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¡Atrapado! por Fullbuster

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Zoro Roronoa POV

 

Caminé enfadado hacia el barco con las maderas en los brazos y es que no podía creerme que Ace me hubiera besado ¿Cómo había pasado esto? Yo no creí que el hermano de mi capitán pudiera hacer algo así, no me lo esperaba de él. ¿Estaban esos dos compinchados para destrozarme? ¿Les habría resultado gracioso torturarme a mí precisamente? Eran hermanos, no me fiaba ahora mismo de nada, puede que Ace lo hubiera hecho sin maldad… pero no podía estar seguro y menos ahora después de la actitud tan extraña que estaba cogiendo Luffy.

Estaba muy enfadado en este momento, sólo quería que dejasen de jugar conmigo, quería estar solo, pensar las cosas con frialdad y mientras caminaba me di cuenta de algo… quizá yo era el que le estaba achacando cosas a Ace, quizá él no llevaba ninguna segunda intención como la había tenido Luffy. Miré hacia atrás y vi al fondo a Ace recogiendo las maderas con lentitud reagrupándolas para cogerlas todas y seguirme. ¿Debería disculparme por mi comportamiento? Ahora no lo sabía… si era cierto que estaban jugando conmigo y me disculpaba… yo perdía de nuevo, volvería a estar en la misma posición que me tuvo Luffy, me utilizarían, jugarían conmigo y luego me tirarían, pero por otro lado… si yo no tenía razón… le había tratado mal, me había enfadado y no lo había ni siquiera hablado con él, le había pegado después de todo lo que había hecho por mí ¿Qué debía hacer?

Mis pies querían volver atrás con él pero mi cabeza decía que no era conveniente, al final me volví a dar la vuelta y continué hacia el barco tratando de quitarme esta situación de la cabeza, pero no lo lograba. Supongo que habían pasado demasiadas cosas en pocos días, no podía con todo lo que estaba ocurriendo, debía calmarme como fuera.

Entré en el barco al llegar y Luffy me preguntó enfadado dónde había estado, pero al verme con las maderas y decirle que había ido a por los materiales para terminar de arreglar el barco me creyó sin mucho problema, aunque el problema si estuvo cuando vio subir a Ace con el resto de los tablones. Ace se paró en seco al verme hablando con Luffy para luego continuar hacia uno de los laterales dejando las maderas allí. No pude evitar sonrojarme y es que recordar aquel beso me producía esto… si dijera que no me habían gustado sus labios sería una gran mentira, me habían gustado, besaba muy bien incluso mejor que su hermano, era dulce y delicado, pero a la vez era pasional y posesivo, su beso era cálida, puro fuego como él, no tenía nada que ver con el de Luffy.

- ¿Te has vuelto a ir con él? – me preguntó enfadándose Luffy y quería contestarle, pero me había quedado absorto mirando a Ace marcharse y entonces Luffy me cogió con fuerza obligándome a mirarle - ¿Qué es ese sonrojo? – me preguntó.

- No es nada – le dije armándome de valor y soltándome de forma brusca de él – déjame en paz, vete con Sanji y olvídate de que existo – le grité para irme en dirección contraria a la que había visto marcharse a Ace.

Me marché a mi habitación y cerré con el cerrojo para evitar que alguien más pudiera molestarme, ya había tenido suficiente por hoy, no me apetecía ver a nadie más. No salí de mi cuarto hasta la tarde y todo porque me dolía la mano. Al final salí solo para ir a la enfermería y busqué un rollo de venda y algo para desinfectar. Estaba tan nervioso que el bote se me cayó de la estantería de arriba encima de la cabeza y encima después, cuando iba a ponérmelo en la mano, salió disparado el chorro mojándome entero, hoy no me salía nada bien y lancé un insulto del cabreo que tenía.

- Déjame a mí – escuché a Ace que pasaba por la puerta y no me dio tiempo a nada, me sonrojé mientras me quitaba el bote de las manos y me obligaba a sentarme en la única camilla que había en este pequeño espacio.

