapaba también las verdaderas facciones de su rostro.

- Yo sólo…- Kazemaru se sintió nervioso en ese instante ¿Qué le iba a decir? No podía responder con la verdad.-ah… Llegue aquí por casualidad.- Fue lo único que se le ocurrió en ese momento.- ¿Qué hace usted aquí?- pregunto casualmente.

- No es asunto tuyo, vete.- le ordeno él mayor. Kazemaru frunció el ceño, estaba bien que ya no fuera el de antes, pero no podía comportarse así con todos.

- No quiero.- declaro firmemente el menor.- Es un lugar público.- le recordó él, pero su cara pasó de valor a una de miedo cuando el hombre se acerco a él precipitadamente y lo tomo de una de sus muñecas de manera brusca, jalándolo para sacarlo de aquí.- ¡Suéltame!- lucho él para que lo dejará tranquilo.

- Te digo que te vayas, mocoso.- el otro lo arrastraba hacia afuera de esa zona, sin embargo Kazemaru oponía toda la resistencia que podía. Ambos estaban luchando en ese momento, Kazemaru tratando de liberarse y el mayor sacándolo de su vista. Sin embargo la diferencia de fuerzas y sobre todo de altura era bastante obvia, pensando que no tenía ninguna posibilidad Kazemaru sintió el balón bajo sus pies, le había pateado levemente con su talón derecho. Actuó rápidamente y de un movimiento rápido, golpeo el balón y este se dirigió hacia el mentón del mayor, para seguir su trayectoria hacia el cielo. El hombre cayó al suelo por el golpe soltando a Kazemiya por con siguiente, y el balón volvió a caer por la gravedad, rebotando en el piso y rodando hasta detenerse. Kazemaru estaba agitado, había entrado pánico y simplemente uso eso para alejarlo de él.

Ichirouta se sintió confundido, no sabía qué hacer ahora.- ¿Po-por qué?...- pregunto él, sabiendo que ese golpe no lo había dejado inconsciente, el mayor le miro enojado pero aún sentado en el suelo.- ¿Por qué no eres el mismo Endo que conocí?- pregunto, sorprendiendo al mayor, no sólo por su pregunta, sino también por aquellas lágrimas que caían de aquellas orbes azules.

- Yo…

- Jugabas muy bien, inspirabas al equipo… tu equipo.- se corrigió rápidamente y limpió las lágrimas bruscamente, que lamentablemente no dejaron de salir.- Yo te admiro, usted hizo que yo quisiera jugar futbol, de alguna manera…

- ¿Por qué sigues con esto? El futbol ya no es nada para mí.- el mayor se levanto, tocando su mentón, aún le dolía.- Eso era cuando era niño, no es lo mismo.

- ¡Pues yo sigo siendo un niño!- grito Kazemaru.- Y… debe saber cómo me siento al ver como es el futbol actual.- Endo abrió los ojos sorprendido, ese chico estaba enterado y le molestaba ese hecho.- Yo admiro, el futbol que Inazuma Japan jugaba, el futbol que nació en la secundaria Raimond.- Kazemaru sonreía, pero seguía llorando. El mayor tan sólo le vio y de alguna manera algo hizo que se moviera dentro de su pecho y provocará que se acercará al menor, pero no de una manera hostil, ahora estaba tranquilo. Poso una de sus grandes manos sobre la cabeza turquesa del chico, quien sorprendido no se pudo mover de su lugar.

- Hoy es el aniversario de la muerte de mi esposa.- dijo simplemente, para quitar su mano de la cabeza de aquel chiquillo e ir a sentarse en alguna de las bancas de allí cerca.

- Lo siento, no sab…

- Tu presencia me molesta.- dijo sinceramente.- Porque de alguna manera siento que te conozco.- Kazemaru abrió los ojos sorprendido.- O quizás es sólo cosa mía… ¿cuál es tu nombre?- Kazemaru titubeo un poco.

- Yo… me, me llamo Kazemiya…

- uh… ¿qué más?- Claro, Endo quería saber su nombre completo.

- Kazemiya… Ichirouta.- dijo finalmente tratando de sonar tranquilo, a pesar de que Endo se había quedado quieto en su lugar observando al chiquillo algo anonadado por el nombre que le dio. El mayor no tardo en analizarlo de pies a cabezas, si bien era sólo una coincidencia de nombre, además si fuera esa persona, tendría su edad actualmente, sería más alto y no tendría los ojos azules.

- Ichirouta ¿eh?- dijo nostálgico, el menor le miro nervioso ¿estaría sospechando?- Dime, ¿cómo es que sabes tanto de Inazuma Japan?- pregunto directamente.

