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Un Nuevo Tiempo por yumeorage

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Notas del capitulo:

Advertencias y notas del capitulo:

OC (como siempre)

Quizás OoC

Faltas de ortografías xD

Capitulo largo (de verdad!)

Recordando que Inazuma Eleven no me pertenece, si fuera mío, sería todo yaoi.

Moretones

- El plan es muy rebuscado… papá.- exclamo Kazemaru sentado en el sofá, escuchando la explicación de su ahora figura paterna. Kazemaru estaba sin sus lentillas esta vez, dejando ver sus lindos ojos marrones, lo único diferente era el peinado, si no, sería el viejo Kazemaru.

Él había despertado ese día temprano, salido a correr, con sus lentillas puestas, luego regreso a darse un baño y ponerse cómodo siendo Kazemaru por unos instantes. Tomo desayuno con su padre y luego comenzó la plática sobre el siguiente paso de su plan.

- ¿Y con qué motivo te meterás al hospital para buscar a Kido y Haruna?- le pregunto su padre, la verdad es que Hideki tenía razón, no podía esperar un accidente para entrar al hospital. Además la única forma que el encuentro pareciera lo más normal posible era que fuera en el hospital, ya que era común ver gente allí por distintos motivos.

- Bien, entonces lo haremos.

- Bien dicho… ¿uh? ¿A dónde vas?- pregunto su padre, al verlo levantarse del sofá con la intención de irse.

- Tengo este día libre, quiero salir un momento, además ya hice mis tareas.

- Esta bien, de todas formas yo tengo que terminar unos trabajos. Pero recuerda llevar el celular.- le recordó a modo regañón, Kazemaru asintió y fue hasta arriba para cambiarse o más bien ponerse las lentillas que ocultaban el verdadero color de sus ojos y luego salió un rato. La verdad es que quería ir a la torre de metal, no había tenido mucho tiempo: el entrenamiento, las tareas, ponerse al día con las materias impartidas, mantener un buen rendimiento escolar, además de estresarse con Masaru y su actitud. Por otro lado, Kiyoshi le enseño también algunos movimientos básicos de basquetbol, y también debía hacer vida social, todos esos días fueron agotadores. Cuando llego el fin de semana, estaba feliz, además el próximo fin de semana Kiyoshi tenía otro partido e iría a verlo junto con otros compañeros, nunca había visto un partido de basquetbol de secundaria así que estaba emocionado.

Esta vez, para ir hasta la torre de metal fue en bicicleta, Hideki le compro una, dijo que era bueno para él. Kazemaru, quien no pensó volverse a montarse en una, estaba realmente feliz estrenando su bicicleta, y gracias a eso, llego rápidamente a la torre de metal. Dejo su bicicleta a un lado del camino, segura de que no cayera y camino hasta los árboles aún seguían allí desde su última visita. Ese lugar era lo único de su pasado que no había cambiado mucho.

- Hola de nuevo…- le dijo simplemente al árbol que alguna vez Endo usaba para colgar la gran llanta de entrenamiento. Busco en su bolso una botella de agua y su balón y comenzó a correr a través de ese lugar sin perder el balón que sus propios pies empujaban, esquivando los pocos árboles del lugar. No supo cuanto tiempo estaba haciendo aquello, sentía algo así como si fuera un ritual, se sentía tranquilo al hacerlo, se sentía mejor.

Cansado, agitado y algo sudado, cayó al piso, sus ojos observaron el cielo, estaba tan azul, había pocas nubes y el color verde del árbol que estaba cerca, enmarcaba perfectamente aquella vista que tenía. Se pregunto mentalmente como debería manejar la situación ahora, si bien estaba descansando, sabía que no podía estar despreocupado como ahora lo estaba. Pero tenía tantas cosas en la cabeza en ese momento.- Que cansancio.- se dijo así mismo mientras cerraba los ojos, pero al abrirlos ya no se encontró con el paisaje del cielo que estaba viendo hace tan sólo unos segundos.

- Hola, Ichi-kun.- fue el saludo de un chico de tez levemente bronceada, cabello castaño con banda naranja sobre su frente lo que vio. Su sorpresa fue tan grande que al levantarse bruscamente, ambas frentes chocaron y se llevaron un feo y sonoro golpe.

- ¡Duele!- grito el chico.

- ¡Mi cabeza!- el mayor se tomo la frente con ambas manos, no creía que su banda naranja hubiera amortiguado aquel golpe.- Ichi-kun, no tenías porque reaccionar así…

- T-tú no tenías porque aparecerte así, Endo-san.- alzo la voz Kazemiya, para después llevar su mano hasta su frente, no sangraba, eso era un alivio.

- Lo siento no pude evitarlo, Ichi-kun.- Kazemaru sintió un escalofrió en ese momento.

- Podría dejar de llamarme tan amistosamente.

- uh ¡Qué cruel Ichi-kun!- Endo se hacia el herido, pero al parecer Kazemaru ni siquiera reacciono ante ello, estaba algo molesto porque ese golpe de verdad le dolió y de verdad se asusto al verlo. El más joven tan sólo dejo escapar un suspiro. Endo se acerco a él, para sorpresa del menor.- Es gracia ti que estoy así…- exclamo, cosa que no entendió Kazemiya, el se quedo donde estaba, mientras el mayor acerco su rostro al suyo, para su sorpresa.

- ¿D-de qué está hablando?- intimidado con la cercanía del mayor, este tan sólo recibió como respuesta que Endo acariciara su cabeza, revolviendo sus cabellos. El más joven tan sólo cerró sus ojos y cuando Endo aparto su mano, poso sus propias manos sobre su cabeza para ordenar sus cortos cabellos, algo enojado por ser tratado como un bebé.

- Es una sorpresa encontrarte aquí, Ichi-kun.- y allí iba con ese nombre tan amistoso de nuevo, de verdad es que no le gustaba, nunca pensó que Endo le llamaría así.- ¿Por qué vienes aquí… a entrenar?- Kazemiya se quedo sorprendido ¡es verdad! Este lugar era muy importante para él, para Endo, para todos. Esto era muy sospechoso seguramente.

- Si-simplemente me gusto este lugar… desde que vine.- eso último lo dijo bajito, mientras desviaba la mirada hacia un lado. Endo le observo sentado uno pocos metros alejado de él, su expresión de verdad le parecía graciosa y encantadora al mismo tiempo.

- Gracias a tu padre, obtuve trabajo, no le he agradecido lo suficiente.- Kazemiya le observo sorprendido, Endo de verdad parecía agradecido, hasta sonreía de una manera placida y tranquila.- No he podido agradecerle lo suficiente, a ninguno de los dos. Ni a ti ni a Kazemiya-san.

- ¡eh! ¡N-no tiene po-porque agradecer nada!- hablo a tropezones el chico de cabellera turquesa

- Claro que sí.- Endo era testarudo y se le notaba.- Fue gracias a tu presencia que soy feliz de nuevo.- Endo levanto la cabeza, para observar el cielo.- Ningún extraño se me acercaba por mi apariencia y mi actitud.- decía avergonzado.- Pero tú te me acercaste a mí, no me tuviste miedo.- exclamo observándolo sonriente, Ichirouta fingió su mejor sonrisa la verdad es que había tenido mucho miedo en ciertas ocasiones.- No sé si eres valiente o estúpido, Ichi-kun.- un golpe directo hacia Kazemiya, quien no se creía lo que acababa de oír.

- ¿Disculpa…?

- Debes cuidarte más.- exclamo Endo, a modo regañón.- No debes fiarte así de las personas, si alguien es peligroso debes irte, no todos son como yo.

- Es eso…- respondió como si nada.

- ¿Cómo que "Es eso…"?- dijo enojado.- La verdad es que estoy preocupado que no sepas reconocer una escena peligrosa.- Endo rasco su cabeza.- Prométeme que no te acercarás a nadie peligroso de nuevo ¿Está bien?- Era eso, Endo estaba preocupado por él, tan sólo era eso y nada más. Lamentablemente hacer una promesa de ese tipo no estaba en sus planes, se seguiría metiendo en líos aunque no quisiera, porque debía llevar a cabo su objetivo para que todos pudieran estar bien, para que sus amigos vivieran felices.- ¡Ichi-kun!