Ace cogió mi mano y empezó a curarme aún con mi sonrojo y mis ganas por desaparecer de aquí y es que ahora ver a Ace… me hacía ponerme más nervioso aún que de costumbre. Cuando le miraba veía sus labios, recordaba su beso, veía sus atenciones y su forma de cuidarme y protegerme, estaba fatal de la cabeza… ¿Cómo podía estar pasándome esto con el hermano de mi capitán? Con el hermano del chico con el que  había estado meses acostándome y ahora… le había besado, o más bien me había besado él a mí y no tenía muy claro si es que sentía algo por mí o era simplemente otro juego de esos dos.

Agaché la cabeza, no podía mirarle ahora después de lo que había pasado entre nosotros, jamás imaginé que acabaría besándome con Ace… por dios… era el capitán de la segunda división de barba blanca, era uno de los piratas de mayor recompensa, era uno de los piratas más fuertes y más buscado y me había besado. Jamás imaginé que alguien como él, alguien con su categoría podía fijarse en mí o es que quizá sería simplemente el juego, quizá sólo fuera el juguete en sus manos, ese que ya había tenido su hermano.

- Nos han invitado hoy a una celebración – me dijo Ace de golpe sin mirarme, porque el sombrero le tapaba el rostro.

- ¿Quién? – pregunté.

- El gobernador de la isla – me dijo – vino esta tarde mientras tú estabas descansando y nos invitó a asistir esta noche a una fiesta en su casa, está al otro lado de la isla – me explicó.

- ¿Por qué debería de interesarme eso? – pregunté quizá de forma algo borde.

- Porque tu capitán ha aceptado – me dijo refiriéndose a Luffy – ha dicho que iría toda su tripulación y eso te incluye a ti.

Ace terminó de vendarme la mano y yo aparté la mirada con rapidez evitando así que viera mi sonrojo. Se levantó del taburete donde estaba y caminó por la sala dejando las cosas que había utilizado en su sitio para luego ir hacia la puerta, sabía que se iba a marchar.

- Zoro… lamento lo que hice, no volverá a pasar – me dijo marchándose y no me dio tiempo a hablar.

Le vi caminar por el pasillo hacia la salida y corrí tras él saliendo al pasillo a toda velocidad tratando de alcanzarle y cuando giré la primera esquina hacia el pasillo que iba a la cubierta, lo vi casi en las escaleras para irse.

- ¿Vas a ir a esa fiesta? – le pregunté y él se detuvo de golpe.

- No me apetece ir de fiesta – me dijo bastante serio.

- Ace… - le llamé evitando que siguiera avanzando y se detuvo en el siguiente peldaño.

- ¿Necesitas algo más Zoro? – me preguntó sin tan siquiera mirarme.

- No – le dije entristecido al verle tan serio.

- Nos vemos entonces – me dijo saliendo a la cubierta y dejándome aquí sólo en el pasillo.

Supongo que había metido la pata con Ace, ahora ni siquiera se detenía a hacerme caso, a escucharme o a tratar de mantener una conversación, ni siquiera me había sonreído y sabía que seguía preocupándose por mí porque le habría importado bien poco si se me caían los frascos encima, no le habría importado que no me curase bien, pero había venido a ayudarme y eso hacía que me sentase peor. Le había hecho daño o es que se sentía incómodo por cómo le había tratado, me sentía como la peor persona del mundo por haberle hecho esto y no sabía cómo arreglarlo ahora.

Por la noche fuimos a esa celebración de la que tanto hablaba Luffy, porque no calló en toda la tarde. Por un momento, hasta creí ver al Luffy de siempre, porque hablaba de comida y a él le encantaba eso de comer, siempre parecía estar muerto de hambre, así que me alegré cuando le vi comentar cosas normales o que a mí me parecían normales en él.

