Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Memory of Colors por Shana A

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Soy la persona más weona del mundo! se que no escribí este fic en más de dos años, pero joder se me olvido poner este capitulo! y es uno muy importante ;A; ! no se ni porque no lo puse antes que este lo tenia incluso antes de que dejara de escribir porque mi bloqueo fue en el capitulo 19! en fin como recompensan, subire ahora mismo - si mi internet me deja - el 18,19,20 y 21 - que este aun no lo habia subido - u3uU

Caminamos hasta llegar a una zona alejada, era un calle antigua, las casas de arquitectura pasada, paredes desquebrajadas, las ventanas solo cubiertas por maderas, las calles llenas de baches y agujeros, sin mencionar el manto de polvo que cubría el lugar; seguramente destruirían los edificios en algún momento para construir más edificios de vivienda o negocio. Libero el agarre de mi mano, sin decir palabra alguna, se sentó en una de las bancas, el metal se notaba oxidado y las tablas de madera que se usaban en el asiento y respaldar habían perdido el color.

– Seré directo – me miró fijamente – No te acerques a Koichi.

Supuse que haría una declaración así, pero quisiera al menos saber el motivo.

– ¿Por qué?... Ya sé que Koichi fue miembro de la Legión Azul… Algo paso – decidí preguntar – Algo paso para que él se fuera… ¿Qué paso?

– Eso no es de tu incumbencia.

Sus palabras me dolieron, no sabía el motivo exacto, pero fue así.

– ¿Por qué?...

– Eso paso ya hace tiempo, eres nuevo aun, no puedes conocer todo y mejor no conocer ciertas partes, así que ya no preguntes.

– Sabes que si no consigo respuestas contigo iré a preguntarle a Koichi – Aoi estaba siendo más imponente que de costumbre, hay algo que oculta.

– ¡Te prohíbo que vayas!

– ¿Me prohíbes? – me ofendí – ¿Quién te crees para darme ordenes? No estamos en ese lugar.

Levanto su mano tranquilamente, apuntando hacia mí. Pilares de hielos se formaron a mí alrededor, eran tal alto como una de las casas de allí.

– ¡Sácame de aquí! – golpee con mis puños los pilares, el resultado obvio paso, nada.

– Vendré a sacarte luego, primero necesito resolver un asunto.

– ¡Sácame! ¡Aoi, no me dejes aquí! – exigí mientras seguía golpeando los pilares sin resultado alguno. Empezaba a tener frio, no podía salir aquí, no con mi tipo de magia. Pasados los minutos me empezó a dar sueño, me senté en el suelo y abrace a mí mismo. Cerré los ojos.

La luz del sol golpe mi visión al ser lo primero que vi.

– Mierda – me tape la vista.

– Hasta que despiertas – escuche una voz poco familiar, una voz masculina. Mi visión ya se había acostumbrado al nivel de luz del lugar, mire al otro. Cabello rubio, ojos dorados, una sonrisa encantadora. Olsen Koji, el hermano mayor de Stella.

– ¿Koji? – dude un poco. Yo estaba recostado en la banca del mismo lugar donde tuve esa pequeña riña con Aoi, más que riña fue un encarcelamiento.

– Sip~ Tú debes ser el pequeño Kaito – sonrió alegre.

– Omite el pequeño por favor – suspire.

– Como gustes – respondió alegre – Pero deberías tener más cuidado, dormir en los bancos de las calles está mal.

– Yo no… – iba a responder pero decidí mentir – Lo siento.

No estaba en el banco durmiendo, alguien debió sacarme de aquellos pilares de hielo, podría ser Koji o quizás otra persona, aun no estoy seguro en quien puedo confiar y en quien no, el propio Aoi me dejo encerrado.

– No te preocupes, me quede a hacerte compañía hasta que despertaras, ya sabes te podría haber pasado algo grave en esta parte de la ciudad.

– Sí lo sé… gracias… ¿Qué hacías tú por aquí? – me entro la curiosidad, esta parte no es muy segura, es extraño que apareciera por casualidad.

– Paseaba…

– ¿Tú solo? – empezaba a dudar de su palabra.

– No~ iba con un amigo,  él es muy tímido~ es tan lindo~ pero ya se fue, así que no lo puedes conocer – parecía divertido por esto – Es solo mío – logre oír su susurro, su mirada mostro cierta malicia que no logre comprender.

– ¿Koji? – la voz de Aoi me hizo olvidar mis pensamientos para enfocarme a él.

– ¿Qué quieres? – le mire molesto.

– Ah… Kaito…

– Hola Aoi – saludo Koji – Uhh uhh parece que hay tensión, Koji se va – sin decir más se fue.

Un silencio incomodo se formó entre nosotros, al menos era incómodo para mí, ¿Qué tendría que decir Aoi ahora? Quizás me siga reprochando o regañando, como si él fuera perfecto. O quizás seguiría dándome órdenes como si fuera su marioneta.

– Lo siento.

Sorpresa, no, eso es poco, me quedé estupefacto por lo que dijo.

– Lo siento, no debí reaccionar así.

No le respondí, no cabía en mi asombro.