- Bu-bueno… Yo sólo los vi jugar, la mayoría de sus partidos.- Kazemiya trataba de buscar las palabras correctas.- Es todo, yo estuve presente en el torneo, fui… fui con mi padre a aquella isla y me gusto mucho lo que vi.- Endo lo miro sin creerle mucho.- ¡ah! Claro, mi padre me hablo de quienes eran, él sabía más de futbol que yo… en ese tiempo.

- ¿Y tu padre? ¿Cómo se llama?- pregunto.

- Kazemiya Hideki.- respondió simplemente el menor, Endo le quedo observando en ese momento. Mientras el otro miraba nervioso. La mirada del mayor sobre él no le dejaba tranquilo, se notaba que había cambiado todo ese tiempo, él seguía siendo el mismo y de alguna forma eso le incomodaba.

- Eres un niño muy interesante, pero será mejor que ya te vayas a casa.- declaro simplemente.

- ¿eh? No, yo estaba buscándolo a usted. De verdad lo siento por su esposa.- exclamo Kazemaru, recordando a Natsumi.- Pero, no creo que a ella le hubiese gustado verlo así.- Endo estaba sorprendido, sobre todo por la confianza de esas palabras.- No creo que ninguno de sus amigos le gustaría verlo así.- Frunciendo el ceño, Endo parecía enojado otra vez.

- ¿Qué puedes saber tú de…?

- ¡Es cierto! Tal vez no los conozca.- le interrumpió el menor, Endo sorprendido se quedo en silencio.- Pero si ella era su esposa, era porque se amaban, y si de verdad tiene o tuvo verdaderos amigos, ellos estarían triste de verlo así. Hasta…

- ¿Hasta qué?- pregunto siempre a la defensiva, tratando de que su paciencia no se agotará, porque ya estaba a pasos de gritarle.

- Ellos de seguro le animarían a seguir adelante.- dijo sinceramente, Endo le observo durante unos segundos, para luego reír, cosa que descoloco al menor, quien no entendía porque esa actitud con él ¿se estaba burlando?

- Me has hecho reír lo suficiente, niño.- dijo simplemente levantándose del asiento.- Toma tu balón…- dijo el mayor, Kazemiya no sabía si hacer o no lo que decía, al final tomo el balón entre sus manos, sólo para sentir como era jalado del brazo, pero esta vez suavemente.- Ya es hora que te vayas a casa.

- ¡Espere! ¡No he terminado!- Kazemiya no quería irse, pero no contó con que el mayor lo levantará y llevará sobre su hombro como si fuera un saco. Lo levanto tan rápido y tan fácil que Kazemaru se asusto. Para Endo levantar al chiquillo no requirió un gran esfuerzo, así que camino fuera de aquel lugar.- ¡Bájeme… ahora!- le ordeno Kazemaru, quien se sintió muy avergonzado con esta escena, de verdad su amigo había cambiado, ahora era más fuerte y él era un debilucho.

- ¿Dónde queda tu casa? Te llevaré allí, así que quédate quieto.- ordeno, Kazemaru tan sólo se quedo sorprendido por las palabras de Endo. El mayor camino en silencio, sin ningún problema en tener que cargar a Kazemaru en casi todo el trayecto, pero luego lo bajo ya que había un poco de gente por las calles. Kazemaru le indico la dirección, el iba adelante y Endo tan sólo seguía. Fue un incomodo regreso hacia su casa.

- Aquí es.- dijo simplemente, llegando a la calle donde se encontraba su casa, se detuvieron justo frente a ella. El cielo estaba completamente oscuro, las luces de la calle y de las mismas casas, eran lo único que iluminaban en ese momento

. Endo lanzo un sonido de su boca, casi como una risa, cosa que sorprendió al menor, lo observo algo nervioso.- Eres muy ingenuo ¿así eres con todos los desconocidos?

- ¿eh? ¿A qué se refiere?

- Apenas me conoces ¿Y me traes hasta tu casa?- pregunto con una ceja alzada, entendía completamente su punto.- Que estúpi…

- ¡No, no es así! Yo lo conozco muy bien.- dijo repentinamente, el mayor le miro serio y Kazemaru se reprendió casi enseguida.- Quiero decir, una persona que jugaba de esa manera, no puede ser una mala persona.- Endo apretó los puños ¿Por qué ese niño seguía diciendo esas cosas? ¿Por qué lo decía con tanta sinceridad? Ese chiquillo lo estaba leyendo al completo, pero la pregunta más importante era ¿Por qué lo tomaba tan en serio? Metió una de sus manos en los bolsillos de su chaqueta, con la intención de sacar algo.

