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Equivocado por Yae

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V.-

 

 

 

 

La poca resistencia que le quedaba se hubo agotado por completo, así que ignorando a Sasuke se escabulló bajo las cobijas para ceder al cansancio demasiado rápido, pensando que tal vez al despertar todo se resumiría en un sueño y podría tomar una ducha quizá.

El menor no insistió, le dejaría dormir lo que restase de noche, sentía los dedos agarrotados como si hubiesen permanecido estáticos demasiado tiempo, pero pudo repasar sus propios labios con ellos rememorando curiosamente el sabor de la sangre de Itachi. Los labios desgastados que se la proporcionaron con solo tirar un poco de ellos.

Se preguntaba a cuantas personas su hermano mayor abría besado con esa desdeñosa boca, la piel de cuantas mujeres pudo haber recorrido, más que sentir despiadados celos, Sasuke experimento la terrible urgencia de saberse capaz de despertar deseo en su propio hermano mayor, de poder llenarlo de placer, de ser el único de aquí en delante de poder acceder a él.

Buscando ignorar aquellos instintos salió de la habitación, Suigetsu se había recostado en un sofá y Juugo permanecía sentado en una silla cerca de una ventana.

— Ya falta poco para que amanezca — anunció el de cabellos anaranjados.

— ¿Y Sakura?

— Se fue hace un rato — desde el sofá Suigetsu fue quien esta vez hablo — demasiado rápido, ¿qué estaban haciendo ahí dentro para que gritara?

Sasuke ignoró esa pregunta, se limitaba a repasar lo sucedido hace poco, esperaba que esa mujer no hubiese estado espiándolo, bien podría haberse hecho una idea equivocada de todo el asunto, o aun peor…

La correcta.

Hurgó entre sus bolsillos sacando su móvil, la llamó pero solo el molesto “beep” fue su respuesta, se mordió el labio inferior esperando que Sakura no fuese a hacer algo estúpido, pero como cerciorarse, en cuanto amaneciese seria mucho más complicado huir de ser necesario.

— Nos vamos.

— ¿Qué? — El albino se sobresaltó casi cayendo del sofá donde intentaba dormir — ¡Si son las cuatro de la madrugada, maldición!

— Bajen al auto — no dijo más pese a los reclamos de Suigetsu, entro de nuevo a su habitación sacando su ropa de los cajones en uno de los muebles, apartó una camiseta, una chaqueta y el resto lo guardó dentro de una mochila.

Las opciones se le habían agotado, debía pensar rápido donde esconder a Itachi, donde alejarlo de todo y todos. Acomodó el arma que llevaba consigo antes de acercarse a su hermano, lo removió un poco buscando que despertara.

— Itachi. — Pero el mayor ni se inmutó, solo se revolvió un poco acomodándose mejor, llevárselo dormido no era una buena idea, bien podría despertar en cualquier momento y hacer algo estúpido, de nuevo lo zarandeó pero esta vez con más fuerza — ¡Itachi, despierta!

En contra de todos sus deseos y todo su cansancio Itachi fue arrancado de su letargo, abrió sus ahora irritados ojos y una inmensa migraña se instalaba empeorando el asunto.

— ¡Con un demonio Sasuke! ¡Solo quiero dormir un par de horas!

— Vístete — sin delicadeza le aventó la ropa que había apartado. — Tenemos que irnos.

Itachi contuvo toda su frustración, su tonto hermano menor no le permitía ni recuperar algo de energía, estaba desgastándolo al extremo, tal vez con la intensión de manejarlo a su antojo, rememorando sus nuevos planes y guardándose su enfado obedeció.

Con lentitud veía como su hermano se vestía, quería creer que Itachi estaba aceptándolo, que pronto actuaria igual que en sus fantasías, que le entregaría su alma, sus sentimientos y su cuerpo, aunque el orden era lo de menos. Terminando de empacar sacó todos sus papeles y el poco dinero que le quedaba.

— Vámonos — anunció — no tengo que decirte que debes comportarte.

El mayor sonrió, esas sonrisas irónicas y amargas que eran las únicas que se permitía desde que el asunto empezó, casi arrastrando los pies descalzos se acercó a Sasuke. Quien le miró con detalle para darle la espalda e inclinarse un poco.