- ¿eh? Si, lo prometo.- dijo sencillamente, eso relajo al de cabello castaño.- Perdón por preocuparlo, Endo-san.- Perdón por mentirte. Era lo que de verdad quería decir, pero no lo dijo, se quedo en silencio omitiendo aquello. Tratando de sonreír, la verdad es que le hacía feliz ver a Endo como una persona normal, y además preocupado por él. Pero le hacía sentir mal el hecho de mentirle, sin embargo, no había opción.

- Bien.- dijo sonriente, aquella sonrisa que sólo el verdadero Endo podía hacer, una feliz y despreocupada, tan llena de inocencia y sinceridad, como si fuera el Endo de 14 años .- Necesito entregarte algo.- dijo repentinamente, cosa que sorprendió al más joven ¿Qué cosa le tendría que entregar?- Es una sorpresa, no creí verte hoy, así que no lo traje conmigo.- y rascando la parte posterior de su cabeza se disculpo.- ¿Tienes unos minutos?

- Claro…- dijo algo dudoso.

- Entonces acompáñame, Ichi-kun.- decía felizmente, Kazemiya no estaba seguro de hacerlo o no, se suponía que no debía interactuar mucho con él y los demás, pero por otra parte, de verdad quería saber que le tenía para él, de verdad quería pasar algo de tiempo con Endo.

- Esta bien, pero podría dejar de llamarme así.- exclamo buscando su balón para dejarlo en su bolso y acompañar a Endo. El transcurso del camino, hacia el lugar donde le estaba llevando Endo, fue bastante ameno. Mientras llevaba su bicicleta consigo, Endo le hablo sobre su trabajo como entrenador, como aquellos chicos tenían miedo del sector V, pero había uno de ellos que quería jugar como siempre, divirtiéndose. Kazemiya le preguntaba que pensaba acerca de ese chico, ya que quizás fuera una pieza fundamental para que todo se arreglara, Endo le contestaba entusiasmado.

La charla hizo que el camino fuera corto, al poco rato se encontraban frente a una casa. Ichirouta la reconoció, era la casa de Endo, la que Hideki le había mostrado en aquellas imágenes. A diferencia de la casa que vio en aquella ocasión, esta estaba limpia, aunque seguía siendo fría, tal vez porque aún quedaban rastro de pintura desgastada, pero estaba todo muy limpio.

El mayor le hizo pasar, cosa que Kazemiya acepto, entraron entonces a la casa, el menor siempre primero, dejando su bicicleta afuera, cerca de la entrada. Endo le dijo que podía sentirse en su casa, al mismo tiempo que cerraba la puerta.- Muchas gracias por invitarme, Endo-san.- decía Kazemiya inocentemente, mientras entraba con cautela, una vez que se hubo sacado sus zapatos y dejado el bolso a un lado.

El living comedor se veía bastante limpio y era amplio, camino justamente entre los muebles y allí vio una foto al lado de la televisión, bien enmarcada y cuidada, era la foto de ellos en el torneo futbol frontera internacional, todos juntos.

- ¿Te gusta la foto?- Ichirouta se exalto al escuchar la voz de Endo, quien le había estado observando desde que entro.

- Disculpa, pero si… eh.- trato de sonar tranquilo.- Recordé cuando mi padre me llevo a ese torneo.- mintió él, porque para él, esa foto sólo había ocurrido hace un par de meses atrás y no años como Endo.- ¿Están todos, no?- Endo se acerco hasta él, tomo la foto por un momento, la observo y asintió a la pregunta de Kazemiya para luego dejarla donde estaba, pero boca abajo.

- ¿Qué pa…?- pregunta que se vio interrumpida cuando fue jalado rápida y bruscamente hacia la pared cercana, siendo atrapado por Endo en ella. Se quedo petrificado allí mismo, al ver como el castaño le observaba de manera algo enojada, con sus manos a cada lado de su cabeza, agachándose para estar un poco más cerca de su rostro ¿le iba hacer algo? Las pequeñas manos de Kazemaru temblaban, las tenía a la altura de su pecho, como protegiéndose que le fuera hacer daño.

Cuando Endo comenzó acercarse así de serio, Kazemaru abrió los ojos para cerrarlos fuertemente y agachar su cabeza ¿Qué iba hacer? Su corazón latía muy rápido, y sentía el suelo como gelatina ¿o eran sus piernas las que estaban temblando? No sabía que pasaba, pero Endo no sería capaz de nada ¿verdad?

El más joven abrió los ojos, cuando sintió un peso extra sobre su cabeza. Endo había apoyado su frente casi sobre la frente de él, si no fuera porque estaba con la cabeza gacha. Escucho un suspiro.- De verdad, Ichi-kun es un estúpido…-

- ¿eh?- sin moverse de su lugar y tan sólo observando los pies del contrario, se sorprendió ante sus palabras. Ahora estaba un poco más tranquilo, pero no entendía las acciones de su antiguo compañero de equipo.

- Tu sola presencia me recuerda a él.- sonrió para sí mismo, de una manera triste.- Se que no eres él, pero me gustaría que así lo fueras, sería genial ¿no? Aunque un poco extraño.- Kazemiya se sintió triste por dentro ¿De verdad Endo añoraba tanto la presencia de Kazemaru Ichirouta? En su interior quería decirlo, pero no podía, no debía. Hideki y él tenían que mantener todo en secreto.

"Ya no debes relacionarte con Endo Mamoru ¿entendido?" Habían sido las palabras de quien ahora era su figura paterna, el peliazulado le había dejado claro que no debería tener más contacto con él y así con los siguientes, sólo el suficiente contacto para que volvieran hacer los mismos de su pasado, felices, los que disfrutaban del fútbol y finalmente él debía alejarse.

Pero es difícil. Extremadamente difícil.

- ¿D-de quién habla, Endo-san?- pregunto tartamudeando, luego de unos minutos en silencio, en el cual se estaba debatiendo que debería hacer o como actuar. Endo dejo libre al más pequeño, para ir donde estaba esa foto, tomarla y sentarse en el sofá, para indicarle con la mano a Ichirouta que se acercará y se sentará a su lado. Este último, quien no se había movido del lugar, camino hacia él con lentitud y obedeció.

- Él era un gran centrocampista, y un gran amigo.- decía observando la foto con nostalgia. Ichirouta de verdad quería llorar pero no podía hacerlo ¿Tanto habían sufrido sus amigos por su "muerte"? ¿Tan importante era para todos?

- Lo siento…

- ¿Eh? No lo lamentes, es mi culpa por verte en él, cuando te veo, empiezo a buscarlo. Pero luego me doy cuenta que es imposible, que él ya no está en este mundo. Estoy muy loco ¿verdad?

- ¡No lo está!- dijo repentinamente Kazemiya, cosa que se sorprendió y hasta Endo lo hizo, le quedo observando extrañado.- Me refiero, que está bien… extrañar a un amigo, si mi mejor amigo muriera, lo extrañaría mucho y… y de seguro ni siquiera pudiera… pudiera pensar que esta muerto.- sus palabras fueron perdiendo fuerzas mientras las decía, se sentía un tonto, había gritado sin pensar.

- Entiendo y discúlpame el haberte asustado, Ichi-kun.- el menor tan sólo le observo nervioso y algo avergonzado, desvió su mirada para observar el suelo.- Es cierto yo tenía que darte algo…- el mayor se levanto y busco en un cajón cercano, de ella saco algo parecido a una libreta.

- ¡Ah! ¡Mi libreta!- un sorprendido Kazemiya recibió su libreta en sus manos, aquella que había perdido aquel día y que no pensaba poder recuperar nunca.

- Te… bueno…- Endo no sabía por dónde empezar.- Miraba como estabas entrenando, fue de casualidad que pasará por allí, cuando te fuiste me di cuenta que la habías olvidado.- explico él.- ¿Quieres ser un delantero, verdad?

- Así es.- exclamo abriendo su libreta, leyendo sus apuntes de las técnicas y la información de otros delanteros, estaba feliz de tenerla de vuelta.

- Has reunido mucha información, de verdad vas en serio.- sonrió Endo.

- Sí, quiero ser de ayuda en mi equipo.

- ¿En serio? Pero no sólo como delantero puedes ser de ayuda ¿sabes?

