Sala común Slytherin.
A Rodolphus siempre se le dijo que debía observar detenidamente a las personas de su entorno, adivinar lo que pensaban, lo que sentían y tomar ventaja de eso. Gracias a esa cualidad, era capaz de notar los cambios en el comportamiento de las personas, así como de los sentimientos… y ahora mismo, veía esos cambios en Bartemius.
-Si sigues pensando tan duro saldrá humo de tu cabeza.
Bartemius se sobresaltó un poco cuando la voz de Rodolphus llego a sus oídos, no lo había oído llegar y eso lo irrito un poco más de lo que ya estaba.- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases?.- preguntó sin regresar a verlo.
El pelirrojo se alejó de la pared en donde segundos antes había estado recargado mientras observaba a su amigo.- Es lo mismo que yo me pregunto.- caminó hasta quedar frente al sofá donde se encontraba sentado Barty.- ¿Puedo sentarme a tu lado?
-No.
Rodolphus sonrió, rodeo la mesa de centro y tomó asiento en el sofá frente al de Bartemius.- ¿Sucede algo?
-No.- volvió a contestar tajantemente.- ¿No tienes cosas más importantes que hacer que estar molestándome?
-La verdad es que no.
-Largo, déjame solo.- dijo con los dientes apretados sin regresarlo a ver.
-No.- contestó Rodolphus sin levantar la voz, con su tono sereno de siempre.- estas más irritable de lo normal, te preocupa algo.- lo último fue dicho como una afirmación y no como una pregunta.
Bartemius clavo su intensa mirada en el menor de los Lestrange, quien no se inmuto ante la acción.- ¿Desde cuándo te importa lo que le pase a los demás?
Rodolphus cruzo las piernas, depositando sus manos unidas sobre la rodilla levantada.- poco me importa lo que le pase a las demás personas, pero tú no eres “las demás personas”, tú eres mi amigo y me importas aunque no lo creas.
-Vete, no necesito que estés aquí analizándome.- Bartemius sabía que estaba siendo un imbécil con su amigo, pero no podía hacer nada, su temperamento no se encontraba en los mejores términos con su sentido común.- Necesito estar solo.
-No me iré Bartemius, deja de decirme que lo haga, me conoces y sabes mi respuesta sin necesidad de que lo diga.
¿Por qué entre todos tenía que ser Rodolphus el que estuviera aquí?... de entre todos sus amigos, Bartemius tenía un lazo más estrecho con Rodolphus, después de todo, ellos dos habían sido amigos desde antes de conocer a los demás miembros de su grupo.
Bufó, era claro que Rodolphus no iría a ningún lado, en él las amenazas no servirían.- Haz lo que quieras.
-Como siempre.- esa afirmación consiguió otro bufido por parte del heredero de los Crouch. De nada había servido saltarse las clases para estar solo y así poner en orden su cabeza, cuando tenía a Rodolphus observándolo atentamente.- No apareciste por el gran comedor, te perdiste el chisme del día.
Bartemius rodo los ojos.- supongo que los Gryffindor tuvieron otra gran idea para amenizar el día, sin duda algo que quería saber.- dijo con ironía ganándose una risa por parte de su amigo.
-Algo por el estilo, pero no creo que haya sido deliberado, a lo menos no por una de las partes implicadas.
-¡Oh, mira! Que interesante.
-Lo es. Hubieras visto la cara de todos cuando se anunció que el profesor Riddle iría al baile con Potter. Decir que la mayoría de los estudiantes, trabajadores y maestros de Hogwarts se quedaron en shock es quedar corto.
-Mmm…
Esa no era la reacción que Rodolphus esperaba de Bartemius, teniendo en cuenta que su amigo tenía una fijación por su jefe de casa.- ¿Mmm? ¿Eso es todo?
Bartemius lo regreso a ver fastidiado.- ¿Y qué quieres que diga? ¡Oh, Merlín! No lo puedo creer. Ya lo dije, así que puedes levantarte, salir por la puerta y dejarme solo.
