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Compañeros de Habitación por zoralollonais

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La luz comenzaba a asomar por la ventana de la pareja dorada. El primero en levantarse fue Oishi que se dirigió al baño, para después ir a despertar a su compañero.


-Buenos días, Eiji –y le dio un beso en la mejilla y lo miró sonriente mientras le acariciaba el pelo


-...- abrió los ojos de a poco, comenzando a ver el más hermoso rostro que siempre había soñado tener cada día al lado al despertarse, cuando lo vio sus mejillas se sonrojaron un poco.


-Buenos días Oishi… -y le dedicó una leve sonrisa.


-¿Dormiste bien?


-¡Muy bien! Como un gatito, nyaa –mientras se desperezaba


-Apresúrate que tenemos que ir a desayunar en 15 minutos –se alejo y fue hasta su cama.


-¡Queeeeé? ¿Por qué no me llamaste antes? –saltó de la cama desparramando las sábanas.


-Es que te veías muy lindo durmiendo –le sonrió y le poso su mano en la cabeza, esto produjo que sus mejillas se sonrojaran un poco más- Te esperaré en el comedor.


-De acuerdo, pero la próxima llámame antes


Oishi fue al comedor donde estaban la mayoría en la mesa, sólo faltaban Eiji, Momo y Ryoma.


-Buenos días –dijo Oishi en general y fue a sentarse al lado de Fuji.


-Buenos días- contestaron todos


-Parece que estás de mejor ánimos hoy, Oishi –le dijo un pícaro Syusuke.


-Eso parece.


-Se ve que reflexionaste acerca de lo que te dije –le comentó fríamente, Tezuka.


-Sí, muchas gracias Tezuka.


-Buenos días –dijeron Ryoma y Momo y seguidamente dieron un gran bostezo.


-Se ve que no están acostumbrados a levantarse temprano, ¿verdad chicos? –comentó Fuji.


-Es muy temprano para salir de la cama –dijo Momo que se acercaba a la silla libre.


-Es verdad. De cualquier forma, la próxima vez no dormiré contigo, Momo. Roncas demasiado y no me dejas dormir bien –se sentó en la silla contigua a la de su compañero.


-¡No empieces enano! todavía no he terminado contigo, ya verás –lo miraba de costado.


-No empiecen chicos. Además, es mejor, porque mientras más temprano terminemos el entrenamiento, más tiempo de disfrutar tendremos después –les decía Fuji.


-¡Holaaaa! ¡Nyaaaaaa! –entró muy enérgico Eiji estirando los brazos hacia arriba-


-Buen día Eiji, ¿cómo dormiste? –le preguntó Syusuke.


-Perfectamente –le contestó con sonrisa de gatito.


-Me alegro –cuando Eiji se sentó a su lado, le susurró- ¿qué pasó con Oishi?


-Etto… nada… me preguntó qué era lo que él significaba para mí.


-¿Y qué le dijiste?


-La primera vez que me lo preguntó, interrumpieron Ryoma y Momo; y luego antes de que él se acostase me preguntó, pero me hice el dormido –dijo tristemente mirando la taza de té que tenía en frente y jugando con un dedo sobre el borde de la taza.


-Pero, ¿por qué hiciste eso? ¡Era la oportunidad perfecta!


-Es que no me atreví –miraba hacia abajo apenado.


-No tienes excusa, si él te preguntó es por algo ¿No lo pensaste así?


-¡Nyaaaaaaaa! –se sobresaltó cuando lo vio a Oishi que estaba poniendo la oreja entre medio de ellos- ¿Qué haces Oishi? No escuches conversaciones ajenas. ¿Qué escuchaste?


-No escuché nada. ¡Pero es que no tienen que cuchichear en la mesa! Es de mala educación –habló la madre del Seigaku.


-Tienes razón, Oishi. Discúlpanos. –dijo el Genio de Seigaku.


El desayuno siguió su curso normal, luego cuando ya hicieron la digestión, fueron a entrenar nuevamente a la arena… correr… cambiar de dirección… saltar en alto y en largo… sentadillas… gemelos… fuerza de brazos! Pero todo esto con un poco menos de intensidad. Hicieron un receso y fueron a unas canchas que había cerca del hotel para hacer un poco de tennis. Para todo esto terminaron el maldito entrenamiento a las 13 horas. Ya no podían más los lindos muchachos.


-¡Terminamos! ¡Muy buen entrenamiento! –dijo Tezuka al fin.


-Siii… -nuevamente un soplido parecía ese sonido.


-Vayamos al hotel. Dúchense y descansen.