- Claro, lo tengo en mente, también.- decía cerrando su libreta. Era verdad, estaba tan concentrado en ser diferente a Kazemaru, que debía tener en cuenta las otras posiciones que Hideki le prohibió hacer, sin embargo, era necesario.- Pero siempre quise ser un delantero.- exclamo con toda la seguridad que pudo encontrar. Tomo la fotografía que Endo había dejado en el sofá y la sostuvo entre sus manos, observándola un momento.- Como Fubuki-san, Goenji-san…- se detuvo un momento, no era bueno saber todos los nombres de ellos.- No recuerdo todos los nombres…

- También estaban Hiroto y Toramaru.- le dijo él sonriente.

- Ci-cierto.- se levanto y dejo la fotografía donde la había encontrado antes. La vio por última vez, observándose así mismo con sus amigos, con la copa que habían ganado aquella vez, en aquel día.

- Cierto, debes tener hambre, te prepararé algo, espera aquí.- le indico Endo, quien fue hasta la cocina, desapareciendo tras una puerta.

Ichirouta observo con más tranquilidad el lugar donde vivía Endo, tranquilidad que fue interrumpida con el sonido de unos platos caerse.- ¡Endo-san!- corrió hasta la cocina.- ¿Endo-san, está bi…? ¿eh?- al llegar a la cocina se llevo una gran sorpresa, todo estaba completamente desordenado y sucio, al parecer Endo había resbalado con los platos por la suciedad del piso.

- Así… disculpa el desorden.- decía un Endo apenado, levantándose avergonzado.- Sólo he tenido tiempo de limpiar la sala principal.- Un silencio reino entre ellos.

- Eso quiere decir que las demás habitaciones…

- Bu-bueno, con mi trabajo y todo eso…- Kazemaru no le escucho y fue a revisar las otras habitaciones.- ¡Es-espera!- Endo corrió a seguirlo, pero Kazemaru ya había visto una habitación, toda desordenada, llena de cajas y polvo acumulado, había basura.- No soy muy bueno con las tareas domesticas…- rió nerviosamente.

- ¡Eso está mal, como entrenador no puedes vivir así!- regaño Kazemaru.

- Es-está bien, no me regañes Ichi-kun.-se sentía ridículo, siendo regañado por alguien 10 años menor que él, pero por alguna razón no pudo ponerse estricto con él.

- ah, lo siento, Endo-san.- Kazemaru se dio cuenta enseguida lo que estaba haciendo. Endo era el mayor, era su casa y lo estaba tratando como un crió, no estaba bien, debía respetar a sus mayores.

- Está bien, sólo no le digas a nadie que fui regañado por un pequeño.-decía juntado sus dedos índices uno con otro, se veía avergonzado.

- ¿pequeño?- murmuro Ichirouta, viendo la reacción infantil de quien era ya mayor de edad. Sonrió, para luego reír.- Es muy gracioso, Endo-san. Le ayudaré a limpiar si quiere.- dijo felizmente, Endo le miro agradecido y tomo sus manos emocionado, dándole las gracias repetidamente. Ambos se pusieron entonces a limpiar la cocina. Pero ni siquiera alcanzaron a terminar de limpiarla, luego una hora trabajando estaban tomado un descanso , comiendo unos bocadillos para luego seguir, pero ya se hacía tarde y el celular de Kazemiya sonó.

- Hola… ah Kiyoshi, si estoy bien.- respondió él alegremente.- ¿En serio? ¿Cuándo?- Endo tan sólo le observaba, intrigado por la persona que le había llamado.- ¿De verdad? No te creo, nada… deja mirar.- se alejo el celular de su oreja y busco algo en él, sólo para notar que tenía un mensaje.- Tú, de verdad piensas en todo.- decía algo asustado y molesto.- Está bien, si, si seré puntual, adiós.- y término la conversación.

- ¿un amigo de tu secundaria?- pregunto Mamoru aún intrigado, el menor asintió

- Lo siento Endo-san, debo irme. Podemos continuar otro día.

- Descuida, mañana estaré ocupado y luego tengo clases, pero podemos continuar el próximo sábado.

- Lo siento, ese día estaré ocupado.- exclamo recordando que vería el partido de su amigo Kiyoshi.

- No te preocupes, agradezco que me ayudarás.- Endo le miro enternecido.- Por favor Ichi-kun, no vayas con extraños así a la ligera.- lo dijo con su mejor sonrisa, pero Ichirouta sabía que no estaba bromeando. Al final se despidió y se fue, primero debía ir hasta su casa, tomo su bicicleta y pedaleo hasta ella.

-o-o-o-o-o-o-o-

- No puedo creer que tú…

- ¿eh? Como tu padre, debo asegurarme que te diviertas con tus compañeros.- le dijo Hideki. El mayor había recibido aquella tarde, la visita de Kiyoshi, el compañero de clase de Kazemiya y que además era basquetbolista.- Tienes un compañero muy bien educado.- y claro Hideki estaba asombrado por la aparición de Kiyoshi, había sido cortes, amable y había pedido si Kazemiya pudiera venir con ellos a "cazar fantasmas", hasta le prometió que lo cuidaría y que lo haría volver sano y salvo a casa.

Cuando Hideki le conto todo eso, Ichirouta se sintió tan avergonzado ¡Ni que fuera una chica! Además la forma en que lo decía su "padre", parecía emocionado, orgulloso, hasta la situación parecía divertirle.- Entonces… ¿Dónde estabas?

- ¡¿eh?!- claro Kazemaru había estado evitando esa pregunta.- Pa-paseando, ya te dije, bueno entonces será mejor que me vaya pronto, Kiyoshi y los demás deben estar esperándome.- Hideki lo observo subiendo a su cuarto.

Ya en su cuarto, Ichirouta dejo su bolso, quería ir liviano, así que llevo su celular solamente, y claro ropa más abrigada, una chaqueta deportiva simple, por si se ponía demasiado fresco el clima. A los pocos segundos bajo, se despidió de su padre, pero antes de salir este lo detuvo.

- De verdad Ichiro, no quiero arruinar tu salida.- le dijo cuando ya se encontraba en la puerta, a punto de irse.- Pero por favor, deja ya a Endo Mamoru en paz…

- Yo no…- iba a negarlo pero la mirada segura de Hideki hizo que se detuviera.- ¿Cómo sabes?

- ¿Qué otra cosa podría ser que no me respondieras enseguida?- le respondió con otra pregunta.- Se que extrañas a tus amigos y te sientes responsable, pero sigues siendo un niño Ichiro, y Endo ya es un adulto. No te estoy pidiendo que no lo saludes si él te saluda primero o si le ves, simplemente que evites contacto innecesario con él.- Kazemaru asintió, era verdad aún veía a Endo como aquel chico enérgico, amante del futbol, lleno de buenos deseos, algo tonto a veces, pero ese ya no era Endo. El Endo de ahora había cambiado, era un adulto y había ¿madurado? O eso debería pensar.- No te entretengo más, ve y diviértete.- su "hijo" asintió y se fue, esta vez iba a irse caminando hasta la casa de Taiki, donde era la reunión. Hideki se quedo en la puerta, hasta que la figura del más joven desapareció de su vista.

- Los puntos conflictivos empiezan aparecer.- murmuro Hideki, observando el reloj que llevaba puesto, el cual no sólo indicaba la ahora, si no también, los protagonistas de la historia.- Endo, me estás trayendo muchos problemas…- siguió murmurando.- Y Fudo, tu presencia es una molestia.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

- ¡Kazemiya! ¡Aquí!- Kiyoshi estaba en la entrada de la casa de Taiki y no estaba sólo, para su sorpresa Masaru también estaba ahí. Pero, por la expresión de Masaru, no parecía muy feliz, este vestía con unos pantalones holgados color marrón, con grandes bolsillos, y una camiseta amarrilla con líneas verdes, de mangas largas. La mirada de Masaru sólo le indico que sería una aventura bastante extraña y quizás molesta.

- Hola chicos.- saludo tranquilamente Ichirouta. Kiyoshi parecía muy entusiasmado, vestía deportivamente, zapatillas, un pantalón deportivo, una sencilla camiseta blanca y la sudadera de color rojo encima. No dudo en saludar a Ichirouta tomando ambas manos para jalarlos hasta donde estaban ellos.