Rodolphus se quedó en silencio, algo perturbaba a Bartemius desde días atrás y ahora estaba empeorando; sus cambios de actitud y humor eran notorios, no era el mismo y por lo duro que justo ahora fruncía el ceño era obvio que estaba dándole vueltas y vueltas al asunto en su cabeza.- Sabes que puedes hablar conmigo si algo te perturba.
-No tengo nada.
-Si no tener nada es hablar entre dientes, fruncir el entrecejo con demasiada fuerza y mirarme como si quisieras que desapareciera de tu vista antes de que me hechices, si, no tienes nada.
La única respuesta que obtuvo de su amigo fue un gruñido poco humano y más como un animal. ¿Qué era lo que pasaba con él? ¿Qué lo tenía de ese modo? ¿El estrés por presentar los TIMOS? ¿Problemas en su casa? ¿Un amor?
La simple implicación de la palabra “amor” provoco que Rodolphus sonriera ante lo absurdo que suponía lo que pensaba; primero, porque Bartemius no amaba a nadie. Segundo, porque jamás dejaría que una persona traspasara su caparazón al grado de meterse debajo de su piel y hacerlo perder su siempre amada serenidad. Tercero, porque…bueno, era Bartemius, la persona que decía que enamorarse era estúpido, no tenía ningún beneficio y solo se interponía en las metas de las personas.
Era más seguro que tuviera problemas en su casa, no era un secreto que Bartemius tenía resentimiento hacia su padre, o hasta el hecho de que estuviera estresado por los TIMOS, ambas opciones eran más creíbles que pensar que Bartemius estuviera de ese modo a causa de estar enamorado… en este mundo no hay mago o bruja, ni siquiera humano capaz de alterar a Bartemius de ese mod…
Justo en ese momento, los pensamientos de Rodolphus quedaron en pause, sus ojos se abrieron más de la cuenta mientras miraba fijamente a su amigo quien estaba recostado en su asiento con la vista puesta en el techo.
La verdad fue arrojada en Rodolphus como si de una bludger se tratara, dejándolo sin aliento y por primera vez en su vida, sin nada que decir… Solo hay una persona en el mundo capaz de sacar lo peor de Bartemius, volverlo rojo de la ira y aflorar su mal genio con solo decir “hola”.
Bartemius sintió la mirada fija de su amigo, sacándolo de sus pensamientos y logrando que lo regresara a ver, solo para encontrarlo en un estado de asombro total.- ¿Qué te pasa?.- dijo mientras fruncía el ceño. Era raro ver a Rodolphus de ese modo, se suponía que era el más tranquilo y sereno de todos ellos, pero con la cara que estaba poniendo dejaba muy lejos esa definición.- ¡Hey! Rodolphus ¿Qué diablos te pasa?
-Pettigrew.
-¿Qué?.- solo la mención de ese apellido provoco que los vellos del brazo de Bartemius se erizaran. No sabía cómo ni el porqué, pero estaba seguro que lo que a continuación dijera su amigo no le agradaría.
-Estas así por Pettigrew.- si Rodolphus no estuviera sentado, el piso lo hubiera recibido gustoso.- tu mal humor se debe a ese león.
Bartemius abrió la boca, la cerro y la volvió abrir. No sabía ni que contestar a eso, de su boca no salían las palabras adecuadas para sacar de su error a Rodolphus, porque era un error, ¿cierto?
-¡Por Salazar!.- Rodolphus desdoblo las piernas, poniendo una de sus manos sobre su cien sin creerse aun lo que había dicho.- es cierto, el que te tiene así es Pettigrew.
-N… ¡NO!.- por fin encontró su voz.- ¿Qué diablos estas diciendo?
-Te tardaste en contestar y negarlo, porque sabes que lo que digo es cierto.- ¿Qué tan bizarro se escuchaba eso?.- ¿Te gusta Pettigrew?.- Ahora entendía mejor las cosas y el porqué de su actuar. No quería parecer un imbécil pero… nunca se imaginó que Bartemius se enamoraría de alguien, ¿Qué se casara? Sí. ¿Qué se enamorara? No. Y menos de Peter Pettigrew, el ser que había juraba odiar sobre todo en el mundo.
-Deja esa estupidez.- explotó.- a mí no me gusta Pettigrew, ni él ni nadie.