– Me deje llevar y… ¿Me estas escuchando?

– Sí… solo que… – me pellizque a mí mismo en el brazo – Carajo no es un sueño, si te estas disculpando de verdad…

Se acercó para jalar mi mejilla con un poco de fuerza.

– Suelta, suelta – pedí con cierto tono infantil.

– Intento disculparme, déjame terminar – me soltó.

– Es solo que no lo creo posible… no recuerdo que te hayas disculpado antes…

– Me deje llevar por mis emociones… pido perdón por eso…

– ¿Tan grave es que yo me entere? – pregunte con tacto.

– Eso no fue lo que me irrito… Dijiste que quieras volver a ver a Koichi.

– De hecho dije que buscaría las respuestas con él…

– Es peligroso.

– Lo sé… pero…

– Pero nada… son cosas que pasaron antes… no sé si hará algún cambio en contártelas, pero en si eso no es lo importante… Me preocupo que quisieras ir a ver a Koichi por respuestas, él te puede dar una versión distorsionada de lo que sucedió o podría hacerte daño… no soportaría eso… Hoy estuvo a punto de hacerlo, también pido disculpas por aquello, por no llegar antes…

Sentí el calor subir a mis mejillas, él está admitiendo que le preocupo, extrañamente me siento feliz.

– No es tu culpa… yo debo ser más cuidadoso – baje la mirada por uno segundos – Además yo primero quiero saber todo lo que sucedió por ti… porque… confió en ti.

– Yo también confió en ti, no he olvidado esa promesa… pero sabes que tengo ciertos temores de perder a seres cercanos e importantes para mí.

– Lo sé – tome su mano entre las mía – Por eso necesito saber algunas cosas… para ti puede no ser importante… pero para mí quizás lo sea… yo quiero saber más.

– Realmente eres un chico curioso y caprichoso.

– ¿A qué vino eso? – pregunte con sorpresa.

– Solo dije lo que pienso en voz alta, no es la primera vez.

– Lo sé…. Pero arruinas el momento.

– ¿El momento?

– Si, ya sabes, teníamos un momento de amistad pura – explique – Y me ibas a decir todo lo que sucedió antes – dije esto rápidamente.

– ¿Amistad pura? – el rostro sereno de Aoi mostro confusión.

–… Sí… ¿acaso no era eso?... Ya sabes… tu confías en mí, yo en ti y todos felices – sonreí alegre.

–… Eres un verdadero despistado.

– ¿Acaso me equivoco? – pregunte con cierta confusión y nerviosismo, justo cuando pensábamos que podíamos volver a ser amigos.

Todo pensamiento quedo en blanco, al sentir sobre mis labios una suave presión ocasionada por los del contrario. Un beso. Un momento, ¿Un beso?, ¿Aoi me está besando?, ¡¿Por qué estoy aun quieto sin hacer nada?!

Se separó pasados unos segundos.

– Sí querías que me callara solo debiste decirlo – intente buscar una razón lógica a lo que sucedió, ya que, no me desagrado lo que hizo.

– ¿Acaso necesito violarte para que reacciones?

Negué con la cabeza rápido, la declaración que hizo me dio escalofríos.

– Entonces… tú… bueno…tú…. Tú – sentía mi rostro arder de la vergüenza, ni siquiera podía decir lo que pasaba, mi mente se empezaba a nublar, no pensaba claramente.

– Respira… respira, tranquilo… escúchame… oye… ¡Que respires!

Al oírlo gritar, reaccione, me di cuenta que por mi confusión había dejado de respirar, tome una gran bocanada de aire, suspire.

– Gracias.

– No te he dado permiso para morir.

– ¿Ahora me tratas así? – me sorprendí, no logro comprenderlo – Entonces… ¿No tienes algo que decirme?

– Ah – parecía que recordó el tema anterior – Me gustas.

¡Que directo es!

– Aunque creo que sería más apropiado decir, que te amo, pero es muy pronto para eso.

¡Entonces no lo digas! Nuevamente mis pensamientos empezaron a nublarse, pero esta vez, recordé respirar o me desmayaría antes de poder saber porque bromeaba con esto ahora.

– Ya basta, basta, deja de hablar, solo haces que me avergüence y confunda más, además ¡Eres demasiado directo!

El silencio se formó rápidamente entre nosotros, esperaba que dijera algo más, pero no fue así.

– ¿No dirás nada más?...

– Me dijiste que deje de hablar… ¿Acaso no te quedo claro que me gustas?

Me puse algo nervioso, no entiendo cómo puede decir ese tipo de cosas tan directamente.   

– ¡Pues no, no me queda claro! – le mire nervioso – Siempre me has tratado de alejar, me molestas, dices que soy idiota o una mascota… ¡¿Acaso eres un sádico?!