- ¡No es emocionante!- exclamo Kiyoshi.

- No lo es.- respondió simplemente Masaru, acercándose a ambos y separarlos, ya que Kiyoshi aún seguía con las manos de Kazemiya entre las suyas.- Es estúpido, la única razón por la que les acompaño, es porque Taiki me lo pidió amablemente.

- Es mentira, sólo no le puede decir No, a su capitán.- le murmuro Kiyoshi a Kazemiya, quien sólo sonrió nerviosamente.

- ¡Te escuche! ¡Por si no lo sabes estoy frente a ti!- grito Masaru seriamente ofendido y levemente sonrojado.

- Chicos, no armen tanto escándalo.- les pidió un avergonzado Taiki que recién salía de su casa, cuya melena naranja combinaba perfectamente con la playera verde que traía puesta en ese instante, en su cintura tenía amarrado su chaqueta para colocarse luego.- Que bueno que están todos.

- Entonces andando.- dijo Kiyoshi, mientras tomaba la delantera, caminando a un lado de Masaru.

- ¿De verdad haremos esto?- pregunto Kazemiya.

- ¿Qué? ¿Tienes miedo novato?- pregunto Masaru burlándose.

- ¡Claro que no!- se ofendió el de cabello turquesa.- Sólo que no me parece muy típico…

- ¿eh? Claro que no lo es, eso es lo divertido.- dijo Kiyoshi animado. Kazemaru miro a Taiki en busca de una respuesta, él parecía ser el más maduro de todos los presentes, además de ser muy inteligente.

- Bueno, a mí me salto la curiosidad, así que quise venir.- fue la simple respuesta que recibió Kazemaru, él no se lo creía.- La rutina a veces es moleta ¿No Masaru?

- Claro, sólo tienes miedo Kazemiya.- volvió a repetir el de cabellos verdes, volteando a verlo unos segundos para volver su mirada hacia el frente.

- Que no lo tengo.- repitió Ichirouta frunciendo el ceño.

Caminaron entonces hasta la parte oeste de la ciudad, había muchas casas antiguas, muy al estilo japonés en esa parte, parecía que hubieran viajado en el tiempo, de nuevo. Kazemaru rio internamente ante esos pensamientos.

Las personas que vivían allí debían tener un gran espacio para vivir, pensó Kazemaru, quien sólo había visitado aquel lugar un par de veces en su tiempo verdadero. Rememorando su pasado, podía notar que todo seguía igual; por ahí había una señora limpiando la entrada con su escoba, todo bastante tranquilo, un par de niños cruzaron el lugar corriendo, junto con su perro. El de cabello turquesa no dudo en sonreír tranquilamente.

Ya el sol se ocultaba, y la calle quedaba más vacía de lo que ya estaba.- Bien, es ahí.- exclamo Kiyoshi apuntando hacia un lugar alto, sobre una zona elevaba se podía notar el techo de una casa, sólo eso se podía ver, debido a los numerosos árboles que lo rodeaban. A pocos metros de ellos, había un estrecho sendero, un camino completamente despejado de árboles que guiaba hacia esa casa.

- Dicen que allí una persona se suicido.- exclamo Kiyoshi con voz tenebrosa.- Fue hace muchos años, creo antes que naciéramos, un grito se escucho aquella noche, los que le oyeron pensaron que tan sólo había sido un accidente, pero ¡no! Había ocurrido un suicidio.- se volteo a verlos rápidamente con una linterna alumbrando desde debajo de su rostro.

- ah…- Kazemaru se refugió detrás de Masaru inconscientemente, quien también se sobresalto ante la imagen de Kiyoshi, pero lo disimulo rápidamente.

- No te asustes Kazemiya, es sólo un rumor.- le dijo Taiki de lo más tranquilo, quien también traía una linterna.- Esa vez estábamos de vacaciones, por lo que casi nadie supo que paso en realidad. Al parecer el calor hizo que un anciano se desmayará y le llevaron con urgencia al hospital.- Kazemaru se relajo por un momento.

- ¡Taiki! Arruinas la historia.

- Menuda historia.- Masaru comenzó a caminar hacia el sendero.- ¿Vamos a ir o no? El sol se está ocultando.- Todos le siguieron rápidamente y fueron caminando por el estrecho camino en fila. El camino iba levemente empinado, debido a que la casa estaba en una colina, pero no lo suficiente como para cansarse.

- Pero saben… decían que ese anciano le gustaba la magia y esas cosas de demonios.- hablo Taiki recordando como si lo hubiese aprendido en una lección de la escuela.- Tal vez encontremos cosas interesantes.- Kazemiya rogaba porque eso fuera totalmente errado. Al final, llegaron a un claro, y allí vieron una casa, del mismo estilo japonés que las demás, sólo que más vieja, descuidada, solitaria y algo tétrica, además de que era mucho más grande. Y el detalle del paisaje le daba un tono más tétrico aún: la luz de luna a veces era tapada por las nubes, corría un poco de viento que las movía traviesamente de sus lugares, así como sacudía las hojas de los árboles.

- ¡Es hora entrar!- el grito de Kiyoshi sorprendió a Kazemaru.

- ¡No me asustes así!- la verdad es que el lugar se veía muy grande y muy tétrico, al deslizar algunas puertas estás no se abrían o debían hacer mucha fuerza para que pudieran abrirse. La casa estaba muy sucia, se notaba su abandono hace muchos años. Y la verdad es que Kazemaru se acostumbro a esa extraña casa, que sólo estaba abandonada. Estuvieron unos minutos caminando por sus pasillos, mirando habitación por habitación y no encontraron nada extraño.

- Pensé que me asustaría.

- Daba más miedo cuando éramos niños.- dijo Taiki, Kazemaru le observo curioso.- Pensamos que tendrías miedo, iba hacer como tu iniciación.

- ¿eh?- no podía creerlo ¿Taiki participando en este tipo de ocurrencias?

- Cuando éramos niños, teníamos miedo de venir a este lugar. Una vez Kiyoshi y yo entramos, pero no duramos ni unos segundos, cuando salimos corriendo.- rió divertido por recordar aquella escena. Ahora Kazemiya entendía todo.

- Se hace tarde, vámonos rápido.- dijo Masaru simplemente, justo cuando su linterna se apago.- Maldita batería.

- La mía aún funciona.- dijo Kiyoshi, observo a Taiki cuya linterna también funcionaba. Kazemaru no había llevado linterna dado a que no poseía una.- Bueno vámonos.- dijo abriendo una puerta, casi rompiéndola en el proceso, ya que se deslizo con suma dificultad. Un: Ten cuidado, de parte de Taiki hizo llamar su atención.- No te preocupes to…- iba saliendo hacia el corredor, cuya única iluminación entraba por una sucia y simple ventana, cuando se detuvo abruptamente y su linterna cayó al suelo.

En el rincón, al final de aquel pasillo, había una silueta oscura.

- ¿Qué pasa?- pregunto Taiki al ver detenido a Kiyoshi en medio, lo observo para luego voltear hacia al frente y quedándose pasmado al aquella silueta, que camino hasta ellos cojeando un poco, tanto Kiyoshi como Taiki se pusieron blancos para luego pasar al azul del susto. Kazemaru y Masaru salían recién sólo para observar aquella figura oscura caminar hasta ellos, la cual gemía un poco y cojeaba al caminar

- De-dejen de jugar…- decía Masaru con poca seguridad en su voz.

- Chi-chicos…- hablo la figura, justo cuando esta iba a pasar por la ventana para que los chicos pudieram ver su figura real, una nube cubrió toda la luz de la luna. Los chicos chillaron por reflejo, y Masaru y Kazemaru se abrazaron automáticamente.- Que grosera es la juventud de hoy.- dijo una voz ahora más clara, sonaba joven y ofendida. Taiki y Kiyoshi observaron al frente, las nubes se habían ido, dejando que la luz se colara por la ventana: un hombre estaba frente a ellos, su cabello era verde atado a una coleta, sus ojos oscuros eran algo rasgados, vestía con una chaqueta manga larga encima y pantalones y zapatillas cómodas, tenía unas benditas en su rostro. Parecía como si hubiera participado en una pelea, aunque su apariencia era la de una persona normal, tranquila y sencilla.