Hubo momentos en los que Rodolphus pensó que ese odio podría transformarse en amor, después de todo le pasó a su hermano, le pasó a Severus y aunque muchos no lo habían notado, le pasó al profesor Riddle, pero nunca lo creyó realmente posible con Bartemius y Peter... hasta ahora.- ¿Por qué mientes? A mí no me molesta ese hecho.- bueno quizás un poco.- Mmm, ¿quieres hablar de ello?.- El asombro de descubrir los sentimientos que estaban naciendo en su amigo por su según él “peor enemigo”, estaban quedando en segundo lugar en la conciencia de Rodolphus al ver el estado de negación en el que se encontraba Bartemius.
Silencio se instaló en la sala. Bartemius llevó sus manos a su cara, ¿Era tan fácil de notar sus emociones? ¿Por qué salía con eso Rodolphus? ¿Qué no se daba cuenta de lo mal que la estaba pasando? Estaba tratando de negar todo, de impedir que sus verdaderas emociones vieran la luz del día, ¿Y para qué? Para que viniera Rodolphus y le echara en cara lo que no quería oír. Se sentía como un idiota, años y años ocultando lo que realmente sentía para que un sentimiento tan bizarro y sobrevalorado como el amor destruyera todo lo que había construido.- esto es una mierda.
-Bueno, un poco si lo es.
Bartemius quito las manos de su cara para regresar a ver a su amigo.- No lo entiendes.- estaba enojado, pero no con Rodolphus, sino con él mismo.
Rodolphus se volvió a cruzar de piernas, de ese modo se sentía más estable después de lo que acababa de descubrir.- nunca nadie dijo que el amor era algo lógico, que estés enamorado es una cosa buena, rara, pero buena al fin de cuenta, independientemente de quien sea el blanco de tu cariño.
-Yo no estoy enamorado.- contestó de manera abrupta.
-Bien, no estás enamorado pero sin duda sientes algo por Pettigrew.- Nuevamente, el silencio fue su respuesta.- entiendo el motivo por el que estas en negación, pero debes dejar eso y afrontar lo que realmente sientes.
-No lo entiendes.- interrumpió Bartemius.- No sabes nada.- se puso de pie y empezó a caminar de un lado a otro, casi como un león enjaulado.- Yo no debo tener estos sentimientos.
Rodolphus alzó una de sus cejas.- ¿Y porque no?
De repente, Bartemius detuvo su andar, fijando su ardiente mirada en su amigo.- no está permitido, menos en alguien como…ese. No dejare que nadie entre y tenga el poder de hacerme daño, ¡Nunca!
Por un momento, Rodolphus se quedó en silencio, solo observando a su amigo para después soltar un resoplo.- Eres un idiota.- esa declaración no le hizo nada de gracia a Bartemius, y lo sabía, por esa razón no dejo que hablara antes de que acabara de decirle lo que pensaba.- toda esa tontería de la pureza de la sangre, de no dejar que otros se enteren o se conviertan en tu debilidad, son estupideces que nos decían nuestros padres para volvernos como ellos, pero nosotros no somos ellos, nosotros vivimos y vemos la vida como queramos. Bartemius, debes dejar de pensar que eres una especie de títere creada por tu padre. Tienes sentimientos como todos nosotros.- dio una bocanada de aire y siguió hablando.- No estoy dando brincos de alegría al saber quién es la persona que te gusta pero lo acepto, yo no soy nadie para juzgarte o decirte que puedes y no puedes hacer, simplemente soy tu amigo y me importas.
-No, eso no está permi…
-Deja esa tontería de “no está permitido”, porque ni tú te lo crees. Solo tienes miedo, es simplemente miedo al cambio, a lo que sientes. Nunca has sentido ese tipo de emociones antes, por eso estas confundido.- Rodolphus vio con pena a su amigo.- Recuerdas lo que nos dijo tu madre días antes de caer en cama…
Bartemius cerró sus ojos con fuerza, lo último que quería era recordar a su madre en esos momentos, pero era tarde, el recuerdo estaba tomando vida en su cabeza…
Flash Back.