Las chicas aún se arreglaron para ir a la fiesta, todas querían ir bien presentables, Sanji también se arregló y aunque trató de convencer a Luffy de que se vistiera de una forma más acorde a la mansión dónde íbamos, no aceptó, no hubo forma de convencerle y yo sabía que no le convencerían, era imposible tratar de hacer razonar a nuestro capitán, cuando se le metía algo en la cabeza, no había forma de sacarlo de esa idea.

Yo tampoco me arreglé mucho, de hecho… llevaba lo mismo de siempre y cogí las katanas por si acaso aunque en principio no debía de pasar nada, pero nunca se sabía. Yo no sabía ir sin mis armas, las necesitaba, me sentía protegido con ellas, así que las llevé. Cuando llegamos a la mansión trataron de requisármelas antes de entrar, pero al final, el mismo gobernador al sentir el revuelo que estábamos montando, vino en persona y les convenció a los guardias que no ocurría nada si me dejaban llevarlas.

Durante toda la fiesta no dejé de mirar a todos aquellos guardias que me miraban y me vigilaban como si les diera miedo que pudiera utilizar las armas, pero yo me dediqué a comer y beber, tenía hambre. Luffy se divertía y no se separaba de Sanji aunque seguía haciendo sus típicas locuras y avergonzaba un poco al resto de la tripulación, pero el gobernador parecía divertirse con él. Yo busqué a Ace con la mirada… no lo encontré, tal y como dijo, a él no se le había perdido nada en esta fiesta y no quería verme ahora, así que no tenía por qué venir, pero yo lo echaba de menos.

Al final tanto me aburría que quise marcharme, pero en el momento en que me marchaba, el gobernador me cogió por banda y empezó a hablarme sobre esta isla y algunas cosas de ella que a mí no me interesaban.

- Disculpe pero tengo que retirarme – le comenté.

- ¿Tan pronto? – me preguntó – No quiere quedarse un rato más, mire que la fiesta está a punto de empezar.

- No gracias – le dije – tengo cosas que hacer a primera hora.

Me retiré sin mayor contratiempo aunque reconozco… que el gobernador me miraba muy extraño, no me gustaba su forma de mirarme. Me fui hacia la playa yo solo, los demás habían preferido quedarse en la fiesta a seguir comiendo y divirtiéndose, pero no entendía cómo podían divertirse, era un muermo de fiesta.

El camino se me hizo más largo de lo habitual, no sé muy bien el motivo, quizá es porque iba sumido en mis pensamientos sobre Ace, iba pensando en lo mal que me había llegado a comportar con él y me sentía mal. Quería pedirle disculpas por haberle hecho sentirse tan extraño, no era su culpa, sólo había sido un beso, un beso que encima me había gustado pero no pude demostrarle, debí haberme callado o haberle pedido disculpas en aquel momento, pero no lo hice.

Llegué hasta la playa y mis ojos se abrieron como platos al ver a Ace allí tumbado mirando el cielo, mirando la luna que hoy estaba prácticamente llena, le faltaba muy poco para estar completa. No me había fijado en el cielo hasta hoy, pero era precioso, desde esta isla las estrellas se veían mejor que nunca, brillaban y estaba todo el cielo completamente lleno de ellas. Me acerqué hacia Ace que ni siquiera me había escuchado aún y coloqué mi rostro sobre el suyo asustándolo levemente o más bien… sorprendiéndole.

- ¿Zoro? – preguntó extrañado – ¿Qué haces aquí? Deberías estar en la fiesta.

- Era muy aburrida – le dije – me faltabas tú.

Sé que iba a decir algo pero esta vez fui yo el que me adelanté y le besé con pasión pillándole completamente desprevenido pero aún así, consiguió adaptarse a mi ritmo y empezó a corresponder mi beso. Era tan cálido, tan pasional, sentía sus manos agarrar mi nuca y agacharme más la cabeza sobre la suya metiendo su lengua dentro de mi boca y le dejé, quería que lo hiciera, yo mismo acabé jugando con su lengua como si no hubiera un mañana, deseaba hacer las paces con él, deseaba besarle, deseaba estar a su lado y ver ese cielo estrellado juntos, porque sentía que él siempre había estado aquí para protegerme.


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