LO AMO… EN SECRETO PARTE 2: En la guerra y el amor todo es permitido… hasta quitarle al psicólogo su prometido
Terminé por faltar a mi trabajo por el resto de la semana, no podía ni quería verlo a la cara, me era penoso haber reaccionado de una manera tan patética y tenía que regresar al trabajo, nuestro caso se había terminado y podíamos salir incluso más temprano, eso me alegraba, entre menos lo viera yo estaría mejor…
-O eso espero, quiero dejar de pensar en él porque después de todo es algo realmente imposible…
-Bien… entonces no tengo más que decirte… ya que después de todo NO SOY CONSEJERO AMOROSO…
-Pero eres quien siempre me escucha y en la única persona que podría confiar…
-¿Y que no tienes amigos o algo parecido?
-Realmente no… pasaba muchas horas en el trabajo y siempre era el superior, todos me respetaban de más, nadie entabló ninguna amistad… ¿Será por mi seriedad en el trabajo?
-¿Me estas preguntando? Yo no tengo idea de cómo seas en tu trabajo… ahora ve a tu casa y trata de solucionar tus problemas TU SOLO…
-Pero…
-Ya te dije que no tienes ninguna falla cerebral (hasta ahora solo eres un fastidio) eso es algo que tienes que pensar y no tengo mucho que decirte para ayudar…
-Bien… me voy, hoy no le agradeceré nada…
-Como sea, y cierra la puerta al salir…
-Como quiera…
Salía despacio, para volver a la ciudad de mi realidad, de mi patética realidad, la realidad en la que yo me había enamorado de un hombre comprometido, ajeno, que le pertenecía a otra persona, que no me amaba y que no tenía la intención de amarme nunca en mi vida no importa cuánto yo pudiera ofrecer. Cuando había llegado por fin a la puerta lo vi, estaba entrando al consultorio…
- Oh Michael ¿Cómo estás?
- Muy bien, supongo ¿Qué te trae por aquí?
- Nada, solo vine a hacer una visita ¿ya se encuentra bien?
- ¿A qué te refieres?
- En la oficina habían dicho que se encontraba enfermo y había regresado hoy pero no pude verlo…
- Ya veo… y ahora que lo mencionas, si, ya estoy mejor (¿Acaso estoy mintiendo nuevamente?
-Bien me alegro, espero que podamos trabajar juntos nuevamente
-¿Pero que no te habías quejado de mí con que yo no hacía nada?
-Por supuesto que no, digo, supongo que sólo lo hizo esta vez para probar mi autonomía y que haría cuando fuera un superior como usted…
-Sí, SI, lo has adivinado (estoy condenándome al infierno por mentiroso) también estoy ansioso por trabajar contigo una vez más…
-Disculpe ¿Tiene prisa?
-¿Por qué?
-¿Podría esperarme? Bueno, no demoraré mucho y quizás podamos discutir lo que pasó la última vez que lo vi…
-Está bien… ¿No tardarás mucho verdad?
-No, para nada, solo daré un pequeño mensaje…
-Bien, entonces esperaré…
-Está bien, no tardo…
Estuve esperando por casi media hora Ese chico realmente era algo mentiroso… y cuando salió parecía un poco molesto…
-¿Y bien? ¿Nos vamos?
-Si…
Caminamos por la calle, yo siguiéndolo (ya que parecía caminar mucho más rápido de lo que comúnmente lo hacía) hasta que llegamos a un pequeño edifico de apartamentos, que sospechosamente era el mío…
-Vives aquí ¿no?
-Esto… Sí, pero ¿Cómo lo sabes?
-Lo siento, hubo un tiempo en el que te seguía, has estado visitando el consultorio estos últimos días y… ¿Puedo pasar? Solo un momento…
-Cl-claro, pero antes cálmate un poco.
Le invité a pasar y en esa fría tarde le había servido ya cuatro tazas de café, parecía bastante molesto…
-¿Quieres decirme por qué de repente te molestas?
-Lo siento, no estoy molesto contigo, es solo que… mi prometido es un idiota… ya no lo tolero, cada vez está más frustrado y enojado… solo por un loco que siempre lo visita, la verdad a mí también me enoja el hecho de que las personas lo pongan de ese humor tan terrible…
-Te comprendo, mi psicólogo siempre está molesto conmigo, cada vez que lo visito se pone como una fiera…
-Parece que ambos tenemos problemas con las personas ¿Cómo es que no puedes sacarme de quicio?