Bartemius y Rodolphus jugaban alrededor de una menuda y aparentemente enfermiza mujer, Ehlena Crouch.
-Bartemius, Rodolphus.- los llamó con una sonrisa en los labios.- vengan. Quiero decirles algo.
Ehlena sabía que su condición estaba empeorando día a día, aun así, trataba de sonreír y de ese modo, que su hijo no se enterara de lo enferma que estaba. Le agradaba verlo sonreír, cosa que raramente hacia cuando su esposo estaba en casa pero gracias a que el segundo hijo del matrimonio Lestrange, Rodolphus, había empezado a visitarlos, las risas eran cada día más frecuentes.
Los dos niños se sentaron frente a Ehlena, con sus sonrisas traviesas enmarcando sus rostros.- ¿Qué piensan del amor?
-¡Asco! Jamás me enamorare.- contestó Bartemius.
-El amor no existe.- contestó Rodolphus.
-¡Oh, Merlín!.- Ehlena sonrió.- ¿Por qué dicen eso?
-Porque mis padres dicen que en vez de amor, uno se debe fijar en el beneficio que traerá una unión entre casas poderosas.
-Demasiados términos difíciles para un niño tan pequeño.- Ehlena se acercó y pellizco las mejillas de Rodolphus.
-Pero es cierto mamá.- dijo Bartemius.- enamorarse solo es un obstáculo para lograr las metas que te propongas.
-¿Quién te dijo eso, Bartemius?
-Padre.
Ehlena sonreía, pero la sonrisa no llegaba a sus ojos.- Eso no es verdad.- estiro sus delicadas manos hasta arrancar dos pequeñas flores que estaban en el suelo.- yo los quiero a ustedes, ¿ustedes no me quieren a mí?
Ambos niños se regresaron a ver confundidos.- yo te quiero mucho mamá / yo la quiero también.
Ehlena les sostuvo la mirada, alargo sus manos, ofreciendo las dos flores que había tomado.- ¿mi amor les impide sus metas? ¿Les da asco? ¿Tengo algún beneficio al quererlos?
Ambos niños negaron con sus cabezas.- No.- tomaron la flor que les ofrecían.
-Existen muchos tipos de amor; el amor de una madre, el amor a un hermano, el amor a un amigo y el amor a una pareja.- Ehlena alzó la vista hacia el cielo.- Recuerden esto, un día encontraran a esa persona especial por la cual sonreirán, que hará de sus vidas una travesía divertida; tristeza, alegría y enojo, sentimientos que florecerán y superaran con esa persona. No tengan miedo de amar, amar es divertido aunque doloroso, si llegan a encontrar a su persona especial nunca la dejen ir, nunca dejen que les dicten como vivir sus vidas y mucho menos que les digan a quien deben o pueden querer. Ustedes son libres de elegir y decidir en quien confiar y sobre todo, a quien amar. Sean libres mis pequeños…
Rodolphus y Bartemius se le quedaron viendo sin entender lo que Ehlena les decía, lo único de lo que estaban seguros era que la sonrisa de felicidad que tenía en sus labios ese día la recordarían por siempre…
Dos días después, Ehlena Crouch murió.
Final Flash Back.
El recuerdo quemaba como si tuviera vida propia, las sabias palabras que su madre les había dicho aún permanecían en él. Ahora después de tantos años comprendía lo que su madre les quiso decir ese día.
Bartemius volvió a tomar asiento frente a Rodolphus. Estaba tan confundido con todo, lo que sentía era nuevo para él, nunca se imaginó si quiera que existiría una persona capaz de hacerlo desear más de lo que tenía, y justo eso le provocaba Peter. Teniéndolo en su mente, abriendo su camino dentro de su acorazado corazón; no sabía si era amor, pero no podía negar que algo estaba naciendo en él, un sentimiento que lo hacía querer sonreír al mirarlo u oírlo hablar… y eso le daba miedo.
-Barty.- “Barty”, Rodolphus rara vez le llamaba de ese modo. Sus ojos conectaron con los de su amigo, quien sonreía alegre.- no rechaces lo que sientes amigo, no vuelvas a ser la persona que eras.