- ¡Ichirouta!- una puerta se abrió de golpe, justo de la casa que estaba en frente de ellos. De ella salió un hombre adulto, de rasgos algo extranjero. Cabello azul oscuro y el mismo color de ojos que el menor. Endo lo observo y dedujo enseguida, ese debía ser su padre.

- ah... Hid… papá, lamento haber llegado tarde, pero él…- Kazemiya volteo a ver a Endo para presentárselo a Hideki, para decirle que ahora que estaban ambos podía hablar con él. Pero Endo ya había dado media vuelta y marchaba, su figura oscura se alejaba, y lo único que Hideki vio, fue la espalda ancha de un hombre.

-o-o-o-o-o-

La verdad era que Kazemaru estaba feliz, había logrado algo: Endo parecía creerle, tal vez no era tan difícil, tan sólo debía visitarlo una vez más. Aquella noche cuando llego, Hideki le reprendió por estar a esas horas en la calle, cuando el sol ya se había ocultado, además de estar con la compañía de Endo, quien antes le había lastimado. Además había olvidado subirle el volumen a su celular, Kazemiya se fijo que tenía innumerables llamaas perdidas de su "padre", cosa que molesto bastante a Hideki. Aunque al fin de cuentas se alegraba de que estuviera a salvo, aunque no estaba alegre por el hecho de que ese tipo lo trajera hasta la casa.

A la mañana siguiente Kazemaru salía como siempre, se dio un último vistazo al espejo, noto si llevaba puestas las lentillas y su uniforme bien presentable, para luego ordenar su cabello, cosa nada difícil debido a que ahora estaba corto, aunque extrañaba su cabello largo.- Ya me voy Hideki…

- Ichiro, es "papá"- le corrigió él, quien también estaba a punto de salir hacia su trabajo. Kazemaru rió y se corrigió enseguida.

- Lo siento, papá.- dijo esta vez, aunque le seguía sonando un poco extraño decirle así.

- Ten cuidado en la escuela.- ambos salieron a la calle. Ichirouta le respondía con un simple "si", para adelantarse, mientras su padre se encargaba de dejar la puerta con seguro antes de irse a su trabajo. Al darse la vuelta y ver a Kazemaru allí de pie todavía, dándole la espalda, se extraño.- ¿Qué pasa, Ichiro?- pregunto él, su hijo observaba a alguien quien estaba justo frente a su casa. Hideki alzo la mirada sólo para mirar sorprendido a la persona que estaba enfrente de ellos.

- ¿Qué tal, Ichi-kun?

- ¡I-imposible!- gritaba Kazemaru en ese momento, no se lo podía creer, además claro que se sorprendió por el apodo con el que le llamaba.

-¡¿Por qué llama tan confiadamente a mi hijo?!- se preguntaba mentalmente Hideki, con una excesiva mala mirada hacia aquella persona que se encontraba frente a ellos. Recuperando la compostura rápidamente se acerco al hombre, para abrir la reja de la casa.- Disculpe ¿se le ofrece algo?- pregunto amablemente, trato de ser amable, pero por dentro quería que se fuera muy lejos.

- Quería saber si podía acompañar a Ichi-kun a su secundaria.- Un tic se poso en el ojo de Hideki, quien volteo a ver a Kazemiya. Este reacciono enseguida, saliendo de su estupor, camino hasta ellos rápidamente poniéndose entre ambos, podía sentir que Hideki no estaba de muy buen humor.

- Papá, te dije que conocía a Endo Mamoru.- decía presentándoselo formalmente.- Endo-san, él es mi padre Hideki.

- Un gusto en conocerlo, Kazemiya-san.- saludo cordialmente el nuevo Endo. Y claro que nuevo, era otra persona, la razón del estupor de Ichirouta era por el cambio de aspecto. Ante ellos se encontraba un Endo afeitado, limpio, con unas zapatillas deportivas simples, unos pantalones oscuros, además de una chaqueta deportiva blanca, con bordes naranjas, excepto el del cuello que era de color negro. Estaba ordenado y su ropa planchada. Y claro, estaba utilizando su banda naranja y su cabello café, lucía ordenado y limpio. ¡Era un nuevo Endo Mamoru en persona! Y Kazemaru estaba feliz.

- Si, mi hijo...- dijo en un tono posesivo.- …me hablo de usted.- eso último lo dijo de manera seria. Endo entendió e Ichirouta también entendió a lo que se refería, sólo tuvo que llevar una mano hacia su brazo lastimado para darse cuenta que a Hideki no se le olvidaba nada.