— Puedo caminar — y adivinando las intenciones del menor se dirigió a la puerta.

— Sube.

Itachi entonces se le quedo viendo, comparando al Sasuke de sus recuerdos, a su pequeño hermano con quien tenía en frente, esa persona que le ofrecía su espalda para llevarlo a cuestas sin esfuerzo probablemente… no pudo relacionar las imágenes de ningún modo, eran completamente diferentes.

— Puedo caminar — repitió deseando que Sasuke no insistiera.

El menor se irguió dedicándole esa mirada afilada, siniestra hasta cierto punto, como pensando en alguna manera de lastimarlo, buscando el modo correcto de mantener la ventaja física que había obtenido del agotamiento de Itachi. — Bien — entonces lo guio a la salida, tirando de uno de los brazos del mayor, sujetando con la otra mano la mochila que había empacado.

Sentía los jaloneos con demasiada violencia, los dedos de Sasuke enterrarse en las heridas producidas por el fuego, pero no se quejó, sus pies se arrastraron con cansancio hasta llegar a un automóvil, Itachi apenas pudo apreciar el cielo nocturno un par de segundos antes de ser empujado dentro del auto, Sasuke se sentó a su lado. Vio a Juugo en el asiento del conductor y a ese chico de cabellos blancos y sonrisa fiera a su lado.

— ¿Y ahora qué? — Suigetsu miró a Sasuke por el retrovisor, estaba llegando a su límite, en cuanto tuviese oportunidad se iría corriendo tan rápido que ni el polvo le verían.

Sasuke pensaba en algún lugar que pudiese servir de escondite, pero todas las opciones se le habían agotado.

— Conozco un lugar — la seria y serena voy de Juugo llamó la atención de todos los pasajeros.

El hermano mayor se mordió los labios con impaciencia al ver su menor asentir a lo que automóvil se puso en marcha, cierta ansiedad le producía estar desperdiciando una oportunidad tan buena para intentar escapar, ni siquiera pudo replicar cuando Sasuke le cubrió los ojos con un trozo de tela, empezó a repasar sus planes con detalle, buscando cualquier falencia para eliminarla, pero el cansancio fue embotando sus sentidos hasta quedar dormido nuevamente.

 

 

 

 

Luego de tener que redoblar sus esfuerzos para cubrir a su amiga, Ino regresaba al departamento que compartía con la peli rosa para poder dormir hasta la tarde, quedo algo sorprendida al ver el auto de Sakura estacionado frente al edificio con la muchacha dentro, como si durmiese sobre el volante.

— ¿Sakura?

La nombrada apenas si levanto su mirada, dejando ver unas notorias bolsas debajo de sus ojos.

— Son las… — la rubia miró su reloj antes de continuar — 8:30, ¿qué te paso?

Ante la pregunta Sakura volvió a romper en llanto, le dolía demasiado saberse tan insignificante en la vida de Sasuke, que este hubiese preferido relacionarse con su propio hermano antes de si quiera considerarla, pese a que habría accedido a cualquier cosa que él le hubiese propuesto estaba segura de que Itachi se hallaba en dificultades.

Subió al departamento con ayuda de su amiga y allí grito de frustración, aventó sus cosas al piso ante la atónita mirada de su compañera, no sabía si deba seguir guardándole algo de lealtad a la persona que ni siquiera la saludo afablemente después de tanto tiempo sin verse.

Luego de un par de horas y de calmarse un poco había terminado de contarle a Ino lo que sucedía, lo que creía que estaba sucediendo en torno a Sasuke Uchiha.

— Tienes que decírselo a la policía — fue el consejo.

— No puedo… po… podría estar equivocándome, no creo que Sasuke-kun hiciera algo así — le defendía, aun defendía a su eterno amor platónico.

— ¿Y si no es así? ¿Si es que alguien resulta herido o algo peor? — Ino se levantó del sofá donde se había sentado para ir por la bocina del teléfono y ofrecérsela a su amiga — Si no es nada, no tienes por qué preocuparte — entendía a Sakura, si cuando niñas y adolescentes habían compartido ese supuesto amor no correspondido, pero afortunadamente Ino pudo superar aquella obsesión tan desgastante a diferencia de su amiga.