Sabía muy bien a que se refería; cuando su madre había muerto, Bartemius se había ensimismado tanto que rara vez hablaba. Era como si hubiera perdido su capacidad para sentir, no le interesaba nada, negando el cariño de los demás e hiriendo a todo aquel que se preocupara por él… pero todo eso había cambiado cuando se alejó de su casa para asistir a Hogwarts, cuando conoció a Severus y sus perjuicios hacia los mestizos se hicieron a un lado (aunque solo con Severus), cuando sus amigos se volvieron parte importante en su vida.
-No alejes lo que te hace feliz.- Rodolphus siguió hablando.- serias un estúpido si abandonas antes de empezar a esa persona que puede hacer tus días felices… aunque no esté muy contento que sea Pettigrew esa persona.- estaba feliz por su amigo, pero su lado Slytherin estaba muy arraigado en él, así que no podía evitar meterse con el león.
Un sonoro suspiro salió de Bartemius, se recostó en su asiento, se recostó en su asiento con la vista fija en el techo.
Para Rodolphus quien lo miraba, la sensación de opresión en su pecho nació cuando vio la sonrisa tan pacifica que tenía su amigo en el rostro.- Supongo que… tienes razón.- no estaba seguro si había sido una buena idea, pero hablar de ello con Rodolphus sirvió para quitarse un peso de encima, se sentía ligero.- quizás no sea tan malo después de todo.
Rodolphus tuvo que carraspear para evitar ponerse sentimental.- no amigo, no lo es. Amar no es malo, lo malo es no querer amar.
Bartemius no dijo nada, siguió con su mirada clavada en el techo… El primer amor es una pequeña locura y una gran curiosidad.
Pasillo de cuarto año.
Atardecer.
Nunca antes los días se le habían hecho tan largos como ahora. Su cabeza estaba llena de pensamientos e ilusiones, y el culpable de todas ellas era Crouch.
Peter estaba frustrado consigo mismo, se había propuesto dejar de pensar en esa particular serpiente, pero decirlo era más fácil que hacerlo; simplemente no podía. Entre más se empeñaba en ignorar lo que sentía, era como si su propio corazón le dijera que no iba a permitir que pasara.
-¡Maldición!.- grito al cielo. Por culpa de todo lo que estaba sintiendo, no había podido prestar atención a ninguna de las clases, si seguía de ese modo, repetir sus TIMOS iba a ser algo seguro.
-Mira a quien tenemos aquí, Pettigrew sin su grupo de amigos.
Peter dio un respingón y se giró de inmediato, no se había dado cuenta que alguien se le había acercado por detrás.
-Se puede saber porque estás aquí solo y gritando al cielo.
-Lancaster.- contestó sin mucho ánimo.
Grell Lancaster, miembro de la casa Ravenclaw de séptimo año. Con su cabello color arena y esos brillantes ojos azules era uno de blancos predilectos de las chicas y chicos, muchos lo consideraban un play boy al igual que a Sirius, aunque el león ya estaba rehabilitado y asentado en una relación.
-¿Qué haces aquí?.- pregunto por educación mas no porque lo sintiera. Lancaster si bien tenía buena apariencia, también era un imbécil prepotente. A Peter no le caía bien, siempre sonriendo con ironía cuando lo veía, no era tonto, sabía que no le agradaba y para Peter estaba bien eso, el sentimiento era reciproco.
-Nada realmente, solo vine a dar una vuelta.
-Oh, eso es bueno, supongo.- Un incómodo silencio se instaló, Peter no tenía más tema de conversación con alguien que no le caía bien y por la mirada y sonrisa socarrona que le estaba dado Lancaster era obvio que burlarse era lo único que quería.- Creo que es hora de irme, tengo cosas que hacer.- a ver si con eso coge la indirecta.
-¿Cómo que cosas?.- Grell dio un paso hacia Peter.- quizás ¿tu pareja para el baile?.- dio otro paso.
Las alarmas de Peter se activaron, no sabía porque pero tener cerca a ese tipo lo ponía nervioso. Vio como daba otro paso más cerca, y por inercia, dio un paso atrás para mantener distancia entre ambos.