– No, aunque se podría decir que precisamente por eso me gustas – sus labios se curvaron, formando una ligera sonrisa – Veras, durante años trate de alejarte, pero tu seguías allí, como una plaga – Que romántico – Yo sabía que el cariño que empezaba a sentir por ti, era más que simple amistad, por eso mismo quería alejarme más, no quería que te vieras involucrado con la realidad y ponerte en peligro, pero no pude hacerlo bien…. Y ahora estas aquí de nuevo a mi lado, como siempre lo estuviste aun si yo no lo quise así, vi muchos defectos en ti, así como vi muchas virtudes, pasar tiempo contigo me hizo darme cuenta de cuan maravilloso eres en verdad, siempre sonríes aun si las cosas no se ven bien para ti, siempre estás dispuesto a dar tu ayuda aun si estas en problemas, tienes un corazón muy noble e irradias optimismo, además de un sentimiento muy cálido.

Mi corazón latía con fuerza y rapidez, mis mejillas me ardían, no sabía que decir, estaba confundido, avergonzado, y feliz aunque no sabía si esto era bueno o malo.

–… ¿Hablas en serio? – dude aun, sentía aun confusión sobre esto.

– Nunca bromeo con asuntos importantes.

–…Yo…

– Espera – me interrumpió – Que te haya dicho lo que siento,  no significa que tengas que responder o corresponderme.

–… Pero…

– Estoy consciente de que habértelo dicho cambiara la situación actual, pero si no lo decía podrías a llegar a malinterpretar quizás algunas de mis acciones, además quería decírtelo llegado un momento, creo que ahora está bien, sabes la verdad sobre ambas realidades en las que nos encontramos.

– Sí… antes no sabía nada – no sabía como continuar o terminar el tema, es decir, me siento extrañamente feliz al saber que le gusto, ¿Acaso eso significa que él también me gusta?, ¡Pero yo no soy gay! – ¿Eres Gay? – Mierda dije lo que pensaba en voz alta.

Me miro fijamente antes de responder – La primera persona que me atrae has sido tú, así que no podría decir si soy gay o si tú eres una excepción.

Esta declaración me hizo avergonzar – Ya…. Ya veo… Entonces… ¿Alguien sabe que tú…?

– Sachi… pero ella tiene un extraño sentido para esto.

– Oh sí… debí imaginarlo, a mí también me molesta contigo, insinuando que somos pareja – reí ligeramente, le mire fijamente antes de desviar la mirada, aun me sentía algo incómodo.

– Deberíamos retirarnos, esta parte de la ciudad no es muy segura.

– Sí…

Me acompaño hasta mi casa, durante el camino ninguno menciono palabra alguna, a diferencia de las demás veces, ese silencio entre nosotros se sentía incómodo, demasiado pesado, como si fuera la primera vez que esto pasa, pero no es así, siempre surge el silencio cuando ninguno tiene nada más que decir, normalmente no me molesta, aunque luego de aquella declaración me siento demasiado nervioso, ansioso, no puedo pensar correctamente, me siento confundido, por qué una sola pregunta me viene a la mente, ¿Por qué me siento feliz? Debería sentir quizás cierto asco, quizás cierta indignación, es todo lo contrario. Me siento feliz, mi corazón late rápido, mis manos tiemblan ligeramente, siento la cara roja de la vergüenza, que patético soy.

– Llegamos – hablo por fin.

– ¿A dónde? – pregunte sin entender.

– A tu casa.

– ¿En serio?

Me miró fijamente, desvié la mirada casi de inmediato – ¿Te sientes bien? Quizás atrapaste un resfriado porque te deje encerrado allí…

– No… no creo que sea eso… Y deja de decirlo, ¿sí?, aun no puedo creer que lo hiciste.

– Fueron celos - ¡Qué directo es! Sentí mi rostro enrojecer más.

– No lo digas como si nada – susurre – En todo caso, ¿Cómo fue que salí de allí?

– No puedo darte una respuesta, ya que no estuve junto a ti en ese momento.

–… Koji… ¿Él no pertenece también a este asunto?

– Quien sabe…

– ¿No lo sabes? – me pareció extraño.

– Hay muchas más personas de las que conoces que están involucradas y no lo sabes, después de todo la Legión Azul no es la única, pueden estar en otras legiones, incluso en las regiones neutrales, hay un rumores sobre grupos rebeldes viviendo allí, pero nada está comprobado.

– ¿Grupos rebeldes? Como esos que se escuchan normalmente están contra el gobierno actual, ¿Ósea piensan rebelarse contra las legiones? – pregunte con cierta sorpresa.

– Quien sabe, no lo sé, puede ser cierto o no, no hay nadie que controle todo.

– Cierto.

– Ya es hora de que me vaya.

– Esta bien… Gracias por acompañarme… supongo – volví a tener vergüenza, con el asunto que menciono sobre los grupos rebeldes casi se me olvida su confesión y mi felicidad por esta.

– No tienes nada que agradecer, descansa, mañana quizás sea un día pesado.

– O quizás no, no tienes que ser tan pesimista – sonreí con diversión.

– … Puede ser que tú seas demasiado optimista.

– No tiene nada de malo eso – me encogí de hombros.

– Cierto, después de todo es una de las razones por la cual me gustas.

¡Otra vez! ¡Demasiado directo! – Solo… solo vete – entre rápido a mi habitación, seguro mi rostro estaba completamente rojo por lo que dijo – Estúpido Aoi. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).