- ¿No eres un fantasma?- fue la gran pregunta de Kiyoshi, que provoco que el adulto se pusiera a reír.

- Duele…- decía tocando su estomago, al parecer ni reír podía hacer con propiedad debido a aquellas heridas que tenía.- No lo soy.- respondió finalmente a la interrogante sobre que era un fantasma o no, para luego reír. Kazemiya y Masaru al darse cuenta de la situación en la que estaban se soltaron casi enseguida, como si se repelieran, estaban algo avergonzados por esa reacción que al parecer nadie noto. Al parecer, porque el mayor que había aparecido simplemente rió divertido y les guiño un ojo.

Al poco rato salieron de ese lugar, acompañado del adulto, quien les dijo que no debían estar en propiedad privada. Él era amigo del dueño de la propiedad, y quería ver por última vez la zona, antes de que fuera destruida. Ante la sorpresa de Kazemiya, el muchacho se había presentado como Midorikawa Ryuuji.

Kazemaru se sorprendió, sobre todo porque no le había reconocido por tanta oscuridad, ahora que salieron de la casa, pudo notar que era Midorikawa. Su mirada se poso en los vendajes que traía, en como cojeaba al andar, de verdad quería preguntar, pero temía ser indiscreto o que su voz se quebrará al hablar, porque él sabía la verdad.

- ¿Está bien?- pregunto Taiki repentinamente.- Se ve muy lastimado…- Midorikawa sorprendido, sólo sonrió nervioso.

- Si, debería estar en reposo luego de haberme caído de las escaleras.- los chicos se asombraron, excepto Kazemaru, quien sólo desvió la mirada.- Pero quería ver este lugar, es muy importante para mí.- volteo a ver por última vez la casa que antes también había sido su hogar y la de su amigo pelirrojo.- Kazemaru tan sólo observo con cierta tristeza el rostro de su amigo, pero no podía titubear, no frente a sus compañeros de clases.

- Lamentamos haber entrado en propiedad privada.- dijo Kiyoshi.

- No se preocupen.- declaro este.- Eres bastante alto ¿juegas basquetball?- pregunto al ver como Kiyoshi era mucho más alto que los otros tres chicos. El mencionado, orgulloso, golpeo su pecho con su mano sonriente.

- Claro que lo soy, los cuatro somos de la secundaria Tsuetsu, yo juego basquetbol allí. Ellos.- decía presentando a los restantes tres.- Están en el club de futbol.- Midorikawa parpadeo varis a veces, sorprendido.

- Que nostalgia.- dijo asombrado.- Cuando tenía su edad también jugaba futbol.- dijo él, todos siguieron caminando por el sendero. Midorikawa bajaba con lentitud, ya que ahora el camino iba levemente inclinado y tenía que pisar con cuidado. Estuvo por unos segundos a punto de caer, pero Kazemaru fue más rápido y le ayudo, Taiki y Kiyoshi le imitaron.- Gracias, me hubiese dolido mucho.- decía apenado, observo un momento al chico de cabellera azul y luego a los otros.- Es cierto, no sé sus nombres.

- Mi nombre es Kiyoshi Kaito.- dijo sonriente, como siempre el más alto se presentaba primero.- Él es Taiki Yamayo, Kazemiya Ichirouta…- el nombrado se sorprendió al igual que Midorikawa al escuchar aquel nombre, aunque como estaba algo oscuro, no se noto lo suficiente.- y él es Masaru Kyô.- Kaito termino de presentar a todos tranquilamente.

- Ya veo.- se quedo pensativo, como si una idea cruzará por su mente, para luego desecharla.- Bueno gracias, Masaru-kun, Kiyoshi-kun, Taiki-kun y Kazemiya-kun, por ayudarme, sabía que iba hacer difícil volver, la subida igual fue bastante agobiante.

- No se preocupe, le ayudaremos, es lo menos que podemos hacer por entrar en propiedad privada.- dijo Taiki.

- Además debemos ayudar a nuestros mayores.- exclamo Kiyoshi.

- No estoy tan viejo…- Midorikawa parecía ofendido.

- ¡aaah! Lo siento, no quise ofenderlo.- dijo rápidamente un nervioso Kiyoshi. Kazemiya rió, ante la actitud de su amigo Kaito, Midorikawa lo acompaño en su risa.

- No te preocupes.- dijo finalmente. Cuando por fin salieron de aquel sendero, llegando al principio del camino, siguieron caminando hasta llegar a la zona de las casas estilo japonesas, que habían cruzado antes los chicos. Fue un regreso silencioso y tranquilo, con un nuevo conocido.

- Fue un gusto conocerlos.- exclamo repentinamente el de cabellos verdes.- Debo irme por allí.- decía apuntado hacia otra calle, tan sólo iluminada por la luz de la luna y las luces artificiales.

- ¿Estará bien?- pregunto Taiki preocupado por el estado de salud del mayor.

- Tranquilo, pero gracias por preocuparte. Fue un gusto conocer a chicos que también jueguen futbol y a un chico que juegue basquetbol.- Kiyoshi sólo sonrió, la mirada de Midorikawa se poso en el de cortos cabellos turquesa, quien sorprendido no pudo evitar su mirada y mostrar preocupación. Kazemiya tan sólo se inclino levemente a modo de despedida, Midorikawa le sonrió a él y luego al resto para tomar su camino.

- ¿Pasa algo Taiki?- pregunto Kiyoshi al ver al de cabello naranja tan pensativo.

- Es que ahora que lo pienso, había escuchado ese nombre antes, pero no recuerdo donde.- Kazemaru se sobresalto ante la repuesta de Taiki.

La verdad es que, lo que acababa de ocurrir le dejaba un mal sabor de boca, porque ni siquiera había intentado comunicarse con Midorikawa, apenas si unos pocos acercamientos con él, quien había sido uno de sus más grandes amigos en el pasado, sobre todo, durante el tiempo en que jugaban en el mismo equipo. Hubiese querido decirle algo más, preguntar algo más, hacerle notar a sus amigos -sobre todo a Taiki- que la persona con la que se encontraron había sido parte de Inazuma Japan, pero ¿sería muy sospechoso? No quería malos entendidos y estaba muy inseguro con respecto a eso.

Finalmente, se despidió de sus amigos y fue a casa, al llegar Hideki no tardo en interrogarlo, y Kazemaru le conto todo lo que había ocurrido y el encuentro con Midorikawa Ryuuji.- Me parece genial que justo apareciera, tenemos suerte.

- Sin embargo, no sé donde vive, o que está haciendo ahora…- Kazemaru se sintió desesperado.- No puedo aparecer frente a Midorikawa-san como lo hice con Endo-san.

- En eso tienes razón.- Hideki lo pensó por un momento, hasta que sonrió.- Si hay una forma de volverlo a ver.- comento simplemente, Kazemiya parpadeo unos momentos tratando de comprender lo que decía.

-o-o-o-o-o-o-o-o-

- Hideki-san, no sabía que estaría por aquí.- un joven de cabellos platinados y ojos oscuros saludo a Kazemiya mayor, quien devolvió el apretón de mano que le ofrecía el más joven.

- No podía permitir que hicieran este trabajo sin mí, además quería ver los planos que gustosamente Umiya-san me mostraría.- El otro rió, y siguieron conversando sobre cosas del trabajo, Hideki se encontraba justo frente al lugar donde Kazemaru había venido con sus amigos hace algunos días. Aquella pequeña colina, que albergaba entre esos árboles, una enorme casa estilo antiguo. Rápidamente el terreno estaba siendo limpiado de todo rastro de árboles, claro que no arrasarían con todos ellos, dejarían algunos justo detrás del edificio. Sólo sacarían los árboles donde pondrían la zona de juego y el gran edificio, que serviría para acondicionamiento físico en un futuro.

- Es impresionante este sector.- el joven que aún acompañaba a Hideki, observaba su computadora portátil, donde le mostraba gráficamente el tamaño de todo el lugar. Hideki observo curioso, de verdad era un sector bastante espacioso, claro: Había costado millones para que el sector V pudiera hacerse con él, hasta que lo obtuvieron.

- Claro que sí, mucho más impresionante es que lo lograrán comprar.- dijo casualmente.

- Es verdad, se rumorea que la persona en cuestión tenía algunos problemas de dinero, y por eso accedió fácilmente a venderlo siempre y cuando la suma de dinero fuera altísima.