Sakura cerró los ojos presionando sus puños en tanto más lágrimas se precipitaban por su rostro, el sentimiento de inutilidad solo le permitía llorar. — Ha… hablare con Naruto —pudo contener los demás sollozos dirigiéndose a uno de los muebles para buscar entre los cajones una pequeña y blanca tarjeta con un número telefónico — él también es policía y se que ayudara a Sasuke-kun.

La rubia le miró con tristeza solo pudiendo asentir. — Esta bien, pero en tanto llega vamos de nuevo a ese lugar, así nos cercioramos de que no está pasando nada malo.

 

 

 

 

Ya había amanecido por completo, echándole un vistazo a su celular Sasuke vio que daban exactamente las 9:26 am, los alrededores estaban llenos de arboles desperdigados por todos lados, algunas diminutas cabañas  se divisaban mas adelante. Juugo se detuvo y salió del automóvil, Sasuke se quedo esperando dentro vigilando a su hermano, quien no había despertado desde que salieron de la ciudad, podía ver a Suigetsu dormitar en el asiento de adelante, si Sakura se iba de la lengua no podría retener a Itachi por la fuerza y todo lo que había hecho hasta ahora se reduciría a nada.

El de cabellos anaranjados regreso luego de unos diez minutos sujetando unas bolsas y una llave que colgaba de un curioso llavero en forma de gato. — Es la cabaña número tres, conozco al dueño así que no sospechara nada.

Sasuke suspiró levemente, no parecía poder dudar de la lealtad de Juugo, pero se preguntaba hasta cuando la tendría, cargó a su hermano en brazos llevándolo a la diminuta cabaña, dentro todo estaba polvoso y apestaba a humedad, con cautela dejó a Itachi sobre la cama cubriéndolo con su chaqueta.

— Tenemos que volver a ciudad para reunir información, llenar el tanque de gasolina y averiguar que sucedió con el incendio.

Juugo tenía razón así que solo le limito a asentir — También averigua que sucedió con Sakura.

— Esta bien — el mas alto de todos se dirigió al automóvil seguido de Suigetsu quien solo se despidió con un ademan.

— Suigetsu — Sasuke le llamó deteniendo al nombrado.

— ¿Nh? — se volteó con una expresión cansada, se quedo viendo al pelinegro sin que ninguno dijera una palabra, sonrió a medias luego de unos segundos para proseguir con su camino — Ya entendí, ya entendí — dijo para sí.

Cuando ambos se hubieron ido aseguró la puerta lo mejor que pudo aprovechando un viejo madero que yacía en el piso, igual de cansado que todos se recostó al lado de su hermano abrazándolo con cuidado, aspirando el aroma agrio que este desprendía, no le dio importancia y quiso recordar épocas más felices a su lado pero no pudo, así que limito a soñar con su futuro.

 

“Esta será tu habitación” sonriente su tío que no era tan mayor como su título lo sugería le mostro un pequeño cuarto, se veía acogedor e Itachi se atrevió a sentarse en la mullida cama “¿Te gusta?”

El pequeño niño asintió sin sonreír, como extrañaba a Sasuke, la sonrisa de su pequeño hermanito ya no lo recibiría al llegar de clases, esperaba que su madre lo echara de menos, tal vez así tendría chance de regresar, pero lo dudaba. Se tragó los gimoteos que quisieron salir de su garganta, de nada le serviría llorar.

“Tranquilo Itachi” el otro Uchiha se sentó a su lado buscando confortarlo “Sasuke va a estar bien, le llamaremos cada semana y de seguro que en vacaciones Mikoto deja que vayas a visitarlo”

Quiso creer en esa dulce promesa, en que pronto vería a su hermanito, se comportaría como esperaban que lo hiciese, así no podrían negarle el estar junto a Sasuke.

“Por cierto, bueno…” el tono del mayor de pronto se volvió más serio “Mikoto me ha contado algunas cosas y… me gustaría que viese a alguien”

No pudo negarse, le llevaron por primera vez a un psicólogo, fue desde entonces que le repitieron lo enfermo de sus sentimientos, lo incorrecto de su proceder, que un beso en la boca era símbolo de amor pasional y que el lazo que compartía con Sasuke solo podía ser filial… solo eran hermanos.

“¿Sabes cómo le llaman?”