-¡SI! –este ya con un poco más de energía lo dijeron.


-Podríamos comer en la playa, ¿no les parece muchachos? –decía un sonriente Syusuke.


-Es una buena idea, compramos algo en una tienda y vamos –dijo Oishi.


-¡SIII! ¡¡PLAYAAAAAAAAAA!! –los más animados, Eiji y Momo como siempre.


Se fueron todos al hotel a ducharse. Fueron de compras para el almuerzo y se dirigieron a la playa donde todos se sentaron a comer primero y luego cada quien hacía lo que más le plazca eso sí, Tezuka y Syusuke siempre juntos los dos. Sadaharu bajo la sombrilla y la serpiente al lado de él; Momo para variar molestando a Ryoma y está vez también a Kawamura.


-BURNINGGG! –gritaba Kawamura mientras corría a Momo, luego de que Ryoma le diera una raqueta- ARDEEEE!! QUEMAAAAAAAA!! VEN MOMOOOOOOOOOOO!! –acto con el que todos reían.


-Ahora sería un buen momento para que me contestes la pregunta que te hice ayer –le decía Oishi a Eiji, que estaban sentados en un mismo toallón- ¿qué significo para ti?


-mph…-tragó saliva cuando escuchó eso, mientras pensaba "de esta no salgo ahora, tendré que decirle la verdad" – Bueno, Oishi, tu eres….


-¡Oishi! ¡Eiji! ¡Vengan vamos a jugar un partido de beach voley! –gritaba Momo mientras corría a buscarlos con una mano levantada.


-Uff… –se lamentaba Oishi, mientras Momo los llevaba de a empujones hasta la cancha de voley.


Jugaron largo rato, ya que hicieron partidos de 2 vs. 2, el que perdiera tendría que tomar el delicioso jugo súper desarrollado de Sadaharu. Eran enfrentamientos a matar o morir. Las parejas eran: Eiji-Oishi, Momo-Ryoma, Fuji-Tezuka, Kawamura-Kaoru y Sadaharu arbitraba (tan feo era el jugo que no se arriesgaría a probarlo). Finalmente, terminaron como vencedores Tezuka y Fuji siguiendo en la tabla, Kaoru y Kawamura, Eiji y Oishi… y los perdedores Momo y Ryoma que fueron cargados luego porque se habían desmayado después de haber tomado el jugo (y además, es un castigo por interrumpir la conversación de Eiji y Oishi. Llegados ya al hotel, cada cual se fue a su habitación.


-¿Ya hablaste Oishi? –preguntaba serio Tezuka


-No, es que… ya he intentado pero siempre hay alguna interrupción y no podemos terminar de hablar –dijo mirando apenado al suelo- tal vez, es una señal… -un poco deprimido ahora.


-No creo que sea una señal. Más bien es solo mala suerte. No te preocupes, yo me encargaré. Ahora ve y habla con tranquilidad.


-Sí tú lo dices. Gracias Tezuka–se fue directo a su habitación donde Eiji ya salía de bañarse.


-Ya terminé con el baño, ve a ducharte así te relajas un poco, ¡nyaaa! –salía cambiado y con la toalla en el cuello secándose el cabello.


-Sí, pero hazme un favor –se le acercó al pelirrojo.


-Nyaaa. Dime…


-Quédate aquí y no te vayas a ningún lado, ¿de acuerdo?


-Es que iba a ir a…


-¡No! No vas a ningún lado Eiji, te quedas aquí –decía con un tono serio y autoritario.


-Pero… -estaba confundido y nervioso.


-Nada de pero… es una orden de tu Sub-capitán. Te quedas aquí, quiero hablar contigo. Luego te irás a donde quieras. –le decía con una mirada fría como la de Tezuka.


-Nyaa… está bien, pero no tienes que enfadarte. Sonaste como Tezuka. –dijo con las manos apoyadas en la nuca y mirando hacia fuera.


-Muchas gracias, Eiji. –le dijo, ahora con una sonrisa dulce.


Mientras Oishi se duchaba, Eiji pensaba como decirle las cosas. Se acostó en la cama mirando hacia la ventana y pensaba en cómo decirle a la cara lo que sentía, él siempre había soñado con decirle todo a Oishi, pero en esos momentos se sentía muy nervioso, por un lado estaba convencido de que era correspondido por su compañero, pero por otro lado tal vez la relación cambiaría, qué tal si luego se pelearan ya nada volvería a ser lo que era antes. En ese momento Oishi salió del baño.


 

Notas finales:

Gracias por llegar al final.

Matta ne!


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