- Entonces fue una suerte que estuviera endeudado.- el más joven asintió, mientras otro árbol se venía abajo, los autos comenzaban a moverse. Los trabajadores con sus cascos y trajes de colores naranjas, no se detenían por nada. Hideki observo todo con mucha atención, buscando a alguien en especial.

- ¿busca a Umiya-san?- pregunto el más joven, provocando que Hideki se sobresaltará.

- ah, s-sí…

- Espero no esté muy apurado, Umiya-san fue a ver la casa que está dentro de ese bosque.- le dijo simplemente él.- Creo que esta con la persona que firmo los papeles de venta.- explico sorprendiendo a Hideki de paso, entonces ¿Quién estaba con él? ¿Kira o Midorikawa? Esperaba que fuera ese último, ya que dudaba mucho, por la situación en la que estaba Kira, que él estuviera presente ahora.

Hideki había puesto en peligro su trabajo, al verificar los contratos y papeleos que no eran de su jurisdicción, se había metido en archivos que no tenían relación con su trabajo, sólo para notar el nombre de Midorikawa y el de Kira Hiroto en varios papeles, además de la dirección del lugar en el que estaba ahora. Lo bueno es que no fue descubierto, pero tuvo que ser muy inteligente para no dejar que notarán sus intenciones y además tener que trabajar horas extras para que le dejaran entrar en el proyecto. Ahora estaba allí, en la espera de aquel chico para moverse a la siguiente fase.

- Ahí viene Umiya-san.- exclamo el joven a su lado que, poniéndose el casco amarrillo fue hasta ellos. Hideki lo imito, para volver su mirada hacia el lugar donde aparecía Umiya junto a la persona que esperaba encontrar. Rápidamente saco su celular y mando un mensaje, luego se interno para encontrar con Umiya-san.

- Kazemiya-san.- exclamo el hombre mayor, Umiya era el jefe de aquel proyecto, además que era mucho mayor de Hideki, se notaba ya unas pequeñas arrugas cerca de su sus ojos, pero aún así tenía mucha energía y vigor.- Es bueno tener a tan joven persona trabajando en este proyecto para los jóvenes.

- No es para tanto.- decía Hideki, para luego fijarse en el más joven del grupo de aquellos cuatro hombres.

- Claro, déjame presentarte, el es Midorikawa, este en representación del dueño de este sector y ya finalizamos todos los detalles. Midorikawa-kun, él es Kazemiya Hideki, un nuevo miembro en la compañía, tiene unos ideas muy innovadoras.- Midorikawa sonrió abiertamente, claro que Hideki no dejo pasar el estado del más joven, tenía una bandita en su mejilla y parecía levemente cojo, de verdad le preocupo.

- Un gusto Midorikawa-kun.- exclamo Hideki, tendiéndole la mano.- Ya verás que el edificio que construiremos será un buen beneficio para la comunidad en general.

- Eso espero, me gustaría mucho ver a los más pequeños haciendo deportes.- declaro él alegre, a pesar de sus heridas se veía tranquilo y motivado para seguir. Hideki sonrió, al parecer era uno de los que no había cambiado de los amigos de Kazemaru.

- Venga, conversemos en otro lugar.- dijo Umiya y los cuatro hombres fueron hasta un toldo que estaba puesto en un extremo donde los hombres trabajaban. En el centro había una mesa, donde Umiya enseguida puso los planos de la construcción y comenzó a explicar a los presentes lo que harían, Hideki daba algunas ideas entre otros comentarios que Midorikawa aprobaba.

- Jefe.- uno de los trabajadores, vestido con el traje reglamentario, además de lentes oscuros llego interrumpiendo la charla.- Disculpen la interrupción, pero hay un chico que busca a Kazemiya Hideki, dice que es su hijo.- Todos voltearon a ver al mencionado.

- ah, es Ichiro, que extraño.- exclamo Hideki, poniendo su mejor cara de confusión.

- Déjalo que pase.- Umiya-san aprobó enseguida que el chico entrará al sector, Hideki sabía que Umiya gustaba de los niños, no por nada era padre de dos niñas, un pequeño y otro que venía en camino.

- Gracias, Umiya-san.

- No agradezcas.- dijo el mayor simplemente, al poco rato apareció un chico de corta cabellera turquesa en el lugar.

- Permiso, perdón por molestar.- Kazemaru había aparecido, vestía de manera informal y traía consigo unas carpetas.- Midorikawa al verlo se sorprendió, y no tardo en recordar lo que había pasado el fin de semana anterior, además claro del nombre del chico. Kazemaru enseguida lo vio y parpadeo un par de veces, pero antes de que dijera algo Hideki fue hasta a él.

- ¿Qué pasa Ichiro?

- ah, cierto. Olvidaste tus carpetas, papá.- Hideki miro su maletín para notar que ciertamente no las traía consigo.

- Es verdad, me has salvado hijo.- decía sonriente.- Perdón Umiya-san.

- Tranquilo, tranquilo, tienes un buen hijo. Gracias por traernos el trabajo de tu padre.- le dijo a Ichirouta, quien sólo sonrió apenado, la verdad es que todo esto había sido planeado, con la posibilidad de encontrar o no a Midorikawa allí.

- Con esto, podré decirle las ideas que tenía sobre la construcción.- Hideki hablaba mientras golpeaba levemente las carpetas que traía.

- Entonces me iré, con su permiso…

- Espera.- Midorikawa hablo de repente, sorprendiendo al pequeño.- ¿Por qué no te quedas? De seguro quieres ver cómo trabaja tu padre.

- Es una buena idea.- Umiya aprobó enseguida la idea de Ryuuji. Hideki sonrió internamente, Kazemaru sorprendido tan sólo pensó que tenían una suerte tremenda. Pero antes de responder, pidió la aprobación de su papá.

- Si mi jefe, no pone problema, está bien.- entonces Kazemaru fue a sentarse junto con Midorikawa quien estaba cómodamente sentado en una silla, observando los planos esparcidos por la mesa. Mientras Hideki comenzaba su presentación de ideas y como llevarlas a cabo, Midorikawa sonrió al más joven que tenía a su lado, el otro le devolvió la sonrisa tiernamente, cosa que para el mayor fue la visión más encantadora que había visto jamás, sintió una nostalgia tremenda y unas ganas de abrazar a aquel muchacho contra su pecho.

La reunión duro un poco más de media hora, Kazemaru ponía atención a medias, no es que le pareciera aburrido, la verdad estaba sorprendido por las habilidad de su padre. Sin embargo, la presencia de su más grande amigo le ponía nervioso, quería decir tantas cosas, quería preguntar por Hiroto, quería ayudarlo, pero sabía que no podía, no debía todavía.

Al terminar, se fueron despidiendo todos: Umiya tomo su camino, despidiéndose de Midorikawa, Hideki y de Ichirouta. Los restantes tres tomaron otro camino.

- Sabes, creo haberte visto en otro lado.- Kazemaru volteo a ver a Hideki, quien observaba a Midorikawa.

- ¿Si? Lo siento, pero si intentas coquetearme, ya tengo pareja…- Hideki tardo en procesar la información, igual que Kazemaru.

- ¿ah? ¡No! ¡No creas! No podría salir con alguien menor que yo.- Midorikawa detuvo sus paso y lo observo.

- Pensé que tenía mi edad.

- eh, no… tengo más de 30 años.- Midorikawa casi se le cae la mandibula ¡Es que no aparentaba esa edad! Hideki se veía en sus 20 años, joven, delgado y en buena salud.- Además mi único amor siempre será la difunta madre de mi hijo.- agrego con nostalgia verdadera en sus ojos, mientras acariciaba la cabellera del menor, quien confundido tan sólo le siguió la corriente.

- Lo siento, le hice recordar algo malo ¿verdad?

- ah, no te preocupes. Pero agradezco que pienses que me veo mucho más joven.- sus ojos brillaban, mientras a Kazemaru le daba vergüenza aquella situación, Midorikawa sólo forzó una sonrisa.- Pero, volviendo al tema, creo que te he visto ¿juegas o jugaste futbol o algo?- pregunto, Kazemaru estaba aliviado que volvieran al tema, se había mantenido callado todo ese tiempo, sólo hablaría cuando fuera necesario.