“Incesto”

Aborreció esa palabra, aborreció que castigasen su sentir, tuvo miedo de volver a ver a su hermano, tuvo miedo de lastimarlo y que Sasuke entendiese lo que ese pequeño beso entre ambos podía significar, que le aborreciese por ello.

Fue entonces que ya no quiso volver.

 

 

El hambre retorciendo sus entrañas le obligo a despertar, con todo el cuerpo adolorido se incorporó con dificultad tanto como los brazos rodeándolo se lo permitieron, entornando la mirada pudo ver a Sasuke a su lado, su hermanito aun dormía la pausada respiración así se lo confirmaba, con cautela se escabullo de la cama intentando ser silencioso, algo aturdido aun recorrió el pequeño lugar con la mirada. Se apreciaba como una diminuta cabaña o algo así, el canto de algunas avecillas y la luz que entraba por la pequeña claraboya le dieron una idea de donde podría hallarse.

Lejos de la ciudad probablemente.

No estaba seguro de cuanto pudo haber dormido pero debían ser algunas horas, veía a Sasuke dormir así que se decidió en buscar algo de utilidad, se asomó por la ventana apreciando el verde paisaje viendo replicas de madera iguales a donde ahora estaba.

Podría haber alguien pensó, con mucha suerte hallaría a alguien dispuesto a ayudarlo siempre y cuando Sasuke no despertara en muchas horas más, se giró viendo a su menor quien se empezó a revolver despertando poco después.

—Ya estabas despierto — Sasuke se levantó bostezando un poco.

— Tengo sed.

La lamentable apariencia de Itachi no le provocaba muchos deseos; el cabello opaco y enmarañado, la piel manchada y lesionada, no lucía como antes, no como la vez que lo vio luego de tanto años, impecable… tentador. Hurgando entre las cosas que Juugo había comprado halló emparedados y un par de botellas con agua — Comamos — dispuso las cosas sobre la cama esperando a que Itachi le acompañase.

Realmente hambriento Itachi no tuvo más opción, se sentó frente a su hermano sin mirarle, lo primordial en aquellos momentos era recuperar energía, si podía restaurar su mermada resistencia sus probabilidades se incrementaban. Podría pensar con más claridad y actuar como la situación lo ameritase, si sus cuentas no fallaban era el noveno día de aquel absurdo.

— Esta todo muy silencioso ¿no crees?

Itachi contuvo la respiración varios segundos, Sasuke le sonreía levemente, luego de tantos años volvía a ver una de sus sonrisas, pero en lugar de confortarlo le produjo cierto pánico, como si fuera un psicópata el que estuviera sonriéndole. Se mantuvo en silencio volviendo a enfrascarse en lo importante de la comida, ciertamente tenia demasiados motivos para su excesivo apetito, se acabó su ración con rapidez.

— Necesito cambiar mis vendajes y… tomar un baño — le informó a su hermano menor esperando que este no se negara, sentía que contraería una enfermedad cutánea de seguir como estaba.

Sasuke lo meditó unos segundos luego se acercó a su hermano tomando el rostro ajeno entre sus manos, no fue repelido así que se acercó más besándolo en los labios brevemente para susurrarle después. — Deja que te ayude.

Inspiró hondo asintiendo, se hallaba más que hastiado con la molesta sensación que recorría su cuerpo, que mas le daban las circunstancias necesitaba asearse. Tuvo que esperar en tanto Sasuke iba por una cubeta con agua dejándolo encerrado brevemente, empezó a quitar los vendajes manchados con algún ungüento y algo de su sangre, seguramente tendría que lavarlos después.

Cuando Sasuke regreso tal y como había anunciado procedió a limpiar la piel desnuda de Itachi, recorriéndola con extremo cuidado con la esponja empapada en la fría agua jabonosa, el mayor se sentó en el piso dejándose hacer, tratando de ignorar las manos del mas joven pasearse con parsimonia por su espalda y pecho que más parecían querer incitarlo. Repasaba mentalmente el inicio de todo aquello, su confianza ciega en su hermanito lo llevaron a dejarse capturar cual mansa oveja y solo ahora resentía las consecuencias.

Las manos del alguna vez pequeño Sasuke empezaban a incomodarlo, descaradamente descendían por su estómago, Itachi no era ingenuo así que por verídica precaución se había dejado los pantalones, pero cuando la húmeda esponja se escabullía por sus muslos sujetó las manos de su hermanito entre las propias.