Grell rio y esa risa mando un escalofrió por todo su cuerpo; parecía un juego, él avanza, Peter retrocede.- ¿Por qué te estas acercando?.- ¿acaso este tipo no sabía nada del espacio personal y respetar eso?
-Porque te estas alejando de mi.- contestó como si eso le diera derecho a hacer lo que quisiera.- tus amigos no están por aquí, ¿cierto?
Peter siguió retrocediendo hasta que no hubo a donde más retroceder, su espalda toco la pared, sintiéndose totalmente acorralado.- ¿y que si no lo estuvieran?.- quiso sonar como si la situación no lo pusiera nervioso, pero estaba seguro que el nerviosismo era notable en su voz. Grell llego hasta Peter, colocando cada una de sus manos aun lado de su cabeza, su altura superaba la suya, por lo que Peter tenía que alzar la vista para ver los burlones ojos azules.- ¿Qué estás haciendo? Aléjate de mí por favor.
-Sabes...- dijo Grell alargando la palabra.- me preguntó qué tienes de interesante para que personas como Black, Potter y Lupin quieran ser tus amigos. No tienes nada destacable, eres una persona normal y aun así, andas con ellos como si fueras su igual.
Una cosa era que Peter supiera que era una persona literalmente “normal” y otra que un arrogante, estúpido y fantoche viniera y se lo dijera.- Si estas celoso, bien puedes ir y decirles que sean tus amigos.
La sonrisa de Grell se extendió aún más de lo posible, sus manos que estaban en la pared se movieron para ser cambiadas por sus antebrazos, de modo que sus cuerpos estaban a solo milímetros de tocarse. Peter podía sentir la respiración de Grell sobre su rostro y no le gustaba la sensación.- ¿Celoso? Para nada, solo simple curiosidad.- Peter quería empujar lejos de su espacio a Grell, pero la diferencia en tamaños no le daba mucha oportunidad de hacerlo.- te protegen, vigilan que otros no se metan contigo, pero ¿acosta de qué?
Peter frunció el entrecejo, ¿Acosta de qué? Esa pregunta y su implicación lo molestaron, ¿A caso estaba dando a entender que brindaba favores sexuales a cambio de protección?.- Si no puedes creer que alguien tenga una amistad sincera conmigo ese no es mi problema. No todas las personas son como tú y ¡Gracias Merlín! Porque si no el mundo estaría repleto de tarados.- Por fin esa arrogante sonrisa se esfumo de los labios de Grell, siendo intercambiada por una mirada de ira.- ahora que está todo dicho, te pido que te quites, sigas tu camino y me dejes en paz.
Antes de que se diera cuenta de lo que pasaba, Grell tomo con fuerza la barbilla de Peter e hizo que lo regresara a ver fijamente.- No me conoces.- dijo entre dientes.
Tenía miedo, el agarre que estaba empleando le estaba haciendo daño en su barbilla, estaba seguro que eso dejaría marca.- Y no me interesa.- contestó Peter.
-No creo que eso me digas después de que acabe contigo, estúpido Gryffindor.
-Suelta…
-Suéltalo.
El corazón de Peter dio un vuelco al escuchar esa voz, la reconocería en cualquier circunstancia. Quería girar su cabeza y verlo, pero Grell aún mantenía el agarre sobre su rostro.
-No lo diré una tercera vez, suéltalo.
-Crouch.
Peter quería gritarle en su cara lo estúpido que Lancaster se veía en esos momentos, todo rastro de su engreída actitud se había esfumado, estaba desconcertado y hasta un poco pálido. Su agarre se iba suavizando hasta que quito su mano de su barbilla y por fin pudo moverse. De inmediato, giro su atención hacia Bartemius y al hacerlo supo el porqué del aumento en la palidez de Grell.
La cara de Bartemius no pronosticaba nada bueno y por primera vez en la vida, Peter estuvo contento que esa ira no fuera dirigida hacia él.- Ven.
-¿Eh?
-Ven aquí, Pettigrew.
No era nada inteligente hacer enojar aún más al hombre, así que Peter hizo lo que se le pidió, a paso presuroso o mejor dicho, corriendo fue hacia Bartemius. En cuanto llego a su lado, el Slytherin lo jalo del brazo, colocando su cuerpo en frente del de Peter, impidiendo que Grell lo viera.