- Yo…

- ¡Se me hace tarde! Debo irme.- interrumpió la conversación el de cabello turquesa, para irse de allí.

- Bien, te acompañaré.- dijo felizmente Endo.

- Igual los acompañaré, de todas formas tomo casi el mismo camino.- Agrego Hideki rápidamente y tratando de sonar tranquilo. Endo sonrió nervioso y Kazemaru tan sólo pudo sentir algo de miedo del aura que trasmitía su "padre", por otro lado estaba feliz: ¡Endo sonreía de nuevo! Entonces los tres comenzaron a caminar.

- Dime, Endo…- hablo Hideki.- ¿A qué se dedica?

- ¿yo?- el pobre se puso nervioso.- Bueno ahora estoy cesante, así que debo buscar un empleo.- Ichirouta lo observo, pensó que trabajaba en el supermercado ¿acaso algo había ido mal? Endo noto su mirada preocupada y curiosa sobre él, así que se la devolvió en conjunto con una sonrisa, y la reacción de Kazemaru fue muy linda para Mamoru. Kazemiya se sonrojo y desvió la mirada rápidamente, acto que no paso desapercibido por el papá del menor.

A Hideki no le estaba gustando nada como se estaban dando los acontecimientos, Kazemaru era muy lindo para sus compañeros, además podía sentir que Endo sentía nostalgia al verlo. Si bien, el cambio de Endo era un gran progreso para sus planes, que Kazemiya se relacionará mucho más con él, no era para nada bueno.

- Entiendo, sabes creo que estoy de suerte o tal vez tu lo estés.- era hora de mover el plan y seguir adelante, Endo le observo sin comprender al igual que el menor.- Trabajo en el sector deportivo, tal vez te pueda ayudar con un trabajo como entrenador, sé muy bien que tienes mucha experiencia y además eres muy conocido ¿qué te parece?- se detuvo justo en una calle.

- Es una gran oportunidad, Endo-san.- le animo Ichirouta feliz.

- ¿Tú crees?- pregunto el castaño, claro que Kazemaru estaba seguro de sus palabras. Raimond pronto se quedaría sin entrenador y Endo parecía estable y feliz, era demasiado perfecto. Pero también quería preguntarle muchas cosas en ese instante, sin embargo no había tiempo, él debía ir a su secundaria y entre más pronto Endo consiguiera ese trabajo, mejor para todos y para que no ocurriera ninguna desgracia.

- Ahora me voy al trabajo, insisto que me acompañes. Además, con intentarlo no pierde nada.- dijo simplemente Hideki. El hombre tenía razón, además Ichirouta se veía bastante animado con eso, Endo sonrió y acepto la oferta de Kazemiya.

- Bien, entonces yo me voy, hasta luego papá, hasta luego Endo-san.- el menor se despidió.

- Recuerda llegar temprano.- le dijo su papá.

- Cuídate Ichi-kun.- exclamo Endo, Hideki miro feo a Endo otra vez. Ichirouta no volteo, estaba tan feliz que su sonrisa era demasiado obvia, todo se arreglaría, el futbol volvería hacer como antes, faltaba poco, lo sabía muy bien.

Detuvo su caminata alegre al llegar a un semáforo, tuvo que esperar a que cambiará para seguir su camino, con tranquilidad espero y al cambiar a verde siguió, en conjunto con las demás personas que también esperaban el cambio de semáforo. Del otro lado de la calle, también había gente que cruzaba hacia ellos. Ambos grupos cruzaron, pero ninguno choco contra el contrario, igual que Kazemaru. El menor levanto la vista, al estar a punto de llegar al otro lado, cuando cierta presencia cruzo por su lado: un hombre de cabellos castaños algo largos y levemente ondulados, vestía con ropa deportiva, sus ojos eran de un color verde y tenía una mirada bastante intimidante, le recordó a Masaru por un momento. Sin embargo se detuvo abruptamente, mientras la gente seguía caminando ignorándolo a él, se giro para ver a la persona que había pasado a su lado.

- No puede ser…- aquella persona seguía caminando con ambas manos dentro de sus bolsillos, su figura se perdía entre la gente e Ichirouta estaba más que sorprendido, sin poder moverse de su lugar.- ¿Fu-dou…?

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Continuara.

Notas finales:

Próximo capítulo: Cocinero.

Actualizaciones todos los domingos, comenzando desde esta semana, quizás actualice un día de la semana (como hoy) pero oficialmente los domingos habrá capítulo nuevo. Gracias por leer.


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