- Si, jugaba futbol… antes.

- ¡claro! ¡Ahora recuerdo!- observo a su hijo.- ¿no te acuerdas, Ichiro?- el otro nervioso, por la repentina pregunta, sólo negó con la cabeza.- Por eso tu nombre me sonaba, ¿jugaste en Inazuma Japan no? Midorikawa Ryuuji, ese es tu nombre completo.

- ah, si… jugué con ellos.- decía nervioso, la verdad es que no quería recordar aquello.

- ¡De verdad!- era la hora de actuar de Ichirouta, debía hacerlo por el bien del plan.- Yo estuve allí…- Midorikawa le observo curioso ¿había estado allí?

- Si, cuando él era todavía más pequeño, fuimos a la isla Liocott.- explico simplemente el padre de Ichirouta.- No pensé encontrarme con uno de sus miembros justo en mi trabajo.

- Entiendo, la verdad no esperaba encontrar a alguien que recordará esos partidos, fueron hace tanto.

- Tengo una gran memoria, además me gusta su futbol. Ichiro igual, mi hijo esta en el club de futbol de su secundaria.

- ¿De verdad? ¿Qué posición juegas?

- Delantero.- respondió automáticamente Ichirouta.- Si, lo hubiese reconocido aquel día, mis amigos hubiesen estado muy contentos, me matarán ahora cuando les cuente.- Midorikawa rió, pero esta vez rió más claramente que aquella vez que le encontraron en la casa, al parecer sus heridas ya estaban casi curadas, eso le alivió.

- Por un momento pensé…- Midorikawa iba a hablar pero se detuvo a medias observando a Ichirouta.- No es nada.- sonrió cálidamente al menor.- Es bueno haberlos conocidos, pero debo irme, tengo una cita con mi doctor dentro de unos minutos…

- ¿Puedo acompañarte?- interrumpió Ichirouta repentinamente.- Me gustaría saber más de futbol, además yo y los chicos quedamos preocupados esa noche cuando te fuiste.

- Que tierno.- dijo simplemente Midorikawa, a lo que Kazemaru se sonrojo.- No me importaría una compañía, si tu padre no se opone.

- Mientras regreses temprano a casa y me llames, está bien.- dijo simplemente Hideki. Luego de ponerse de acuerdo, ambos se fueron y Hideki volvió a su casa, tenía trabajo por hacer así que no podía acompañarlos. Midorikawa y Kazemaru fueron entonces hasta el hospital.

- ¿Ya se recuperará de sus heridas?- pregunto Ichirouta inocentemente.

- Claro, aunque esta vez sólo iré por unas pastillas…- dijo simplemente.- además de la revisión general.

- Debe cuidarse mucho.- decía preocupado, Kazemaru sabía que esas heridas no fueron por un accidente, hasta parecía que tenía otras.

- Si, me cuidaré. Soy muy torpe, es todo.- mintió Midorikawa, observando al más pequeño a su lado, de verdad le recordaba de cierta forma a su fallecido amigo. Fueron conversando tranquilamente sobre futbol, Kazemaru trataba de no ser muy obvio con sus preguntas, intentaba hacer preguntas muy generales, aunque Midorikawa estaba lejos de sospechar, sabía que su amigo no era tan suspicaz como otros. Eso último era una gran ventaja, pero tampoco podía bajar la guardia, debía estar atento.

Por otro lado, Midorikawa le gustaba la presencia de Kazemiya allí, se sentía como un hermano mayor y eso le aumentaba el ego y la autoestima. Ichirouta, era perfecto a sus ojos, delicado, tranquilo, paciente y bastante maduro, muchas de esas cosas -mejor dicho todo- le recordaba a esa persona: Le recordaba a Kazemaru. Era el destino tal vez, se decía a sí mismo, el encontrar a alguien tan parecido a su amigo fallecido. La única diferencia era su corto cabello, dejando algunos mechones turquesas largos, dándole una apariencia más juvenil y aniñada, y sus ojos color azul cielo.

- ¿No has pensado en dejarte crecer el cabello?- pregunto repentinamente Midorikawa, cosa que sorprendió y paralizo a Kazemiya, pero enseguida recobro la compostura.

- La verdad es que no, siempre lo he tenido corto.- Midorikawa entendió y sonrió.

- Yo lo tengo largo.- exclamo y era cierto, aún conservaba aquella coleta, aunque era un poco más corta, o eso parecía.- Si tu igual lo tuvieras largo y con una coleta.- cada palabra de Midorikawa lo ponía incomodo ¿acaso estaba insinuando algo? Se preguntaba aterrorizado Kazemaru.- Entonces pareceríamos ¡hermanos!- dijo bastante animado, provocando que Kazemaru casi se callera de la impresión.

- No ha cambiado nada…- murmuro para sí.

- ¿dijiste algo?- pregunto el mayor.

- ¡ah! Sólo que no tengo hermanos…

- ¡Mucho mejor! Dime Hermano desde ahora, Ichi-chan.- sonrió divertido un Midorikawa, quien había puesto ambas manos sobre los hombros de Kazemiya.

- ¿I-Ichi-chan?- ¿es que acaso todos acortarían su nombre así? Se preguntaba mentalmente el menor.

Al poco rato, llegaron al hospital, Kazemiya lo acompaño y fueron hasta el tercer piso, obviamente tomaron un ascensor. No había mucha gente, así que Midorikawa fue atendido casi enseguida, dejando a Kazemaru en la sala de espera. Cuando estuvo solo pudo dejar escapar un suspiro, sonrió sin proponérselo, la verdad estaba tranquilo al ver que su amigo Midorikawa no parecía haber cambiado mucho, seguía siendo alegre, con mucha personalidad, hasta parecía más maduro y responsable de lo que recordaba. En fin, sólo podía ver en Ryuuji cosas positivas, mas sin embargo su propia sonrisa se borro, y es que no le gustaba ver a su amigo tan lastimado: Y él sabía la razón.

Cuando Midorikawa salió, el doctor le acompañaba, Kazemiya se levanto de su asiento con una sonrisa para recibir a Midorikawa.- Gracias por esperarme Ichi-chan.- le dijo el mayor.

- Tú debes ser su hermano, que bueno eres al acompañarle hasta aquí.- Kazemaru no supo que decir al respecto, sólo sonrió. El doctor se acerco a él.- Por favor, dile que haga la denuncia a la policía.- pidió él, Kazemaru sorprendido, observo rápidamente a Ryuuji.

- ¡Doctor!- llamo la atención Midorikawa, parecía consternado.

- Siento decir cosas que no tienen relación conmigo, pero la familia debe apoyarse en estas situaciones, Midorikawa-san.- dijo el doctor por último para retirarse.

- ¿Denuncia?- pregunto Kazemaru ¿es que acaso aquel doctor lo sabía? ¿Sabía por lo que estaba pasando Ryuuji?

- N-No es nada.- tomo la mano del menor para llevárselo.- Venga, vamos Ichi-chan, tu padre debe estar preocupa…- Sus palabras fueron interrumpidas dado que, al doblar por un pasillo, se encontraron frente a frente con alguien muy conocido por ambos. Midorikawa sorprendido soltó a Kazemiya, este último observo con algo de nervios al chico de castaña cabellera frente a ambos, él también lo conocía.

- Kido, tanto tiempo.- fue el simple saludo de Midorikawa. Kazemaru se quedo detrás del mayor, debía suponer que el hospital donde estaban era en el que se encontraba Haruna-san, ¿Qué otra razón tendría Kido para venir aquí? Sin embargo ese detalle no era importante, estaba más se sorprendió por el saludo tan serio de Ryuuji.

- Midorikawa…- Kido vestía con un traje ejecutivo, se encontraba muy formal para la ocasión. Claro no llevaba esas gruesas gafas que siempre usaba, esta vez sobre su rostro se notaban unos simples lentes, que dejaban ver claramente el rojizo de sus ojos, así como su penetrante y fría mirada.- Parece que aún tienes problemas con Kira ¿no?- ese tono de voz, le molesto de Kazemaru ¿Es que acaso no eran amigos? ¿Por qué le hablaba como si se estuviera burlando? Midorikawa por otro lado, sólo frunció el ceño pero se relajo.