-Será porque nunca pasamos tiempo juntos fuera del trabajo…
-Tienes razón, a decir verdad esta es la segunda charla que tenemos fuera del trabajo, y quiero atesorarla…
-¿por qué quisieras atesorar eso? Mira no te entiendo…
-¿Quieras ayudar a un frustrado prometido?
-¿A qué te refieres?
Se abalanzó contra mí tirando el café de mi pequeña mesa de centro…
-O-oye, piensa bien las cosas…
-Hay mucho de lo que tengo que hablar contigo, esto es algo ¿Tú me deseas no es cierto?
-Lo-lo hago… pero deja de desquitarte conmigo…
-¿Eh?
Se apartó de mi algo confundido, yo estaba sonrojado, con la espalda mojada y caliente, aquella pequeña sala se había vuelto un basurero, tanto de emociones como de los pedacitos de taza que había sobre el suelo…
-No quiero meterme con alguien que es el prometido de otra persona, no es justo tanto para él como para mí, te deseo, lo admito, pero no quiero ser parte de un triángulo amoroso en el que solo hay sexo de por medio… yo… YO NO SOY EL SUSTITUTO DE TU PROMETIDO… no debes aprovecharte de mí…
-Solo quería hacerte almenos un poco feliz… te he notado triste y enojado últimamente
-Esto no tiene nada que ver conmigo… yo en verdad no te puedo poseer…
Eso ultimo lo dejó helado, confundido y apenado…
-Yo… lo lamento, no sabía cómo acercarme a ti… debo irme…
-Bien, nos veremos en el….
-No, lo siento, ya no nos veremos, me casaré en dos días y me mudaré con mi marido a Inglaterra…
Parecía incómodo y melancólico, de ese chico confundido y extraño no había vuelto a saber… lo curioso es que no sabía tampoco de mí siempre confiable psicólogo, lo que me había dado a entender que yo era un desubicado ¿Encontrarlo en el mismo lugar que mi psicólogo buscando a su prometido cuando era un simple consultorio con un solo doctor? Era un desastre… yo pretendiendo al prometido de mi psicólogo… por más que duela… es la realidad… y… tengo que comenzar a olvidarlo… después de casi un año de varias auto terapias y de desilusionadoras realidades, me dispuse a pasar por el café de sabor tan peculiar con el que había forjado una relación amistosa con ese chico… tomando en cuenta que su recuerdo era lo único que me quedaba… pasa mi solitaria eternidad… un recuerdo compartido… la tarde era lluviosa y como siempre es costumbre de las grandes ciudades, las calles llenas de gente que trabaja y que sabe ocultar muy bien sus sentimientos con esa mascara de seriedad… caminando bajo la lluvia de ese día, llegando a mi edificio del que nunca me mudé, solo para poder tener el fantasma de mi recuerdo. Pero ese día no fue tan común, me he vuelto loco… estoy teniendo una ilusión… mi mente no se ha cansado de jugar conmigo… ahora lo estoy viendo sentado recargado en mi puerta con su vista puesta en mí, el chico había cambiado, podía ver su mirada decaída y con una marca aun visible de golpes cerca de esos labios…
-Hola… Michael, ha pasado un tiempo y… no sabía si seguirías viviendo aquí… lo siento, yo no sabía a donde ir… tu eres al único al que puedo acudir ahora….
-¿Qué no te habías marchado a Inglaterra?
-Lo hice, pero… nada cambió… solo que ahora es más agresivo y tiene problemas emocionales… además de que era un fraude…
-¿De qué hablas?
-¡De que mi vida es un fracaso! ¡Fui tratado como una prostituta!
Me dolía haber escuchado eso, no podía aceptarlo…
-¿Y qué necesitas de mí? No sabes cuánto esfuerzo me ha costado olvidarte, tanto que incluso no lo he hecho, no hay día en el que no piense en ti… yo pensaba que tu vida era perfecta…
-Quiero que iniciemos desde cero, si aún quieres…
-No será desde cero… apuesto a que ya no tienes a donde ir por venderlo todo para ese sujeto ¿Verdad? ¿Qué te parece si vives conmigo?
-Michael…
-Después de todo seguimos siendo amigos ¿No es asi? Veremos qué pasa en un futuro ¿te parece?
No duró mucho para que comenzara a salir con ese chico, apenas después de una semana fue cuando pude probar el dolor de sus heridas, pude ayudarle a olvidarlas, con el amor más sincero que podía tener… y podría estar seguro de que ese psicólogo no podría nunca igualarse a mí, porque después de todo… yo ya sé que es el amor y podría llegar a resolver mis propios problemas amorosos…