— No es el momento.

— ¿Y cuándo lo será? ¿Itachi? — la leve risa socarrona de Sasuke hizo eco en sus oídos.

— Cuando me dejes volver a mi departamento, cuando me dejes usar mi propia ropa — ligeramente molesto por el tono usado se levantó fustigando a su menor con la mirada — y quizá cuando no tenga el cuerpo lleno de quemaduras. Hasta entonces no esperes mucho de mí, Sasuke.

— En cuanto tengas alguna de esas oportunidades ni siquiera querrás visitarme en prisión — otra risa.

— Dije que no voy a denunciarte — se cubrió parte del rostro con una mano, modulando el tono de su voz, controlando su estrés, el estrés que Sasuke le producía.

— Bueno, esperemos sea cierto — entonces se sentó al borde la diminuta cama — vamos a hacer algo Itachi. Si tu deseo de corresponderme es cierto… te dejare salir si… — la sonrisa que esbozaba se pintaba con tanta malicia que el mismo Sasuke se sintió satisfecho — haces que me corra.

Tal vez el frío calando en su piel desnuda o el desgaste físico ocasionó que tardara unos segundos en entender lo dicho por su hermano, estuvo a punto de preguntar ¿qué?, cuando el menor señaló con su dedo índice su entrepierna. Itachi entonces se arrepintió enormemente el haber dejado a Sasuke, de haber estado a su lado le habría dado los zapes que parecía suplicar y que evidentemente le hicieron mucha falta. Pasaron alrededor de treinta segundos en absoluto silencio, Sasuke esperando divertido e Itachi de pie estático negando internamente el hacerle una felación a su hermano menor.

Dudaba mucho que Sasuke cumpliese su palabra de dejarlo salir, pero bien podría convencerlo de su supuesta aceptación. Y a pesar de sentirse como todo un depravado asintió para acercarse poniéndose  de rodillas frente a la metálica bragueta de los jeans del otro.

Sasuke se notaba escéptico, no creía al orgulloso y perfecto Itachi capaz de “chupársela”, incluso podría aseverar que su hermano mayor sería un frígido reprimido.

Tenía las uñas ligeramente largas, más de una semana sin poder cortarlas no le había ayudado en nada, pese a ello bajó el cierre de los pantalones buscando entre la tela de la ropa interior, Sasuke pareció estremecerse cuando sus frías falanges tocaron su lánguido miembro. Pasó saliva con dificultad acercando sus helados labios como queriendo desarmarlo con su cálido aliento, cerró los ojos antes de introducir la virilidad de su hermanito en su boca, pudo oírle un jadeo con claridad que solo incrementaba su incomodidad pintarrajeando con algo de rojo sus mejillas.

 

“Es tu hermano, que no se te olvide”

 

Quiso hacer oídos sordos a su propia conciencia, la mano de Sasuke se había enredado entre sus cabellos haciéndole ir más rápido y más profundo. Empezaba a ser molesto y en extremo bochornoso, así que no pudo evitar el entreabrir sus ojos… gran error.

Al poder apreciar levemente la extasiada mirada de su hermano y su respiración agitada, para Itachi fue con un balde de agua fría sobre su conciencia matando el ligero calor que empezaba a sentir él mismo, la imagen del pequeño Sasuke de sus recuerdos se hubo mezclado con este Sasuke. Ignorando el agarre sobre sus cabellos retrocedió con fuerza alejándose lo más que pudo tosiendo un poco para cubrirse la boca después.

Sasuke quedo algo perplejo, su cuerpo se hallaba caliente y apenas estaba sintiendo que se acercaba a un orgasmo, frustrado y obviamente enojado por la cara descolocada de su mayor quiso sujetarlo  — ¡Termina lo que estabas haciendo! — le gritó furico cuando este retrocedió más. Perseguirle con una ahora dolorosa erección por esa diminuta cabaña no era una opción.

 

 

 

Continua.

 

 

 

Notas finales:

 

(:D) Muchas gracias por sus comentarios y lecturas, estoy tratando de escribir más seguido y creo que está más seguido ¿no?, *aullidos de lobos a lo lejos*

Espero leerlos en el siguiente.

Yae.


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