- Si estás enojado porque me negué a participar en tu absurdo negocio, eres un inmaduro.- Kido pareció enojarse más, se podía notar por su rostro.

- No seas imbécil, Midorikawa.- lanzó ácidamente Kido, frunciendo el ceño, para luego reír con algo de burla.- Creo que fue lo mejor, comprendí que sólo sirves para que te den golpes.- esas últimas declaraciones sorprendiendo a Kazemaru y entristecieron a Midorikawa.

- ¡¿Cómo te atreves a hablarle así?!- Kazemaru guiado por sentimientos de rabia, más que por la razón, salió de detrás de Midorikawa para encarar a Kido. Kazemaru le miro enojado y seriamente decepcionado, Kido sólo observo al más joven algo sorprendido, para luego observar a Midorikawa, quien estaba tan sorprendido como él, y luego de nuevo su vista se poso en el menor.

- ¿Acaso no te han criado bien? No seas insolente, los mayores están hablando.

- Tranquilo Ichi-chan…- Midorikawa puso una mano sobre el hombro del menor, quien le observo preocupado. Estaba tan decepcionado en ese momento, Kido se había vuelto una persona horrible.- Será mejor irnos… - le dio unos empujoncitos a Kazemiya para que avanzará este hizo caso y camino, sin quitar la vista de Kido. Este último no se movió de su lugar, le parecía todo esto una pérdida de tiempo, estaba por seguir su camino pero la voz del de cabello verde le interrumpió.

- Espero que cuando Haruna despierte, todo vuelva hacer como antes.- le dijo él.

- Nada volverá hacer como antes.- respondió Kido seca y fríamente, a Kazemaru esas palabras le destrozaron por dentro ¿D verdad ese era Kido? Ambos observaron como el castaño se iba caminando sin siquiera voltear.

- Lo lamento…- repentinamente Kazemiya hablo, cuando ya estaban ambos fuera del hospital, justo frente la entrada de edificio.

- Esta bien, gracias por… defenderme, eres un buen niño.- Midorikawa acaricio la cabeza de Kazemiya suave y cariñosamente, sintió el cabello del más pequeño tan suave, hasta le pareció un contacto bastante familiar. Ichirouta no se quejo ante esa muestra de afecto, estaba más preocupado por la repercusión que podría generar aquella actitud que tuvo con Kido. Sin embargo, debía dejar eso de lado por ahora.

- Esa persona… ¿Era amigo suyo, Midorikawa-san?- pregunto Ichirouta con cierto cuidado, Ryuuji le observo para luego dejar escapar un suspiro, no sabía si debía contarle eso a alguien menor como él. Pero el hijo de Kazemiya se veía, no sólo agradable, sino que también confiable y bastante maduro a pesar de su edad.

- Como tu hermano mayor, te invito un helado.- fue la respuesta que le dio. Kazemaru observo a Midorikawa sonreír tranquilamente, para luego ser arrastrado por él de manera alegre, alegría y tranquilidad que fueron transmitidas a Kazemaru casi enseguida.

A los pocos minutos estaban en un parque cercano, ambos disfrutando su helado. Midorikawa de verdad no había cambiado, seguía amando el helado, lo podía notar por la forma en cómo había mirado su helado al comprarlo, hasta para elegir el sabor sus ojos brillaron. Ahora comía el helado como si de un manjar exquisito, hecho por los dioses, se tratase.- Hace tiempo que no como un helado… ¡hasta había olvidado su sabor!- decía alegre.

- ¿Por qué no había comido helado?- pregunto curioso Ichirouta, Midorikawa se detuvo en ese momento, parecía como si la alegría se le hubiese escapado con sólo escuchar esa pregunta, o lo que provoco en él aquella cuestión.- Lo siento, ignora mi pregunta….- El más joven notó enseguida que aquella pregunta pareció incomodarle, la expresión de Midorikawa parecía triste repentinamente, así que sólo se corrigió rápidamente.

- Esta bien, de alguna forma, siento que puedo confiar en ti ¿sabes? A pesar que recién nos conocimos.- le sonrió y siguió comiendo de su helado.- Te contaré, estás heridas no me las hice en un accidente…- exclamo apuntando su rostro, donde había una bandita. Kazemaru le miro algo asustado ¿de verdad le contaría?

- No…no tienes que forzarte al hablar de ese tem… - Ichirouta observo el piso casi enseguida de decir esas palabras.

- Estas heridas me las hizo alguien.- le interrumpió el de cabellera verde.- Creo que ahora entiendes lo que dijo el doctor y también lo que dijo Kido, el chico al que encontramos en el hospital y si, éramos amigos antes.- explico él, Kazemaru levanto su mirada lentamente, la verdad no pensaba que ese día terminará con ese tipo de declaraciones.

- Si es así entonces… ¿por qué no haces la denuncia?- pregunto tímido, sabía en parte la respuesta.

- Porque esa persona, no es sólo mi amigo, si no la persona que yo amo.- sonrió para sí mismo, Kazemiya alzo completamente su mirada para observarlo preocupado.- Eres pequeño, no lo entenderías, pero él sufrió mucho y ahora es así…

- Pe-pero…

- Tranquilo, yo sé que él puede cambiar, aún no pierdo la fe.- el menor desvió la mirada.

- Siempre estás tan feliz.- exclamo, llamando la atención de Midorikawa.- A pesar de todo, no puede vivir así.- decía a punto de llorar. Midorikawa se asusto, el más pequeño iba a llorar.

- ¡ah! ¡Tranquilo! ¡Tranquilo!- dijo nervioso.- No llores, yo estoy bien… estoy feliz de haberte conocido y que me acompañes a tomar un helado, gracias por preocuparte por mí.

Claro que me preocuparía por ti, eres mi amigo Midorikawa.

- Claro que me preocuparía por mi hermano.- dijo algo sonrojado, agachando su cabeza, para que no viera su sonrojo. Al de pelo verde le brillaron los ojos y no aguanto las ganas de abrazar al menor contra su pecho.

- ¡Eres tan lindo!

- ¡Es-espera! Midorikawa-san… Mido… - mientras un abochornado Kazemaru esperaba que le soltara, porque la verdad es que estaba muy avergonzado. Mientras el helado ahora yacía en el suelo derritiéndose.

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Como conclusión de ese día, había ganado un hermano mayor, uno bastante infantil, que al saber que el helado había caído al suelo por aquella muestra de afecto, armo un berrinche en el parque. Antes de despedirse intercambiaron número de celulares, y Midorikawa le hizo prometer a Kazemiya, que el próximo fin de semana irían a comer helados juntos.

- Estoy en casa.- alzo la voz Kazemaru cuando entro, pero nadie le respondió, de seguro Hideki estaba en su trabajo cosa que le pareció extraño, se supone que estaría en la casa, le dio poca importancia. Cuando su figura paterna llegara, le contaría lo de Kido, por ahora se pondría hacer su tarea y comería algo, ya que por la tarde debía ir a mirar el juego de Kiyoshi.

Al par de horas siguientes la puerta se abrió, Kazemaru quien se encontraba haciendo su tarea en la sala, salió para recibir a Hideki.- ¡Hide…! ¿Paso algo?- pregunto al verlo con una cara cansancio y enojo total.

- Nunca creí encontrar a alguien tan fastidioso ¡Nunca!- decía dramático el mayor de la casa, puso ambas manos sobre su propio cabello y los desordeno bruscamente, de verdad parecía estresado.

- Tran-tranquilo… ¡Hideki-san! Si no me dices, no entenderé

- Fue Horrible, Ichiiiii- dijo arrastrando las palabras, y arrastrándose hasta quien era supuestamente su hijo, y se abrazo a la cintura del menor, ya que estaba arrodillado en el suelo.- Me trato muy mal…a todos.- menciono, mientras Kazemaru sólo lo miraba con cierta pena ajena, de verdad se estaba comportando como un niño.

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Continuara.

Notas finales:

Próximo Capitulo: Consejo y Encuentro.

Perdón la demora, entre algunas cosas que pasaron no tuve tiempo, además salió el capitulo 24 de corazón de melón (el que entienda, entenderá a que me refiero xD). Además este capitulo creo que quedo más largo de lo que hubiera imaginado y tuve que cortarlo. Pero mínimo, traere un capitulo nuevo cada semana.

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