Peter no estaba seguro si lo que iba hacer estaba bien, pero sentir un ancla era lo que quería en esos momentos; sus manos tomaron con fuerza la camisa de su salvador, aun sentía miedo, pero de algo estaba seguro y era que Bartemius no dejaría que nada le pasara o eso quería creer.
Decir que estaba enojado era quedarse corto, Bartemius tenía un huracán de sentimientos en estos momentos; ira, furia, rabia pura era lo que sentía. Su sangre hervía instándolo a que obtuviera venganza por lo que era suyo.
Después de estar casi todo el día metido en su sala común con Rodolphus, había decidido tomar un poco de aire fresco sin saber lo que iba a encontrar; su visión se había puesto roja cuando vio que Lancaster se acercaba a Peter como si de un depredador se tratara, pero el momento en el que se quebró fue cuando el Ravenclaw hozo tomarlo de la barbilla, y pudo apreciar el miedo en los ojos del león… después de eso, todo el temperamento de Bartemius había explotado y el blanco de esa ira estaba en frente de él.
-Tienes tres segundos para desaparecer de mi vista antes de que sea imposible para tus padres reconocer tu cuerpo después de que acabe contigo.- estaba a unos segundos de saltar sobre el Ravenclaw sino fuera porque las temblorosas manos de Peter le impedían moverse.- ¡Largo!.
-Solo estábamos platicando.- trato de apaciguar un poco el ambiente.- No entiendo porque actúas de ese modo, Crouch. Fue Pettigrew el que ínsito todo, yo solo fui una víctima.
-¿Qué? Eso no es cierto.- Peter se asomó desde aun lado de la espalda de Bartemius totalmente indignado viendo con enojo a Grell. Cosa que no le gusto a Bartemius.- Tú fuiste el que te acercaste a mí.
Lo que menos quería Bartemius en ese instante era que Peter cruzara palabra alguna con el Ravenclaw. Su brazo derecho se curvo hacia atrás y tiró de él firmemente contra su espalda, impidiendo que volviera a ver a Grell.- Si te vuelvo a ver si quiera a un metro de él date por muerto.- sus palabras eran duras y amenazantes.- no lo mires, no le hables ni respires cerca, ¿entendiste?.- la cara de Grell palideció totalmente.- no me importara acabar en Azkaban si el precio es matarte con mis propias manos. Vuelve a tocar lo que es mío y pagaras el precio.
Los ojos de Grell se abrieron más de la cuenta, dio una bocanada de aire antes de dar media vuelta e irse corriendo, poniendo la mayor distancia entre el iracundo Bartemius y su cuello.
Bartemius tenía las ansias de ir tras el Ravenclaw y darle aunque sea un golpe en su grotesca cara, pero prefirió quedarse ahí, sintiendo las manos que se aferraban a su espalda.
Poco a poco, la furia fue abandonando su cuerpo. Empezó a respirar con normalidad y dejo de ver todo rojo.- vámonos.- no quería sonar tan duro pero era imposible teniendo en cuenta que no hace menos de tres horas había aceptado lo que sentía para después encontrar a la persona que estaba empezando a gustarle en una situación comprometedora con otro.
Bartemius se dio la vuelta con tanta rapidez que Peter no supo en que momento tomo su mano, lo miró a los ojos solo un instante antes de que se diera la vuelta y empezara su andar por el pasillo con el siendo llevado básicamente a la fuerza.
Mío, mío, mío… esa palabra rondaba una y otra vez por la cabeza de Peter. No comprendía que quiso decir con eso, quizás lo dijo por el calor del momento. No quería hacerse ilusiones teniendo en cuenta que era Crouch, su autoproclamado enemigo mortal… ¿Cómo actuar delante del hombre que te salvo de un loco, que aparte es de quien estas empezando a enamorarte y a la vez, el hombre que temes? Peter no sabía que hacer salvo dejar que Bartemius lo llevara a donde sea que quisiera, lo único que le pedía a Merlín era que después de escapar de un loco, no haya caído en las garras de otro.